lunes, 11 de abril de 2022

PERRETXIKOS EN EL MONTE SERANTES

 

PERRETXIKOs EN EL MONTE SERANTES



La recogida de perretxikos en el monte Serantes en estos meses de marzo y abril me llevan a reflexionar en la suerte que tenemos por tener tan a mano este espacio para su disfrute, sin horarios y a jornada completa.

Mi amor por el Serantes, que no por la montaña, nace en el año 1978 cuando mi residencia pasa de ser de Abacholo (Portugalete) a Santurtzi. Antes de esto, La Arboleda, la Reineta, Galdames, los montes Ganeran y Eretza, cumplían ampliamente con mis deseos de disfrutar de la montaña.



Coincidiendo con mi residencia en Santurtzi nace a la par mi afición por el atletismo. Entonces visitar esta montaña fue uno de los destinos semanales en mis entrenamientos. No había camino ni vereda que no fuera recorrido. Ahí aprendí a ver el monte y sus alrededores, la visión de los montes de Triano, el Abra, la Margen Izquierda, recuerdos y añoranzas eran el placebo necesario para aliviar el esfuerzo del entrenamiento.

Trascurre el tiempo, y mi vida laboral se interrumpe en Sestao y se desplaza durante 24 años a Lesaka. El monte Serantes se convierte en el monte Larhun y el entrenamiento para preparar los maratones, por carreras por pistas montañosas, y con el acompañamiento de salidas por las montañas navarras, donde uno se aficiona en los otoños a recolectar hongos.



 Vuelta a casa, a Santurtzi, al Serantes, al atletismo por las pistas del monte, y a las largas caminatas por todo su entorno. Fuera de pistas convencionales descubrí como no podía ser de otra manera algún txoko de Perretxikos, los champiñones siempre están a la vista.

Visitar estos txokos, es la excusa perfecta en la primavera para salirme de las rutas al uso y distraídamente observar los “corros de la bruja”, si tercia recoger sus frutos y si no esperar a que mejore la ocasión. Mantener el secreto de su localización es una manía por su escasez. Yo mantengo el secreto, pero si alguno me sigue, el delito lo hago a la luz del día, testigos, cualesquiera que me vea.

Este año la naturaleza ha sido generosa con su regalo.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales.

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