NOTICIAS GUERRAS CARLISTAS

Bilbao 6 de agosto 1836.

Hasta aquí apenas se había visto deserción en la tropa de la Reina, más actualmente se experimenta alguna. Los más de los desertores son delincuentes por robos, falta de disciplina, quimeras algunos de ellos inútiles, desaplicados y holgazanes; pero descuidados estos hechos, darán ocasión a que otros imiten tan pernicioso ejemplo, y la facción en sus papeles públicos y conversaciones haga alarde.

En el día 1° del corriente, el capellán del regimiento de Cuenca, que se hallaba de guarnición en Portugalete, se pasó a los facciosos, como antes lo hicieron sucesivamente los capellanes del regimiento de Trujillo y del 4° ligeros. El de Cuenca era sujeto inmoral, olvidando el carácter sacerdotal de que era indigno.

Nada se pierde con la deserción de tales entes, que debiendo ser el modelo de la virtud, son la piedra de escándalo, de la abominación y desenvoltura. Dicho capellán, para cometer con más franqueza su crimen de infidelidad, aguardó al víspera del día en que aquel batallón tenía que volver a Bilbao.

Respecto a la deserción de este desleal sacerdote, no debe olvidarse que el pueblo de Santurce, confinante con Portugalete a distancia de diez minutos es el paseo diario de los habitantes de aquella villa por divertido, y están en Santurce en esta temporada muchas gentes a tomar baños de mar; pero hay allí enemigos del legítimo gobierno, porque son de la misma cualidad casi todos los vecinos.

Un sacerdote de aquel pueblo llamado D. Telesforo Balparda acaba de ser confinado por dos años a Cádiz. Esta providencia se dio por el juzgado de Santander; más aún no ha salido a su condena. ¡Cuan perjudiciales son tales condenados conservándose por algún tiempo en su país! Procuran siempre dejar prosélitos.

Publicado en el periódico “El Español” 13 de agosto 1836.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales.