viernes, 25 de octubre de 2013

ACONTECIMIENTOS BERA 1924





Nota que la Presidencia del Gobierno  para su publicación sobre los acontecimientos  de noviembre del año 1924


Ahora que está cercana la fecha aniversario de la intentona revolucionaria del año 1924 por Bera, bueno es recordar la nota que la Presidencia de la dictadura de Primo de Rivera repartió.


DÍA 8 noviembre. - Graves sucesos en Navarra. —Colisión de anarquistas y sindicalistas con la fuerza armada.

Como se ve, se había fraguado una extensa conspiración en varias provincias, de la cual el suceso más grave fue el de Vera. En la Presidencia facilitaron a los periodistas la siguiente nota:

Deseoso el Directorio de que la opinión tenga noticias ciertas que impidan toda desorientación y concreten la importancia de cualquier hecho, evitando los abultamientos conscientes e inconscientes de los propaladores, se cree en el deber de dar a conocer los siguientes sucesos, de carácter al parecer revolucionario, provocados por elementos anarquistas procedentes de Francia, en relación, sin duda, con el sindicalismo avanzado español.

En la madrugada del 7 del corriente, fueron observados por las autoridades municipales de Vera (Navarra) individuos sospechosos, que, sin duda, habían traspasado recientemente la frontera, los cuales, en número de treinta y armados, sostuvieron a las cuatro quince, en las inmediaciones del pueblo, grave colisión con una pareja de la Guardia civil de servicio, a la que dieron muerte, sufriendo por su parte un muerto y un herido grave, dispersándose después.
Apercibidas las autoridades, dispusieron su persecución, llevada a cabo por agentes de Vigilancia y fuer zas de la Guardia civil y Carabineros, matando a un individuo, que no pudo ser identificado, y deteniendo a Bonifacio Manzanedo Besga, de veintidós años, soltero, natural de Burgos, prófugo del pueblo de Sestao; José Antonio Vázquez Bouzas, de veintinueve años, soltero, natural de Po (Lugo), éste, detenido en el lugar del suceso; Eustaquio García Aparicio, de veintidós años, soltero, de Bilbao, que trabajaba en San Juan de Luz; Leandro Fernández Gutiérrez, de veinticuatro años, soltero, de Buenos Aires; Pablo Martín Sánchez, de veinticinco años, soltero, de Bilbao.

Posteriormente, y con gran actividad, han continuado con éxito las pesquisas, logrando la detención de veintidós más, de ellos cuatro muertos.
A todos los detenidos se les ocuparon hojas impresas excitando a la rebelión, y siendo sometidos a juicio sumarísimo.

Pormenores del suceso de Vera. De Pamplona comunicaron los siguientes detalles:
En la madrugada del viernes, el alguacil del Ayuntamiento de "Vera, Miguel Berasain, observó desde su casa que por la calle pasaba un compacto grupo de unos cuarenta a cincuenta hombres, que le infundieron sospechas. Se levantó y se fue al encuentro de la Guardia civil, para enterar a ésta de lo que había visto. En aquel momento llegaban al cuartel el cabo Julio de la Fuente Sanz, natural de Navascués (Navarra), y el guardia Aureliano Madrazo Ortiz, natural de Espinosa de los Monteros (Burgos), ambos solteros, de regreso de servicio, a quienes el alguacil de Vera expuso lo que acababa de ver.

Encaminándose los tres por la carretera hacia la fábrica de fundiciones de Vera, en dirección a Pamplona, en busca de la banda; pero como no vieran a nadie, el cabo indicó al alguacil que se retirase, porque él, con el guardia, daría una batida. »Cuando, de regreso al pueblo, estaba el alguacil a unos 150 m. de distancia de la pareja, oyó primero dos disparos y luego una descarga cerrada. Retrocedió el alguacil, y al ver un bulto tendido en el suelo, volvió a emprender la marcha al pueblo, para dar cuenta al resto de la fuerza de la Guardia civil, que la componían los guardias Silvestre López Rodríguez y José Ofianos Ros.
A todo esto, una pareja de Carabineros de servicio en la carretera, a un kilómetro del suceso, al oír los disparos, retrocedió al lugar de éste, y a poco detuvo a un hombre, que dijo iba o venía de Bilbao, y cuando los tres se dirigían al lugar, se encontraron con cinco o seis de la banda, con quienes sostuvo tiroteo la pareja de Carabineros.
Uno de éstos fue objeto de cinco o seis disparos a quemarropa, sin ser herido; pero él mató de un balazo en la cabeza a uno de los malhechores.

La manta del carabinero estaba acribillada a balazos. La segunda pareja de la Guardia civil, avisada por el alguacil, marchó al lugar del suceso y encontró muerto al cabo. El guardia había desaparecido; pero como en la cuneta de la carretera había un charco de sangre, cuyo reguero seguía hasta el río Bidasoa, se supuso que lo habían arrojado al río. Más tarde fue extraído el cadáver.
E1 resultado de esta refriega fue, además del cabo y guardia muertos, un malhechor herido en una pierna, que hubo de serle amputada.
E1 guardia debió sostener una lucha titánica, pues además de ser un hombre robusto, tenia puesta la cuchilla en el fusil, y porque algunos de los bandidos heridos detenidos más tarde debieron ser heridos por él y conducidos por sus compañeros y dejados en caseríos. Entre las dos refriegas que los malhechores sostuvieron con la Guardia civil y con los carabineros, atendieron al herido, puesto que al ser capturado en la carretera tenía una pierna vendada con la corbata, para contener la hemorragia.

