MEMBRILLO Y EL
DULCE DE MEMBRILLO
Avanza el otoño y ya tenemos a nuestro
alcance los membrillos. Árbol muy
generoso el llamado Cydonia oblonga, comúnmente conocido como membrillo
al igual que sus frutos.
Rico en fibras, y aunque yo no lo
he comido en crudo, se dice que los antioxidantes que contiene el membrillo favorecen
a la reducción de enfermedades cardiovasculares, reduciendo de paso la presión
arterial. Será cuestión de comenzar a darle unos mordisquillos.
Estos aquí presentes son de la provincia de
Zamora, un regalo de una simpática persona que he conocido en Gasteiz. A
diferencia de otros que bien hemos comprado o hemos recibido anteriormente de
regalo, estos destacan por su aroma. Hoy tenemos la casa de un aroma tan
agradable que solo por disfrutar de ella merece la pena quedarse en casa, y
porque hace un frio que pela, que toda cuenta.
Después, su fin, cuando dejen de
aromatizar la casa, será un puchero, los membrillos troceados con su zumo de limón,
el azúcar conveniente, y si procede algo de gelatina. En cada casa con sus
fórmulas propias, las nuestras las de toda la vida, manga larga, puchero alto,
cuchara de palo y más de dos horas moviendo sin parar el membrillo y sus
aditivos.
Si os digo que en casa siempre tenemos dulce de membrillo no es mentira, siempre ha sido un fiel acompañante del queso en las salidas montañeras. Y como postre o en el desayuno de lo más saludable. A tiempo estáis antes de que se agoten.
NOTA: No se sirven a domicilio, horario
de recogida para amigos, conocidos, familia y demás parientes, de diez hasta el
horario de cierre. Puntúa doble si vienes acompañado con algo en las manos.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
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