LA SAGA
DE AURELIANO GUTIÉRREZ
A la gente de mar: Lorenzo
Gutiérrez Bayón, Tiburcio Gutierrez Arana, Casimiro Gutiérrez Arana, Camilo
Antonio Gutiérrez Arana, Aureliano Gutiérrez Ostria, León Aureliano Gutiérrez
Castillo, Antonio Roque, Patricio y Aureliano Gutiérrez del Moral.
A mí me ha tocado de la saga de
los Aureliano Gutierrez ser el último y al contrario de los anteriores, de secano,
y no porque uno lo hubiera deseado, sino por aquella decisión errónea o no que seguí
haciéndole caso a mi Aita Patricio.
El hecho fue que al terminar con
15 años el bachillerato, dispuse de dos oportunidades, entrar a trabajar en AHV
previo paso en la escuela de Arte y
Oficios de Minas en Baracaldo con los estudios de electrónica, o estudiar radiotelegrafía
en la Escuela Náutica de Portugalete,
cuestión que se resolvió con este consejo paterno” Aurelito, estudia electrónica y “ entra” en AHV, que
ahí tendrás trabajo para toda la vida” Él no llego a ver el cierre de esta empresa,
y los dos si vimos cómo se paralizó la flota naviera de la siderurgia. En parte
si tuvo parte de razón.
Si hubiera elegido la otra
alternativa, por la que yo me decantaba, que era estudiar para futuro radiotelegrafista, hubiera coincidido en la misma edad con la que mi abuelo León
Aureliano Gutiérrez Castillo, estudió en la escuela Náutica, en su caso en
Santurtzi.
Corría el año 1889, cuando al
morir prematuramente mis bisabuelos, María Concepción en el año 1887 y
posteriormente Camilo Antonio dos años después, mi abuelo Aureliano y sus
hermanos huérfanos y menores quedaron en manos de familiares.
Mi abuelo con 8 años de edad,
tuvo la suerte de recalar en la casa de su padrino y a la vez primo carnal, Aureliano Gutiérrez Ostria,
(nacido en Santurtzi el 11 de marzo de 1859 y bautizado como Eulogio Áureo)
marinero, armador, lemán y mayordomo que fuera del puerto de Santurtzi. Mi
antepasado Aureliano, al menos figura como armador de las traineras de nombre, “Joven
Juanito” y “Dos amigos” y de la lancha de practicaje” Joven María”, lancha
naufragada en Motrico en diciembre de 1887. Aureliano, era hijo de Tiburcio
Gutiérrez Arana.
Así que mi abuelo encontró en
casa de su padrino y de su mujer Aniceta María Castillo Trueba, el mejor de los
cobijos posible. Sus tíos a falta de hijos, fueron capaces de adoptarlo con las
mejores garantías de futuro y entre ellas que mejor que darle la posibilidad de
estudiar y poder llegar a tener una profesión ligada con el mar, pero sin la
relación directa que tanto sufrimiento trajo a la familia, con el cobro de la
vida de su aita y de alguno de sus tíos y primos.
Desgraciadamente, Aureliano
Gutiérrez Ostria, fallecería con tan solo 38 años de edad a causa de una
hemorragia cerebral el 9 de mayo de 1896, y mi abuelo finalmente llevado por
las circunstancias, se tuvo que decantar a trabajar en el oficio que sus
ascendientes habían desarrollado anteriormente, el ser marino y pescador.
Profesión que tan estimadamente
desarrolló en Portugalete a partir del año 1905, y siempre en compañía de la su
esposa, María “La Navarrilla”. Su amor por el Mar le llevó a ser uno más de los
que en el año 1925 fueron capaces de reestructurar la Cofradía de Mareantes de
Portugalete, labor continuada por sus hijos; Antonio Roque y mi Aita Patricio
Gutiérrez del Moral.
Mi abuelo Aureliano falleció el
10 de julio de 1928, pero de aquellos que le conocieron, caso de Dionisio del
Campo “Nisio”, el último palangrero, en una entrevista que le realizaron y se
publicó en la revista “EL ABRA” enero 1971, cuarenta años después de su
fallecimiento, le homenajeaba de esta manera a la pregunta sobre los pescadores
de palangre de Portugalete:
Nisio, ¿Qué nombres recuerda más famosos de
aquella época? - Famosos entonces eran “Los Guernica”, Anes, Luis, Marcos… pero
el más popular aquí fue uno que había estudiado para marino y dejó el estudio
para andar a la mar, era Aurelio “El Navarrillo”. Ese es el que he visto andar
con más tiento, más afición, más limpieza…
No dejo en el tintero a mi
padrino y tío Aureliano Gutiérrez del Moral, que recogió el nombre de su padre,
y último Aureliano que estuvo dedicado a alguno de los oficios del mar y por lo
tanto con pleno derecho de ser miembro de la Cofradía de Mareantes. A mí, sin embargo,
me regaló el nombre, y el placer por sentirme gente de mar.
Aureliano Gutiérrez Martín de
Vidales.
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