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sábado, 13 de septiembre de 2025

 

CONFLICTOS EN EL ABRA, ABRIL 1884



La intención de establecer por parte de la comandancia de Marina de Bilbao la orden del ministerio de marina español el turno del servicio de prácticos partir del 1 de abril de 1884, hecho que rompía lo que hasta esa fecha había sido el libre lemanaje de la ría, creó una serie de conflictos entre las cofradías de Ciérbana, Santurce, Portugalete, Algorta. Las primeras consecuencias fueron publicadas de la siguiente manera:

El martes fueron varias las reyertas y colisiones que ocurrieron en Santurce y Portugalete, llegando el caso de faltar muy poco para que hasta padres e hijos vinieron a las manos. A estas noticias del Irurac-bat, añade El Norte, que en Santurce fueron presos unos 14 individuos, y que en la única lancha prácticos turnistas que salió aquel día iban estos sin lancheros ni marineros de las cofradías, lo cual llamó no poco la atención.

Entretanto, la Junta de comerciantes, navieros y capitanes celebrada últimamente acordó pedir a la agricultura, industria y comercio que convoque un meeting para tartar pública y ampliamente el asunto del practicaje. El Liberal, 5 de abril de 1884 y también en la prensa: El Siglo Futuro, La Correspondencia, La Fe y La República, el 4 de abril de 1884.


El Liberal, 5-4-1884
La República, 4-4-1884

El resultado de posteriores reuniones para calmar los ánimos fue publicado en EL Liberal, 15 de abril de 1884:

Una de las cuestiones tratadas en la reunión de comerciantes, navieros y marineros mercantes celebrada en Bilbao, ha sido la libertad de practicaje, que en realidad fue el motivo de la reunión, aunque luego fueron en ella tratados otros puntos Importantes.

Aunque no hubiera otras razones con que apoyar la separación de la marina mercante del ministerio de Marina, bastarían las trabas que este impone con reglamentaciones absurdas, para justificar la reforma.

No hace mucho que los prácticos mismos de Bilbao reclamaban con insistencia que se les permitiese hacer el practicaje en las embarcaciones que tuviesen por conveniente, protestando contra la obligación que se los imponía de hacerle en lanchas abiertas, exigencia que no tiene ni puede tener otro fundamento que el capricho, pero que tiene todo el carácter de antihumanitaria por las frecuentes desgracias que tal procedimiento motiva

Hoy el comercio, los navieros, y los marinos mercantes, reclaman contra el turno de prácticos, y piden la libertad de practicaje, para lo cual la reunión de Bilbao aprobó la exposición que se dirige al ministerio de Marina, como fue aprobada también por prácticos do la cofradía de Santurce que á la reunión asistían, cofradía que por su parte eleva también otra exposición en el mismo sentido.

El comercio, los navieros, los marinos mercantes, los prácticos están de acuerdo para pedir la libertad de practicaje.



Los navieros y los marinos mercantes no pueden tener en efecto sino gran interés en que el práctico salga hasta la distancia que crea conveniente, no ya solo para tal buque determinado que se halle a la vista, sino en busca de buques a que ofrecer el lemanaje. ¿Qué pierden en esto los prácticos?

Con el turno de practicaje ha de suceder frecuentemente que mientras el práctico de turno se halla ocupada en meter un buque en la ría, y mientras otro practico se disponga a salir para otro buque, ya este se bailará cerca de la barra. En un puerto que ha tomado tanto movimiento como el de Bilbao, ocurrirá este caso con harta frecuencia.

En puertos de poco movimiento, el turno no tendría estos inconvenientes, pero siempre tendría el muy grave de llevar la intervención del gobierno a loque debe estar fuera de ella.

En puertos de la importancia del de Bilbao, tiene además el inconveniente do que se haga el servicio con perjuicio de los buques que llegan a tomar puerto.

El servicio de prácticos se ha hecho para los buques y no estos para aquellos; y es el mayor de los absurdos sujetar a los buques que se dirigen a tomar puerto a todos los embarazos y las dilaciones y los peligros que estas pueden ocasionar, que traen necesariamente consigo un servicio de tal manera intervenido y reglamentado, Cuantas veces ha de ocurrir que el práctico, con el sistema actual llegue en Bilbao al buque cuando este se halle ya no sólo dentro del abra, sino próximo   la barra, no hay para qué decirlo.

¿Por qué los prácticos no han de poder salir de puntas   la distancia que crean oportuna, a ofrecer sus servicios? La competencia, se dirá, llevará   arriesgarse más de lo conveniente en días de temporal.

Pues precisamente en esos días han de necesitar más el servicio de práctico los buques que se acerquen a tomar el abra. Por otra parte, no se ve que en las costas de Inglaterra produzca aquellos inconvenientes el que los prácticos salgan no solo a tomar un buque determinado, sino en busca de buques, a la distancia que quieran.

Pero lo más absurdo del caso es que la misma autoridad que ha obligado a los prácticos de Bilbao a hacer el lemanaje en lanchas abiertas, a pesar de las enérgicas reclamaciones de las cofradías de Portugalete y Santurce, tome tanto interés por la comodidad de los prácticos, imponiendo el turno, y dejando a un lado no ya la comodidad, sino la necesidad de los buques que han de recibir el servicio.

Todo por el afán de reglamentar, que tantos perjuicios ha traído y trae aún en nuestro país. No hacemos hoy, sino indicar el asunto que nos proponemos tratar con más extensión en su día, por lo mucho que interesa a todos los puertos en general y al de Bilbao en particular.

https://www.practicosdepuerto.es/es/libros/cap%C3%ADtulo-primero-desde-la-antig%C3%BCedad-hasta-finales-del-siglo-xix

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

 

 

domingo, 10 de agosto de 2025

 

NAUFRAGIO EN EL ABRA 10 AGOSTO 1885

EFEMÉRIDE

                                                     Autor: Anselmo Guinea y Ugalde

En agosto de 1885 con el cólera en pleno vigor sucedía este naufragio en el Abra que su publicación sin entrar en detalle de los fallecidos no mereció más que unas escasas líneas, no, así como sucedía entonces con los relatos fatales de la epidemia.

Anteanoche a eso de las diez, al volver a Portugalete desde el vapor francés Boucau la lancha del práctico José Madariaga tripulada por cinco hombres al mando del patrón Pedro el carrenzano, un golpe de mar le dio la vuelta, y otro segundo golpe la puso boca arriba. En tan apurado trance saltaron al mar con ánimo de volver al vapor, los dos tripulantes más jóvenes, pereciendo ahogado uno de ellos y salvándose el otro que fue recogido por una trainera que estaba pescando.

Más tarde se arrojaron otros dos al mar y perecieron también ahogados.

Igualmente se salvó el que quedaba solo en la lancha, gracias a que la mar lo arrojó a la playa de Las Arenas, desde donde pudo salir a tierra sin novedad. La lancha fue arrastrada al mar por la corriente. El Noticiero Bilbaíno, 12 de agosto 1885

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

 

 

sábado, 21 de junio de 2025

 

NAUFRAGIO VAPOR ESPERANZA, ENERO 1908



Noticiero Bilbaíno, 10 de enero 1908. A las tres y media de la madrugada de ayer embistió en el puerto exterior, a quinientos metros de la boya blanca que está a la parte fuera del malecón de Santurce, el vapor Gallo que procedía de Gijón y venía con carga de carbón, el vapor Esperanza que se dirigía en lastre a San Estaban de Pravia. Ambos barcos eran de cabotaje.

El golpe lo recibió el Esperanza en medio del casco, cerca del puente abriéndose una vía de agua.

La tripulación del Esperanza al ver que el vapor se iba a pique, lo abandonó embarcándose en el bote de a bordo sin poder salvar nada, ni la ropa.

El Esperanza tardó en irse a pique en cinco minutos aproximadamente. El Esperanza era de la matrícula de Almería, propiedad don Andrés García y Compañía, y fue construido por la casa R. Napier, X Sons, en el año 1851.

 Antiguamente se llamó Elquenn y tenía 159, 9 pies de eslora, 22,1 de manga y 13,1 de puntal. Cargaba 185 toneladas, siendo el tonelaje de registro de 280 toneladas. Lo mandaba el patrón don Lucio de Echaniz y su tripulación se componía de 11 hombres. El barco no estaba asegurado., y se espera que el casco del vapor pueda ser puesto a flote.

 El Gallo desplaza 672 toneladas y es de matrícula de Santander.

 En la Comandancia de Marina de Bilbao se facilitó anoche esta nota: Importante aviso para los navegantes: El vapor Esperanza naufragado esta mañana se encuentra apique en quince metros de agua a 500 metros aproximadamente del extremo del malecón y en la alineación de la boya luminosa con Punta Lucero en bajamar se ven dos metros de sus palos.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

martes, 17 de junio de 2025

 

                  ACCIDENTE VAPOR VÍCTOR RITA, 17 de JUNIO 1920

EFEMÉRIDES



A primeras horas de la mañana del día 17 de junio de 1920 y como resultado de la explosión de la caldera del vapor pesquero Víctor Rita, fallecieron en Santurtzi los hermanos, José/Ulpiano, Marcos y Celedonio Sebastián Durañona.

Los tres hermanos fueron bautizados en Santurtzi, José /Ulpiano el 5 de abril de 1896, Marcos el 25 de mayo de 1897 y Celedonio el 3 de febrero de 1901. Sus padres eran Manuel Sebastián Melus, bautizado en 1869 en Armiñón, Zaragoza y Juana Josefa Durañona Gorgolas, bautizada en Santurtzi el 19 de marzo de 1874.

Del periódico El Liberal recojo varias crónicas de este trágico accidente:

El Liberal, 18 de junio de 1920: La primera noticia aparece a primeras horas de la mañana en Bilbao en la que se indica que en el pueblo de Santurce la explosión de una caldera había causado muchas víctimas. Se creyó que pudiera haber sido en una fábrica. Seguidamente se confirmó que el número de muertos ascendía a tres.



El Víctor Rita se construyó hace cinco años en Ondárroa, adquiriéndolo D. Celso Fernández, maquinista naval, en compañía de otros amigos. El propietario del barco lo estuvo explotando directamente durante algún tiempo, pero hace tres años el Sr. Fernández se decidió  navegar y arrendó el Víctor Rita a Marcos Durañona, patrón, que formó la tripulación con sus sobrinos Ulpiano, Marcos y Celestino Sebastián Durañona y de dos excelentes marineros, Pablo Sarasola y Ángel Ruiz.

Se relata que apuntaba el día cuando el vapor Víctor Rita remolcado por una trainera se encontraba cercano a la punta del muelle, cuando una formidable detonación hizo enmudecer a los tripulantes de los cerca de veinte barcos pesqueros que se disponían partir, al ver que el vapor destrozado se hundía rápidamente.

 Muy pronto lograron extraer del agua a Pablo Sarasola y a Ángel Ruiz, arrojados violentamente al agua por la explosión. El patrón Marcos Durañona, quedó sobre cubierta, pero al comprobar que la nave se hundía se tiró al agua y nadando consiguió llegar a la punta del muelle. A los tres hermanos no se les pudo localizar dándoles por fallecidos.



 Los supervivientes narraron que no podían explicar de momento las causas de la catástrofe, solo decían que la caldera había explotado. La explosión fue formidable. La chimenea del Víctor Rita saltó por encima del edificio de la Casa-venta y cayó al mar, a unos cuatrocientos metros de distancia. El guardacalor de hierro fundido con un peso aproximado de ciento veinte kilos, el puente, la caldera de entrada a la maquinaría y maderas de cubierta aparecieron en el muelle.  La opinión mayoritaria del motivo de la explosión la achacaban al paso de agua fría la caldera. Aunque las razones verdaderas nunca se sabrán puesto que Marcos era el maquinista de la embarcación y uno de los fallecidos.

El día del accidente en los centros públicos y de recreo ondeó la bandera a media asta con crespones negros.

El Liberal, 19 de junio de 1920. Durante todo el día de ayer se efectuaron distintos sondeos en la rada en busca de los cadáveres de los tres infortunados hermanos que sucumbieron víctimas de la explosión ocurrida en el Víctor Rita.

                                                  La Gaceta del Norte

Un cabo de mar que efectuaba con el rastrillo un sondeo en las inmediaciones del lugar en que ocurrió la catástrofe, tuvo la suerte de encontrar uno de los cadáveres, el de José Sebastián Durañona.

Extraído a tierra, el Juzgado ordenó que quedase depositado en una de las dependencias de la Casa-venta del pescado hasta que por la tarde se verificase su entierro.

El buzo de la Junta de Obras del Puerto estuvo dedicado toda la tarde a la busca de los cadáveres de Marcos y Celestino, sin resultado positivo. A las cinco y media de la tarde enorme gentío rodeaba la Casa-venta. El patrón del Víctor Rita, Marcos Durañona, tío de las víctimas, quería ver el cadáver de su desgraciado sobrino, y, abandonando el lecho, salió de su casa precipitadamente. Varios amigos le hicieron desistir de su empeño, trasladándolo nuevamente a su domicilio.

                                                La Gaceta del Norte

Momentos después se celebró el entierro. El cadáver, encerrado en sencillo ataúd blanco, era conducido a hombros por cuatro marineros. Una monumental corona de flores naturales era llevada por dos amigos del finado. Presidían el duelo el alcalde, D. Cristóbal Mendizábal, un contramaestre de la Armada, un representante de la Hermandad de pescadores y un pariente.

Detrás seguían numerosas personas de todas las clases sociales en número die mil quinientos aproximadamente. La Diputación ha hecho un donativo de cinco mil pesetas a la familia, y tres mil la Hermandad de pescadores. Hoy continuarán los trabajos de busca de los otros dos hermanos.

El Liberal, 20 de junio de 1920. El buzo de la Junta de Obras del Puerto continuó ayer los trabajos de reconocimiento en el interior de la rada. Otros marineros utilizaron rastrillos para verificar sondeos. Ambos trabajos tuvieron resultado negativo, suponiéndose que los cadáveres de Marcos y Celestino Sebastián Durañona fueron arrastrados por la corriente.

                                                 La Gaceta del Norte

A las once de la mañana se verificaron en la iglesia de San Jorge los funerales por las víctimas. La comitiva, en la que figuraban el presidente en funciones de la Diputación, Sr. Pisón, y los diputados Sres. Sierra e Ibarra: el alcalde, Sr. Mendizábal, secretario de la Comandancia de Marina, Sr. Junquillo, y las Juntas directivas de las Cofradías de pescadores de Santurce y Ciérvana, más numerosas personas de todas las clases sociales, partió de la Casa-venta, dirigiéndose a la iglesia, donde esperaba el clero parroquial.

La Casa Sota y Aznar ha donado a la familia de las víctimas dos mil pesetas.

El Liberal, 23 de junio de 1920. Sobre las once y media de la mañana apareció flotando sobre las aguas de la rada, el cadáver de Marcos Sebastián Durañona, maquinista del Víctor Rita y que con sus dos hermanos pereció víctima de la explosión, ocurrida a bordo de dicho barco. El cadáver del infortunado joven al ser extraído de las aguas fue llevado directamente al Cementerio.

                                                      Noticiero Bilbaíno

A las cuatro de la tarde los médicos militares le practicaron la autopsia, y después se verificó el entierro, al que asistió gran parte del vecindario.

El Liberal, 25 de junio de 1920. Suscripción abierta por la Cofradía de pescadores de Santurce en favor de la familia de los tres hermanos muertos en el vapor Víctor Rita.

Cofradía de pescadores, 3.000 pesetas, Excma. Diputación de Vizcaya, 5.000, Ilustre Ayuntamiento de Santurce, 1.000, Cofradía de pescadores de Ciérvana, 500, un marinero de Ciérvana, 10, Compañía Naviera Sota y Aznar, 2.000, vapor Santa Teresa de Jesús de Ondarroa, 25, Cooperativa del centro Católico, 100, D. Cristóbal de Mendizábal,50, D. Idelfonso Arriola, 25, D. Mariano Torróntegui, 20, D. Guillermo Ruiz, 20, D. Jenaro Herboso, 5, D. José María Larrea, 5, D. Lorenzo Osaba, 5, D. Zenón Aspiazu, 20, D. Juan J. de la Quintana, 50, D. Máximo García, 10, Ilustre Ayuntamiento de Bermeo, 50, D. Pablo Larrabide, 50. Suma y sigue, 11.940 pesetas.

FUENTES: El Liberal, Noticiero Bilbaíno, La Gaceta del Norte, blog El Bolintxi.

Santurtziko Genealogia Zaleak



Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

jueves, 3 de abril de 2025

 

EXPEDIENTE DE AVERÍAS DE LA BARCA "SANTURSANA". 1834



Expediente de averías iniciado el 20 de marzo de 1834 de la barca Santursana, (Santurzana) cuyo capitán es Bonifacio de Arrarte, y cuyos propietarios son Corces y Murrieta, del comercio de la villa de Bilbao, que desde el puerto de La Habana pretendían llegar a Terranova para cargar bacalao con destino a la citada villa. AHFB, Tribunal Comercio 0017/004

El capitán de la barca Santursana era José Bonifacio de Arrarte Murrieta bautizado en Santurtzi el 16 de mayo de 1784, era hijo de Juan Bautista Arrarte Mandoño y de Francisca Murrieta Villar, esta a su vez era hija de Francisco Murrieta Urioste y de Josefa Villar Peña. Su hermano Juan Tomás Bonifacio, contraería matrimonio en Santurtzi el 18 de mayo de 1826 con Gumersinda Murrieta Mello, hermana de Cristóbal Murrieta Mello.

En la barca Santursana, además del propio José Bonifacio estaban embarcados los vecinos de Santurtzi: Matías de Urioste, Juan Simón de San Pelayo y Ángel de Lambarri, como marineros y cocinero de la embarcación.

Expediente: En la villa de Bilbao a veinte y nueve de abril de mil ochocientos treinta y cuatro ante el señor Don José María de Norzagaray, Cónsul del Real Tribunal de Comercio, por ante mí el escribano de S.M. público del Número de ella, de Marina y Arribadas de Indias de esta provincia, pareció Don Bonifacio de Arrarte, capitán de la barca nombrada Santursana y bajo juramento que voluntariamente prestó dijo: que teniendo a dicha embarcación de su mando estanco, bien aparejado, tripulado y con todo lo demás necesario para hacer buena navegación, salió del puerto y bahía de la Habana a las cinco de mañana del día quince mes próximo pasado con destino a San Juan de Terranova y con objeto cargar allí bacalao y venir  a este puerto.



Que sin novedad alguna y con diferentes vientos algo recios y bastante mar siguieron su navegación en diferentes rumbos a veces con todo el aparejo. El día trece de febrero hallándose en la latitud cuarenta y cinco grados veinte minutos y con el trinquete y las gabras sobre dos visos, con viento fresco y mar gruesa y tratando a las cuatro y media de la tarde aferrar la mayor, no lo pudieron conseguir a causa de bancos de hielo y tuvieron que picar los envergues y echar abajo con bastante trabajo.

 El inmediato día catorce a las dos de la tarde se encontraron con una escama de hielo y ya a las tres para separarse ordenó el relatante gobernar el rumbo S.S. pero de repente se vieron sin poder navegar y entre bancas pequeñas y entre la marejada que hacia el buque fueron entrando en la masa más gruesa de bancos de hielo que estaban sueltas, y por más más diligencias que hacían para separarse les fue imposible. En tal conflicto cargaron el trinquete y velacho quedando con solo el cabrío a la capa con el fin que la embarcación no cediese y se maltratare con los muchos golpes que entre banca y banca recibía, y viéndose así trataron de pones como efectivamente pudieron defensas al costado a proa y popa, las cuales defensas se componían de una guindalera, un calabrote, un cable de cáñamo, y otros varios cabos y jarcias menudas.

 El inmediato día quince, aunque con viento bonancible y mar llana, se encontraron también entre bancas de hielo que llegaban a todo lo que la vista podía alcanzar en el horizonte, y todo el tiempo les pasaba maniobrando con objeto de defender el buque, así como sus vidas de los crueles golpes que recibía, poniendo perchas, tablas y cuanto había en la embarcación para su defensa.



Que el siguiente día diez y seis se vieron de nuevo metidos entre bancas y a fuerza de desatascarlas con las expresadas perchas y con un poco ámbar que llevaba el barco consiguieron también no con poco trabajo salir de entre ellas para las dos de la tarde, y para que el barco anduviese más con la ventolina que les había entrado  suspendieron para arriba el cable, calabrote, cabos de maniobra, salchichones y perchas  que como se ha referido tenían en los costados, y al anochecer les quedaron las bancas a bastante distancia.

El inmediato diez y siete estando libres de las bancas determinaron echar a la bodega los citados cables y demás aparejos que les habían servido en los costados, aunque todo destrozado y picado por los hielos, pero a las cuatro de la tarde se vio desde el tope una mancha grande de dichas bancas de nieve por la parte del este y que se extendían bastante.

Cuando anocheció con chubascos y viento fresco por el S.-O. y mucha marejada pasaron toda la noche. El siguiente día diez y ocho refrescó más y más y el viento se acrecentó, y con lo mucho que trabajaba la embarcación se aumentó el agua en las bombas, y así continuaron en que ya no pudieron resistir ninguna vela por las olas que caían en cubierta, y un golpe de mar se llevó hasta el bote. En esta situación decidieron que era imposible ir a su destino de San Juan de Terranova, y el día veinte y cinco al medio día viraron por redondo con vientos del segundo cuadrante.



Siguieron así en derrota hasta que el día veinte y siete, y al amanecer avistaron un bergantín por sotavento a cierta distancia y largándole la bandera española les contestó con otra igual. Se aproximaron al abra a cosa de las nueve de la mañana y habiéndoles suplicado al capitán de dicho bergantín nombrado La Merced que procedente de Cuba iba a Barcelona les diese conserva por la mucha agua que, hacia el barco, generoso convino a ello y en su compañía siguieron la derrota para el primer puerto de la península, haciendo el buque veinte y cuatro pulgadas de agua y así continuaron hasta el tres de marzo. Hallándose en la latitud treinta y siete grados norte y veinte y cuatro de longitud, avistaron tierra por popa, después el bergantín se despidió de ellos y tomó su destino y después de haber navegado con vientos flojos y en varias direcciones el veinte y uno por la tarde reconocieron el cabo Finisterre Y desde ese día con vientos a favor fueron acercándose a este puerto.

Posteriormente Julián de Unzueta, maestro constructor, tasaría la avería causada en el casco y arboladura de la barca en la cantidad de quince mil reales de vellón poco más o menos, navío que estaba asegurado en Londres por sus propietarios.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

jueves, 2 de enero de 2025

 

NAUFRAGIO VAPOR LUNNEBURG FEBRERO 1882



De entre las escuetas noticias relacionadas con naufragios en el Abra y en la Ría de Bilbao, que guardaba figuraban las del naufragio cerca de Axpe-Udondo del vapor inglés Lunneburg y ante la imposibilidad de encontrar más datos del naufragio las dejé en el “purgatorio informativo”:

Noticiero Bilbaíno, 8 febrero 1882. Ayer tarde en el acto de salir de nuestro puerto varios buques tuvo un percance el vapor inglés Lunneburg en el momento de hacer la operación de ciaboga, sufriendo averías de tal importancia que quedó atravesado y en mala disposición, dejando un paso difícil para el tránsito de los demás que impediría por de pronto el paso de algunos de los de ayer se hallaban dispuestos a efectuar la salida. Esta noticia era ampliada el día 11 en mismo periódico; El vapor Lunneburg que quedó varado días atrás se hundió ayer. Sería bueno que por quien corresponda se tomaran con ese buque en un breve plazo las medidas que su estado reclama, no vayan a ocurrir con él los entorpecimientos que ocasionó el Abernoch por la tardanza en ponerle a flote.

La Iberia, 10 de febrero de 1882. A las cuatro de la tarde del día 7 se fue a pique cerca del puente de Udondo en Bilbao el vapor inglés Lunneburg sobre el ancla del vapor Garfin. El vapor náufrago pertenece a la importante compañía Lambton Office Sunderland dueña de 30 vapores, la mayor parte visitan frecuentemente nuestro puerto.



Noticias hoy ampliadas y que cobran sentido con la encontrada en el tomo 17 de la Revista de Obras Públicas, y que forma parte de la “Memoria que manifiesta el estado y progreso de las obras de mejora en la Ría de Bilbao durante el año económico de 1881 a 1882 presentada por el Ingeniero Evaristo Churruca”.

Extracción del vapor Lunneburg: El 7 de febrero del corriente año se fue a pique en el cauce de la ría el vapor Lunneburg a consecuencia de avería producida por un ancla, quedando completamente atravesado a la corriente e interceptando la parte principal del canal.

La Ley de Puertos vigente en su artículo 33, expresa que cuando ocurriere el naufragio de un buque dentro de algún puerto, los dueños o consignatarios o las compañías de seguros, procederán a su extracción dentro del plazo que les señale el Comandante de Marina de la provincia. Si no lo verificase se dispondrá por el Ministerio de la Marina que se efectúe dicha operación con cargo a los productos que se obtengan de la venta de los buques y de los efectos que se contengan.

                                           Antonio Aldama

El Sr. Comandante de marina de la provincia, en cumplimiento de esta disposición, fijó a los aseguradores el plazo de la extracción, pero estos, después de haberlo intentado tuvieron que abandonarlo a causa de haberse partido el buque, y creer sin duda alguna que era preferible hacer abandono que empeñar se en su extracción. En vista de este resultado, la expresada Autoridad anunció la subasta para la extracción del buque con cargo al valor del mismo y de sus defectos a lo cual no se presentó licitador alguno.

Ante esta situación, y como el Ministerio de marina no tenía créditos para atender estos gastos y se corría el riesgo de que el buque estuviera mucho tiempo en aquel lugar la Junta del puerto recurrió a la Superioridad solicitando autorización para proceder a la extracción del buque y para ello el Sr. Ministro de Fomento de acuerdo con el de la Marina expidió el Real decreto de 21 de marzo de 1882 que dispone que transcurrido el plazo para la extracción o abandono del buque por los interesados, el Ingeniero Director de las obras del puerto donde haya Juntas establecidas, o el Ingeniero jefe de la provincia donde no las haya, procederán a la extracción del buque con los medios y recursos que tenga a su disposición. Efectuándose la venta del casco y efectos que contenga en pública subasta, y aplicándose su valor al pago de los gastos que ocasione este servicio.

En virtud de lo dispuesto se procedió a verificar las operaciones auxiliares para la extracción del buque que como tenía una considerable carga de mineral de hierro, era preciso para aligerarlo proceder ante todo a su extracción para lo cual se empleo una draga o excavador Priestman, cuyo útil, introduciéndose por las escotillas, extraía el mineral, si bien era preciso auxiliarse de un buzo a fin de conseguir el mayor efecto posible, pues de lo contrario el útil no caía en los sitios más convenientes.

La cantidad de mineral que se hallaba extraída el 30 de junio último asciende a unas 400 toneladas.

Guiard, la ría en Axpe, colección Sociedad Bilbaína

Al propio tiempo una cuadrilla de obreros se dedicaba a extraer las anclas, cadenas, y demás objetos sueltos, así como a desmontar los tornos de vapor, calderetas y demás piezas que siendo de valor sufrían gran detrimento por estar sumergidas.

El buque está partido en dos, aunque no se conoce todavía con seguridad si esta separación llega hasta la quilla, pue los buzos no han podido examinar la rotura por la situación en la que se encuentra el buque. Se intentó levantar la parte de popa que es la que más estorba a la navegación, siendo de advertir que es la de mayor peso. Con este objeto se le pasaron cinco cadenas por la quilla que se sujetaron a cuatro buques colocados en ambos costados, con auxilio de varias vigas de roble de grandes dimensiones. Pero en el ensayo de suspensión que al efecto se hizo, faltaron dos de las cadenas sin que el buque se moviera lago, dando a sospechar que la rotura del buque no es total. Antes de continuar las operaciones se ha creído conveniente asegurarse respecto a este particular, a fin de que, caso que no se halle rota la quilla y partes adyacentes de las planchas, verificar por completo la separación, a cuyo efecto para dar acceso a los buzos hasta la quilla se están rompiendo con dinamita los mamparos y tanques de palastro que lo impiden.

El resumen de los gastos ocasionados en estos trabajos desde el mes de marzo en que empezaron hasta el día 30 de junio del año 1882 asciende a 12.618,72 pesetas.

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

viernes, 6 de diciembre de 2024

PALANGREROS-NAUFRAGIOS


PALANGREROS-NAUFRAGIOS



Realizando una serie de investigaciones sobre naufragios de pescadores de Portugalete, Santurtzi y Zierbena en la costa vasca, encuentro un artículo publicado en la revista “EL ABRA” con la firma EDUPE y bajo el título “El Palangrero”, en cuyo texto se encuentran datos de diversos naufragios con resultado de muerte de varios palangreros de Portugalete.

Esto unido a un comentario de mi hermano Javi, que me indica que el palangre de nuestro Aita era probable que se encontrara en el camarote de la casa paterna, me anima a subir 40 años después a rescatar del polvo dicho palangre, en principio para poderle sacar algunas fotos y así servirme de fondo en alguna publicación, y por otra parte con el consentimiento familiar entregarlo a algún museo.

Desgraciadamente el tiempo lo había degradado de tal manera que estaba totalmente descompuesto, y donde lo único que estaba entero era la “espuerta”. Al fin y al cabo, más de 60 años de vida y el lugar donde estaba recogido, no facilitaron su conservación.

 Así que aprovecho alguna foto del palangre de “los Navarrillos” para dar conocimiento y homenaje al artículo de EDUPE y a todos los palangreros, sobre manera para aquellos que dejaron su vida faenando en la mar.

 A LOS PALANGREROS: Daniel Bilbao, padre e hijo (Antera), Garrido, Anes, (El Guerniquilla), Miguel Gómez (El Barberillo), Joaquín Llantada, Martín Bidegain, El Niño de Cádiz, León  Aureliano Gutiérrez, (Navarrillo) mi abuelo, Gregorio del Campo, (Los Pinches), Marcos Sánchez, Manuel Corneta, Peña, Francia, Santo Tomás, Inunciaga (Lerri), Muñoz (El Andaluz), Cano, Hermosilla, etc.

“A las dos de la mañana, sobre poco más o menos, sale por la “Punta del Muelle la flor de los palangreros.

El Palangre, aparejo de pesca muy empleado en las costas vizcaínas y guipuzcoanas, se compone de un cordel ( la madre) de unos 150 metros de longitud, llevando a lo largo de éste, aproximadamente cada metro, una cuerdecilla ( reinal), de las cuales penden los anzuelos establecidos en dos clases denominados “gordos y pequeños”, ( de cada 20 pequeños, aproximadamente uno gordo), completando el aparejo una cestilla circular llamada “espuerta”, en la que se enrollan los cordeles ordenadamente de forma que los anzuelos asomen por el borde de la “ espuerta”. Estos anzuelos van encarnados, es decir, llevan en la punta o pincho, pulpo cocido, jibias, anchoas, navajas (muergo), etc...


La salida de los palangreros en sus embarcaciones se hace de una a tres de la mañana, dependiendo esto de la hora del alba.

Una vez llegados a la zona adecuada para la pesca, la faena se divide en dos partes, siendo estas totalmente esenciales: LARGAR, es decir, echar el palangre al agua, (soltando poco a poco, aunque corrientemente se entiende por soltar todo de una vez), y HALAR o levantarlo. Operación esta última que se realiza al amanecer.

La forma de LARGAR los palangres son varias, tal es así como en BAGUIA o zigzag, etc. estando suspendidas al terreno submarino (arena, fango, roca, etc.) y, naturalmente, al estado de la mar.

 La operación LARGAR se puede hacer a remo o a motor. En cambio, en la de HALAR requiere más detenimiento, ya que se trata de izar la pesca, generalmente compuesta por cabras, fanecas, brecas rayas, pitarrosas, congrios, anguilas de congrio, etc., y en la mayoría de las ocasiones supone el enredo del aparejo que puede motivar la pérdida del mismo, haciéndose por tanto esta operación normalmente a remo, a fin de poder maniobrar con más rapidez y mayor seguridad.

Portugalete encierra su historia acerca de este arte de pesca, cuya base de palangreros era y sigue siendo el “Muelle Viejo”.

Su historia se remonta hacia finales del siglo pasado, (1880/1890), cuando fue introducido en la Villa por los andaluces, cuyas operaciones de pesca se llevaban a cabo haciéndose a la mar a remo, siendo zona de pesca entonces por las cercanías del litoral, como Algorta, bajo el Semáforo ( Faro de la Galea), El Lucero( Batería de Costa), Al Medio( Zona central del Abra a la altura del final de la Galea), Los Mimbres ( del Calero hacia el Puerto Franco), etc.

Son las diez de la mañana. La faena ha terminado y ya los aparejos se han izado a bordo. La boga del marinero es larga y profunda. Vuelven de la mar. En popa y proa se les ve “alistando”. Sus rostros reflejan cansancio, la tarea ante una mar revuelta, ha sido dura.

En tierra, dentro del puerto, se ve la misma estampa de diario. Gente formada especialmente por hombres y mujeres del Muelle Viejo, Aceta, Coscojales, el Ojillo, y calle Santa María, que aproximadamente a la hora de siempre esperan la llegada de estos hombres de mar. Debe prepararse de nuevo el “palangre”, es decir, ordenar el aparejo, operación llamada “alistado” y encarnar para el próximo día.

En tierra, reunidos como de costumbre en la plazuela, (salida de la Canilla), en el paso a nivel que da al dique donde se encuentran los depósitos de carbón de la Renfe, están estas gentes en plena tarea de alistar. Se comentan las incidencias de la pesca con sus momentos difíciles en la maniobra y a veces anecdóticas, concretando al final la salida al mar para el siguiente día.

“El Palangrero” hombre con un valor extraordinario que se exponía a los peligros del mar, para, al final de sus pescas en muchas ocasiones pobres, sacar poco quiñón.


Es Luis Gutiérrez, un viejo palangrero retirado, quien nos habla de las tragedias sufridas por el azote del mar, de cuyo resultado perecieron ahogados, Joaquín Llantada, Martín Bidegain y Daniel Bilbao, padre e hijo (los de Antera). Era un día más de pesca. A golpe de remo, como los demás se hicieron a la mar, cuando en plena faena de Halar, y a la altura de Barrica-Plencia, se levantó una fuerte tempestad. Para ellos, suponían mucho sus aparejos, y luchaban por conseguirlos. Todos regresaron a puerto a excepción de estos cuatro intrépidos marineros, a quien la mar arrebató.

Así recogía la prensa de la época este triste suceso: EL NERVIÓN-13 de abril 1907. Víctimas del Mar.- Una vez más el líquido elemento ha llevado la desolación y el luto a honradas y laboriosas familias de pescadores.

 El siniestro afecta hoy a la villa de Portugalete.

Ayer a las dos de la madrugada, salieron como de costumbre a dedicarse a las faenas de la pesca en sus botes, los patrones Antonio Garrido y Joaquín Llantada, los cuales llevaban en su compañía tres tripulantes más cada uno de ellos.

Para el ejercicio de su faena se largaron ambos patrones a 6 millas al Oeste y fuera del Puerto exterior.

Cuando más entretenidos se hallaban en su trabajo, la calma que había reinado hasta entonces se alteró, y el viento soplando del Noroeste puso en grave aprieto a las embarcaciones.

La de Antonio Garrido logró llegar a Portugalete sin detrimento alguno, no sucediendo lo mismo a la de Joaquín Llantada, que fue hallada más tarde quilla al sol y con los remos en la playa de Barrica.

Supónese que este último bote llamado “Joven Joaquín” debió de ser cogido por algún galernazo que le hizo zozobrar ahogándose sus tripulantes.

Estos eran a parte del patrón los marineros Martín Videgain, Felipe Elberdean, apodado” El Bermeano” y un hijo adoptivo de este, llamado Daniel.

En un principio se tuvo la esperanza de que los náufragos hubieran sido recogidos por algún vapor que llevara rumbo al Norte, pero esta esperanza ha desparecido al saberse que cuando se supone ocurrió el naufragio no es la hora de mareas en la que acostumbran a salir los vapores.

El patrón Joaquín Llantada deja dos hijos, el mayor de 3 años y la mujer embarazada, Martín Videgain, deja mujer y cuatro hijos de corta edad y” El Bermeano” deja mujer y seis hijos el mayor de 17 años. El Patrón del otro bote ha manifestado que hasta el momento de iniciarse el temporal estuvo la tripulación del “Joven Joaquín” pescando cerca de él, dejando de verle al tomar rumbo a Portugalete.

Parece ser que entre el vecindario se ha iniciado la idea de abrir una suscripción al objeto de allegar recursos para las familias de los náufragos.

Por su parte el Orfeón de Portugalete ha comenzado a organizar una velada cuyos productos serán destinados a aliviar en parte la triste situación en que quedan las mujeres e hijos de las víctimas del mar”


·        Joaquín Llantada Ruiz había nacido en Santurtzi el 26 de junio de 1878, siendo hijo de Tomás Llantada Echeverría y de Luisa Ruiz Sota.

·        Martín Bidegain Santurce había nacido en Plentzia el 12 de noviembre de 1871, siendo hijo de Miguel Antonio Bidegain Eguren y de Damasa Sabina Santurce. Se casó en Portugalete el 19 de abril de 1899 con Gavina Pérez Murua.

·    Felipe-Jesús Ispizua “El Bermeano” estaba casado con la bermeana Antera Iradi Laca, siendo sus hijos: Maura que nace en Bermeo (16/01/1889) y los nacidos en Portugalete: Emilio Darío, (10/08/1891), María Luisa, (13/07/1893), José, (22/12/1895), Mercedes, (28/09/1897), y Avelina, (10/12/1899).

Es también el mismo Luis Gutiérrez (El Tío), quien nos habla de otra tragedia. 
En esta ocasión también cuatro marineros y a la misma altura (Barrica-Plencia), cuyos nombres queremos traer de igual forma que los otros a estas líneas, Santo Tomás, Francia, Inunciaga (Lerri) y Muñoz (El Andaluz). La mar se los llevó arrojando a tierra a Inunciaga, cuyo cuerpo apareció en Plencia.


Una crónica de este naufragio ocurrido el 2 de junio de 1926 es publicada al día siguiente en el “El Liberal”.

“…El bote arrojado a la playa de Plencia era el Julia”, que iba tripulado por Luciano Francia de treinta y dos años, casado, con cinco hijos, Anastasio Santo Tomás, casado, de veinticinco años que hacía veces de patrón, Miguel Enunciaga, (Inunciaga) de dieciséis, y Joaquín Muñoz, de quince.

El primero de los citados tripulantes es obrero de La Vizcaya, que con objeto de poder atender mejor a las necesidades familiares se dedica a las faenas de la pesca los días que no trabaja en la fábrica.

Anastasio Santo Tomás hace tres meses que contrajo matrimonio y sustituía al patrón de la embarcación, que se encuentra enfermo…”

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales


domingo, 10 de noviembre de 2024

 

NAUFRAGIO NUESTRA “SEÑORA DEL ROSARIO” OCTUBRE 1778



Expediente de naufragio del navío "Nuestra Señora del Rosario", cuyo capitán es Jorge de Urtetegui, en la barra de Portugalete. Esta embarcación, con carga de sal, procedía de Lisboa con destino a Bilbao y era propiedad de Domingo del Valle, vecino y del comercio de dicha villa. JCR0854/006

Cuentas y recibos correspondientes al rescate del navío "Nuestra Señora del Rosario", cuyo capitán es Jorge de Urtetegui, naufragado en las peñas del Campo Grande de Portugalete. Los gabarreros Juan Bautista de Uriaguereca, Juan Fernández, Francisco de Lezama, Manuel de Guinea, Ramón de Villasante y otros participan en las labores de rescate. AHFB, JCR0667/038

Domingo Urtetegui, natural del Concejo de Santurce y piloto del navío naufragado conocido como Nuestra Señora del Rosario y su capitán Jorge Urtetegui, declararon que habiendo partido en el citado navío cargado de sal del puerto de Lisboa de Portugal con destino para la villa de Bilbao llegaron la mañana de ese día aponerse cercanos a la barra de Bilbao esperándoles fuese a bordo algún piloto lemán de los de esta costa, lo que no consiguieron sin duda porque no podían salir de sus puertos a causa de la grande mar que corría.

 Y habiendo estado con atención todos los tripulantes por ver si el Piloto Mayor de dicha barra les largaba bandera en el paraje que en semejantes ocasiones se acostumbra. Efectivamente a la una y media de ese día la dicha bandera de que a continuación se podía entrar en la barra, así se hizo con viento el favorable, bastante recio y con la vela necesaria llegaron hasta la barra precisamente al lugar donde el Piloto Mayor los llamaba, pero les pegaron recios golpes de mar y a causa de uno el citado navío tocó en la Arena y arrojó el timón, y por más cuidado que se pusieron en maniobras, las velas no pudieron conseguir el que gobernarse la embarcación, llegando arrimado a las peñas del Campo Grande. Y habiendo picado el palo mayor para que no se derrumbase el navío, consiguieron salvarse toda da tripulación y la mayoría de la carga.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales