jueves, 27 de septiembre de 2018

LA VIDA PASA - RELIGIOSOS Y CALLES DE PORTUGALETE


LA VIDA PASA - RELIGIOSOS Y CALLES DE PORTUGALETE


Mi experiencia con la iglesia y su educación comienza a la tierna edad de tres años, cuando acudo a la escuela de las monjas que había junto a la Parroquia y de los que tengo recuerdos de pasar las mañanas estando calcando palitos y ceros. Mis padres y hermanos me comentaron en su día, que parece ser que era muy movido, y las monjas recurrían a una cuerda con la que me ataban a la pata de la mesa. Hoy reconozco que dichas monjas de pedagogía infantil entendían muy poco, siendo nulos y nefastos esos métodos educación.

Mi relación con la Iglesia oficial termina el 2 de junio de 1970 cuando en el colegio de los frailes de los hermanos de la Salle de Sestao, colegio al que íbamos de forma gratuita los hijos de los productores de A.H.V. me expulsan por acumular tres puntos de conducta. Dichos puntos conseguidos por no asistir los domingos o en es algún caso sábados a misa. Ese día, martes para más señas, al querer entrar en clase, 4º bachiller el fraile de nombre Miguel Angel Albisu, me impidió la entrada e indicándome que recogiera los libros que estaban en el pasillo, puesto que él los había retirado de mi pupitre, me dijo que partir de ese momento estaba expulsado y que no quería verme más por el colegio. El idilio con estos frailes que había comenzado cuando tenía 7 años, y después de acudir casi diariamente a misa los días de clase, se vió interrumpido 8 años después.

Aquel año me tuve que examinar “por libre en el instituto de Bilbao”. Estos eran Hermanos que decían que la Caridad era una virtud.

 Sin ellos pretenderlo, con esta decisión me afiliaron de forma gratuita a defender el laicismo el resto de mi Vida.

 Pero mi caso en particular no dejaba de ser uno más de los encontronazos que en mi familia hemos tenido con los religiosos. Mi abuela María Soledad “ La Navarrilla” durante el tiempo que estuvo presa en Saturrarán durante el periodo de la guerra civil española, debido a su rebeldía a no asistir a los actos religiosos en el penal, fueron frecuentes los castigos severos que sufrió por parte de algunas religiosas del centro, y mi padre  perdedor de la guerra, siempre estuvo en el punto de mira  del párroco Angel de Chopitea, llegando este individuo a querer boicotear la boda de mis padres en la parroquia, cuestión que no consiguió.

Una simple anécdota de la maldad al prójimo o del servilismo al franquismo del párroco. Estoy convencido que muchos vecinos de Portugalete tendrán más anécdotas y de lo más variado para darnos un perfil de Chopitea.


Llegados a este punto y en lo referente al individuo Angel de Chopitea, no entiendo como en la actualidad una calle de Portugalete pueda llevar su nombre, individuo tal que fue el testigo principal del nacionalcatolicismo en la Villa de Portugalete de la posguerra. Durante años la jerarquía católica, a nivel local o nacional dieron el apoyo sin bagajes a la dictadura franquista. Y hay que recordar que dicha dictadura se mantuvo gracias a las armas militares y al temor a la iglesia.

Me sangran los ojos cada vez que veo su nombre en la calle con su placa, calle por la que alguna vez paso camino de Repélega, y no entiendo porque el Ayuntamiento no retira esta placa y la sustituye por otra que su protagonista sea más digno.

“ De alguna manera, se puede decir que el nacionalcatolicismo fue en el caso español el consentimiento estatal que el franquismo dio a la Iglesia Católica, en tanto que legitimadora por excelencia del régimen, para que pudiera ejercer el control de decisivos espacios sociales, pero también políticos.

La moral pública y los comportamientos sociales, la Educación y en general cualesquiera expresiones culturales quedaban sometidas a la autoridad y las normas eclesiásticas de la jerarquía católica, incluso a su censura previa.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales


2 comentarios:

  1. Eran otros tiempos. No existía la ley del pataleo.

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  2. Enhorabuena por tu labor de recopilación histórica, compañero en aquellos tiempos de "la letra con sangre entra ".

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