EL
LAVADERO DE VILLAR-KABIEZES
Esta mañana, después de dar una
vuelta por el monte Serantes y mientras me encontraba en Kabiezes descansando a
la sombra de una farola, se me ha acercado un conocido de esos de “porque te
quiero Andrés, por el interés” y sin venir a cuento me dice que el mes próximo
hay elecciones municipales y que él figurará en una de las listas. Si me llega
a recordar que este mes comenzará el plazo para realizar la declaración de
Hacienda y en vista que me dará a devolver sí que me hubiera hecho más ilusión.
Visto lo cual, y tras mostrarle
una velada sorpresa le comento que ya es casualidad, puesto que igual que
sucedió hace cuatro años, otro día como el de hoy que bajaba del monte Serantes,
y después de fotografiar varios lavaderos, también me hicieron el mismo
comentario en periodo electoral.
Como aquel día me repito y le
relato mi mantra de los lavaderos” parece mentira la desidia municipal en la
recuperación y mantenimiento de nuestro Patrimonio” y más con el centenario
lavadero del barrio de Villar-Lauaxeta, el cual, después de yo haber escuchado muchas
promesas interesadas sigue algo peor que hace cuatro años.
Y añado, si hubiera un compromiso
por escrito de recuperar dicho lavadero, no es que apoyaría a quienes así lo
hagan, sino que además me comprometo a hacer campaña en su favor.
No se si es que la sombra de la
farola no daba ya a lugar para dos personas o que el compromiso era lo
suficientemente comprometido, que terminar de decir lo anterior, cuando por
respuesta escucho,” bueno te dejo que van a cerrar la panadería”.
Seguiremos esperando, porque
mientras nos rodeen personas que piensan que invertir en cultura que no da
votos, no es cultura, tenemos basura en el lavadero y manantial de Villar para
rato.
https://aureliogutierrez.blogspot.com/2018/03/lavaderos-de-santurtzi-balleni-villar.html
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
Tienes más razón que un santo Aurelio.
ResponderEliminarEn cuanto a los lavaderos, son esos elementos antiguos, entrañables para "rarunos" como nosotros, pero por ser tan humildes y estar tan apartados, nadie se acuerda de ellos. En otras palabras, no dan votos