DESPEDIDA DE LA FAMILIA REAL A LAS TROPAS DEL 6º CUERPO DE EJÉRCITO QUE VAN A CUBA. VITORIA, AGOSTO 1895
Las imágenes expuestas son más
que elocuentes del espectáculo que significaban las expediciones de soldados a
los conflictos armados españoles en el siglo XIX e inicios del XX, y si contaban con la presencia de los Reyes de España
más.
Guerras que como las de hoy son
jaleadas por aquellos que jamás acudirán a ellas con uniforme y armamento en
sus manos.
En Vitoria formadas las tropas de los
cazadores de las Navas, la artillería de Montaña, el escuadrón de Arlaban, los
Reyes pasaron revista en coche desde las calles de la Estación, Postas, Prado,
Florida y Rioja. Desde allí las tropas
expedicionarias quedaban formadas en la plaza de Mendoza, frente a la iglesia
de San Miguel, donde el Nuncio papal, junto a los monarcas y el obispo de
Vitoria se dirigía de la forma siguiente a la tropa:
Mil veces dichosos de vosotros
que al abandonar el suelo que habéis nacido, lo hacéis para pelear por la causa
más santa. Dichosos vosotros que vais a defender la honra de la patria y a
devolver la tranquilidad a muchos hogares. Vosotros soldados del ejército
español sabed que, así como Moisés levantó las manos al cielo para defender a
su pueblo, el Sumo Pontífice León XIII, desde el Vaticano os envía su
apostólica bendición.
Que Dios os acompañe y que pronto
tornéis victoriosos a este pueblo querido, donde dejáis las más hermosas
afecciones. La Ilustración española y americana, 22 agosto
1895
El 24 de febrero de 1895, por órdenes de Martí se habían levantado 35 aldeas en el Oriente de Cuba en lo que se ha dado en llamar el Grito de Baire. Para combatirlos hasta aquel mes de agosto de 1895 se habían enviado 70.000 hombres, escasas mujeres, a Cuba, y otros 30.000 serían enviados a finales de ese año. Tropas que marchaban a Cuba cantando coplas alegres sin esperar muchos de ellos su destino fatal, no solo a causa del fuego de las armas sino también de enfermedades para ellos desconocidas, y mientras tanto eso sucedía, el prelado seguiría compartiendo mesa y mantel con otros monarcas y en otros lugares.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
Gracias Aurelio. Qué tristes momentos serían aquellos, en Vitoria, tal día como ayer hace 130 años.
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