JOSÉ COSME
ARECHABALETA BALPARDA
EFEMÉRIDES FALLECIMIENTO 16 DE
JUNIO 1912
José Cosme Arechabaleta Balparda,
habiendo nacido en el barrio de Urioste es bautizado en la iglesia de San Jorge
de Santurtzi el 27 de setiembre de 1838. Falleció en Montevideo, Uruguay el 16
de junio de 1912. Era hijo de, Manuel Arechabaleta Balparda nacido el 11 de
maro de 1811 en Santurce, de profesión veterinario de los Tres Concejos y su alcalde
durante algunos años, (1847, 1859 y 1860) y de Ramona Balparda Durañona,
bautizada el 22 de febrero de 1813 en San Salvador del Valle, falleciendo el 18
de febrero de 1852.
En Montevideo, José Cosme contrajo matrimonio
con Josefa Silva con la que tuvo tres hijos: José Leopoldo, Arturo e Irene.
Posteriormente contrajo matrimonio con María du Forrachou con la que tuvo dos
hijos: Héctor Carlos y Berta.
Estudió las primeras letras en
San Salvador del Valle, y más tarde asistió a las escuelas de Santurce. En 1852 con 14 años practicó como mancebo en
la farmacia de Julián de Lejarreta y Aguinagalde en la Villa de Portugalete, dedicando
los pocos ratos libres que le quedaban al estudio del francés y del latín.
Alberto IRIGOYEN ARTETXE e Idoia
ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Historiadores, (Auñamendi)
En 1855, se embarca en el puerto
de Pasaia con destino a Montevideo (Uruguay). En 1862, se presenta a rendir
examen ante la Junta de Higiene Pública, obteniendo el título de farmacéutico.
Llegó pues muy joven a esta república, dedicándose desde el principio al
estudio de las ciencias naturales, que debían de constituir el objetivo de toda
su vida científica.
Ya propietario de su propia farmacia,
trabaja con él su sobrino Pedro Hormaeche, quien fuera, junto con su tío,
fundador y primer presidente del Centro Vascongado, euskal
etxea nacida de la escisión producida en la Sociedad Protectora de la
Inmigración Vascongada Laurak Bat de Montevideo, tras un suceso que conmovió a
la colectividad vasca uruguaya.
El 10 de marzo de 1882, se
creaba, en el seno de la Laurak Bat, la Caja Vasco Navarra de Reempatrio, con
el propósito de enviar de retorno a sus hogares a los inmigrantes vascongados y
navarros que estuvieran imposibilitados de valerse por sí mismos. No obstante,
lo que a priori pareció contar con el unánime aplauso de todos los asociados,
encontraría un ferviente opositor en Arechavaleta, que opinaba que, si bien
salvaban a un emigrante pobre, perjudicaban a su familia al obligarla a
encargarse de un pariente enfermo y desvalido. Insistía, además, en que de esta
manera se promovía la degeneración de la raza, pues el País Vasco se estaba
vaciando como producto de la emigración, y recibiría a cambio a los que para
nada servían.
Este episodio quedó documentado
en las múltiples cartas que Arechavaleta cruzó con su amigo y consocio Domingo
Ordoñana, y que fueran insertas en la revista de la institución. Este
enfrentamiento provocó el alejamiento de 22 socios, que pasarían a fundar el
Centro Vascongado.
Dibujo casa natal. Autor Alberto G. Echarte
Sus primeros trabajos versaron
sobre entomología, describiendo especies propias de este país, completamente
desconocidas hasta entonces, lo que valió al joven naturalista felicitaciones
de sabios europeos como Lacoudaire, Putzeis y otros.
La circunstancia de encontrarse
radicado en este país el sabio botánico francés José Ernesto Gibert, hizo que
Arechavaleta fuera uno de sus discípulos, adquiriendo desde entonces el amor al
estudio de la flora uruguaya, sobre la cual realizó trabajos de indiscutible
mérito, constituyendo sus publicaciones una completa descripción de las
especies uruguayas. Publicó el resultado de años de investigaciones en su
obra Gramíneas del Uruguay.
Desde 1874 hasta 1906, fue
catedrático de Historia Natural Médica en la Facultad de Medicina de
Montevideo. En 1888 fue designado químico del Municipio de Montevideo. En 1892
fue nombrado Director del Museo de Historia Natura, donde fue director de la publicación
Anales del Museo Nacional de Montevideo.
Pero la actividad científica del
profesor Arechavaleta, no se concretó sólo en el estudio de la botánica.
Espíritu selecto, ávido de saber, a pesar de actuar en un medio poco apropiado
a las especulaciones científicas, supo inculcar su amor al estudio entre sus
discípulos, fundando un centro de investigación científica dentro de la
Facultad de Medicina.
Su actuación fue decisiva en la
lucha contra el cólera que azotaba a Sudamérica. En 1887, el propio presidente
de la república le encarga una investigación para demostrar la inocuidad del
tasajo como vehículo de propagación del bacilo del cólera. A poco de producirse
los memorables trabajos del sabio francés Pasteur, inició la creación de un
laboratorio de bacteriología en la Facultad de Medicina, como anexo a su
Cátedra de Historia Natural Médica. En este pequeño laboratorio, que fue la
cuna del actual Instituto de Higiene uruguayo, no sólo se dedicó a la
confrontación de los más recientes trabajos europeos sobre la vida y acción de
los infinitamente pequeños, sino que también, hizo investigaciones originales,
tanto más meritorias cuanto que los elementos de que disponía no podían ser más
rudimentarios.
Destacaron las investigaciones
sobre el desarrollo del bacillus vírgula en diferentes medios de
cultivo, y la conclusión realmente práctica, a que llegó el profesor
Arechavaleta, de que dicho bacillus no podía desarrollarse ni conservarse
vivo, en las carnes saladas que constituían la fuente más importante de la
exportación uruguaya de preparación de carnes. Fueron estos estudios especiales
los que expuso en Río de Janeiro, con motivo de tomar parte en una misión
científica en el año 1887, juntamente con los doctores Carlos María Ramírez y
Elías Regules, llevando el convencimiento al espíritu de las autoridades
científicas del Brasil, de que el tasajo preparado en los saladeros uruguayos,
no podía ser nunca un vehículo para la introducción del cólera que entonces
reinaba en el Río de la Plata.
Casa natal
El triunfo de la doctrina del
profesor Arechavaleta salvó de la ruina a la industria ganadera y saladeril del
país. No está de más decir aquí, que muchos años más tarde estos trabajos del
profesor Arechavaleta tuvieron una comprobación acabada con motivo de la
demostración práctica de que los pescados salados de Noruega no podían
vehicular el bacilo del cólera.
Fuera de la Facultad de Medicina,
fundó en 1889 el primer Laboratorio Municipal de Montevideo, dedicándose con
entusiasmo a la ordenación de disposiciones municipales sobre análisis de
alimentos y bebidas, a la preparación de la vacuna antivariólica, estudios
sobre el agua de consumo de la ciudad de Montevideo, estudio sobre las tierras
del barrido de las calles desde el punto de vista de su inocuidad para el
rellenamiento de terrenos, etc.
Fue Director del Museo Nacional por dos veces, la primera en el año de 1890, y
después, ya separada la sección de Historia Natural, desde 1897 hasta su
fallecimiento.
Retirado del profesorado de la
Facultad de Medicina en el año 1905, fue nombrado por unanimidad
Profesor ad honorem en recompensa de sus indiscutibles méritos
científicos y de sus desvelos por la enseñanza. En la dirección del Museo de
Historia Natural organizó y clasificó las numerosas colecciones y continuó la
publicación de su conocida obra La Flora Uruguaya, que es el conjunto más
completo del estudio de las especies botánicas uruguayas.
Fue en el año 1881 miembro
honorario de la Universidad de la República; en 1896 miembro de la Sociedad
Zoológica de Francia; en 1897 miembro correspondiente de la Academia Nacional
de Lima; en 1901 miembro correspondiente del Museo Nacional de Río de Janeiro;
1902, socio correspondiente de la Sociedad de Agricultura de Río de Janeiro;
1902, miembro honorario del Instituto Egipcio; 1904, miembro correspondiente de
la Academia Properziana del Lubacio; 1905, Oficial de Instrucción Pública de
Francia; 1905, socio correspondiente del Club de Ingeniería de Río de Janeiro;
1907, obtiene el diploma de correspondiente del Museo de Historia Natural de
París; 1909, miembro honorario de la Facultad de Ciencias de Lima, Comendador
de la Real Orden de Isabel la Católica, miembro correspondiente de la Sociedad
Científica Argentina, miembro correspondiente de la Sociedad de Ciencias
Naturales de Cherburgo, miembro correspondiente de la Academia Internacional de
Geografía Botánica de Mans, etc. Fue socio del Club liberal Francisco Bilbao,
del cual su sobrino, Pedro Hormaeche, era presidente. Una plaza de Montevideo
lleva su nombre.
Así como un monumento en el
jardín botánico del Prado en Montevideo. ( Revista el Abra, nº19, julio 1972)
En la sesión celebrada en
diciembre de 1912 por parte de la Sociedad Española de Física y Química, la revista
Centro Farmacéutico Uruguayo hizo llegar la noticia del homenaje
tributado a la memoria del sabio farmacéutico, don José Arechabaleta.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
No hay comentarios:
Publicar un comentario