COLEGIO HIJAS DE
LA CRUZ ENERO 1861
Han transcurrido 162 años desde aquel enero del año 1861 en que comenzaran su labor educativa las monjas de la congregación Hijas de la Cruz en Santurtzi.
Hoy, sin embargo, finalizado el ciclo educativo, existe un futuro incierto tanto del Centro como del futuro laboral de los trabajadores que componían la plantilla del colegio.
De sus inicios es esta noticia recogida de la prensa.
“Grande es el buen efecto que
causa en este pueblo el establecimiento o fundación de un convento de monjas
educandas, hijas de la Cruz, hermanas de San Andrés. Aun no hace dos meses que
éstas religiosas se encuentran en esta jurisdicción, cuando vemos entrar en
dicho edificio, destinado a este piadoso fin, a más de setenta niñas desde
cinco años hasta diez y seis, sin distinción de fortunas o clases. Además, se
encierran en él otras veinte y dos niñas internas, todas éstas, pobres
desvalidas y huérfanas, naturales de este pueblo, de la villa próxima de
Portugalete y barrio de Mercadillo (en el concejo de Sopuerta).
Los que presenciaron la entrada
de estas veintidós niñas, quedaron enteramente sorprendidos al verlas en su
mayor parte, vestidas de harapos, y al poco tiempo salir de nuevo a un salón
destinado a comedor, perfectamente ataviadas, desde los zapatos y medias, basta
un decente traje que pudiera servir como bueno a cualquiera joven que se pasee
por esas calles. Se les ha dado también otros trajes para casa, días festivos,
etc. En fin, un completo arreo a cada una.
Puestas pues, en esta localidad
criaturas tan desgraciadas, y en parte abandonadas, se sentaron alrededor de
una humilde mesa, en la cual, colocadas con la mayor amabilidad y ternura por
sus segundas madres, las sirvieron una abundante cena, durante la que, en la
cabecera o extremo de la mesa, se veía a una de las religiosas leyendo la vida
del santo. Estas veinte y dos niñas, aunque desgraciadas hoy, puede decirse
serán dichosas si aprovechan de los consejos y tiempo de cuatro, cinco o más
años que estén en este convento.
Las setenta primeras son externas
y se educan gratuitamente de una manera que no dejará que desear para la
perfección verdadera de los principios de moralidad e ilustración.
El edificio destinado a este
convento se ha situado a corta distancia de esta iglesia parroquial, está muy
ventilado y magníficamente arreglado para tal objeto, con hermosas camas de
hierro y amueblado con lujo y esplendidez.
Esta institución o
establecimiento de tanto porvenir, ha de dar para las jóvenes naturales de
estos pueblos muy buenos frutos”.
Santurce 17 de enero de 1861
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
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