martes, 26 de diciembre de 2017

CALENDARIO NAVARRILLA





El periódico DEIA publica en sus paginas interiores, 
( Hemendik), un artículo sobre el nuevo calendario 2018 que el ayuntamiento de Portugalete repartirá entre sus vecinos. El tema de este año está relacionado con mujeres que se han hecho un lugar en la Villa por sus actividad laboral. Entre ellas mi abuela sardinera, María Soledad Moral Santa Cruz" La Navarrilla".

Aurelio Gutiérrez Martín de VIdales

lunes, 25 de diciembre de 2017






Relación de propietarios a los cuales que durante la guerra por  pertenecer al bando Nacional, sus inquilinos estaban exentos de pagar en Portugalete.

Recogido del periódico Euskadi Roja

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales




Denuncia de las  de las viviendas y sus moradores en el Fuerte San Roque de Portugalete.

Recogidas del periódico Euskadi Roja. 



 
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

sábado, 2 de diciembre de 2017

LA CHECA DE PORTUGALETE- CAUSA GENERAL

 LA CHECA DE PORTUGALETE - CAUSA GENERAL
Tal y como aparece en la nota explicativa de la Causa General. Siendo ministro de Justicia franquista, Eduardo Aunós, este impulsó la “Causa General creada por Decreto de 26 de abril de 1940,  ratificado por el de 19 de junio de 1943, atribuye al Ministerio Fiscal, subordinado al Ministerio de Justicia, la honrosa y delicada misión de fijar, mediante un proceso informativo fiel y veraz para conocimiento de los Poderes públicos y en interés de la Historia, el sentido, alcance y manifestaciones más destacadas de la actividad criminal de las fuerzas subversivas que en 1936 atentaron abiertamente contra la existencia y los valores esenciales de la Patria.

 Por ello la Causa General reviste carácter exclusivamente informativo ejerciendo sus funciones investigadoras en aquella parte del territorio español que estuvo sometido a la dominación roja”.

La información registrada por la Causa General, cuya recopilación duró prácticamente hasta los años sesenta, llevó a la apertura de numerosos procesos judiciales posteriores en contra de los que eran considerados responsables de los hechos investigados.

 Dentro de las aportaciones relativas a Portugalete que se realizaron a esta Causa General,  diversos informes, tanto de particulares, como de la guardia civil, policía municipal local, la Falange, etc. hacen mención  a la “checa de Portugalete”, que aún pudiendo tener para ellos esta consideración,  jamás funcionó como tal.

El centro de detención, en los primeros días del alzamiento militar estuvo en los calabozos del Ayuntamiento, posteriormente se trasladó al antiguo palacio de Mier, también conocida como “Casa Chapa”, en la Plaza Cristo de los Mártires, domicilio de Genoveva Arisqueta, viuda de Rafael Chapa.

Tomando en consideración que la Causa General reconoce que:” La institución soviética de la checa, empleada como instrumento de terror, fue conocida desde el primer momento revolucionario en todo el territorio español sometido al Frente Popular. Los partidos políticos extremistas y las sindicales obreras, así como la Federación Anarquista Ibérica, tanto en Madrid como en las demás poblaciones, establecieron en los numerosos edificios incautados para la instalación de sus respectivos centros, comisiones represivas, con facultades ilimitadas para realizar detenciones, requisas y asesinatos.

Estos locales, destinados a la represión, fueron conocidos con el nombre genérico de checas, y su número fue extraordinario, dado el desenfreno típico de la zona marxista y el gran número de edificios que en cualquiera población de mediana importancia tenía requisados cada partido político u organización obrera para el establecimiento, tanto de su centro principal como de sus sucursales y cuarteles de milicias autónomas, más aficionadas a las ventajas de la retaguardia que a los riesgos del frente de combate. 

Bajo el mando de un jefe o «responsable», en los centros de tipo marxista, o de un Comité de Defensa, en los de carácter anarquista, las «checas» se multiplican, adoptando las variadas denominaciones de Agrupaciones Socialistas o Republicanas, Radios del Partido Comunista o de las Juventudes Socialistas Unificadas, Ateneos Libertarios, Sindicatos de la C.N.T. o de la U.G.T., Cuarteles de Milicias, Comités de Investigación o de Control, Comités de Vecinos, etcétera. Incluso llegan a establecerse «checas» que pueden ser calificarlas de semiprivadas, a cargo de comunes malhechores, rivalizando todos estos centros en su actuación sanguinaria y en su avidez por el botín, que pasa a engrosar los fondos de cada entidad política o sindical, o el patrimonio privado de los chequistas, siendo entregado en ocasiones a los organismos de incautación creados por la Hacienda pública roja”, …

Se puede afirmar, que en Portugalete no existió ninguna checa durante el periodo que abarca desde el mes de julio del 1936 a junio de 1937, periodo que la Villa estuvo defendida por el Frente Popular. Interesadamente por las derechas, sobre todo la Falange,cualquier lugar de detención por parte de los partidos que componían el Frente Popular lo tildaban de checa, no usando este apelativo cuando el lugar de detención correspondía a ellos mismos. Un ejemplo está en lo diferentes que son los informes remitidos al fiscal instructor tanto de la Guardia Civil como de la FET y de las J.O.N.S.

De esta manera con fecha del 12 de abril de 1942, el responsable de la Comandancia de la Guardia Civil del puesto de Portugalete, en respuesta a una petición del Fiscal Instructor sobre la checa de Portugalete indica : “ en respuesta al oficio que fue enviado a este puesto, sobre la composición y funcionamiento durante el dominio rojo de una checa en esta Villa, una vez que se han hecho las gestiones necesarias para poder informar a S.I., los extremos a los que se refiere el mismo, dan por resultado de que en esta Villa no existió checa alguna, pero si un Comité formado por elementos de los diferentes partidos que integraban el Frente Popular, el cual se encargaba de verificar las detenciones, que tenía por conveniente de personas desafectas a su causa, reuniéndose para tales fines en el edifico Chalet, sito en la calle Víctor Chávarri”.
                                      Casa Chapa, fotos publicadas blog EL Mareometro
Como miembros de este Comité son denunciados: Los socialistas; Cándido Busteros, Benigno Macario Barañano, y Jacinto Hernández. Los comunistas; Tomás Aguirregabiria, Julián Greño, Froilán Alonso, Isidoro Ramos y los republicanos, Víctor Blanco, Federico Llanos, y Francisco Sandoval. Sin clara afiliación; Agustina Gallastegui, Luis Ayarza, Eugenio Cavia, Federico Diez, Pío Gómez, Teodoro Llanos, y Santiago González. Estos tres últimos fallecidos en la fecha del informe.

Sin embargo, el informe presentado por la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., al fiscal instructor el 2 de junio de 1942, mantiene el concepto de checa en Portugalete, y así expone en su declaración: Que la referida checa tenía su domicilio en la casa de la Señora Viuda de Don Rafael Chapa, sita en la Plaza Cristo de los Mártires, requisada desde los primeros momentos por los rojos-separatistas y que los miembros que componían la misma y que la frecuentaban eran los siguientes.

 Agustín Uribarri Sánchez “ Jarrilla” en libertad, Jacinto Hernando, en Francia, Benigno Macario Barañano, detenido en la cárcel de Larrinaga, Julián Greño, se le supone en Francia, Teodoro Llanos Eguia, fusilado, Julián Armas, fusilado, Federico Llanos Eguia, “trabajando” en Valencia, Froilán Alonso Melón, Maestro Nacional en Valladolid, Luis Ayarza Sarriqueta, actuó de Secretario, en libertad, Eugenio Cavia Burusqueta,” Navo” muy peligroso, escapó a Rusia, actualmente en Baracaldo, Damaso Lejonagoitia, no ha sufrido cárcel, en Portugalete en la actualidad, Luis Burgos San Martín,  realizaba los informes estando en la actualidad en Portugalete, José Miguel Bernal Bilbao, un tal Aranzábal, concejal separatista en libertad, Juan Corta Tueste, comunista detenido en Madrid en el Tribunal de Espionaje, Agustín Quintana Bañales, en Portugalete en libertad, Enrique Fernández, ha regresado de Francia estando en libertad, Rafael Cejudo Pérez, actuó los primeros días tomando declaración.

Se señala también en el informe presentado por la FET y de las J.O.N.S., que: 

*Sisebuto Santidrian Santidrian, de 60 años de edad, sargento retirado de la guardia civil, miembro de Renovación Española y jefe de Orden Público de Portugalete, desde que fuera nombrado por el Gobernador Militar Sr. Ortiz de Zarate y el Gobernador Civil Sr. Velarde , en agradecimiento a su postura en la revolución de octubre de 1934, fue asesinado el 16 de agosto de 1936 en la checa de Portugalete. Asesinato que fue aclarado por las declaraciones prestadas ante el Tribunal Militar, por Amos Ordoñez, Julia Gangoitia y Guillermo Curiel, que fuera anterior jefe de la Policía Municipal. Estos tres últimos ya fusilados.

Sisebuto Santidrian, una vez fracasado la intentona militar en el Norte, se refugió en el pueblo de Murga - Alava, donde aparecer su presencia, fue denunciada al Frente Popular de Portugalete, por el maestro del pueblo. Detenido el 13 de agosto de 1936, y llevado a Portugalete, hubo intentos de ser trasladado a Bilbao por las milicias, lo cual fue impedido por los locales.  Siendo finalmente asesinado en la madrugada del 16 de agosto. En un primer momento fue enterrado en el cementerio local, y posteriormente sus restos fueron llevados a la Cripta de los Mártires en el cementerio de Derio.

A su vez señalan al fiscal instructor de la Causa General de la provincia de Vizcaya,  que por la checa de Portugalete pasaron al menos:

*Angel del Rio Muguerza- Mugarza. Sin embargo, declaró el 3 de noviembre de 1944, que solamente estuvo detenido veinticuatro horas en esta Villa, en los primeros días del Glorioso Movimiento, y si bien fue interrogado, no fue objeto de malos tratos. Ignora quienes componían la checa y que estando detenido detuvieron a su convecino Aurelio Fulgencio Toyos.

*Aurelio Fulgencio Toyos. Sin embargo, declaró el 4 de noviembre de 1944, que fue detenido el 20 de julio de 1936, siendo maltratado por Julián Greño y Pio Gómez en su detención. Que estuvo preso once meses, sin que volviera a ser maltratado. En este tiempo conoció a un tal Modesto Lorente, ignorando quienes le maltrataron y en qué forma.

* Antonio Retuerto Pagazaurtundua, farmacéutico de 27 años de edad, miembro de Renovación Española y fiscal municipal suplente, después de estar detenido en Portugalete, fue trasladado al buque prisión Altuna Mendi, donde fue asesinado el 25 de setiembre de 1936 junto a otros presos.

*Manuel Riera Álvarez, el 9 de noviembre 1944 declara ante el Fiscal instructor de la Causa que: del 20 de julio de 1936 al 25 de dicho mes  estuvo detenido en Portugalete, que no fue objeto de malos tratos de obra, salvo una bofetada que recibió en una ocasión. Que estuvo detenido en los calabozos del Ayuntamiento. Recuerda detenidos a Aurelio Fulgencio y a Antonio Retuerto, muerto este posteriormente en el barco prisión Altuna-Mendi el 25 de setiembre de 1936.

*Julián Castro Landaira, de profesión empleado de 52 años de edad, afiliado a Renovación Española. Su hijo Julián Castro González declara el 17 de setiembre de 1942, que su padre fue detenido en los primeros días de agosto de 1936, siendo conducido primero a la casa de Chapa, luego al depósito municipal de Portugalete, más tarde el buque prisión Altuna Mendi y después al convento de los Ángeles Custodios, donde fue asesinado en los asaltos del 4 de enero de 1937.

*Fernando Jalón Garcés, de profesión Jefe de negociado y de 52 años de edad, afiliado a Acción Popular. Su mujer Clementa García declara el 8 de febrero de 1943, que su marido fue detenido por tres individuos desconocidos en su propio domicilio. Que estuvo detenido primeramente en la checa de Portugalete, posteriormente en la cárcel de Larrinaga en Bilbao, y por último en el vapor prisión Cabo Quilates donde fue asesinado el 2 de octubre de 1936.

Y muchísimos más, que se puede asegurar que pasarían de cien.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales



          

jueves, 5 de octubre de 2017

FUNDICIONES DE BERA EN LA 3ª GUERRA CARLISTA







En Vera de Bidasoa- Bera, durante el periodo de la tercera guerra carlista 1873-1876, existía una fábrica de hierro dedicada casi exclusivamente a la fundición de los proyectiles de los diferentes calibres que necesitaba la Artillería carlista como: bombas, granadas y otros suministros de guerra.

“A partir de 1853 en Bera hubo un horno alto, construido sobre la antigua ferrería de Olandia. En 1861, pasó a dirigir la empresa Manuel Blandín. La razón social entonces se modificó a Blandín y Compañía y la empresa pasó a llamarse Fábrica del Alto Horno y de la Fábrica de Chapas del Bidasoa. Sin embargo, esta fábrica debió de tener poca actividad ya que no hay noticias de su funcionamiento. En 1864 se produjo la liquidación de la sociedad a causa de no haber sido excesivamente rentable. En 1866 Manuel Blandín adquirió de los demás socios comanditarios el horno alto, la fábrica y dos minas y obtuvo la concesión de otras minas, quedando el mencionado Blandin como único responsable de la empresa. La producción siguió siendo en esos años de lingotes de hierro de muy buena calidad, exportándosela producción entre 1869 y 1872 a países europeos y a Estados Unidos.

Durante la guerra carlista siguió funcionando, siendo ocupada a la fuerza por parte de los carlistas en varios periodos de la misma, valorándose las pérdidas ocasionadas a Blandin en 90.821 pesetas” (Pilar Erdozain-Fernando Mikelarena, La incidencia de fundiciones sobre la estructura socioeconómica beratarra entre 1857 y 1930.)

En los primeros compases de la guerra, los primeros suministros de artillería  con los que contó el ejercito carlista provinieron a consecuencia de las batallas de de Eraul y Udabe en la primavera de 1873. En estas batallas consiguieron dos piezas cortas, rayadas de 8 cm con sus cureñas y dotación de municiones, y poco más tarde consiguieron dos obuses lisos en bronce, cortos de 12 cm en la conquista del fuerte de Lizárraga.

 Ante la nueva situación generada por el acopio de los cañones, y la necesidad de contar con otros más, que posteriormente fueron adquiridos principalmente en Inglaterra, los jefes del Ejercito Carlista, decidieron que el suministro artillero fuera producido en las fábricas situadas en Bera, Arteaga, Azpeitia y Bacaicoa,  siendo  el Teniente Coronel D. Elicio Berriz, el militar al que se encargó del mando superior de la artillería en los primeros compases de la guerra.

 Por otra parte, durante la guerra, ante la dificultad orográfica de trasladar los proyectiles de Bera a otros lugares, se planteó el desmontar la maquinaria de la fábrica y trasladarla a Bacaicoa, cuestión que ante el cúmulo de dificultades que suponía, no se llevó a efecto, y por ello la fábrica de Bera, durante la mayoría del tiempo que duró la guerra, tuvo que  al alimentar unas cien bocas de fuego de quince calibres diferentes, esto fue así hasta febrero de 1876 cuando el General liberal Martínez Campos entra en Bera, y se puede dar por finalizada la contienda.

En aquellos momentos iniciales de la guerra, se decide que la producción de Bera se destine en exclusiva a la fundición de los proyectiles de los diferentes calibres que había en la Artillería carlista, siendo esta producción destinada principalmente para cañones ligeros y de gran alcance, que se usaban principalmente en la montaña del modelo Whitworth  y para los modelos Woolvich y Wavasseur  siendo estos últimos, más útiles en campos de batalla abiertos.

“El primer oficial facultativo de Artillería que se puso al frente de la fábrica de Fundiciones de Vera,  fue el teniente D. Domingo Nieves, natural de Canarias, quien había terminado su carrera en 1871, ocupando el número 129 de los de su clase, cuando la disolución del Cuerpo. Como él y los hermanos D. Leopoldo y D. Luis Ibarra eran los únicos artilleros que había entonces en el ejército carlista, tuvieron que multiplicarse prodigiosamente y desempeñar toda clase de destinos y comisiones. Tan pronto se les veía dirigiendo la fabricación de proyectiles huecos ó sólidos en Vera, como acudiendo a las fábricas de armas de Eibar y Plasencia, como al frente de los cañones de Guipúzcoa”.

Posteriormente ocupó el cargo de  Director de la fábrica el capitán de artillería  D. José de Lecea, ayudado por el antiguo Alférez Alumno de la Academia de Segovia, Gómez Quintana y por el teniente D. Luis Ibarra. Todos ellos eran procedentes del Ejército Nacional que en su momento decidieron servir a Carlos de Borbón. También estuvo como director de la fábrica de Vera antes de pasar a la de Azpeitia en comandante de Artillería, Luis Pages.

Por Antonio Brea, miembro de la Dirección General del Cuerpo de Artillería desde 1868 bajo el reinado de Isabel II  y condecorado con la Cruz de San Fernando por sus actos en la guerra de África y que dentro del campo carlista llegó a alcanzar la graduación de General de Brigada del Cuerpo de Artillería, y Jefe del Cuerpo en el Estado Mayor de Navarra, conocemos el papel de la fábrica de Bera en el desarrollo de la 3ª Guerra carlista. En su obra “Campaña del Norte 1873-1876”, encontramos relatos de cómo la Junta Carlista otorga a la fundición de Bera un papel importante en el abastecimiento de proyectiles para sus cañones.

Hasta la acción de Eraul no hubo artillería en el ejército carlista del Norte y viendo su resultado tanto las  secciones de Guipúzcoa como la batería de Navarra comprendieron la necesidad de tener cañones y de abastecerlos convenientemente de municiones y de pólvora.

En cuanto al segundo de estos artículos se encargaron las Diputaciones á guerra de proveer a tan precisa necesidad. Una de las fábricas de pólvora se situó en Vera, otra en Riezu (Navarra) y otras en diferentes puntos. Pero su elaboración, de suyo minuciosa y complicada para obreros no expertos en esta industria, no producía, en clase y cantidad, el buen resultado que hubiera sido de desear. Varias fábricas de pólvora se establecieron en las provincias vasco-navarras, y algunos talleres para la recarga de cartuchos metálicos; pero el mal servicio siguió hasta el mes de Septiembre en que empezó á regularizarse todo.

La fábrica de municiones y pirotecnia de Vera fue la primera que a cargo de los oficiales de Artillería empezó muy pronto á dar resultados, por la idoneidad y práctica de sus directores. El hierro era de la mejor calidad, pues procedía del que el enemigo tenía depositado en su antigua fábrica de Orbaiceta. Con este hierro, mezclado de lingote inglés de primera clase, se fundían proyectiles huecos y sólidos que en nada cedían á los que usaba el enemigo.

La fábrica fundición de Vera, que tan importante papel desempeñó en la centralización y organización definitiva del Cuerpo después del sitio de Bilbao, era propiedad de un francés que, no hallándose en situación de utilizarla para su industria particular, hubo de alquilarla á la Junta de Navarra, la cual pensó en ella para una maestranza, fundición, talleres y demás que fuera necesitándose en el ejército carlista.

Al principio eran pagados los jornales de los obreros fundidores, moldeadores, maestros, etc., por los fondos particulares de la provincia, como enclavada en ella Pero como quiera que su principal destino fuese la fabricación de proyectiles, y éstos tanto servían para alimentar las bocas de fuego de Navarra como las de otras provincias, cuando se concentró el Cuerpo el año siguiente, varió su organización administrativa, por más que su dirección facultativa fue siempre peculiar de los oficiales de Artillería Puede decirse que su director, que lo fue D. José de Lecea, desempeñó este destino todo el tiempo que duró la guerra civil, pues sólo estuvo separado de ella en dos ó tres ocasiones.

El teniente Lecea había salido de la Academia el año 1867, y ocupaba el número 73 de los de su clase cuando se presentó á servir en. El ejército carlista. Entre los destinos que desempeñara anteriormente fue uno el de teniente, jefe de labores de la fundición de Orbaiceta, cuya fábrica conocía, por tanto, perfectamente. Esto sirvió para que desde luego, como perito en la materia, prosiguiese en Vera el análogo destino que tuvo en el ejército liberal; y como Orbaiceta fue ocupada por los carlistas cuando se tomó la Aduana de Valcarlos, pudo Lecea fundir proyectiles con los mismos moldes, con la ayuda de los mismos planos y hasta de los mismos libros que existían en su biblioteca.

Hasta el desembarque de los primeros cañones extranjeros en 1874, se fundían en Vera granadas de 8 centímetros con tetones de plomo, reglamentarios, ojivales y esféricos para obús corto de 12 centímetros, y algunas bombas de 27, 16 y 32 centímetros. Al principio se fundieron también algunas balas y aún granadas ojivales sólidas para satisfacer el capricho del Diputado General de Guipúzcoa Dorronsoro y del Cura de Hernialde, quienes pretendían que dichos proyectiles servían mejor que los huecos para batir en brecha.

No nos detendremos en seguir paso á paso las dificultades que hubo de vencer Lecea durante su larga dirección de la fábrica; sólo diremos que en las fundiciones de los liberales únicamente se fundían proyectiles de dos clases para campaña: en cambio en el ejército carlista, como no eran iguales todos los cañones, tenían que hacerse proyectiles de distintas clases, y sin embarco llegaron á fundirse cientos diarios, concluidos y hasta pintados para evitar la oxidación.

 En estos trabajos fue auxiliado Lecea por el teniente D. Luís Ibarra, quien acababa de terminar su carrera al disolverse el Cuerpo, así como por Gómez Quintana, alférez alumno de la Academia de Segovia, cuyos oficiales estuvieron al lado de Lecea para ayudarle en las múltiples y variadas cuestiones industriales que surgían á cada paso en el difícil desempeño de su cometido.

La dificultad de primeras materias, al principio, para la construcción de espoletas y otros efectos de guerra, hizo que se hiciesen espoletas de madera y de tiempo para los proyectiles huecos. En cambio la fábrica era inmejorable por su situación (gracias a la cual se allegaban con suma facilidad y baratura recursos y primeras materias de Francia), por hallarse al abrigo de un golpe de mano del ejército contrario, y, en fin, por disponer de una magnífica rueda hidráulica como fuerza motriz, y de espaciosos talleres, tornos, bancos y cuanto pudiera necesitarse en lo sucesivo.

