NAUFRAGIO DE LA
GOLETA “LEONOR” NOVIEMBRE 1861
Crónica del naufragio de la goleta “Leonor”, acontecida en los
arrecifes de Campo Grande el 23 de noviembre de 1861. Irurac bat, 26 de
noviembre de 1861
A las siete de esta tarde poco
más o menos se ha perdido la goleta “Leonor”, de esa matricula, capitán
D. Manuel Alegría, procedente de Escocia, cargada de bacalao, (de los 800 quintales de bacalao que transportaba, solo pudieron salvarse 600 puesto que del resto, Sanidad mandó arrojarlo al agua) para la casa del
Sr. Bolloqui de esa villa. El punto en el que se halla varado el buque es
debajo de los Palos, o mejor dicho del mismo mirador de la casa del Campo Grande
que fue del Sr. de Larraza, al S. O. de la traviesa de la barra,
desgraciadamente uno de los peores, por lo que es de temer, alguna desgracia
personal.
Lo único que puede influir o favorecer para que no suceda ésta, es el estar la mar no muy mala, aunque bastante picada, el que la marea baje ya en breve y que el barco está bastante arrimado a tierra. Si desgraciadamente subiera la marca, con seguridad se perderían todos los que se hallan a bordo; siendo temible en éstos no tengan calma y se precipiten, pues en este caso los infelices encontrarán una muerte segura y pronta. La noche es muy oscura, las voces de los tristes náufragos se oyen, pero a pesar de las ansias y deseos de protegerlos y auxiliarlos, nada por ahora puede hacerse.
Más tarde y esperando en los auxilios que se les presten por el señor piloto mayor de la barra, y que éstos sean secundados por cuantos los rodean tendré gran satisfacción de anunciarle un buen resultado, que por ahora no me atrevo a asegurar, por faltar tiempo en estos críticos y dolorosos trances a que baje la marea que tanto deseamos.El práctico lemán D, Gregorio de Urrestizala, vecino de este puerto, joven intrépido y honrado no sabe nadar desafortunadamente. En esta pérdida a nadie, creo debe culparse, toda vez que el buque se dirigía al puerto con viento fresco, franqueó la barra pasando el canal, en cuyo punto tuvo calma, por lo que dio fondo, pero a luego las corrientes le aconcharon y vararon en el sitio indicado.
Después de escrito lo que
antecede y no teniendo ocasión de dirigirse ésta por lo avanzado dé la hora,
tengo el placer de anunciarle el salvamento de toda la tripulación incluso el
práctico, no sin grandes riesgos y trabajos, habiendo intentado de tierra
cuanto fue posible , arrimándose y metiéndose en el agua las gentes por ver de
coger alguna amarra para que por ella palmeándose desde el barco o de otra
manera, se salieran los que tan comprometidos se hallaban, distinguiéndose en
esta operación los jóvenes D. José Gómez y D. Francisco de Basagoiti el primero
capitán de barco, ambos de esta vecindad, los que se aproximaron tanto al casco
del buque naufrago que desde él el práctico les arrojó por tres veces el
escandallo o sondalesa, la que a pesar de haber caído cerca de los dos jóvenes,
desgraciadamente y con sentimiento, no pudieron cogerla a causa de la oscuridad
y gran resaca.
Inútiles todos cuantos medios se
practicaban de tierra, el Sr. San Pelayo piloto mayor y el Sr. de Arechavala se
embarcaron en una lancha de Portugalete, bien tripulada, y tuvieron el gran
atrevimiento de atravesar entre escollos y grandes rompientes hasta el punto en
que el barco se encontraba, y arrimándose a él con riesgo de perder sus vidas,
tuvieron la suerte de recoger en su lancha a sus hermanos marinos, volviendo
salvos todos y con felicidad al puerto. Siento no saber de cuantos se componía
la tripulación de la lancha y sus nombres, pues bien merecen elogiarse, por
exponer así sus vidas para salvar las de sus prójimos.
Puedo asegurar a V. con sentimiento ya que
tenemos en salvo a la gente, la total pérdida del barco y creo que del
cargamento. Este buque ha hecho su navegación desde Escocia a esta barra en el
cortísimo tiempo de once días, para tener un fin tan desgraciado, en el momento
mismo de rendir el viaje.
Las dos imágenes están recogidas de la publicación, NAUFRAGIOS Y VARADAS EN LA JUNTA DE RIBAMONTÁN AL MAR (Siglos XV‐XIX) de Luis de Escallada González, (monografía del C.E.M. Nº 08)
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
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