ZIERBENA,
NAUFRAGIO 30/03/1882
LANCHA DE
BERNARDINO SAN CRISTOBAL
Noticias aparecidas en el
periódico “El Noticiero Bilbaíno”, los días 1 y 2 abril de 1882, y que hacen
referencia al naufragio de una lancha con catorce marineros matriculada en el
puerto de Zierbena.
Siendo
estos los marineros desaparecidos:
Bernardino
María San Cristóbal Beraza, nace el 20 de mayo de
1839, hijo de Eusebio y de María. Estaba casado con Carmen Bernaola Sasia,
nacida en Somorrostro el 21 de febrero de 1857. Su hija, Ana San Cristóbal
Bernaola nace en Zierbena el 28 de octubre de 1880.
Francisco María Aramayo Zubicaray,
es bautizado en Ondarroa el 14 de noviembre de 1854, hijo de Ignacio y de Paula.
Estaba casado con Juana Arteche Sainz natural de Zierbena y bautizada el 19 de
setiembre de 1851.
Braulio
Cabieces Vibanco, nacido en Somorrostro el 25 de marzo
de 1850, hijo de Raimundo y de Josefa. Estaba casado con Cecilia Quintana y
Elorza, natural de Zierbena y nacida el 22 de noviembre de 1841. Sus hijos
eran: José María Bernabé, (Zierbena,11/07/18779), Valeriano Juan, (Zierbena,
28/11/1879) y Juliana Braulia, (Zierbena, 17/02/1882).
Ramón
Castaños Careaga, nacido en Zierbena el 5 de abril de
1860, José María Castaños Careaga, nacido en Zierbena el 2 de agosto de
1862, estos dos hermanos eran hijos de Cándido y de Fulgencia. Sus hermanos
fueron: Virginia Bonifacia, (Zierbena,05/06/1856), Cándida María, (Zierbena,03/10/1858),
Francisco Javier, (Zierbena,03/12/1865), Aniceto Antonio, (Zierbena,17/04/1868)
y Miguel, (Zierbena,29/09/71).
Victoriano
Saráchaga Ortega, nacido en Zierbena el 23de abril de
1856, era hijo de Francisco y de Josefa. Estaba casado con Virginia Bonifacia
Castaños Careaga, nacida en Zierbena el 5 de junio de 1856. Su hijo, Esteban
Francisco, nacido en Zierbena el 4 de agosto de 1880.
Fructuoso Mendiola Undido, nacido
en Zierbena el 12 de junio de 1862, era hijo de Juan y de Francisca. Sus
hermanos; Rufino Mamerto, (Zierbena, 16/11/1859), Severiano, (Zierbena,
22/04/1867. Fallecería en otro naufragio ocurrido en Arminza el 10/11/1891),
Catalina Inocencia, (Zierbena,13/02/1865), Vicente Severiano, (Zierbena,
19/08/1870).
Tomás
Barquín Llaguno, nacido el 6 de abril de 1865, hijo de
Fernando y de Manuela. Sus hermanos fueron: Jacinto (Zierbena,
12/09/1863),Celestino
Tomás, (Zierbena, 06/04/1865), José Ponciano, (Zierbena, 19/11/1867), Manuel, (Zierbena,26/10/1869),
Seberiana, (Zierbena, 06/07/1872), Josefa Graciana, ( Zierbena, 19/12/1873), Constancia
(Zierbena, 20/09/1875), Víctor, (
Zierbena, 11/09/1878), Sebastián Antonio, (Zierbena, 20/01/1877), Julia,
(Zierbena, 13/04/1883), y Sinforosa Piedad, (Zierbena, 18/07/1884).
Francisco Verchili Balerdi, nacido en Irún el 24 de diciembre de 1865.
Francisco Verchili Balerdi, nacido en Irún el 24 de diciembre de 1865.
Era hijo de José Ramón Verchili
Sanz, (Castellón de la Plana 31/08/1837) y de Josefa Balerdi Múgica, (Usurbil,
Gipuzkoa, 21/11/1840). Al menos tubo los siguientes hermanos. Prudencia
Verchili Balerdi, (Gipuzkoa, 28/04/1864), Leonor, (Zierbena, 20/02/1867), Agustín, (Zierbena el 25/12/1869, fallecería en otro naufragio ocurrido
en Arminza el 10/11/1891), Bonifacia, (Zierbena,20/02/1874), Casimiro,
(Zierbena, 18/08/1878), y Serafina, (Zierbena, 20/01/1882).
Juan
José Elorza Amez, nacido el 30 de marzo de 1830, era hijo
de José Joaquín y Josefa. Estaba casado con Petra Rosa Valle Pucheta, nacida en
Zierbena el 19 de mayo de 1832. Sus hijos Fueron: María Teodora,
(Zierbena,09/11/1860), Manuela, (Zierbena, 21/11/1862), Juana, (Zierbena,
04/10/1864), Gertrudis, (Zierbena,17/11/1866), Fermina, (Zierbena,30/03/1870),
y Andrés Domingo, (Zierbena, 18/04/1872).
Ceferino
Pascual Bernaola Sasia, nacido en Zierbena el
12 de mayo de 1846, hijo de Juan y de Victoria. Estaba casado con Daniela
Modesta Larrea Arteche, nacida en Zierbena el 10 de abril de 1845. Fueron sus
hijos: Cirila, (Zierbena,01/12/1870), Josefa Matea, (Zierbena, 24/08/1873), y
Julián Pedro, (Zierbena, 17/03/1880).
Cecilio
Tejada Obares, bautizado en Zierbena el 4 de
marzo de 1862, era hijo de Fernando y de Faustina. Sus hermanos fueron:
Leocadia Nicolasa, (Zierbena,09/12/1854), Nicolasa Rufina, (Zierbena
30/07/1859), Martina, (Zierbena,13/11/1864) y Basilia Leocadia, (Zierbena, 14/06/1868).
Eduardo
Vidal y Ángel Rodríguez.
“El
Noticiero Bilbaíno” sábado 1 de abril de 1882
“Salió
anteayer tarde una lancha de Ciérbana y otra de Santurce en busca de buques
para remolcar. La segunda vio a la primera y se le adelantó, perdiéndola luego
de vista. Como la de Ciérbana no regresase por la noche al puerto, se la buscó
inútilmente hasta que ayer mañana se la encontró hecha pedazos hacia la parte
de Algorta sin que se pudiese adquirir noticia alguna de los tripulantes, que
eran catorce y se creen que hayan desaparecido. Es inútil de explicar el
profundo dolor con que hemos recibido esta tristísima noticia”. El
piloto de la lancha del puerto de Santurtzi era mi bisabuelo Camilo Antonio
Gutiérrez Arana, (LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, 3 y 4 de abril de 1882).
“El Noticiero Bilbaíno” domingo 2 de abril de
1882. Carta al Sr. Director de “El Noticiero Bilbaíno”, San Pedro de
Abanto 31 marzo 1882.
“Muy
señor mío: Quisiera en lo profundo de mi corazón no tener que coger la pluma
para reseñar el cuadro desgarrador que en estos momentos presenta la barriada
de Ciérbana: el corazón más empedernido llene que ablandarse al contemplar
«catorce» familias sumidas en la angustia más horrible, imposible de escribir;
catorce bravos marinos vecinos de dicho barrio | perecieron ayer ahogados a una
distancia de legua y media del puertecito de Ciérbana, desafiando
las embravecidas olas para ganar el
sustento propio y de sus infortunados hijos: véase el suceso.
Serían
las cinco de la tarde de ayer cuando una lancha propia y mandada por el práctico
de este puerto don Bernardino San Cristóbal, sale en regateo con otra de Santurce,
a pilotear dos vapores; la marcha que ambas emprendieron era precipitadísima; poco
habían andado cuando el velamen de la del primero no se divisaba; la primera
impresión habida fue de que ocurriera algún catástrofe, pero se desvanecieron
tales impresiones (que en realidad no lo eran) al ver que la otra lancha o sean
sus tripulantes, distantes unos cien metros, no hicieron aprecio alguno y
siguieron su rumbo.
Algún
tanto receloso el vecindario acudió presuroso al puerto cuando regresaron los
que iban embarcados en la de Santurce, pero, ¿cuál no sería su sorpresa al oír
de ellos con voz al parecer afectada que no habían visto a los otros tripulantes?
Imposible
parecía tal aserto, poro tampoco es dado dudar de que, si se hubieran apercibido
del siniestro, nada más consecuente y caritativo que auxiliar a sus compañeros
de fatigas.
Sea
cual fuere la causa, los catorce Infelices han sucumbido víctimas de su arrojo
por el bienestar de sus respectivas familias.
¡Dios les
habrá acogido en su seno; son prendas irremplazables, pero, ¿qué medios
piensan adoptar para evitar tamaños males? ¿O es que se pierden
en el espacio las diferentes y continuas advertencias de la
prensa? Conteste quien deba o le corresponda hacerlo, pero entre tanto esas infelices
esposas o hijos, penetrando con sus” ayes” el espacio, llegan hasta el
Omnipotente en demanda de justicia, ya que los descuidos o negligencias en la
tierra les hacen apurar las heces del dolor, precisados se verían á implorar la
caridad pública sino tuviesen plena confianza en la reconocida caridad que la
prensa bilbaína tiene acreditada en supremo grado, y que no dejará desperdiciar
en esta ocasión para perfeccionarla:¡ cuántas lágrimas enjugarán con ello!
Al
cerrar estos desaliñados renglones acabo de tenor noticia de que en el punto
llamado Escuribarri ha aparecido la lancha de referencia, muy deteriorada, y a
su lado el cadáver de Tomás Barquín, uno de sus tripulantes”.
En sesión ordinaria del pleno de Abanto y
Ciérbana celebrado el 8 de marzo de 1882 se acuerda “Que teniendo en cuenta
la horrible hecatombe ocurrida el día 30 último de marzo en el mar próximo al
puerto de Ciérbana, pereciendo 14 hombres de aquel barrio, se acordó por
unanimidad abrir una suscripción voluntaria encabezándola de los fondos municipales
con dos mil reales y en el acto con las aportaciones de los presentes.
Por
otra parte, se rogará al Sr. Administrador del Noticiero Bilbaíno, se digne
insertar en las columnas de dicho diario dicha suscripción con el fin de
inclinar la caridad pública hacia los infelices huérfanos de dicho barrio de
Ciérbana.
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales
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