LOS SEMÁFOROS DE VITORIA LOS VAN A RETIRAR
Como podría yo en pocas palabras explicar
que transcurrido un año escaso de residencia en Vitoria Gasteiz, cada día
entiendo menos que utilidad tienen los pasos regulados o sea semáforos para los
peatones en esta ciudad, si ningún andante los respeta. Bueno igual uno entre
dos infinitos.
He comprobado que tanto los hombres como las mujeres el color del semáforo les es indiferente para pasar de una acera a otra. Da igual que la piel del infractor sea blanca u de otro color, que sean católicos, cristianos, agnósticos o de otra religión, residentes en la capital, extranjeros de vacaciones, trabajadores ocasionales o vigilantes del circo Cirujeda. O como diría Pío Baroja, ni curas, ni frailes, ni monjas.
Lo mismo da que los adultos estén acompañados
de niños o niñas, que sean adolescentes o mujeres embarazadas, con
cochecitos con bebés a bordo, ancianos en silla de ruedas o taca taca, con
bolsas de compras o sin ellas, con patinetes, bicicletas o triciclos, no hay paciencia para la espera. Se lo
pasan lo mismo quien lleva faldas, pantalón largo o corto, con melena o sin
melena, y algún calvo que por la razón que desconozco por ahí hay pocos, quizás
porque son los que van con visera, gorro o sombrero.
Los políticos de izquierda derecha y centro, militares y policias locales y autonómicos, pelotaris, futbolistas, golfistas, en concreto deportistas en general ya estén parados o en activo, aunque los que disfrutan de un ERE o ERTE podían hacer un esfuerzo y aguantar un minuto, no siguiendo el ejemplo de los abogados, arquitectos, albañiles, siderúrgicos, carpinteros, médicas, enfermeras, abogadas, arquitectas, siderúrgicas y un amplio abanico de profesiones que de nada les sirve sus conocimientos para tener un comportamiento ejemplar ante un semáforo o paso de peatones.
Y circulan entre las rayas paralelas en rojo el semáforo, lo mismo
vayan acompañados de perros o gatos, con tortugas lo tienen más difícil, pero
si tuvieran un chon, bueno un gorrino para que se entienda, seguro que también
le enseñarían que los semáforos en Gasteiz Vitoria solo sirven para que los
canes levanten la patita y lo rocíen con sus orines, si al menos sus dueños lo acompañaran con la descarga de un botellín de agua. Bueno esto último ya es creer que la Santísima Trinidad eran más de cuatro.
Por cierto, que en la estadística no podían faltar que trasgueen lo mismo personas con gafas, sin ellas, con lentillas, con moscas en los ojos, manchas en la mácula y cataratas. Se salvan los ciegos si no van acompañados. Variedad infinita porque hay más para añadir, pero mi tiempo de espera se ha acabado y tengo en verde el semáforo.
Bueno que, si vienes a Vitoria Gasteiz, no hagas
como yo respetar los semáforos y paso de peatones porque enseguida alguno a la
carrera o a paso de la burra te dirá que “ahí quieto pareces que estás puesto
por el ayuntamiento”.
¡País! que diría Forges
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales