NAUFRAGIOS EN EL
ABRA AÑO 1859
Durante el año 1859, además de
los numerosos buques que sufrieron averías considerables al tocar la barra de
Portugalete, un desastre que ponía en conflicto a los armadores interesados en
la carga, supusieron una llamada de atención en la búsqueda de una mejor
navegación en ese lugar donde se contabilizaron los naufragios de los
siguientes barcos en la boca del Nervión: María, Fernando Luis, Guadalupe,
Emilia y Villa de Javia. Además del remolcador de nombre Bilbao.
A lo anterior hay que sumar otros
diversos accidentes con pérdidas de vidas humanas en las lanchas de pescadores
y lemanes de los puertos de Algorta, Santurtzi y Portugalete.
Con este panorama se encontraban
entonces los barcos que intentaban salvar la barra de Portugalete.
“Los varaderos angostándose cada
vez en su fondo por efecto de los sedimentos que las aguas van depositando se
hacen cómodos desde el momento en que ellos echen el ancla algunas naves, y
como el canal por donde navegan es cada vez más estrecho, cuando dos buques o
gabarras o pinazas se encuentran en diferente sentido, y descubren a un vapor
que sube o baja la ría, fuerza a este a detener su marcha, si le es posible, o
pasarlas por ojo o tirar a embarrancarse donde mejor pueda”
Y continuaban las denuncias:
“Los viajes que efectúan los
vapores como el Nervión entre Portugalete y Bilbao y los de la carrera
de Santander, Bayona, Londres y Liverpool, dan más que hacer a sus respectivos
Capitanes en el río Nervión que mar a fuera, y así unos con otros tienen la
necesidad de no perder de vista un momento las horas de pleamar si han de
cumplir con los anuncios de sus salidas.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales.
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