sábado, 1 de junio de 2024

 

NAUFRAGIO CACHEMARÍN FRANCES “CONFIANZA” 1816



Segunda pieza de los autos de varamento y naufragio del cachemarín francés "Confianza", cuyo capitán es Juan Bautista Landrac, ocurrido en el paraje llamado el "Campo Grande", en jurisdicción de la villa de Portugalete.

El mencionado cachemarín procedía de Nantes y transportaba lienzos, cuero, mármol, caoba, escobillas, almidón y vinagre. En esta pieza salen a los autos Patricio de Landaluce, la sociedad "Viuda de Arriaga e Hijos", Pablo Hayet, Carlos Leblond y Juan Bautista Conerbe, vecinos y del comercio de la villa de Bilbao, reclamando la entrega de diversos géneros transportados en el expresado cachemarín.

Se da también la tasación de los efectos salvados del citado cachemarín efectuada por Francisco Antonio de Equisoain, Sebastián Schloegel, Santiago de Gorocica y Juan de Goyoaga y se nombra contador a Juan Bautista de Larraondo, vecino y del comercio de la citada villa de Bilbao, para la tasación de las averías y gastos ocasionados por el naufragio. AHFB, JCR0855/016.



 Y Declaración de testigos promovida por José María de Jado, Síndico del Consulado de la villa de Bilbao, sobre la sustracción de treinta y dos cañas para botas y otros efectos salvados tras el naufragio del cachemarín francés "Confianza", ocultos en la casa número catorce de la calle Barrencalle Barrena, habitada por Antonio de Fano y consortes. AHFB, CONSULADO 0671/015

Crónica del naufragio : Antonio de Undabarrena, piloto leman de la barra de este puerto ante Usted con el debido respeto expone que con motivo del varamento del quechemarín francés “la Confianza” su capitán  Juan Bautista Landrac que acaeció la mañana del día 19 del corriente se hallaba dicho capitán solo dentro del buque entre las peñas sin poder salir a tierra al extremo de perder su vida, en cuya vista a presencia de un gran número de gente que se hallaba viendo la desgracia, se atrevió con mucho riesgo el exponente arrojándose al mar y pasar al barco `para salvarle al mismo capitán como en efecto lo consiguió a costa de un inmenso trabajo y también contribuyó a salvar los efectos que conducía dicho quechemarín como lo acredita el papel que presentó firmado dicho capitán.

Perdido el casco en el naufragio los siguientes efectos son los que se pudieron recuperar:



Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

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