A GRANDES MALES,
GRANDES REMEDIOS
De nuestra nueva residencia en
Vitoria Gasteiz había varias cuestiones que sabía que llegando el otoño me iban
hacer rabiar de recuerdos y echar mucho de menos: la cercanía de la montaña y las salidas a
recoger hongos.
No cabe duda de que Bera me daba
eso y mucho más, amigos y compañeros con los que compartía aficiones y gustos
diversos. Pero aquí y ahora ya voy viendo rayos de sol que me van alegrando y que me
facilitan el poder disfrutar de mis más sentidas aficiones.
Ya vamos conociendo personas, algunas que les encanta salir al monte a recoger hongos, setas, lo que nazca y crezca en cada sitio y lugar, y gracias a Raúl que me invita a ir con él a recoger cantharellus puedo disfrutar hoy como desde hace un año no lo hacía. Un día perfecto, entretenido y goce de tenerlas en la mano. Después comerlas no tanto, más disfruto regalando la mayoría.
Poco a poco las penas se van renovando por alegrías.
Y del monte, una pena menos, a un
cuarto de hora de casa en coche, ya conozco el pueblo de Sarria, punto de
partida para llegar a la cima del monte Gorbea. Salidas mañaneras que me harán
olvidar de momento mis montes Serantes y Larhun. Ya tengo ganas de esos domingos sin lluvia para
darme un atracón de cuestas y ser la envidia de mis amigos de cordada.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
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