Las
consecuencias del fuerte temporal de febrero de 1880 en el Cantábrico, con
víctimas humanas y daños materiales a lo largo de toda su costa, supuso entre
otras que se adoptaran medidas que para evitar en lo posible el caos que se
estaba viviendo con la flota de amarre. Una de estas medidas consistía en que
fueran sustituidas las estacas de madera, usadas entonces para amarrar los
buques, por otro tipo de amarre de mayor consistencia.
En este sentido el periódico Noticiero Bilbaíno 19 de
febrero 1880 publicó. "Parece imposible, pero sin embargo es una verdad, en la ría de
la importancia de la de Bilbao apenas hay boyas ni cañones en los muelles para
amarrar los buques. Así sucede que en días huracanados como los de esta semana,
hayan sido arrancados grandes trozos de pretil de los muelles en los cuales se
hallaban amarrados los vapores, Urge, por tanto, que se coloquen cañones y
boyas para evitar siniestros.”
Los
cañones, abundantes y abandonados podrían servir temporalmente mientras se
producían industrialmente los noray o bolardos. Restos de estos cañones hoy en día
se pueden ver en Lutxana, en el puerto de Gijón, en Sokoa, y en postales de Las
Arenas, Portugalete y Santurtzi, que gráficamente nos indican su presencia.
A mi amigo Miguel
Angel Martínez Vítores le debo la información de los cañones de Lutxana” Pusieron una valla metálica para proteger el
cargadero de mineral. Esos cañones los
usaron de noray los de la Orconera. Sabemos que son ingleses por la lámpara y
el cascabel, según nos informó el director del Museo de la Cavada. Intentamos
sacarlos con una retro para llevarlos al Museo Minero y fue imposible. Están
anclados con una masa especial hecha a base escorias. Casi destrozamos el muro,
total que se quedaron en su sitio.”
Sin
olvidar y dar las gracias a Jon, Monografías Históricas de Portugalete ,
Mareómetro, El Gijón que me gusta,
de cuyo trabajo suyo anteriormente publicado he hecho uso.
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales
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