sábado, 16 de septiembre de 2017

LUCIO ALDAY LONGARAY

LUCIO ALDAY LONGARAY,   “PISTOLO”.

Lucio Alday Longaray nació en Bera el 3 de enero de 1905, y muere asesinado en San Marcial, Irún el 20 de octubre de 1936. 

 Sus padres fueron, Luciano Alday González, nacido en Araia, Alava el 13 de diciembre de 1863 y fallecido en Bera el 12 de marzo de 1923 y su madre  Justa Salvadora Longaray Llona nacida en Laukiniz, Bizkaia el 6 de agosto del año 1868 falleciendo el 22 de julio de 1932 en Bera. Sus abuelos maternos, fueron Agustín Alday de Barambio, Alava y Catalina González de Guriezo, Cantabria y sus abuelos maternos, Juan Antonio Longaray y Catalina González ambos de Lauquiniz, Bizkaia.

 Luciano y Justa tuvieron los siguientes hijos¨: Teodora Alday Longaray, nacida el 26 de diciembre de 1890, Enrique José nacido el 15 de julio de 1894 fallecido el 31 de octubre de 1896 con dos años de edad, MªCarmen Felipa nacida el 15 de julio de 1896 fallecida el7 de junio de 1896 con 10 años de edad , Casimira nacida el 28 de mayo de 1899 fallecida el 17 de abril de 1900 con diez meses de edad, Benigna nacida el 8 de noviembre de 1901, y el propio  Lucio nacido el 3 de enero de 1905. Cuando Lucio fallece, solo tenía como familia a su hermana Benigna, que en febrero del 1936 se había casado con el irunés Pedro Marañón.

Luciano Alday acompañado de su esposa Salvadora, cuyo matrimonio se llevó a cabo el 17 de diciembre de 1887, en Baracaldo, Bizkaia, llegaron a Bera, con el fin de trabajar Luciano primero en las minas de la comarca y posteriormente como laminador en la fábrica de Fundiciones. Su residencia estuvo en la calle San Esteban, en la casa conocida como Lizárraga. Es curioso que en las boicoteadas elecciones municipales del año 1922, en el distrito 1º de Bera solo participaran 8 electores, y que uno era el propio Luciano y otro Angel Garín Badiola el gerente de Fundiciones y después destacado franquista.

Las referencias que se tienen de Lucio Alday, tomadas en su día por vecinos y amigos que le conocieron, le definen como una persona sin afiliación política y bastante dicharachero. Socio del Gure Txokoa, estaba soltero cuando fue asesinado.

   Antes de la guerra trabajo en algún molino y luego al servicio de Francisco Antonio Ollo como chófer de camión. Una vez fallecido Antonio, su negocio lo mantuvo su viuda. A raíz del  asesinato de Lucio, se comentó que uno de sus denunciantes era un pretendiente de la viuda de Antonio Ollo, y que esta le rechazaba por Lucio, con el que podía haber por medio planes de matrimonio. Lucio, murió con la creencia que uno de los culpables  de que él estuviera en la cárcel la tenía el pretendiente frustrado, y que además lo consideraba amigo suyo.

Sin embargo, hay que decir que Lucio Alday, participó como chófer trasladando a Irún el 20 de julio a carabineros del puesto de Etxalar adictos a la República. Parece ser que allí permaneció hasta la caída de Irún en septiembre del 36, trasladándose posteriormente a Hendaya con dichos carabineros. La mayoría de ellos, se desplazaron en tren dirección a Barcelona para incorporarse a la República. Sin embargo, Lucio, engañado o porque pensaba que las aguas estaban más calmadas y por lo tanto su vida no corría peligro, decidió regresar a Bera.

Una vez en Bera, Lucio fue detenido y encarcelado en principio en la cárcel de Bera, donde compartió celda con los vecinos de Ituren, Pedro Gorostidi Imaz, Bautista Iriarte Azpiroz, Miguel Hualde Gorosterrazu y un cabo miquelete guipuzcoano, los cuales fueron asesinados el 28 de septiembre de 1936 en la cantera de Bera y sus restos enterrados en un pinar junto al puente de Lesaka.

Era tanta la confianza que tenían de que no corrían en aquellos momentos peligro sus vidas los detenidos, que al propio Pedro Gorostidi el día anterior de su muerte le habían soltado para visitar a su familia, y una vez realizada la visita, voluntariamente acudió a la cárcel de Bera. Esta cárcel, estaba en el ayuntamiento y tenía dos departamentos, ante la cantidad de  detenidos se habilitaron las oficinas del juzgado y el puesto del alguacil.

  Posteriormente Lucio al estar la cárcel saturada, junto a dos jóvenes de Astigarraga que habían sido detenidos el 12 de octubre, pasaron a ocupar el cuarto del juzgado que estaba en el propio ayuntamiento en calidad de detenidos. Los tres fueron asesinados el 20 de octubre de 1936. Los dos jóvenes de Astigarraga en Bera y enterrados en la fosa común del cementerio municipal y Lucio será trasladado a la cárcel de San Marcial de Irún donde es asesinado.

Después de su muerte, sus pocos enseres serán retirados por los mismos o parecidos vecinos que fechas anteriores habían participado en el saqueo de Irún, o en el de las viviendas de los familiares de los carabineros republicanos que permaneciendo en Bera después del 20 de julio y fueron expulsados del pueblo en base al siguiente mandato el 3 de agosto, San Esteban fiesta patronal de Bera.

             El Excmo. Señor Comandante de Navarra, ha acordado fijar un plazo de veinticuatro horas contando a partir de la publicación de la presente comunicación para que todas las personas que a raíz del movimiento nacional huyeron al extranjero se reintegren a sus respectivos domicilios en esta nación, bien entendido que una vez transcurrido el mismo se obligará a las familias de aquellos que no hubieran acatado tal orden salir del territorio nacional.  
         
Lo que se publica en el día de hoy para conocimiento de los que se consideren incluidos en el mismo, teniendo muy presente que el plazo señalado termina a las catorce horas del sábado venidero del mes de agosto.

Vera de Bidasoa, 31 de julio de 1936
Ladislao Vinen, TT. Coronel Comandante Militar de Bera

En Bera y en el caso de Lucio Alday Longaray, se aprecia sobre manera lo que supuso para personas decentes y honradas el golpe militar del 18 de julio de 1936.  En este pueblo, se comprobó cual fue la respuesta para la población civil entre unas y otros ideologías, entre los que defendían el gobierno republicano elegido en las urnas y los que defendían el golpe armado militar.

Una vez puesto en marcha el Movimiento, milicianos de izquierda se desplazan de Irún a Bera con la intención de animar a los trabajadores de Fundiciones, empresa de más de 200 trabajadores y en la que figuran trabajadores afiliados al sindicato UGT, a defender al gobierno actual. Posteriormente en la tarde noche del día 20 de julio, carabineros de Irún se desplazan con el ánimo de  hacer lo mismo con los carabineros del puesto de Bera y pueblos de alrededor como Lesaka y Etxalar. La mayoría de estos carabineros les acompañan de vuelta a Irún. En este retorno dinamitan el puente de Endarlatza, con lo cual el tráfico por carretera de Bera a Endarlatza se ve interrumpido hasta julio de 1937 con la inauguración del nuevo puente.

Ismael García era uno de estos carabineros, sus padres vivían en Bera con él. Posteriormente de marcharse los carabineros, su padre, un  hombre de más de 70 años fue andando dirección Endarlatza, pero antes de llegar a su destino, fue detenido y asesinado.

Vecinos de Bera que trasportaron a parte de los carabineros de los puestos de Bera y alrededores fueron: el taxista Cesáreo Seminario,  detenido a su retorno a Bera y muerto por fusilamiento el 10 de diciembre de 1936, y conduciendo camiones, Lucio Alday, detenido a su retorno a Bera y asesinado en San Marcial el 20 de octubre de 1936, Isidoro Fagoaga a su vuelta a Bera se incorporó al ejército nacional en octubre de ese año. Una vez acabada la guerra marchó a Argentina y por último el industrial y dueño de cinco camiones Fausto Machiarena.

Durante estas dos intervenciones, tanto de los milicianos de izquierdas, como con los carabineros adictos a la Republica, no se produjeron desmanes ni malos tratos hacia las personas destacadas de derechas en Bera.

Sin embargo, el día 21 de julio a la vez que entraban en el pueblo de Bera las fuerzas golpistas, comenzó la caza de personas por ser tildadas de izquierdistas o bien por el mero hecho del rencor o de la venganza personal, como el caso de Lucio Alday.

  Cesáreo Seminario Iraizoz, Faustino Martínez Urtiaga, Lucio Alday Longaray, Juan Etxenique Machiarena. Los vecinos de Bera, y aquellos más, asesinados tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, se merecen un reconocimiento público y popular. No son merecedores del silencio y si de la Verdad, Memoria, Justicia y Reparación hacia sus personas y sus familiares.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales


martes, 12 de septiembre de 2017

MEDINA DE RIOSECO FUNDICION, VALLADOLID



MEDINA DE RIOSECO FUNDICION, VALLADOLID

Como todo en la vida, todo tiene un por qué. A raíz de mis pequeños artículos sobre las tapas y rejillas que en las aceras de Portugalete podemos observar, me preguntaba un amigo de donde había nacido esta afición.

Y la cuestión nació de una manera simple y caprichosa. Estando hablando con un amigo en la calle, en un momento determinado me fijé que en una rejilla que protegía a un árbol, figuraba el nombre de la empresa y el lugar de fabricación. Fernández M. Rioseco Va. (Medina de Rioseco Valladolid).

Da la casualidad que en Medina de Rioseco, durante la guerra civil hubo un campo de prisioneros republicanos, a los que trasladaban sobre todo los que eran detenido en el frente de Asturias. Y da la casualidad que en ese campo de prisioneros estuvo mi aita Patricio Gutiérrez durante los años 1938/39. Mi aita una vez que las fuerzas golpistas entraron en Portugalete en junio de 1937, como militante que era del partido comunista, se incorporó voluntario al ejército rojo, siendo preso a comienzos del 38 en un lugar determinado asturiano.

Ese fue el principal motivo, luego una cosa lleva a la otra, y me movió el interés en observarlas y ver sus diferencias.

Sentí curiosidad como habiendo numerosas fundiciones en el País Vasco, se pudieran hacer estas fuera de aquí.

Y a su vez, pensaba en los motivos empresariales que conllevan el cierre de la Naval y a las 50 compañías  y 1.800 trabajadores afectados, de Electric Ortuella, de Nicolás Correa con su traslado a Burgos, de Fagor CNA, de los más de 500 trabajadores que en lo que va de año están con Eres de rescisión de contrato, a las deslocalizaciones empresariales, etc.


Todo esto y más me vinieron a la mente las letras Medina de Rioseco Valladolid. Arquetas, presos y trabajo.

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales