miércoles, 25 de diciembre de 2019

PERIKO SOLABARRIA


PERIKO SOLABARRIA, IN MEMORIAM


Este pasado 23 de diciembre en la presentación en Santa Clara-Portugalete del libro “Final de la dictadura en Portugalete”, autor, Anastasio Munarriz Hernando, me llenó de extrañeza y tristeza las palabras que “Tasio” dedicó a Periko Solabarria, (páginas del libro 152/159).

Entre otras cuestiones, por su interés manifiesto a cómo pudo Don Pedro Solabarria costearse la carrera en el seminario, y cuya respuesta las da él mismo en el interior del libro. Había becas en el propio seminario para aquellos que eran de familias pobres, o como en su caso, subvencionado. Él, lo fue por el párroco de San Antón, Claudio Gallastegui.

Personalmente no salía de mi asombro. Comenté a la finalización del acto sobre este y otros relatos, a varias personas que conocían  el contenido del libro, y me mencionaron que en su momento habían recomendado a “Tasio” que no era prudente ni el texto a publicar, ni el tono con el que se refería a Periko Solabarria.

Particularmente considero que sobre “Periko”, son demasiadas las líneas dedicadas para ser un libro que trata  del final de la dictadura en Portugalete, y cuando el mérito de Don Pedro, es el haber nacido en la Villa, lejos de donde resolvió su actividad pastoral, laboral, y socio política.

Una vez comprado el libro, en una lectura más sosegada  de su contenido en mi domicilio, comprobé que las referencias negativas, dudas y ese peligroso querer dar a entender sin atreverse a afirmarlo en lo que respecta a Don Pedro Solabarria, solo podían ser el producto de una persona que quiere quedar en paz con sus demonios. El resto de la obra, aunque contiene aportaciones anteriormente publicadas, es un libro trabajado.


Es una pena que aún existan personas que mantienen envidias, celos y rencores, hacia Periko, trabajador nato y comprometido con la clase trabajadora y los más desfavorecidos. “Persona que rechazó el salario mensual que la Iglesia les daba a todos los curas y tomó una determinación junto a otros compañeros de sotana: vivir del sueldo de la obra, como el resto de los trabajadores, sin privilegios”. 

Don Pedro Solabarria, Periko Solabarria, seguro que en un rasgo más de su humanidad hubiera pasado por alto esta salida de tono de Anastasio Munarriz, pero eso no evita, que otros menos humildes, seamos capaces de salir en la defensa de su memoria y legado.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales.

domingo, 22 de diciembre de 2019

FORTIFICACIONES, REFUGIOS ANTIBOMBARDEOS



FORTIFICACIONES, REFUGIOS ANTIBOMBARDEOS

Durante la pasada guerra civil fueron cientos los trabajadores destinados a trabajar en la defensa militar en favor de la República, realizando diversas fortificaciones militares defensivas, o construyendo refugios anti bombardeos.

Muchos de estos trabajadores lo eran de empresas metalúrgicas como AHV, que, durante los años 1936 y 1937, con la excusa de falta de materia prima y electricidad sufrieron cierres patronales. Los trabajadores para ganarse un jornal que oscilaba de 8 a 12 pesetas diarias para los peones, y según y el como fuera el trabajo, se vieron obligados a participar de esta manera en el conflicto.

Las defensas militares en Urduliz, Otxandio, Sopelana, Barrica, Gamiz-Fica, Umbe, Galdames, Zierbana, Miravalles, fueron realizadas por peones, carpinteros, zapadores, militares, barrenadores, canteros, pinches, cocineros, mecánicos, listeros, chóferes, guardas, etc. De estos, estas fichas son de personas que en aquel momento histórico tenían su residencia en Portugalete, Santurtzi o Sestao.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales.






























dokuklik, Archivos de Euskadi

domingo, 8 de diciembre de 2019


8 DE DICIEMBRE


Durante muchos años en casa se celebraba el día de la Madre tal que hoy, 8 de diciembre. Fueron años que, en la escuela, uno siendo párvulo realizaba con la ayuda de las monjas o frailes de la Salle, una tarjeta en un cartón, la adornaba con colores y estrellitas y más contento que un ocho se la regalaba a la Ama.

Historias de la escuela nacionalcatólica

Se murió Franco, inauguraron el Corte Ingles y la efeméride se trasladó a mayo. Cosas del mercado y sus ventas.

Conmigo no pudieron ni el uno ni el otro.  Y hoy, como los demás días del año, un ratito para el recuerdo, pero el 8 de diciembre con anhelo.

Ama  musu bero bat.

Aurelito.

jueves, 5 de diciembre de 2019

NIÑOS DE RUSIA- PORTUGALETE -SANTURTZI


NIÑOS DE RUSIA- PORTUGALETE -SANTURTZI


A escasos días de ser tomado Bilbao por las fuerzas franquistas, el 12 de junio de 1937, junto con otro pasaje, embarcan cerca de 4.500 niños en el buque “Habana” que parten del puerto de Santurtzi con destino el puerto de Burdeos. En este puerto, unos 1.500 niños, son trasladados al buque “Sontay” con destino a Leningrado (Rusia). Estos solo serían una parte de los cerca de 3.000 niños, que en sucesivos viajes llegarían a Rusia. Niños que contaban entre tres y catorce años.

 Desde la partida en Santurtzi, fueron doce días de travesía para llegar a Rusia. El retorno a España en un principio se contaba que durase varios meses, pero para la mayoría, la ausencia estuvo por encima de los 20 años. Los cuatro primeros niños que vuelven a España lo harían con el buque “Semiramis” en el año 1954. Habría que esperar dos años más para que comenzara la vuelta del grueso de los refugiados. Así, se baraja la cifra de que fueron 2.000 los “Niños de Rusia” que volvieron a España entre los años 1956/1960. Muchos de ellos a bordo del buque “Crimea”.

El recibimiento en Rusia, tal y como lo relatan en sus cartas estas niñas y niños, es una muestra inmensa de solidaridad. Ropa limpia, chocolate, pan blanco, etc. es una constante que se puede leer en sus textos. Cartas emotivas, que, leídas hoy, su lectura hace humedecer el lagrimal:

“Correspondencia particular de niños vascos refugiados en la URSS dirigida a sus familiares, e Índice del fichero de niños evacuados. Expedición a la URSS. Euskadiko Artxibo Historikoa. Documentales de la Presidencia del Gobierno, Fecha: 1937”.



































































 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales