martes, 15 de junio de 2021

FELIPA AGUADO BASTIDA IN MEMORIAM 15 DE JUNIO

 

FELIPA AGUADO BASTIDA

IN MEMORIAM 15 DE JUNIO


Cuando recuerdo el periodo de  la guerra civil 1936/1939 en Portugalete, y más en estos días de junio de 1937 con los bombardeos a diferentes poblaciones de la margen izquierda por parte de la aviación italiana, me remueven los recuerdos de esas mujeres de la guerra y de su sufrimiento. En especial de mi abuela María Soledad “Navarrilla”, presa en la cárcel de mujeres de Saturrarán desde enero de 1938, de mi Ama, Vicenta Martín de Vidales Millas, “invitada” a abandonar su pueblo de Mora (Toledo) acompañada de sus tres hijas, después que los franquistas fusilaran a su primer marido, Amalio Rodríguez Jiménez en Ocaña en enero de 1941.  Y la tercera mujer:


Joaquina Felipa, que nace el 22 de agosto de 1911 y fallece en el hospital civil de Bilbao, tal día como hoy, el 15 de junio de 1944, siendo una joven mujer con 32 años de edad.



 

Joaquina Felipa Aguado Bastida, madre de mis hermanos Araceli, Antontxu y Miguelín, y primera esposa de mi Aita, Patricio Gutiérrez Moral,  representa uno de esos casos excepcionales que la guerra desgraciadamente depara, escapar de la guerra embarazada, y dar a luz un hijo en la soledad a cientos de kilómetros de su casa, y de su familia.  

 

En esta situación nace mi hermano Antontxu, en Caen-Bénouville, (Calvados, Francia) en la maternidad de Hombay el 03 de setiembre de 1937, y por una de esas causalidades que se dan en la vida, Antontxu falleció un 22 de agosto, fecha del nacimiento de su Ama.

 

Su padre, Julián Aguado Galvano, (hijo de Víctor y Anastasia) eran naturales de Aguaviva, (Soria) y su madre, María Santos Bastida González, (hija de Apolinar y Mauricia) lo eran de Foncea (La Rioja). Tanto Víctor como Apolinar eran de profesión jornaleros, y formaban parte de los miles de ellos que abandonaron sus pueblos para formar parte de la gleba trabajando en las minas vizcaínas.



 

Julián de profesión jornalero de 25 años de edad, y María con 21 años de edad, feligreses de la iglesia de San Félix de Cantalicio, (Ortuella) contrajeron matrimonio el 5 de setiembre de 1914 en la parroquia de San Jorge de Santurce. Cuando se realiza el matrimonio, Felipa contaba con tres años de edad.

 

María Santos Bastida González fallecería en Ortuella el 17 de mayo de 1918, y en aquellos momentos, además de Felipa tenía los siguientes hijos: María Piedad, (Ortuella, 1 de enero de 1915), Emilia Araceli, (Ortuella 26 de febrero de 1917) y Víctor, (Ortuella, 14 de marzo de 1918).

 

El matrimonio de Felipa Aguado Bastida  con Patricio Gutiérrez Moral se celebró por lo civil en Ortuella el 25 de enero de 1936, (cosa normal por otra parte durante el periodo republicano, donde las personas con ideas socialistas y comunistas, abandonaron los sacramentos religiosos), pero la situación represiva generada una vez terminada la guerra hacia aquellas familias que no habían colaborado con los ritos de la iglesia, pero, sobre todo, las presiones por parte del cura Ángel Chopitea, sacerdote que destacó con el beneplácito de los gobernantes franquistas en la persecución  hacia los perdedores de la guerra 1936/1939, desembocaron en que finalmente oficiaran una boda religiosa en Portugalete el 22 de marzo de 1944.



 

Posteriormente el 16 de octubre de 1948, Patricio, mi Aita, se casaría con mi Ama, Vicenta Martín de Vidales Millas. Otra víctima de la guerra.

 

En los días de junio de 1937 que la aviación italiana bombardeaba Portugalete, y entre otros hundían la lancha de nombre “Arkale” donde Patricio y su hermano Antonio estaban al servicio del Ejército Vasco, estos hermanos junto a su otro hermano Aureliano, acompañados de Araceli la hija de Patricio y de su mujer Felipa embarazada de 6 meses, emprenden la huida de la Villa embarcando en una pequeña lancha, con la que pueden costear hasta llegar al puerto de Santander. Mientras tanto la hermana menor María, junto a su madre María Soledad “Navarrilla” encontraban cobijo en las casas familiares de Guriezo.



 

Aureliano y Antonio, se quedarían en Laredo, donde posteriormente Antonio sería detenido, no así Aureliano, que en una acción a semejanza de las que relata Baroja en el personaje de Avinareta, escaparía de los fascistas huyendo a nado. Patricio una vez que su mujer e hija embarcaron rumbo a Francia, y una vez que los gudaris se rindieron a los hispanos italianos en Santoña, se unió con sus compañeros comunistas en el frente asturiano por la defensa de la República.


En Santander, muchas de estas personas que escaparon eran naturales de Portugalete y pueblos vecinos. Felipa con la única compañía familiar, su hija Araceli con 15 meses de edad, consiguieron embarcarse en el buque inglés de nombre “Sarastone”, que, del puerto de Santander, el 9 de julio de 1937 con 2.500 personas a bordo, se dirige al puerto francés de St. Nazaire. Sus pasajeros a bordo, la mayor parte eran niños de edades comprendidas entre los 5 a 15 años de edad, pudiendo ir acompañados en esta ocasión por familiares.



 

Del puerto de St. Nazaire, fueron trasladados y repartidos por diversas regiones francesas, en concreto a la región de Calvados-Normandía-Francia. Un Comité de bienvenida les iba repartiendo en el seno de familias adoptivas o en diferentes colonias o refugios en manos del gobierno francés, siendo destinados así una centena de personas, entre ellos varios vecinos de Portugalete.

 

Desde comienzos del mes de noviembre de ese mismo año, y a consecuencia de un acuerdo del gobierno francés y los golpistas militares franquistas, infinidad de familias de exiliados serían repatriados a España.

 

Felipa Aguado Bastida, volvería a Portugalete en estas circunstancias acompañada de sus hijos; Araceli Gutiérrez Aguado, y Patricio Antonio Gutiérrez Aguado.



 

Para estas tres mujeres, y todas las que vivieron idénticas circunstancias, un Recuerdo y un Homenaje.

 

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

 

 

 

4 comentarios:

  1. ...Por ELLAS!!! 🌹🌹🌹

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  2. Aurelio, gracias. Es un buen relato cargado de emotividad por ser de toda tu familia pero no por eso falto de datos precisos, nombres, fechas, lugares, que dan por hecho una realidad en aquellos años durísimos en los que vivieron nuestros abuelos y padres. Te felicito por ello. Mariano.

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