Hasta las cinco de la tarde habían caído en poder de las autoridades los siguientes individuos: José Antonio Vázquez Bonjas, natural de Málaga; Eustasio García Aparicio, de la provincia de Soria; Pedro Martín Sánchez (que tenia el muslo atravesado de un balazo), natural de Bilbao; Leandro Fernández Gutiérrez, natural de la República Argentina; Julián Santillana Rodríguez, natural de Quintanilla de la Mata; Tomás García Jiménez, natural de Luesia (Zaragoza); Bonifacio Manzanedo Berga (que sufre amputación de una pierna), natural de Bolochán (Burgos); Justo Val Franco, natural de Albalatede Cinca (Huesca); Casiano Alonso Pozo, natural de Villalpando (Zamora); Ángel Fernández Herrero, de Villalpando (Zamora); Julián Fernández Reert, deElciego (Álava); Luis Neveira Sánchez (muerto por el carabinero en la refriega de la carretera), natural de Villalón (Corufia); el muerto por el cabo de la Guardia civil de Sumbilla no ha sido identificado; Gregorio Izaguirre, de Santurce; Julián Santillán, Pablo Martín, Anastasio Guilarte Gómez, Francisco Lluch Alberdi, detenido por los carabineros de Echalar, soldado desertor del regimiento de Sicilia, natural de Oviedo, y su padre reside en Eibar; Juan José Ayala Casas, natural de Madrid. Un moribundo, apresado en el monte y que no puede hablar, ha sido traído en automóvil.

E1 resumen de bajas es el siguiente: Julio de la Fuente, cabo de la Guardia civil, muerto; Aureliano Madrazo Ortiz, guardia civil, muerto; Luis Naveira Sánchez, rebelde, al que dio muerte un carabinero; un desconocido, que no ha podido ser identificado, al que dio muerte el cabo de la Guardia civil de Sumbilla. Heridos: el carabinero de Endarlaza Pedro Prieto Niso; Bonifacio Manzanedo, al que hirió la Guardia civil en la carretera; Pedro
Martín Sánchez, rebelde, que tiene un muslo atravesado por un balazo; hay otro rebelde, desconocido, que se encuentra en estado agónico.
 Al pasar por la fábrica Fundiciones de Vera antes de la refriega con la Guardia civil, los revolucionarios dejaron un paquete de hojas impresas sediciosas.
La Policía francesa ha detenido a 18 individuos más, al parecer complicados en los sucesos de Vera. E1 total de detenidos asciende a 36.

La sedición se organizó en Francia. —En cambio. El País Vasco dijo en una interesante información sobre el fracasado intento de Vera de Bidasoa: “La sedición fue organizada en territorio francés y por conocidos agitadores comunistas que estaban expatriados. En los primeros días de la pasada semana comenzaron a llegar a Perpignan súbditos españoles procedentes de París, Lyon, Marsella, Burdeos, Nancy, Saint Etienne, Montpellier y otras localidades francesas”.
Muchos grupos se hicieron transportar en autocares y taxis hasta la frontera española, que deseaban ganar a pie. En el mojón número 40 fue donde se hizo la distribución de armas y dinero. Que hubo abundancia de éste, lo prueba el que a uno de los detenidos se le ocuparon más de 1.000 francos, y a los demás, unos 500.
E1 reparto de armas también fue pródigo. Las pistolas recogidas, más de veinte, son de distinto calibre. Unas fueron cogidas a los detenidos, y otras halladas en el monte.
De municiones fueron también pertrechados. A Enrique Gil Salas, que ingresó herido en el hospital de Vera, se le ocuparon cuatro cajas de 50 cartuchos y varias cápsulas.
Dos detenidos en Banuyla sur-Mer, Espada Clemente y Estrada, eran portadores de muchas pistolas Browning y municiones, así como de proclamas anarquistas.

En Cerbére, Porthus Bourg-Madame y Elne se han practicado también numerosas detenciones.
La partida se reunió en San Juan de Luz, y en la noche del jueves, fraccionada en tres grupos, salió para la frontera. Al llegar a ésta, los conjurados, en número de treinta y cinco, discutieron si habían de penetrar en España diseminados por las montañas, para no infundir sospechas; pero los que capitaneaban los grupos, sin duda temerosos de que se produjeran deserciones, impusieron su criterio de seguir por carretera, orientados por un mapa.
Los revolucionarios llegaron a Vera a las doce de la noche, deteniéndose en la fábrica de fundición que hay junto a la presa del río, para echar por debajo de la puerta unas proclamas sediciosas que tienen el siguiente pie de imprenta: “La Fraternelle, 55, rué Uixórecourt (XX)”.

Esperando que cuando los obreros se enteraran de las proclamas secundarían su actitud, marcharon los sediciosos al pueblo de Vera, en grupo. Debieron estar muy poco tiempo en las calles de la población, y, temerosos, sin duda, de ser descubiertos, salieron de ella.
Fue entonces cuando el alguacil Berasain advirtió la presencia de los grupos y se fué a avisar a la pareja de la Benemérita, que salió en seguida en busca de ellos.
En el Consejo de guerra, celebrado el día 14, resultó lo siguiente:
Se leyó el sumario, donde consta la declaración prestada por Manzanedo, el cual manifestó que venía de Francia y que se dirigía a San Sebastián, añadiendo que en la carretera se encontró con un grupo de paisanos, a los que no conocía personalmente. Dijo también que durante el tiroteo sostenido por los del grupo con los carabineros, le pegaron ¡in tiro en una pierna, y que en aquel momento uno de los paisanos lo cogió en brazos y lo condujo al monte, donde perdió el conocimiento.

Manzanedo negó que fueran de su propiedad la pistola y los cartuchos que le fueron ocupados al ser detenido. Cree que el sindicalista que lo llevó al monte se la metió en el bolsillo, para deshacerse él del arma y eludir responsabilidades.

Julián Fernández Revert, cuya declaración se leyó a continuación, manifestó que, procedente de Francia, vino a España con otros sindicalistas, y que se proponían marchar a Irún, para hacer estallar la revolución. Explicó el encuentro con la pareja de la Guardia civil, y habló de dos cabecillas, cuyos nombres desconocía, si bien aseguró que los reconocería fácilmente, si le fueran presentados. Afirmó no saber el alcance que se quería dar al movimiento revolucionario, y dijo que, de no haber sido detenido, se hubiera trasladado a Madrid, para unirse a sus hermanos, residentes en la corte.
Protestó que se le considerase revolucionario, y aseguró que si tomó parte en el movimiento, fue por temor a que lo mataran quienes lo impulsaron a él.

Pablo Martín Sánchez declaró que entró en España, procedente de Francia, con otros, para tomar parte en un movimiento revolucionario que se preparaba y que había de estallar en breve.
Relató el encuentro con la Guardia civil en la forma ya conocida, y dijo que los revoltosos tenían el propósito de atacar el puesto de Carabineros de Vera, desde donde marcharían a Irún y San Sebastián. Contaban con que los soldados de esta guarnición se les unieran, para lo que disponían de gran cantidad de hojas sediciosas, iguales a las que abandonaron a las puertas de la fábrica de Vera, que serian introducidas en los cuarteles. Declaró que proclamas análogas fueron repartidas, según le dijeron, en Bayona (Francia), por un ex diputado español apellidado Soriano, y un catedrático de Salamanca, que creía que se apellida Unamuno.
Siguieron las declaraciones del alguacil de Vera y del capitán de Carabineros de la misma localidad.
El procesado Eustasio García Aparicio dijo que venía de Francia para pasar la revista militar anual, y que casualmente encontrose cerca de Vera con unos desconocidos, que tuvieron una refriega con la Guardia civil y con los Carabineros, en la que el declarante no tomó parte.

Julián Santillán Rodríguez confesó que el complot se fraguó en Bayona de Francia, donde le dieron dos pistolas para que interviniera en el movimiento revolucionario que le dijeron que iba a estallar en España. Explicó a continuación el encuentro con la Guardia civil.

Las declaraciones de Ángel Fernández Herrero, Tomás García Jiménez, Justo Val Franco y Casiano Alonso Pozo carecían de interés.

Quiénes fueron los organizadores
. —Manuel del Río declaró, y así lo publicó la Prensa, que en París le comprometieron en el movimiento, por instigaciones de Unamuno, Ortega Gasset (E.), Soriano y Blasco Ibáñez, que dirigían el complot.
En iguales términos declaró José Vázquez Bouza, reconociendo que los citados políticos españoles eran los directores del movimiento.
Gregorio Izaguirre hizo iguales declaraciones, añadiendo que en París asistió hacia un mes a un mitin de carácter revolucionario celebrado por elementos españoles, y en el que tomaron parte Rodrigo Soriano y otros políticos, cuyos nombres ignoraba. Afirmó que desde entonces se hizo en París activa propaganda, a fin de provocar la revolución en España.

Dijo que en San Juan de Luz comprendió que había sido engañado; pero que era tarde para retroceder. Gregorio Izaguirre dijo que entró en el movimiento engañado por los que formaban el grupo, y convencido de que iban al fracaso, a pesar de oír hablar a sus compañeros, que con gran entusiasmo comentaban el favorable cambio que se operaría en España, bajo la dirección del Conde de Romanones. Negó su intervención en los sucesos, y aseguró que tenía el propósito de separarse del grupo en la primera ocasión propicia que se le presentara.
Se leyó luego un informe del Auditor de la Región, en que proponía que el procedimiento sumarísimo se siguiera únicamente contra Enrique Gil Galaf, Julián Santillán
Rodríguez, Pablo Martín Sánchez y José Vázquez Bouza, por ser los únicos cuya participación directa en los sucesos habían podido determinarse concretamente, siguiéndose para los demás el procedimiento ordinario.

A continuación se dio lectura del decreto del Capitán general de la Región aceptando la propuesta del Auditor y ordenando que el sumario se elevara a plenario.
Comenzó su informe de acusación el fiscal, afirmando que la importancia de los hechos delictivos y su carácter revolucionario exigían rapidez en el procedimiento y ejemplaridad en el castigo.
En su consecuencia, pidió la pena de muerte para los procesados Martín Sánchez, Gil Galaf y Santillán Rodríguez, y la de seis años de prisión militar mayor, para
Márquez Bouza. El defensor comenzó su informe diciendo que se estaba ante un caso de delincuencia colectiva, pero no de codelincuencia, conceptos que examinó y especificó.
Afirmó que no había prueba de que los procesados mataran a los Guardias civiles, ni de que disparasen contra ellos. Si, como la ley preceptúa, se consideraba el hecho como colectivo de índole especial, los acusados tendrían que ser considerados como meros ejecutores del alzamiento contra la forma de gobierno o rebelión.

Dijo que ninguno de los procesados fue sorprendido in fraganti delito, pues Vázquez Bouza iba solo por la carretera, Martín Sánchez no llevaba armas, Santillán fue capturado en el monte al día siguiente de los sucesos, sin oponer resistencia, a pesar de llevar dos pistolas, y Gil Galaf no puede precisarse cuándo cayó herido, ni se dice en el sumario que lo fuera por la fuerza  pública, lo que prueba que la lesión que sufre se la produjo un proyectil perdido. Respecto al reconocimiento en rueda de presos, fue fácil, pues todos eran conocidos.

Sentó sus conclusiones en forma alternativa, así:
-Primero. Los procesados, menos Vázquez, son responsables de un delito contra la forma de gobierno, según el caso tercero de la primera parte del artículo 184 del Código penal ordinario, correspondiéndoles la pena de prisión mayor, en su grado máximo, a reclusión temporal, en su grado mínimo.
-Segundo. En caso de estimarse que el hecho no constituye delito contra la forma de gobierno y sí de rebelión, será aplicable la pena señalada en la primera parte del artículo 246 del mismo Código,
-Tercero. No existiendo circunstancias modificativas de la responsabilidad, corresponde imponer la pena en su grado medio, o sea, de diez años y un día o doce años de prisión mayor.»
Para Vázquez Bouza pidió la absolución.
* * *
La opinión censuró duramente a los que, quedándose tranquilos en sus respectivos domicilios, lanzaban a unos infelices a los peligros de perder la libertad o la vida.
Los revolucionarios del 68—se decía—, los Sagasta, Rivero, Becerra y otros, cuando organizaban una revolución o un motín, se ponían al frente de los comprometidos, con su fusil al brazo, y corrían los mismos peligros, y aun más, que la gente que les ayudaba.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales


martes, 22 de octubre de 2013

EFEMERIDES

Tal día como hoy 22 de octubre de 1974 hace 42 me incorporé al mundo laboral, primero como aprendiz, y después al cumplir 18 años como oficial de tercera electricista en AHV.

Si hiciera un guiño a la memoria vería pasar una vida de sensaciones tan dispares, recuerdos de amigos ausentes, el compañerismo en las necesidades, el miedo en la represión, la ilusión por vencer a la dictadura, los inicios sindicales y tantas cosas más, pero bueno el año que viene serán 43 y mientras tanto la vida pasa...

martes, 15 de octubre de 2013








PARTE NOVENO DE LAS OPERACIONES MILITARES DE LA MISION DE NAVARRA AL MANDO DE SU GENERAL EL MARISCAL DE CAMPO
DON FRANCISCO ESPOZ  Y MINA,
EN LOS TRES PRIMEROS MESES ENERO, FEBRERO Y MARZO DE ESTE ANO DE 1813.

Excmo.- Sr. El Comandante de observación del punto de Vera me dice lo siguiente.="Mi general”=. Hay cosas que parecen imposibles a primera vista si se gradúan los medios y las circunstancia del que ejecuta. Fuera temeridad apoderarse de una plaza fuerte, guarnecida y fortificada con solos 15 hombres aún guiados del entusiasmo y conducidos por el valor. Había y o meditado apoderarme del castillo de Fuenterrabía, y mis deseos debían cumplirse. Me hallaba en Vera, de cuya villa salí la tarde del 21 del corriente con 15 soldados que debían obrar conmigo, los únicos que hacían toda mi partida. Me proveí de cuerdas y de clavos para el efecto.

A las once de la noche me hallaba pegado a las murallas del castillo: trate de amarrar las cuerdas, y no sin mucho trabajo fijé los clavos que debían servirme de escalón , y con un solo soldado, que por entonces juzgué suficiente para el primer golpe, escalé la muralla, e introducido me arroje improvisamente sobre el centinela que quedo en mi poder: a una señal mía me reforzaron algunos de mis compañeros, con los que sorprendí  la guardia, que silenciosa estaba en una de las casamatas  y dueño de las llaves de las puertas del castillo las abrí para que por ellas entrasen mis soldados.

Consecutivamente hice prisioneros 8 artilleros que se hallaban en el castillo, pues los demás dormían en la ciudad, y tratando de inutilizar las piezas de cañón que en él había, enclave dos de a 24, y una de a 18; eche a la mar 1500  balas del primer calibre y 2600 de violentos; saqué a fuera , para traer conmigo, 100 balas de esta  clase , 9 fusiles, 2 pistolas, 4 sables, 80 varas de cuerda mecha, dos quintales y medio de pólvora, y la bandera tremolante: me retiraba después de haber dado fuego al castillo, a cuyos fuegos, puesta en al arma la guarnición de la ciudad, salió en mi  seguimiento, pero despavorida,  y llena de aquella confusión hija de una novedad inesperada: se componía de gendarmes.

 Me siguieron, pero en vano, porque tuve la satisfacción de rechazarlos y de salvar todos los efectos indicados, sin haber tenido la menor pérdida de mí parte. Acudieron los enemigos a cortar el fuego del castillo, pero sin fruto, porque de las cuatro partes de el se abrasaron tres y ha quedado enteramente inservible. Tendré el gusto de presentarle a V.S.  Mi general, además de !os prisioneros y efectos relacionados, las llaves del castillo de Fuenterrabía , fruto del valor de mis soldados, y del amor y respeto que profesan a vuestra persona. Dios guarda a V.S. muchos años, Vera 13 de marzo de 1813. ; El sargento 1ª Fermín de Leguía. Sr. general D. Francisco Espoz y Mina”  Por el resultado de una empresa a todas luces arriesgada deducirá V.E. con facilidad el  distinguido mérito que en esta ocasión ha contraído el sargento 1ª Fermín de Leguía y la partida de su mando y aunque él no la recomienda, lo hago yo en cumplimiento de mi obligación.

Me consta que si las historia de nuestra nación refieren tal cual caso semejante, la de la presente revolución hasta de ahora no ofrece otro igual. Dejo pues al arbitrio de V. E, implorar del gobierno confirmación de la gracia de teniente que ha hecho al sargento 1ª. Leguía, y las que aquel tenga a bien conceder a sus soldados. Ni y o podré pintar jamás a V. E, la impresión que ha causado en los ánimos de los franceses la pérdida del castillo de Fuenterrabía, ni el gozo y contento que ha cabido a estas provincias por un suceso semejante.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Puentelarreina  15 demarco de 1813 Espoz y Mina: Excmo. Sr. Francisco Xabier Castaños.

domingo, 29 de septiembre de 2013




ANDER SOLOZABAL
  


Ander Solozabal González, nace en Portugalete, en el año 1967. El veneno de la escritura se le inoculó en la librería propiedad de su abuela. Fue en este lugar donde consumió muchas horas desde que aprendió a leer. A los 19 años se instala en Madrid y a los 28 años escribe esta novela " El campo de la iglesia Santa María", ambientada en el Portugalete de su juventud. 
Los personajes viven pendientes de un hilo, en el lado canalla de la vida, entre la heroína y la presencia constante de la policía en la zona más conflictiva del pueblo.
Leer este libro es una mirada atrás, recordar la década de los 90 donde las manifestaciones políticas  eran una constante, donde en Portugalete el Campo de la Iglesia era el centro de la "quedada", y de todos los esfuerzos que la policía realizó para eliminar a una juventud  militante y combativa a través de la droga.
Personalmente he leído varias veces el libro, y en ellas he visto el pasado en presente y recordado aquellos amigos que la muerte les ganó hace tiempo el desafío de la vida. 
!!Gogoan zaituztegu!!  

sábado, 28 de septiembre de 2013

León Aureliano Gutiérrez patrón de la 
trainera de Portugalete año 1926



La primera participación de Portugalete en la bandera donostiarra de la Concha fue en septiembre del año1926 con la trainera “Virgen de la Guía”, siendo su patrón mi abuelo león Aureliano Gutiérrez y cuyo distintivo entonces era de color marrón. 



viernes, 27 de septiembre de 2013

PENSAMIENTOS EN BERA



Mientras la vida pasa, esos rellenos de memoria los solemos realizar con los recuerdos.  La mayoría de ellos,  recuerdos de felicidad: fechas de nacimientos, bodas, acontecimientos importantes, y por el lado contrario, fechas que nos recuerdan momentos que en nuestra vida  nos han llenado de penas y angustias. Las dos están muy presentes a lo largo de nuestra existencia. Algunas las compartimos y celebramos con alegría, rodeados de personas que queremos y apreciamos, otras en silencio, no queriendo que otros, sean partícipes de la pena que nos produce ese acontecimiento.

Yo siempre tengo en mi memoria una fecha, 16 de septiembre de 1996, y tanto en el trabajo como en mi vida cotidiana, esta fecha sale a relucir con frecuencia. Es un desahogo, sacar al exterior lo que nos duele, es compartir. Esa es la fecha de mi incorporación a la fábrica de  Lesaka. Se, que hasta  no regrese al punto de partida, esa fecha, estará en mi subconsciente recordándome de dónde vengo y hacia donde iré. 

No tengo prisa, porque me gusta degustar el día a día realizando pequeñas cosas que me hacen vivir, pero sé que el billete de ida y vuelta, algún día será amortizado.

También esto me ayuda a entender a todos aquellos que están pasando por lo que en su día yo, y muchos otros compañeros pasamos.

Mientras tanto seguiré indagando sobre Bera y sus gentes, y cuando la vida pase, que el recuerdo perdure.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales


  

jueves, 26 de septiembre de 2013

                                     

FUNDICIONES DE BERA  

Recorte de prensa del año 1935 donde se aprecia la fábrica de Fundiciones de Bera y una panorámica del pueblo. En la foto destaca Ángel Garín, gerente en aquel entonces de la fábrica y muy poco después en Bortziriak,  entusiasta y colaborador con los requetés que se sublevaron contra la República. 

miércoles, 25 de septiembre de 2013



BARRACONES DE IBARDIN








Barracones militares en la zona de Ibardin - Bera, de este emplazamiento salían los soldados trabajadores a construir las defensas militares en dicha zona. En este lugar todavía se conserva la explanada que hacía de campo de fútbol. Actualmente la zona está totalmente abandonada y como sucede en otros parajes, ningún organismo se hace cargo de su conservación. Su construcción estaría alrededor del año 1940. 

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

martes, 24 de septiembre de 2013

MODESTO CENDOYA BUSQUETS





MODESTO CENDOYA  BUSQUETS




Modesto Cendoya Busquets, arquitecto conservador de la Alambra de Granada entre los años 1907-1923, nace en Vera de Bidasoa (Navarra) el 4 de noviembre de 1856 y fallece en Granada el 26 de setiembre de 1938. Sus padres fueron; José María Cendoya Aramburu ( Tolosa, (Gipuzkoa), 1818) y María Luisa Busquets Bull (Pasajes, (Gipuzkoa), 1820). José María en Pasai Donibane, contrajo matrimonio (1846), con María Luisa. Fruto de este matrimonio tuvieron cinco hijos, José (1848), Antonia (1850) y Juana (1852), nacidos  en Pasai Donibane, mientras que Anselmo (1854) y Modesto nacieron en Bera.



José María Cendoya con el motivo de ocupar el cargo de empleado en el horno alto que se construyó sobre la antigua ferrería de Olandia, se desplazó a trabajar de Pasai Donibane a Bera en el año 1853, siendo su residencia la casa llamada “Juanisenea”.

Modesto,  junto con su hermano Anselmo estudió en Madrid en la Universidad Central, Facultad de Ciencias durante los cursos 1870-1874, residiendo mientras tanto en la calle Fuencarral. Posteriormente, se tituló en arquitectura en la Escuela Superior  de Madrid en el año 1885.

Modesto Cendoya Busquets el 7 de setiembre de 1893, contrae matrimonio con María Adoración Cobos Maza, viuda de Paulino Castro Serrano, con el que se había casado en Granada el 20 de mayo de 1874. Este matrimonio tuvo al menos una hija, María Cendoya Cobos, y si habría que tener en cuenta los datos recogidos de los campos de concentración en Francia, también Modesto Cendoya Cobos. De mis investigaciones en Vera de Bidasoa, por censos, nacimientos etc. no encuentro ninguna persona con esta referencia, siendo un misterio sin resolver en la actualidad.





En ese año de 1885 llegó a Granada, para trabajar en sus comienzos  en la reconstrucción de los pueblos afectados por el terremoto de Alhama. Desde su cargo como arquitecto municipal, puesto que ocupó hasta su jubilación en el año 1927, dirigió diversas obras, siendo en sus inicios, el trazado para la apertura de la Gran Vía de Colón (1891) su proyecto de mayor envergadura.

Como profesional privado, la adscripción estilística de sus obras responde a los esquemas formales de principios de siglo moviéndose entre el eclecticismo del Hotel de París (1907) y el historicismo de carácter neoárabe, o la fachada de la Casa Consistorial (1910), a su favor es  la aparición de un Patio de los Leones en el pabellón de España en la Exposición Universal de Bruselas (1911), etc.

Es autor del proyecto  de la Azucarera San Isidro, desarrollado el año 1901 y ampliado en el año 1920 por Felipe Giménez. También participó en el proyecto de la construcción del edificio del Centro José Guerrero, llevado a cabo por Indalecio Ventura Sabatell, así como en la conocida como “La Casa de la Perra Gorda”.

Colaboró como técnico municipal, y formando parte como arquitecto y vocal técnico junto al ingeniero Julio Moreno en el nacimiento y origen de la Sociedad Sierra Nevada, (1912 – 1928).

Es destacable también por parte de Cendoya su participación en la dirección y construcción del hotel Alhambra Palace junto al arquitecto inglés Mr. Lowet. Esta fue la persona que realizó los primeros planos del proyecto y cuya construcción se llevó a cabo en los bosques de la Alhambra, en un paraje desde donde se domina toda la ciudad de Granada. El hotel Alhambra Palace comenzó a construirse en el año 1905, siendo  inaugurado por el rey Alfonso XIII el último día del año 1909.

 La faceta más interesante de Modesto Cendoya,  coincide con su nombramiento como director de la Alhambra, por Real Orden del 1 de mayo de 1907, cargo que ocupó es sustitución de Mariano Contreras (1890-1907) hasta su destitución en 1923. Su cese fue motivado bajo la acusación de desidia y  de ser el causante de numerosos e irreparables destrozos arqueológicos y por todo ello fue destituido por el Director General de Bellas Artes Sr.Weyler en febrero del año 1923.

Fue reemplazado en la dirección y conservación de la Alhambra por Leopoldo Torres Balbás (1923-1936), cerrándose así la etapa más conflictiva  de la historia contemporánea de la Alhambra.

 A su vez, Torres Balbás, fue cesado el 25 de agosto  de 1936, por orden del coronel Basilio León Maestre, Comandante Militar de Granada, que sustituyó al asesinado general Campins, tras el golpe de estado consolidado en Granada el 21 de agosto. En octubre de 1936, se le abre un expediente por Responsabilidades políticas, siendo acusado de ser simpatizante del Frente Popular, por lo cual es depurado políticamente y destituido como Arquitecto Director de la Alhambra. En su momento se denunció a Modesto como uno de los inductores de esta destitución.

Nuevamente, en agosto del 1932 Modesto Cendoya fue nombrado director Provincial de Bellas Artes de Granada.

La destitución de Modesto Cendoya en su cargo como Director  Arquitecto conservador de la Alhambra de Granada, vino acompañado de una fuerte controversia, tanto local como a nivel nacional,  muestra de ello es el contenido de la carta que se publicó el 24 de febrero de 1923  en el periódico la Época:

“Inopinadamente ha sido destituido de su cargo el arquitecto conservador de la Alhambra, don Modesto Cendoya. Protestas llegadas de Granada, de Centros y personalidades de solvencia cierta, dan idea de la sorpresa y el disgusto que el brusco relevo ha determinado. Y en fe que es significativo que todos cuantos conocen de primera mano el problema, se prenuncien en favor del funcionario sustituido.

No se olvide que el señor Cendoya, arquitecto de brillante historial, recibió la Alhambra, hace años, poco menos que en ruinas, y que él la devuelve ahora consolidada, mediante eficaces exploraciones arqueológicas.

Es probable que entre los servicios prestados por el señor Cendoya a la bellísima joya de nuestro arte arábigo se cuenten algunos yerros. Si existen, debieran señalarse, porque es el caso que en una interviú celebrada por el director general de Bellas Artes, señor Weyler, con un periodista granadino, el único reproche que pudo formular a la labor realizada por el señor Cendoya fue éste: que el arquitecto-conservador reintegraba al Tesoro público algunas cantidades de las consignadas para las atenciones de la Alhambra.

Esto, que, desde luego, demuestra una honradez exquisita, una gestión económica de ejemplar austeridad, pudiera indicar al propio tiempo, sin duda, que el señor Cendoya descuidaba el estudio de nuevas obras. Pero si esto es así, habría que señalarlo con diafanidad, para que la destitución del ilustre arquitecto aparezca ante la opinión pública plenamente justificada.

Y no queremos razonar por nuestra cuenta. Nada tendría, en cuanto a la persuasión del lector, la fuerza de los hechos que vamos a aducir. Su enu- meración, siquiera sea muy incompleta, compondrá una hola de servicios diurna de la mayor consideración. Veamos, pues, que ha hecho el señor Cendoya como arquitecto-conservador de la Alhambra. Entra otras cosas, las siguientes:

Construcción de todo el alcantarillado de la Alhambra y saneamiento general; obras que llevaron al estadio de los desagües exteriores y arreglo del estanque de las Damas. Restablecimiento de toda la red de cañerías para el surtido de las fuentes del Palacio y sus desagües. Recalzo de la fachada Oeste del Salón de Embajadores y del tramo de muralla que une la torre de Comares a la de Machuca. Recalzo de los cimientos del cuarto Dorado y del Oratorio. Consolidación de la torre de las Damas, del patio del Harén, del muro intermedio de las galerías y de Machaca, de la torre del Cadí y de las torres llamadas de las Pañales. Arreglo de todas las solerías. Desmonte en la Alameda de Santa María para llegar a su primitivo plano, descubriendo los canales, albercas y fuentes murales de los jardines primitivos. Desmontes en el Portal bajo, de las cuadras de Mondéjar y de todo el camino cubierto en el recinto de la Alhambra, desde la Torre de los Picos, hasta la del Cabo.

Desescombro del patio de la Alcazaba, de la torre de las Armas, rampas exteriores, etc. Como se ve por este índice rapidísimo, el señor Cendoya ha venido atendiendo por igual las obras de saneamiento y las de fortificación. Veamos ahora los descubrimientos arqueológicos, llevados a cabo: de las Torre de Siete Sellos y de las Cabezas; de la pintura de moros de la Torre de las Damas; de la interesante escalera que llega hasta la ribera del Darro, pasando por las Torres del Peinador; de todas las edificaciones que formaban la Maestranza del a Alcazaba, y entre ellas, los baños, la panadería, los hornos de forja, la mazmorra, etcétera; del patio anterior al del Mexuar en comunicación con la Puerta del Bosque, y como resultado de todo esto, una infinidad de fragmentos de cerámica de diferentes épocas, y objetos de diversa índole y alto valor artístico.

No tenemos por que desconocer que don Modesto Cendoya ha demostrado poseer mayor competencia como arquitecto, que sensibilidad como artista.

 A las exigencias de su técnica profesional, ha sacrificado, según parece, algún aspecto parcial del monumento: así, las talas del bosque, por ejemplo, no siempre necesarias seguramente. Y en toda sugestión ha presidido, en efecto, un criterio de restauración arqueológica mas que de conservación artística, Pero no olvidemos que el problema de la Alhambra, antes que ningún otro de estética pura, era simplemente de de ser ó no ser.

La Alhambra se venía abajo inevitablemente. La condición frágil de su fábrica la condenaba a una muerte inmediata Sobre los reblandecidos cimientos, las piedras amenazaban caer deshechas en polvo. La yedra, sobre los decaídos muros que se cimbreaban, era como el abrazo de una muerte segura... El señor Cendoya pasó los días de claro en claro, y las noches de turbio en turbio, para estudiar los múltiples problemas que había que atender, a fin de salvar el monumento.

Estudió trabajos particulares, que podían proporcionarle pingües beneficios, y se dio por entero, con el máximun de su actividad, a la Alhambra.

Y la Alhambra no se hundirá ya. Si en la Dirección General, de Bellas Artes se ha creído que el señor Cendoya no ha tenido el acierto por compañero inseparable de su gestión, fácil hubiera sido la creación de un organismo que sir viera de garantía para que la iniciativa del arquitecto no cediera en perjuicio del arte. Lo que no ha debido hacerse, es desposeer de su cargo al señor Cendoya, airadamente, sin consideración alguna, entregándolo inerme a la crítica indocta. Sin interés personal en el asunto, nada nos importaría, en último término, el cambio de arquitecto, si el nuevo que haya de nombrarse, reúne las condiciones apetecidas. Porque sería realmente lamentable que el cese del señor Cendoya, que, discutible o no, significaba un programa y un plan, inicie una nueva etapa de ensayos, de indecisiones, de idas y venidas, le vueltas y revueltas...”

Sobre la obra en general de Modesto Cendoya, el crítico José Álvarez Lopera, nos declara que: “su la reputación, era sólida pero no tenía especiales conocimientos de arte musulmán ni había realizado hasta entonces trabajos de conservación en monumentos.

Hombre de fuerte carácter y bastante ladino, contaría durante los años que permaneció en el recinto (1907-1923) con el apoyo de la mayor parte de las instituciones granadinas, de un sector de la prensa (especialmente del Noticiero granadino, cuyo director, Juan Echevarría, había realizado la restauración del Oratorio de la Madraza) y, sobre todo, de los dos caciques locales, La Chica y Rivas. A lo largo de este período acabó por convertirse en el estandarte del bando de los restauradores. Tenía, como ha señalado acertadamente Prieto-Moreno, una "visión sintética del monumento". Para él, las diversas partes del recinto estaban conectadas indisoluble y matemáticamente, de tal modo que un descubrimiento (o la resolución de un problema) llevaba inexorablemente a otro.

De acuerdo con esta teoría tenía el convencimiento de que era posible "reconstruir" la Alhambra, llegar a su reconstitución tal y como estaba a finales del siglo XV. Por eso acostumbraba a comenzar una obra y no terminarla (cada vez que iniciaba alguna le surgían problemas que no podía resolver hasta realizar otras investigaciones), le estorbaba el arbolado (que para él sólo servía para enmascarar las líneas arquitectónicas del recinto impidiendo "la consideración de la Alhambra como fortaleza") y no le importaba librarse a reconstituciones como la reedificación del tramo de muralla de la Torre del Cadí.

Lo que entonces se llamó su "manía arqueologicista" está también en la base de sus actuaciones más sonadas (como los desmontes de terreno del Partal y de la Alamedilla, a la búsqueda de los niveles originales) y en la de sus más notorias inhibiciones, ya que Don Modesto, tan proclive a emprender investigaciones o restauraciones (algunas no poco engañosas y con su pizca de fantasía) se negaba en cambio sistemáticamente a actuar en zonas que como la Galería de Machuca, el Patio del Harem o el Convento de San Francisco, estaban en peligro de hundimiento y necesitaban obras de consolidación”.

 Modesto Cendoya, con una reconocida inexperiencia en lo concerniente a la arquitectura hispano-musulmana, y sobre todo respecto a la gestión y conservación de conjuntos monumentales, su paso por la Alhambra se caracterizó por el enfrentamiento con los sucesivos organismos encargados de su custodia, dado el intenso afán restauracionista del arquitecto y su pasión por la Alhambra arqueológica. Precisamente, en sus polémicas  reconstrucciones y reposiciones de adornos contó con la colaboración de Antonio Santisteban, director del taller de restauración de la Alhambra, que habría de ejecutar el sorprendente patio del pabellón de Bruselas.

La ausencia de rigor arqueológico en sus construcciones historicistas se compensa con una cierta contención al aplicar elementos de procedencia hispano-musulmana, generalmente neonazaríes, y moviéndose bajo parámetros próximos al regionalismo. Su vinculación con determinados miembros de la burguesía granadina le reportaron encargos donde desarrolló esta vertiente cuyas fuentes bebió directamente del monumento a su cuidado.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales