MURO EN EL CAMPO SANTO DE LAS CANTERAS.
Solicitud presentada a la
Alcaldía de Portugalete para la construcción de un muro de cierre de terrenos
situados en la parte posterior de la iglesia parroquial de Portugalete.
"León Fernández Martínez,
presbítero cura canónico de la iglesia parroquial de Santa María de la Villa de
Portugalete, hace presente que:
Contiguo a la nave izquierda del
templo parroquial hay un terreno en forma de cuadrilátero que tiene de
extensión 42 x 28 metros, en donde estuvo establecido el Camposanto, y cuyos restos se trasladaron al
actual cementerio hace unos cincuenta años. De este terreno se extrajeron
18.000 metros cúbicos de piedra en virtud de gestiones que se llevaron a cabo
con el finado ingeniero D. Evaristo Churruca, director que fue de las Obras del
Puerto, con cuya operación quedó saneada la iglesia, y sin que le costara a la fábrica
un céntimo.
Está cerrado por sus cuatro
lados, menos por dos grandes estradas que tiene al este y al oeste, y como es
el punto de reunión de los jóvenes desocupados en donde se han establecido sus
juegos, como el de balompié y otros, y además de los perjuicios que causan
arrojando piedras a los tejados y profiriendo palabrotas groseras que se oyen
de la sacristía, y como algunos vecinos inmediatos lo hacen depósito de
basuras, he juzgado conveniente cerrar dichas entradas con su correspondiente
puerta para evitar estos desmanes, y con la idea de edificar en él, un salón
para que sirva para la enseñanza del catecismo parroquial.
Suplica, se sirva autorizar al
exponente, si así lo juzga oportuno, para realizar la cerradura del expresado
terreno, según el presupuesto y condiciones que se adjuntan. Gracia que el
infrascrito no duda alcanzar de la bondad de S.S.J. por ser conveniente a los
intereses parroquiales. Portugalete, 29 de mayo de 1929”
Fechas después, el 10 de febrero
del año 1930, el ayuntamiento concede la autorización para la construcción del
muro en la parte posterior de la iglesia parroquial “con estricta sujeción al croquis presentado a tal efecto, y procurando
que la fachada exterior de dicho muro sea ornamentada convenientemente, y en
consonancia con la estética del lugar en la que ha de ir enclavada”. Aunque
previamente a este hecho, la Alcaldía de Portugalete había exigido al párroco, “que antes de la autorización debiera de presentar los títulos de su derecho sobre
el mencionado terreno, y así convenidos de la legítima propiedad de la Junta de
la Fábrica sobre el mismo se pudiera autorizar la obra, sin perjudicar en lo
más mínimo los derechos del común”. Observación que no fue del agrado de
León Fernández Martínez, tal y como consta en la comunicación remitida al
Ayuntamiento con fecha del 30 de julio de 1929. AHEB/BEHA 3051/090.
Hasta ahora se conocía que la
piedra para construir la escollera provenía de Axpe: “la piedra
necesaria para establecer una escollera suficiente sobre la que construir el
muelle, se decidió extraerla de la cercana cantera de Axpe. Por este motivo las
obras del denominado Proyecto de mejora de la barra, empezaron el 13 de mayo de
1880”. (La Ría y el fin de la barra de Portugalete. Colección el
Mareómetro, pag.210), teniendo en cuenta además que principalmente la escollera
se realizó entre los años 1882/1883, la inauguración del Muelle de Hierro de
Portugalete, alcanzó la fecha de setiembre del año 1887.
Sobre el actual Cementerio de
Portugalete se conoce que: “cinco años después y cumplido el tiempo legal para la exhumación de cadáveres, se cavó
todo el cementerio viejo, trasladando los restos de los portugalujos fallecidos
entre 1809 y 1878. Para solemnizar este nuevo traslado, en 1883, se construyó
un panteón sobre el terreno en el que se inhumaron los dos ataúdes mencionados.
Hemos intentado localizarlo, pero solo queda la verja diseñada, rodeando dos
parcelas en la primera zona junto a la puerta de entrada, hoy al parecer
abandonadas (61 y colindante). Parece ser que pudo más el dinero de la venta de
los solares que el recuerdo de los portugalujos fallecidos en el siglo XIX y
que acabaron en la huesera y el panteón, vaya usted a saber”. El
mareómetro blog



