jueves, 21 de agosto de 2025

 


DESPEDIDA DE LA FAMILIA REAL A LAS TROPAS DEL 6º CUERPO DE EJÉRCITO QUE VAN A CUBAVITORIA, AGOSTO 1895 



Las imágenes expuestas son más que elocuentes del espectáculo que significaban las expediciones de soldados a los conflictos armados españoles en el siglo XIX e inicios del XX, y si contaban con la presencia de los Reyes de España más.

Guerras que como las de hoy son jaleadas por aquellos que jamás acudirán a ellas con uniforme y armamento en sus manos.

                                                            revista Vida Vasca enero 1981

En Vitoria formadas las tropas de los cazadores de las Navas, la artillería de Montaña, el escuadrón de Arlaban, los Reyes pasaron revista en coche desde las calles de la Estación, Postas, Prado, Florida y Rioja.  Desde allí las tropas expedicionarias quedaban formadas en la plaza de Mendoza, frente a la iglesia de San Miguel, donde el Nuncio papal, junto a los monarcas y el obispo de Vitoria se dirigía de la forma siguiente a la tropa:



Mil veces dichosos de vosotros que al abandonar el suelo que habéis nacido, lo hacéis para pelear por la causa más santa. Dichosos vosotros que vais a defender la honra de la patria y a devolver la tranquilidad a muchos hogares. Vosotros soldados del ejército español sabed que, así como Moisés levantó las manos al cielo para defender a su pueblo, el Sumo Pontífice León XIII, desde el Vaticano os envía su apostólica bendición.

Que Dios os acompañe y que pronto tornéis victoriosos a este pueblo querido, donde dejáis las más hermosas afecciones. La Ilustración española y americana, 22 agosto 1895

El 24 de febrero de 1895, por órdenes de Martí se habían levantado 35 aldeas en el Oriente de Cuba en lo que se ha dado en llamar el Grito de Baire. Para combatirlos hasta aquel mes de agosto de 1895 se habían enviado 70.000 hombres, escasas mujeres, a Cuba, y otros 30.000 serían enviados a finales de ese año. Tropas que marchaban a Cuba cantando coplas alegres sin esperar muchos de ellos su destino fatal, no solo a causa del fuego de las armas sino también de enfermedades para ellos desconocidas, y mientras tanto eso sucedía, el prelado seguiría compartiendo mesa y mantel con otros monarcas y en otros lugares.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

1 comentario:

  1. Gracias Aurelio. Qué tristes momentos serían aquellos, en Vitoria, tal día como ayer hace 130 años.

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