domingo, 8 de abril de 2018

SANTURTZI LAVADERO EN LA TXITXARRA


               SANTURTZI LAVADERO EN  LA TXITXARRA

Años atrás, en el lugar que la actualidad ocupa el actual instituto Kantauri, existieron unas campas con abundantes eucaliptos, lugar que era conocido como "el bosquecillo", y que era regado por el arroyo de un manantial de nombre Torquillas.


De este arroyo se aprovecharon sus aguas para construir en primer lugar un lavadero, a modo y manera de los construidos anteriormente al año 1880 en otros barrios de Santurtzi, y que consistían simplemente en un pilón descubierto, y a veces con un abrevadero anexionado.

Este lavadero público en la calle La Chicharra entonces, estaría situado cercano al paso peatonal de la calle Gabriel Aresti con Jenaro Oraá y que desapareció por el derrumbe de su edificio el 31 de octubre del año 1962.


 A pesar de que del lavadero de la Txitxarra, se tienen escasas constancias escritas, una de ellas es el proyecto de su reforma elaborado por Francisco de Berriozábal en noviembre del año 1882, careciendo a su vez del plano de la reforma de este lavadero. Reforma obligada ante el estado de suciedad generada en el lavadero y sus alrededores. AHFB ARO 167/008.

Para ilustrar el artículo me he servido de la formidable información publicada en SANTURTZI Y SUS GENTES.

En lo que respecta al proyecto de su reforma, las condiciones que debieran observar el arreglo del lavadero público en la calle la Chicharra de Santurce eran las siguientes:


         Las obras del piso y de los alrededores del lavadero se realizarán con buena loza de Durango o Galdácano, siendo las aguas sobrantes canalizadas por medio de un caño por la propiedad del señor Aguirre, de suerte que lo convertido hoy en una poza, resulte una plazuela limpia y saneada.

         Se construirá un nuevo caño que tendrá una longitud de quince metros de longitud y un metro veinte centímetros de diámetro de profundidad, y con una anchura de ciento sesenta centímetros. Las paredes laterales tendrán ochenta centímetros de altura y cincuenta de grosor, realizadas con piedra caliza, y el espacio comprendido entre las paredes se enlosará con losas de la Ribera. Para la chapa de la cubierta se empleará loza de las canteras de Cotillo que tendrá un metro de larga con treinta centímetros.


         Para desecar o sanear el piso próximo y contiguo al lavadero se empezarán a construir pequeños caños de treinta y cinco centímetros de claro interior de suerte que recogiendo las aguas sucias procedentes de las casas de don Juan Domingo Aspiara y don Juan de Aguirre las dirijan al caño principal por la izquierda y las de la casa del señor Zurbarán por el citado caño por la derecha. Estos que serán construidos con las condiciones de caño principal tendrán a ambos lados, paredes de mampostería de cuarenta centímetros de grueso.

         También para evitar el que las aguas que salen de la huerta del señor Villanueva pongan al nuevo piso que se construirá contiguo al lavadero en malas condiciones, se construirá a partir del manantial o salida de aguas de la citada huerta, y a terminar en la casa de los señores Zurbarán, una cuneta de treinta centímetros de ancho y treinta de profundidad.


         Se colocará una faja o cinta de sillería de Durango o Galdácano que tendrá un metro de ancho para circundar el lavadero por los tres lados. Dicha faja se compondrá de losas de superior calidad sin coqueras, pelos, manchas ferruginosas, etc. y será de color uniforme. Las dimensiones de estas losas serán de un metro de larga y medio de ancha.

         El resto del enlosado hasta llenar lo indicado en el presupuesto se hará con losetas o de las canteras de Cotillo o de la Ribera.


         Para evitar las obstrucciones de la bifurcación de la cuneta con el caño, se realizará una parrilla compuesta de varillas de veinticinco milímetros de diámetro y un claro de cincuenta para las aguas que salen o vierten el lavadero al caño grande. Así mismo, esta parrilla perfectamente emplomada a la sillería de Durango o Galdácano recogerá las aguas que en tiempo de lluvias afluyan por aquel punto.

         El presupuesto de esta obra era de 846 pesetas.



Posteriormente en este lavadero se realizó una reforma que consistía principalmente en construirlo bajo techo. Su proyecto fue realizado por Emiliano Pagazaurtundua en el año 1904 con un presupuesto de 20,811,26 pesetas. Posteriormente en el año 1911 en el lavadero público de la Txitxarra  se realizó otra reforma con un coste de 5.872,90 pesetas.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
          


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