Resumiendo, pues, cuanto llevamos expuesto sobre este primer período de la artillería carlista, período, digámoslo así, de transición diremos que en 15 de Agosto de 1873 contaba el Cuerpo con una fábrica de proyectiles, dos cañones rayados de 8 centímetros en Guipúzcoa, otros dos de la misma clase y dos obuses en Navarra, con buena dotación de gente y ganado, aunque escasa de buen material y de oficiales facultativos, cuyo número llegó poco tiempo después á veinte, sin contar los alumnos y los alféreces alumnos de la Academia de Segovia ni los cuatro oficiales del Cuerpo General de la Armada que prestaron también servicio de artilleros posteriormente a la batalla de Abárzuza”.

Esta producción estaba regulada con arreglo de la consignación de la Junta de Navarra, y a pesar de las dificultades que suponía en aquellos momentos las comunicaciones entre los actores de la guerra, el director de la fábrica D. José Lecea siempre anticipó el suministro requerido de las municiones. Como dato de referencia, el 4 de noviembre de 1874, en el intento carlista de tomar Irún, ese día se dispararon 1.200 granadas y 140 bombas.

Fue tal la cantidad de munición y proyectiles producida en la fábrica de Bera, que hubo que habilitar cercano a la fábrica un almacén que hacía las veces de Parque de Artillería, en el cual el 14 de enero de 1874 se produjo un derrumbamiento  con las consecuencias fatales de dos carlistas muertos al ser sus cuerpos cubiertos por los escombros del derrumbe. Los fallecidos fueron: Martín Sanz Jara, soldado carlista de 18 años de edad, natural de Salvatierra provincia de Aragón, y Pio Gesta San Lorenzo, teniente carlista del dicho parque de artillería. Era natural de Pamplona, y estaba casado con Dionisia Ardanaz. Falleció a la edad de 58 años.

Como curiosidad, además de los proyectiles, bombas y granadas producidas en la fábrica de Bera, en ésta, se construyó lo que aparentemente pudo ser un primer carro blindado usado por los carlistas el 12 de octubre de 1874 en Behobia.

“En Behobia, los carlistas se preparan para utilizar contra el fuerte una especie de carro blindado que han traído de Vera. Este curioso carro se desliza sobre seis ruedas, y sus ocupantes, que hacen de fuerza motriz y de combatientes al mismo tiempo, avanzan en su interior protegidos hasta unos 25 centímetro del suelo por un fuerte blindaje de chapas. Se ha construido en la ferrería de esa villa según los planos de José Joaquín Emparan, quien también ha inventado un lanzador de petróleo a distancia que consiste en una bomba especial alimentada por dos barriles de ese combustible que llevan los ocupantes en el carro blindado junto a granadas de mano, botellas de petróleo, estopa y otros pertrechos que esperan utilizar contra el puesto para incendiarlo.”(Guerras Carlistas en Irún y Hondarribia 1833-1876, Ramón Guirao/Rafael González)


Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

sábado, 16 de septiembre de 2017

LUCIO ALDAY LONGARAY

LUCIO ALDAY LONGARAY,   “PISTOLO”.

Lucio Alday Longaray nació en Bera el 3 de enero de 1905, y muere asesinado en San Marcial, Irún el 20 de octubre de 1936. 

 Sus padres fueron, Luciano Alday González, nacido en Araia, Alava el 13 de diciembre de 1863 y fallecido en Bera el 12 de marzo de 1923 y su madre  Justa Salvadora Longaray Llona nacida en Laukiniz, Bizkaia el 6 de agosto del año 1868 falleciendo el 22 de julio de 1932 en Bera. Sus abuelos maternos, fueron Agustín Alday de Barambio, Alava y Catalina González de Guriezo, Cantabria y sus abuelos maternos, Juan Antonio Longaray y Catalina González ambos de Lauquiniz, Bizkaia.

 Luciano y Justa tuvieron los siguientes hijos¨: Teodora Alday Longaray, nacida el 26 de diciembre de 1890, Enrique José nacido el 15 de julio de 1894 fallecido el 31 de octubre de 1896 con dos años de edad, MªCarmen Felipa nacida el 15 de julio de 1896 fallecida el7 de junio de 1896 con 10 años de edad , Casimira nacida el 28 de mayo de 1899 fallecida el 17 de abril de 1900 con diez meses de edad, Benigna nacida el 8 de noviembre de 1901, y el propio  Lucio nacido el 3 de enero de 1905. Cuando Lucio fallece, solo tenía como familia a su hermana Benigna, que en febrero del 1936 se había casado con el irunés Pedro Marañón.

Luciano Alday acompañado de su esposa Salvadora, cuyo matrimonio se llevó a cabo el 17 de diciembre de 1887, en Baracaldo, Bizkaia, llegaron a Bera, con el fin de trabajar Luciano primero en las minas de la comarca y posteriormente como laminador en la fábrica de Fundiciones. Su residencia estuvo en la calle San Esteban, en la casa conocida como Lizárraga. Es curioso que en las boicoteadas elecciones municipales del año 1922, en el distrito 1º de Bera solo participaran 8 electores, y que uno era el propio Luciano y otro Angel Garín Badiola el gerente de Fundiciones y después destacado franquista.

Las referencias que se tienen de Lucio Alday, tomadas en su día por vecinos y amigos que le conocieron, le definen como una persona sin afiliación política y bastante dicharachero. Socio del Gure Txokoa, estaba soltero cuando fue asesinado.

   Antes de la guerra trabajo en algún molino y luego al servicio de Francisco Antonio Ollo como chófer de camión. Una vez fallecido Antonio, su negocio lo mantuvo su viuda. A raíz del  asesinato de Lucio, se comentó que uno de sus denunciantes era un pretendiente de la viuda de Antonio Ollo, y que esta le rechazaba por Lucio, con el que podía haber por medio planes de matrimonio. Lucio, murió con la creencia que uno de los culpables  de que él estuviera en la cárcel la tenía el pretendiente frustrado, y que además lo consideraba amigo suyo.

Sin embargo, hay que decir que Lucio Alday, participó como chófer trasladando a Irún el 20 de julio a carabineros del puesto de Etxalar adictos a la República. Parece ser que allí permaneció hasta la caída de Irún en septiembre del 36, trasladándose posteriormente a Hendaya con dichos carabineros. La mayoría de ellos, se desplazaron en tren dirección a Barcelona para incorporarse a la República. Sin embargo, Lucio, engañado o porque pensaba que las aguas estaban más calmadas y por lo tanto su vida no corría peligro, decidió regresar a Bera.

Una vez en Bera, Lucio fue detenido y encarcelado en principio en la cárcel de Bera, donde compartió celda con los vecinos de Ituren, Pedro Gorostidi Imaz, Bautista Iriarte Azpiroz, Miguel Hualde Gorosterrazu y un cabo miquelete guipuzcoano, los cuales fueron asesinados el 28 de septiembre de 1936 en la cantera de Bera y sus restos enterrados en un pinar junto al puente de Lesaka.

Era tanta la confianza que tenían de que no corrían en aquellos momentos peligro sus vidas los detenidos, que al propio Pedro Gorostidi el día anterior de su muerte le habían soltado para visitar a su familia, y una vez realizada la visita, voluntariamente acudió a la cárcel de Bera. Esta cárcel, estaba en el ayuntamiento y tenía dos departamentos, ante la cantidad de  detenidos se habilitaron las oficinas del juzgado y el puesto del alguacil.

  Posteriormente Lucio al estar la cárcel saturada, junto a dos jóvenes de Astigarraga que habían sido detenidos el 12 de octubre, pasaron a ocupar el cuarto del juzgado que estaba en el propio ayuntamiento en calidad de detenidos. Los tres fueron asesinados el 20 de octubre de 1936. Los dos jóvenes de Astigarraga en Bera y enterrados en la fosa común del cementerio municipal y Lucio será trasladado a la cárcel de San Marcial de Irún donde es asesinado.

Después de su muerte, sus pocos enseres serán retirados por los mismos o parecidos vecinos que fechas anteriores habían participado en el saqueo de Irún, o en el de las viviendas de los familiares de los carabineros republicanos que permaneciendo en Bera después del 20 de julio y fueron expulsados del pueblo en base al siguiente mandato el 3 de agosto, San Esteban fiesta patronal de Bera.

             El Excmo. Señor Comandante de Navarra, ha acordado fijar un plazo de veinticuatro horas contando a partir de la publicación de la presente comunicación para que todas las personas que a raíz del movimiento nacional huyeron al extranjero se reintegren a sus respectivos domicilios en esta nación, bien entendido que una vez transcurrido el mismo se obligará a las familias de aquellos que no hubieran acatado tal orden salir del territorio nacional.  
         
Lo que se publica en el día de hoy para conocimiento de los que se consideren incluidos en el mismo, teniendo muy presente que el plazo señalado termina a las catorce horas del sábado venidero del mes de agosto.

Vera de Bidasoa, 31 de julio de 1936
Ladislao Vinen, TT. Coronel Comandante Militar de Bera

En Bera y en el caso de Lucio Alday Longaray, se aprecia sobre manera lo que supuso para personas decentes y honradas el golpe militar del 18 de julio de 1936.  En este pueblo, se comprobó cual fue la respuesta para la población civil entre unas y otros ideologías, entre los que defendían el gobierno republicano elegido en las urnas y los que defendían el golpe armado militar.

Una vez puesto en marcha el Movimiento, milicianos de izquierda se desplazan de Irún a Bera con la intención de animar a los trabajadores de Fundiciones, empresa de más de 200 trabajadores y en la que figuran trabajadores afiliados al sindicato UGT, a defender al gobierno actual. Posteriormente en la tarde noche del día 20 de julio, carabineros de Irún se desplazan con el ánimo de  hacer lo mismo con los carabineros del puesto de Bera y pueblos de alrededor como Lesaka y Etxalar. La mayoría de estos carabineros les acompañan de vuelta a Irún. En este retorno dinamitan el puente de Endarlatza, con lo cual el tráfico por carretera de Bera a Endarlatza se ve interrumpido hasta julio de 1937 con la inauguración del nuevo puente.

Ismael García era uno de estos carabineros, sus padres vivían en Bera con él. Posteriormente de marcharse los carabineros, su padre, un  hombre de más de 70 años fue andando dirección Endarlatza, pero antes de llegar a su destino, fue detenido y asesinado.

Vecinos de Bera que trasportaron a parte de los carabineros de los puestos de Bera y alrededores fueron: el taxista Cesáreo Seminario,  detenido a su retorno a Bera y muerto por fusilamiento el 10 de diciembre de 1936, y conduciendo camiones, Lucio Alday, detenido a su retorno a Bera y asesinado en San Marcial el 20 de octubre de 1936, Isidoro Fagoaga a su vuelta a Bera se incorporó al ejército nacional en octubre de ese año. Una vez acabada la guerra marchó a Argentina y por último el industrial y dueño de cinco camiones Fausto Machiarena.

Durante estas dos intervenciones, tanto de los milicianos de izquierdas, como con los carabineros adictos a la Republica, no se produjeron desmanes ni malos tratos hacia las personas destacadas de derechas en Bera.

Sin embargo, el día 21 de julio a la vez que entraban en el pueblo de Bera las fuerzas golpistas, comenzó la caza de personas por ser tildadas de izquierdistas o bien por el mero hecho del rencor o de la venganza personal, como el caso de Lucio Alday.

  Cesáreo Seminario Iraizoz, Faustino Martínez Urtiaga, Lucio Alday Longaray, Juan Etxenique Machiarena. Los vecinos de Bera, y aquellos más, asesinados tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, se merecen un reconocimiento público y popular. No son merecedores del silencio y si de la Verdad, Memoria, Justicia y Reparación hacia sus personas y sus familiares.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales


martes, 12 de septiembre de 2017

MEDINA DE RIOSECO FUNDICION, VALLADOLID



MEDINA DE RIOSECO FUNDICION, VALLADOLID

Como todo en la vida, todo tiene un por qué. A raíz de mis pequeños artículos sobre las tapas y rejillas que en las aceras de Portugalete podemos observar, me preguntaba un amigo de donde había nacido esta afición.

Y la cuestión nació de una manera simple y caprichosa. Estando hablando con un amigo en la calle, en un momento determinado me fijé que en una rejilla que protegía a un árbol, figuraba el nombre de la empresa y el lugar de fabricación. Fernández M. Rioseco Va. (Medina de Rioseco Valladolid).

Da la casualidad que en Medina de Rioseco, durante la guerra civil hubo un campo de prisioneros republicanos, a los que trasladaban sobre todo los que eran detenido en el frente de Asturias. Y da la casualidad que en ese campo de prisioneros estuvo mi aita Patricio Gutiérrez durante los años 1938/39. Mi aita una vez que las fuerzas golpistas entraron en Portugalete en junio de 1937, como militante que era del partido comunista, se incorporó voluntario al ejército rojo, siendo preso a comienzos del 38 en un lugar determinado asturiano.

Ese fue el principal motivo, luego una cosa lleva a la otra, y me movió el interés en observarlas y ver sus diferencias.

Sentí curiosidad como habiendo numerosas fundiciones en el País Vasco, se pudieran hacer estas fuera de aquí.

Y a su vez, pensaba en los motivos empresariales que conllevan el cierre de la Naval y a las 50 compañías  y 1.800 trabajadores afectados, de Electric Ortuella, de Nicolás Correa con su traslado a Burgos, de Fagor CNA, de los más de 500 trabajadores que en lo que va de año están con Eres de rescisión de contrato, a las deslocalizaciones empresariales, etc.


Todo esto y más me vinieron a la mente las letras Medina de Rioseco Valladolid. Arquetas, presos y trabajo.

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales



miércoles, 30 de agosto de 2017

FAUSTINO MARTINEZ URTIAGA


FAUSTINO MARTINEZ URTIAGA


Faustino Martínez Urtiaga, nace el 29 de julio de 1880, en Gueñes, Bizkaia. Era hijo de Santiago Martínez de Norza, natural de Gueñes y de María Urtiaga de la Torre, natural de Sodupe, Bizkaia. El 9 de noviembre de 1909 se casa con Juana Ferrero Azcona, nacida en Latasa, Navarra en el año 1890.

 Faustino Martínez Urtiaga y Juana Ferrero Azcona tuvieron 6 hijos todos fallecidos en la actualidad: Félix Martínez Ferrero, nacido como el resto de sus hermanos en Bera el 21 de febrero de 1910, y fallecido dos días después, Teresa, nacida el 3 de junio de 1911, Beatriz nacida el 28 de julio de 1913, Carmen nacida el 30 de diciembre de 1914, José, nacido el 25 de febrero de 1916 y María Adela, nacida el 15 de diciembre de 1918. Su suegro Francisco Ferrero Fernández, era carabinero, natural de Quiruelas de Vidriales, Zamora y su suegra Marcelina Azcona Urriza era natural de Izurdiaga, Navarra.

 Faustino, se había desplazado desde Sestao a comienzos del siglo XX a Bera acompañado de su amigo y posteriormente cuñado Eugenio Salazar Acha, nacido el 7 de septiembre de 1886 en Villaro, Bizkaia, para realizar labores de montaje en la empresa de Fundiciones, (Eugenio, el 8 de febrero de 1910, se casa con Josefa Ferrero Azcona). Ambos en Bera, se alojaron en la casa denominada Apezabaita, en la calle Bidasoa, que a la vez hacía las veces de fonda regentada esta por sus futuros suegros, y donde Faustino y Juana una vez casados se quedaron a vivir una larga temporada.

Faustino Martínez Urtiaga, de profesión mecánico ajustador, destacó en el conflicto laboral de Fundiciones de Vera sucedido en el en el año 1930, que fue provocado en gran medida por el cierre patronal dictado por el que era su gerente, Angel Garín Badiola, individuo este que destacaría en Bera y Lesaka por su entusiasmo franquista a partir del año 36. En dicho conflicto, que tuvo una duración de seis meses, de enero a junio, se unieron tanto peticiones laborales, como era la reducción de la jornada laboral a 8 horas diarias, con los intereses particulares de ámbito municipal del propio Garín, como eran ocupar un lugar preferente en la lista de la veintena de Bera como mayor contribuyente industrial.

En febrero de 1930 una pequeña parte de los trabajadores estaban afiliados al “Sindicato Libre” de orientación católica, pero una pésima gestión de sus líderes navarros en el conflicto, permitió que los trabajadores defendidos entonces por el abogado socialista Salvador Goñi se afiliaran al Sindicato de Obreros Metalúrgicos UGT- Bera. (” 1930, la huelga de fundiciones de Bera, Juainas Paul y Aurelio Gutiérrez”).

Faustino Martínez Urtiaga, en febrero de 1933, llegó a ocupar el cargo de presidente del sindicato UGT de la empresa Fundiciones, acompañándole en su ejecutiva, Juan Usandizaga, Felipe Villacañas, José M.ª Iriarte, José Elgorriaga, José Arrivillaga, José M.ª Meax, Félix Pabolleta y Juan Iraola.

 El 18 de julio de 1936 una parte de Navarra se moviliza en contra de la República y pronto, los partidarios del Movimiento alcanzan el pueblo de Bera. Por los pueblos que pasan se va cumpliendo el mandato de Mola, “limpiarlos de personas que se hayan destacado por la defensa de los valores republicanos, el laicismo y el socialismo”.

En la mañana del 21 de julio es cuando se desencadenan los acontecimientos y las detenciones. Los primeros días del alzamiento militar golpista, pocos serán los detenidos que van a la cárcel de Bera.  Parte de los militantes socialistas afines al sindicato UGT, los afiliados al círculo del Centro Republicano de Bera, junto a los que han formado parte de las candidaturas al frente Popular, viendo los acontecimientos, huyen hacia Francia, como es el caso de Eleuterio Gainza, Eloy Aldazabal, Víctor Anadón, etc. Todos son acusados de izquierdistas con pocas posibilidades de mantener la vida si son detenidos. Anteriormente los Carabineros fieles a la República han regresado a Irún con sus compañeros comandados por el teniente Ortega en la tarde noche del día 20. Habían llegado ese día hasta Bera y a su vuelta a Irún dinamitaron el puente Endarlatza.

El siguiente bando publicado en Bera el 23 de julio de 1936, no deja lugar a dudas de las intenciones de los golpistas.

“José Juan Irazoqui Nesprias., alcalde presidente del Ayuntamiento de la villa de Vera de Bidasoa.
                                                   
            Hago saber que por orden de la Superioridad y teniendo en cuenta lo dispuesto en el bando publicado por el Excmo. Sr General de Brigada y Jefe de las Fuerzas Armadas de la provincia de Navarra, todos aquellos vecinos de esta Villa que se significaron como extremistas en unión de otros de Irún que estuvieron en esta localidad los días 20 y 21 del actual, deben de entregar las armas que poseen en el puesto de la guardia civil, en un plazo máximo de dos horas, bien entendido que una vez transcurrido dicho plazo, serán fusiladas todas aquellas personas ya indicadas que se les encuentren armas en su poder.

            Lo que se hace público para general conocimiento del vecindario de esta Villa.”

En el plazo y hora se presentaron 35 personas.

Cesáreo Seminario, Faustino Martínez y Santiago Diez Remón, vecinos de Bera, confiados se quedan en sus casas, pero serán detenidos por el piquete de fascistas que lista en mano elaborado por denunciantes de toda índole, quieren hacer una limpia en el pueblo. Poco se imaginaban los dos primeros en aquel amanecer del día 21 de julio de 1936, que terminarían siendo asesinados en Pamplona 5 meses después, al ser acusados por maleantes que se sirvieron de denuncias basadas en falsos testimonios y motivos rastreros. Según testimonios recogidos por diversos familiares y vecinos de los beratarras asesinados, a la cabeza de los instigadores figurarían, Angel Garín Badiola, gerente de la fábrica, y el panadero Iraizoz, no siendo estos los únicos que participaron en las falsas denuncias.
Faustino y Seminario compartieron sumario con otras 8 personas. Los vecinos de Bera; Santiago Díez, José Telletxea, Juan Echave, y el carabinero Gregorio Férnadez, y los vecinos de Baztan; Francisco Mula, Francisco Piérola, Constancio Pérez y Alfonso Hernández. De los 10 juzgados, solo Faustino y Seminario fueron condenados a muerte, el resto, fueron privados temporalmente de libertad y multas. Caso aparte es el de Francisco Mula Castro. Tras ser detenido también el 21 de julio en Bera, es liberado del proceso sumarial, para posteriormente ser asesinado el 25 de enero de 1937. (” Muertes oscuras, Fernando Mikelarena”)

 “Juanita no trabajes más, estoy contento, me han dado cadena perpetua” Son las palabras que Faustino trasladó a su familia en un momento de su internamiento carcelario, pero la realidad es que aquella sentencia no gustó a uno de sus delatores, y este presionó lo indecible para que la sentencia definitiva fuera de pena capital.

 Demasiado el odio y rencor de esos vecinos hacia un hombre bueno, y con el añadido que además los maleantes jamás tuvieron una manifestación de arrepentimiento ni petición de perdón hacia las familias de los asesinados de Bera. Estos delatores fascistas a la vez que mandaban el paredón a sus convecinos, iban cargándose de méritos para ser los primeros en ocupar los cargos que el Movimiento propició a nivel local y provincial, y asegurarse con ello un aumento de sus rentas. Fueron los neonatos locales de la Falange, los que, impartiendo el miedo y el terror, marcaron en la Villa una época que echó por tierra las escasas conquistas republicanas en el pueblo, (educación laica y libertad religiosa, libre sindicación, acceso de la mujer en las escalas sociales, etc.).

Por mandato del Gobierno Militar, Faustino Martínez al haber sido sentenciado a la última pena por Consejo de Guerra, entra en capilla a las 23 horas del día 9 de diciembre. La ejecución por fusilamiento será llevada a la vuelta del Castillo en Pamplona a primeras horas del 10 de diciembre de 1936. Junto a Faustino Martínez fueron asesinados por fusilamiento, Cesáreo Seminario de Bera y el vecino de Isaba, Manuel Sanz Martín.  En estas últimas horas, en ausencia de su mujer Juana, es asistido por su cuñada Josefa.

Tiempo después en el expediente de Responsabilidades Políticas, a Faustino le impusieron una multa de 5000 ptas., y como la familia no las pagaba se intentó un embargo de bienes, pero al entrar en casa de su viuda para ejecutarlo se dieron cuenta de que allí no había nada para llevarse (los enseres para vivir no son embargables y Faustino no tenía propiedades). El tema acabó con una declaración de insolvencia.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales