sábado, 30 de junio de 2018

MATADERO DE SANTURTZI AÑO 1887- 1888


MATADERO DE SANTURTZI AÑO 1887- 1888


El 11 de marzo de 1887, el arquitecto Joaquín de Rucoba (Laredo 13 de enero de 1844-18 de abril 1919),  a la vez que proyectó  la casa Consistorial del Ayuntamiento de Bilbao y el Teatro Arriaga, con un presupuesto de 26.536 pesetas, proyecta la construcción de un matadero en el centro urbano de Santurce, con la memoria y planos siguientes.

MEMORIA Y CONSIDERACIONES GENERALES: La importancia de un matadero depende necesariamente de la que tenga la población a la cual va destinada sus disposiciones, aunque algo modificadas según los hábitos y costumbres locales, pero, sin embargo, próximamente igual porque no pueden menos de estar siempre afectas a las mismas reglas con relación a los servicios generales de la higiene o salubridad. Por escasa que sea su importancia deben tener presente todas las circunstancias que son necesarias para satisfacer las múltiples exigencias del servicio y las no menos importantes que se relacionan con la higiene y su policía.

Los mataderos son de una incontestable utilidad desde el punto de vista de la salud pública y el adelanto de la industria de la carnicería hace de la alimentación general y a pesar de esto han sido muy poco atendidos en la mayor parte de nuestras poblaciones. Muchas de ellas todavía están desprovistas de mataderos y hasta se mata en algunas en las casas de los cortadores o carnicerías.

Los animales atraviesan vivos el pueblo y a pesar de las fatigas del camino del camino suelen causar frecuentes accidentes. El tránsito de las reses molesta a la población y en los días de mucha matanza el olor de la carne, la sangre, lo huesos y despojos amontonados, las pieles, tan insoportable que se produce al derretir las grasas, se extiende y infesta a todo el vecindario.


Por otra parte, los productos extraídos en locales tan inconvenientes son menos preparados y conservados y por lo tanto no puede la industria con los resultados que obtendría adquiridos en un matadero, pues recogida en él la sangre en buenas condiciones es empleada en diversos usos, el derretimiento de las grasas por medias daría unos sebos más abundantes y de más calidad, los huesos y pezuñas pueden tener aplicaciones en la industria y hasta los desperdicios y basuras que se  recojan en un matadero bien dirigido, pueden emplearse en la agricultura.

La inspección de la salubridad de los animales, es la formalidad más importante y la más sencilla si se hace en un solo local preparado al efecto, en el cual los animales, pueden separase los unos de los otros, mientras que se hace imposible o es necesario un personal excesivamente numeroso cuando las reses se matan en varios puntos.

Todas estas causas motivan la construcción de un matadero en muchas de nuestras poblaciones. Su situación a de ser a cierta distancia del pueblo sin que esté sin embargo muy lejos y lo más inmediato que sea posible a los caminos por los que con mayor frecuencia vengan los ganados a fin de evitar que crucen por él, pues, aunque su presencia no sea causa de accidentes, es siempre una rémora para la circulación.

 No debe en manera alguna situarlo al este de la población tanto porque los vientos del este descomponen las carnes fácilmente, cuanto porque las emanaciones que se desprenden de los despojos perjudican las condiciones de salubridad de aquella.

El matadero tiene que ser expuesto a todos los vientos, sin cerros ni construcciones, árboles, plantaciones que pueda protegerle de las ráfagas de aire que rápidamente arrastran los olores.

Los terrenos elegidos para la construcción del matadero pertenecen al Sr. Aguirre, con una latitud necesaria para una calle o camino de servidumbre que ponga en comunicación con la carretera de Cabieces.

 El edificio tiene 13,20 metros de longitud por 9,20 metro de latitud, lo que hace una superficie de 121 metros cuadrados. La superficie total del terreno donde iría ubicado el matadero sería de 693 metros cuadrados.


Santurce tiene una población de 3.372 habitantes, según los datos que ha facilitado la Alcaldía el 19 del mes pasado. El número de reses que se matan, es de 16 reses en invierno y de 30 o sea una res mayor por día en los tres meses de verano. Además, hay la matanza de ganado de cerda, lanar y cabrío que se sacrifica y es imposible calcular el consumo de carne que hace la población y la capacidad que deben tener las naves de matanza para que satisfagan cumplidamente a las necesidades de servicio todos los días del año.

Pensamos que el Ayuntamiento no debe enumerar las dependencias de que debe contar el matadero, ni designar tampoco su número y capacidad relativa, puesto que esto le corresponde al arquitecto. Ahora bien, si decimos que el matadero se debe usar mayormente para la matanza de reses mayores, puesto que por los expresados datos poco es el ganado menor, lanar y de cerda que se sacrifica.

En la planta baja del edificio se han proyectado las tres naves de matanza con todos los útiles y accesorios que se detallan en los planos, un espacioso vestíbulo y la escalera de acceso al primer piso.

En este se ha instalado el taller de trapería completamente aislado del resto del piso por un tramo especial de escalera con el fin de que esté en la parte más retirada y ventilada del establecimiento y a pesar de dar sus huecos a tres fachadas se ha datado de un ventilador con la forma detallada en el plano, con sección con la correspondiente de chimenea de tiro para el aire viciado y orificio de entrada de aire puro.


En el resto de este piso, se ha colocado una habitación para un administrado o encargado, compuesta de tres espaciosas piezas, cocina y excusado. En el caso de que el Ayuntamiento desee que en el edificio no habite el administrador o encargado, puede destinarse dicha parte del piso para sala de oficinas, de contabilidad u otro destino que necesite la Corporación.

En el proyecto existe la conveniente distribución de aguas limpias, y el presupuesto considera que se alimente de agua de las cañerías de distribución del pueblo, en atención a la pequeña cantidad de dicho líquido que pasa por el arroyo inmediato. Según se dice en la Memoria del proyecto del lavadero que también acompaña, si bien no se han colocado abrevaderos para que el consumo de aguas sea el menor posible, pudiendo beber los ganados en dicho arroyo, limitando el número de grifos de una sola fuente por lo escaso que es el caudal de agua con que cuenta Santurce.

Juzgamos sin embargo que, si el matadero se edifica, debe colocarse una boca de riego en cada nave de matanza para que el lavado se practique con toda perfección, ya que se trata de dotar de sumideros y acometimientos a la alcantarilla, prolongando la generala hasta acometer en la bajante, cumpliéndose las condiciones higiénicas de toda importancia y necesarias en este establecimiento.


El dos de junio del año 1888 el ayuntamiento de Santurce acuerda sacar a subasta pública, y por el sistema de pliegos cerrados la construcción de un nuevo matadero en Regales.

La subasta que tuvo lugar el  catorce de junio del mismo año, contó con las propuestas de José Pujante, vecino de Portugalete, cuya puja fue de 21.300 pesetas, Trifón Pascual, vecino de Santurce, por valor de 21.900 pesetas, Pablo de Sarasquieta, vecino de Portugalete, por valor de 24.500 pesetas, Juan Urrutia, vecino del Concejo de Santurce, por valor de 22.230 pesetas, Manuel de Calvo, vecino del Concejo de Santurce, por valor de 25.694 pesetas, Angel Raizabal, vecino de Galdames, por valor de 24.115 pesetas.

Una vez realizadas las pujas, ese mismo día 14 de junio de 1888, reunidos en la sala consistorial del Concejo, bajo la presidencia del teniente alcalde D. Santiago de Ibarra, se decide que el remate de la construcción de un matadero en el casco de Santurce, sitio en el lugar denominado Regales, sea otorgada al vecino de Portugalete D. José Pujana por la cantidad de 21.300 pesetas.

Aurelio Gutiérrez Martín  de Vidales



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