Mostrando entradas con la etiqueta Abra. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Abra. Mostrar todas las entradas

sábado, 31 de mayo de 2025

 

LOS REYES EN EL ABRA y BILBAO, AGOSTO 1900

El Centenario

Las crónicas de las visitas de los reyes a Bilbao siempre fueron una fuente de información por los interesantes gravados, fotografías, y otros datos que acompañaban los relatos de dichas visitas. Reseñar que el séquito de personas acompañantes en estos viajes debieron suponer un coste altísimo a las arcas tanto de la Diputación vizcaína como a las del estado español.

“La importancia del primer viaje por mar de nuestro joven Monarca, aclamado con entusiasmo en cuantos puntos del litoral ha honrado con su visita, requiere una información granea, que comenzamos en el presente número, dedicando a la visita de SS. MM.

La escuadrilla regia se compone de los barcos siguientes:

El Giralda. Ha sido aviso de la escuadra de instrucción y fue botado al agua en 1894. Su casco es de acero y mide 94,65 de eslora, 11,50 de manga y 9,50 de puntal. Desplaza 2.057 toneladas y tiene 6.500 caballos de fuerza. Su velocidad máxima es de 15 millas por hora, y monta cinco cañones Nortdenfeld de 57 milímetros y dos ametralladoras de 37. Componen su dotación 105 hombres.



El Vasco Núñez de Balboa. Cañonero de primera clase. Fue botado al agua en 1895; desplaza 300 toneladas y tiene fuerza de 500 caballos. Mide 47,43 de eslora, 0,53 de manga y 3,85 de puntal. Es de acero y marcha con velocidad máxima de 12 millas por hora. Monta dos cañones de tiro rápido de 57 y dos ametralladoras de 37. Componen su dotación 53 hombres.

El Urania. Este precioso buque fue donado al Estado por su propietario el Sr. Recur. Ha llevado a bordo a la Comisión hidrográfica encargada del levantamiento y rectificación de los planos de las costas y mares adyacentes.

Fue botado al agua en 1895.   el casco es de acero y mide 60 do eslora, 8 de manga y 5 de puntal. Desplaza 600 toneladas, tiene fuerza de 352 caballos, y marcha con una velocidad máxima de 9 millas por hora. Monta dos cañones de tiro rápido y dos Nortdenfeld de 57. Componen su dotación 92 hombres.



El Infanta Isabel. Es un crucero de tercera clase, no protegido, cuyo casco, de hierro, mide 64 metros de eslora, 9,07 de manga y 5,37 de puntal. Desplaza 1.193 toneladas y tiene fuerza de 1.500 caballos. Monta cuatro cañones Hontoria de 12 centímetros, dos Sarmiento de 7, uno de tiro rápido de 42 milímetros, cuatro revólveres Hotchkiss de 37 milímetros y tres ametralladoras Nortdenfeld de 11 centímetros. Está tripulado por 178 hombres, y fue botado al agua el año 1885.

Este último barco se incorporó en Bilbao. El Urania y el Vasco Núñez de Balboa zarparon de San Sebastián el 16 del corriente a las cuatro de la madrugada, y a las diez levó anclas el Giralda, llevando a bordo a la real familia, que a las dos de la tarde tuvo entrada en el puerto exterior de Bilbao.

Una hora después se trasladaron las reales personas al Vasco Núñez de Balboa, escoltadas por vapores y lanchas empavesados, y aclamadas incesantemente en todo el trayecto, llegaron a desembarcar en el muelle de la Salve a las cuatro y media.



Prolija tarea sería la de referir todos los detalles de aquella marcha por la ría y del desembarco de SS. MM. y AA., testigos aseguran que aquel espectáculo superó por su grandiosidad a toda ponderación.

En coche recorrieron los Reyes el campo Volantín, Sendeja, Estufa, Arenas, calle de Bidebarrieta, hasta la plaza de Santiago. Al final del Campo Volantín, frente a la Casa Consistorial, una apiñada muchedumbre vitoreó entusiasmada a la real familia.

Desde el templo de Santiago, donde se cantó un solemne Tedeum, y terminada que fue la religiosa ceremonia, fueron los Reyes al Ayuntamiento, donde se celebró una brillante recepción, después a la Diputación, donde les cumplimentaron, además de los representantes de la provincia, 127 alcaldes, y regresaron a bordo.



Lo mismo a la ida que a la vuelta, las aclamaciones fueron unánimes, y en la Diputación y en el Ayuntamiento tuvieron los Reyes que asomarse a los balcones, llamados por el pueblo, que los tributó una ovación calurosa.

Al siguiente día volvieron a tierra SS. MM., y en carruaje se dirigieron al santuario de Begoña. A las 10,40 llegaron al límite de Begoña, y una banda de música les recibió con la marcha real. Se dispararon infinidad de descargas de cohetes y chupinazos.

El Sr. Orue ofreció sus respetos a los Reyes, y la comitiva siguió la marcha al santuario. El señor Obispo, y el clero con cruz alzada recibieron a SS. MM. en el pórtico, donde se dieron vivas al Rey, la Reina y las Infantas.



Las reales personas se colocaron bajo el palio, que fue llevado por seis concejales del Municipio de Begoña, y a los acordes de la marcha de San Ignacio, ejecutada en el órgano, se dirigieron al trono levantado a la derecha del altar. Dijo la misa el señor Obispo.

La Virgen se hallaba expuesta y lucía un hermosísimo manto, regalo del Sr. Olavarría. Terminada la solemne función, los Reyes volvieron a montar en su carruaje para trasladarse a Basurto.

Recuerdo simpático y duradero de su visita a la noble Vizcaya dejaron nuestros Reyes con la colocación de la primera piedra del nuevo Hospital. Nada tan hermoso como un monumento que la caridad levanta para los desdichados, para perpetuar la memoria de faustos y prósperos sucesos.



Por la tarde visitaron las reales personas las fábricas. A Sestao fueron en el yate Elcano, y tomaron el ferrocarril de Galdames. El taller de carriles, el de fabricación de chapas, la fábrica de hoja de lata titulada La Iberia y La Vizcaya, fueron recorridos sucesivamente, presenciando en ellos la labor de los obreros y recibiendo expresivas muestras de respeto y de cariño.

Embarcárnose SS. MM. para trasladarse a los astilleros del Nervión, donde les esperaban el Sr. Martínez de las Rivas y el general Matta, director de la importante factoría.

Visitaron los astilleros, y fueron obsequiados con un espléndido té los Reyes y su acompañamiento. Después fueron á la fábrica de Altos Hornos. En ésta, como en todas las que SS. MM. recorrieron, fueron objeto del más cortés y simpático recibimiento, y tendríamos forzosamente que repetirnos al tratar de describir la esplendidez con que la rica Bilbao celebró la visita de sus Reyes y la noble y franca adhesión que las clases populares demostraron.

El sábado 18, a las nueve menos cuarto de la mañana, levó anclas el yate Giralda, después de haberse despedido los Reyes muy afectuosamente de las corporaciones y distinguidas personalidades que fueron a bordo dos horas antes con este objeto.



Una sección de forales, colocada junto al desembarcadero de Aspe, hizo los honores de ordenanza. Se dispararon infinidad de cohetes y de morteros. En Sestao despidió a la familia real el Municipio en pleno. Diferentes bandas de música, colocadas en la margen izquierda de la ría, ejecutaron la marcha real.

El Giralda, que navegaba con poca máquina, llevaba delante al yate Elcano y el Lili, del señor Martínez Rivas, y a estribor el Bilbao. Los Reyes y las Infantas, desde la cubierta, saludaban a la muchedumbre colocada en los muelles de Portugalete y de las Arenas.

La Directiva del «Sporting Club de Bilbao» fue recibida por la Real Familia, y S. M. el Rey aceptó el nombramiento de Presidente Honorario que la misma le ofreció.

En la embocadura del puerto exterior despidieron nuevamente a las reales personas las comisiones que iban a bordo del Lili y del Elcano, donde también iban muchas señoras de la distinguida sociedad bilbaína.

La ilustración española y americana, (30 de agosto de 1900) y El Centenario, revista bilbaína ilustrada, (setiembre 1900).

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

jueves, 13 de marzo de 2025

 

FLOTA ALEMANA EN EL ABRA AÑO 1909



A finales del mes de julio del año 1909, tal y como recoge y publicó la revista NOVEDADES, parte de la flota alemana al mando del príncipe Enrique de Prusia permaneció más de ocho días en el Abra, tiempo suficiente para que fueran agasajados por las autoridades vizcaínas.

Esta es parte de la crónica de esos acontecimientos:

En el soberbio puerto del Abra está fondeada desde el domingo último una división de la escuadra alemana compuesta de los acorazados “Deuchtland” y “Pommerh”, de 13.000 y 13.250 toneladas respectivamente y del crucero “Lubeck” de 3.200.



 Arbola la insignia de duque almirante el acorazado “Deuchtland”, que es una formidable máquina de guerra, dotada de todos los perfeccionamientos modernos, como sucede también con los otros dos barcos que le acompañan.

Manda la escuadra el Príncipe de Enrique de Prusia, gran marino, que tiene el vértigo del mar al que vive totalmente consagrado, despreciando las comodidades que por su jerarquía podría encontrar en tierra y dando con ello un alto ejemplo de civismo.



La estancia de la escuadra alemana en Bilbao ha convertido el Abra en una verdadera romería. Cientos de embarcaciones, desde la canoa automóvil, pasando por la lancha de vapor y terminando en la primitiva lancha remera surcan todos estos días la amplia bahía en dirección al fondeadero de los barcos alemanes, conduciendo excursionistas deseosos de conocerlos. Al propio tiempo se han organizado en obsequio de la oficialidad de la escuadra grandes festejos que centuplican la animación de la bahía y pueblos costeros donde aquellos actos tienen lugar.

Entre los festejos organizados en Bilbao para obsequiar a los marinos alemanes que han su estancia han sido sus huéspedes, ninguno más ruidosos y popular que la corrida de toros que en su honor se celebró y que llevó a la plaza a todo el vecindario.




Torearon en dicha corrida Mazantino y Chiquito de Begoña, y ambos fueron favorecidos con ricos regalos por el Príncipe Enrique de Prusia que asistió invitado a la fiesta juntamente con sus hijos y con el Estado Mayor de la escuadra de su mando, ocupando el palco presidencial.

Otro acto culto y simpático dispuesto en honor del Príncipe Enrique de Prusia fue el banquete celebrado en el Sporting Club en el Abra, banquete en el que ocupó la presidencia acompañada del general Borbón, gobernador militar de Bilbao y el presidente del club D. José Antonio Arana.

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

 

 

 


 

domingo, 2 de marzo de 2025

 

PUERTO EXTERIOR DE BILBAO SETIEMBRE 1888



Crónica en La Ilustración española y americana, 8 de octubre 1888, sobre la colocación de la primera piedra del futuro puerto exterior de Bilbao.

Lanzamiento de la primera piedra en el Abra por el Sr. Ministro de Fomento, y las iluminaciones de la plaza Nueva y en el pasco del Arenal.

"En la tarde del 21 de Septiembre último se efectuó en Bilbao la inauguración de las obras del puerto exterior. A las tres se embarcaron en el vapor Auxiliar los Sres., Ministros de Fomento y de Marina, acompañados de los Sres. Gobernador civil de la provincia, Gobernador militar, Comandante del puerto, Comisionados del Ayuntamiento y de la Diputación provincial. Presidente de la Junta de Obras, Ingeniero jefe de la provincia, Jefe de Fomento, Cura párroco de Santiago y otras personas invitadas oficialmente a presenciar el solemne acto, entre ellas las que representaban a la prensa periódica.

En el mismo vapor embarcó el sabio ingeniero D. Evaristo de Churruca, autor del proyecto y director de las obras, tan distinguido y estimado por su ilustración como por su verdadera modestia.

Precedía al Auxiliar el vapor Progreso, y le seguían los denominados Volador, Sansón, Siglo y Express, y el yate de recreo Quinta Hermosa todos tan repletos de expedicionarios que parecían desde el muelle barcos de cabezas humanas, sobre las que se alzaban los mástiles y las chimeneas.

 El Auxiliar conducía sobre el tambor de estribor la primera piedra de las obras de] puerto exterior, situada sobre un vertedero o plano inclinado de peluche grana. Era dicha piedra un cubo de mármol blanco, de 0,30 metros, con peso de 63 kilogramos. En uno de los lados había esta inscripción, en letras rojas: Inauguración de las obras del puerto en el Abra de Bilbao, y en el lado opuesto, la siguiente: 21 de setiembre de 1888.

 Magnífico aspecto presentaba ambas orillas de la ría cuando el Auxiliar seguido por los seis vapores mencionados, bajaba por la ría hacia el Abra. Los balcones de las casas estaban engalanados. Atronaban el espacio millares de cohetes y petardos disparados en las fábricas Altos Hornos, San Francisco y La Vizcaya, y surcaban las aguas numerosas embarcaciones llegadas de Motrico, Lequeitio, Ondarroa, Bermeo y otros puertos del litoral vizcaíno.



Los Sres. Ministros iban en el puente del Auxiliar. Al llegar a la barra observaron el trabajo de los rompeolas del futuro puerto, y escucharon la descripción del mismo hecha por su autor, el ingeniero Sr. Churruca. Desde la punta Begoña se hallaban colocadas de 50 en 50 metros 17 lanchas, marcando el rompeolas menor, que tendrá unos 800 metros; el otro rompeolas, de 1500 metros, partía desde la Cuesta, y lo marcaban 30 lanchas; en ambos extremos, para fijar clara y precisamente la entrada del futuro puerto, que tendrá unos 640 metros de anchura, se hallaban dos gánguiles de la Junta de Obras.

 Al llegar el Auxiliar al sitio de la inauguración, pasó también yate nominado Lyli cual conducía a su propietario, el opulento fabricante Sr. Martínez Rivas, con varios periodistas de Bilbao y de Madrid, y entre ellos, nuestro colaborador artístico D. Juan Comba.

Efectuóse en seguida la ceremonia de la inauguración, que tuvo mucho de conmovedora y llegaba a lo íntimo del alma. El Sr. Cura párroco de la basílica de Santiago, D. Ramón de Prada, revistióse de ornamentos sagrados, subió al puente del Auxiliar y bendijo la primera piedra. Entones el Sr. Ministro asió el cordón que la sostenía, pronunció breves palabras alusivas al acto, y a las cuatro y veinte minutos se abrió paso entre las olas la primera piedra del puerto exterior; una gabarra se hallaba dispuesta allí mismo repleta de piedra, e inmediatamente hizo el alijo en medio de atronadores aplausos. El presidente de la Junta de Obras del puerto habló después en términos muy expresivos, que todos aplaudieron, lanzando por último vivas al Rey y a la Reina. El ingeniero Sr. Churruca presentó los planos, que examinaron con suma atención los señores Ministros, y escucharon con marcadas muestras de interés las explicaciones correspondientes.




A esta solemne ceremonia se refiere nuestro grabado, dibujo del natural por el Sr. Comba: representa el instante en que el Ministro de Fomento, tirando del cordón, deja caer la primera piedra, y desde la gabarra inmediata se lanza al mar, con hábil destreza, gran cantidad de gruesos bloques

He aquí las dignas frases que pronunció el Sr. Ministro de Fomento, visiblemente conmovido, al dar impulso al cordón para que cayera al mar la primera piedra. En representación del Gobierno de S. M. la Reina Regente, que tan acertadamente dirige los destinos del país en nombre de su augusto hijo el rey D. Alfonso Xlll, tengo la honra de arrojar la primera piedra del puerto de Bilbao.»

Con motivo tan legítimo, porque el puerto en el Abra ha de ser para Bilbao verdadero cauce de prosperidad y riqueza, se han celebrado en aquella capital animados festejos: regatas, iluminaciones, conciertos musicales, banquetes, fuegos de artificio, expedición a las minas y a las fábricas, y coincidiendo con ellos, la inauguración del astillero, donde se instalarán las gradas para construir los cruceros adjudicados en concurso público a la importante casa constructora Palmer-Martínez Rivas. Dos grabados alusivos a los festejos públicos representan el paseo del Arenal en la noche del 21, durante el concierto Bretón, y otro señala el aspecto de la plaza Nueva en la noche del 24".

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales