EFEMÉRIDES
A primeras horas de la mañana del
día 17 de junio de 1920 y como resultado de la explosión de la caldera del
vapor pesquero Víctor Rita, fallecieron en Santurtzi los hermanos, José/Ulpiano,
Marcos y Celedonio Sebastián Durañona.
Los tres hermanos fueron
bautizados en Santurtzi, José /Ulpiano el 5 de abril de 1896, Marcos el 25 de
mayo de 1897 y Celedonio el 3 de febrero de 1901. Sus padres eran Manuel Sebastián
Melus, bautizado en 1869 en Armiñón, Zaragoza y Juana Josefa Durañona Gorgolas,
bautizada en Santurtzi el 19 de marzo de 1874.
Del periódico El Liberal recojo
varias crónicas de este trágico accidente:
El Liberal, 18 de junio de 1920: La
primera noticia aparece a primeras horas de la mañana en Bilbao en la que se
indica que en el pueblo de Santurce la explosión de una caldera había causado
muchas víctimas. Se creyó que pudiera haber sido en una fábrica. Seguidamente
se confirmó que el número de muertos ascendía a tres.
El Víctor Rita se construyó hace cinco
años en Ondárroa, adquiriéndolo D. Celso Fernández, maquinista naval, en
compañía de otros amigos. El propietario del barco lo estuvo explotando directamente
durante algún tiempo, pero hace tres años el Sr. Fernández se decidió navegar
y arrendó el Víctor Rita a Marcos Durañona, patrón, que formó la tripulación
con sus sobrinos Ulpiano, Marcos y Celestino Sebastián Durañona y de dos
excelentes marineros, Pablo Sarasola y Ángel Ruiz.
Se relata que apuntaba el día
cuando el vapor Víctor Rita remolcado por una trainera se encontraba
cercano a la punta del muelle, cuando una formidable detonación hizo enmudecer
a los tripulantes de los cerca de veinte barcos pesqueros que se disponían partir, al ver que el vapor destrozado se hundía rápidamente.
Muy pronto lograron extraer del agua a Pablo Sarasola
y a Ángel Ruiz, arrojados violentamente al agua por la explosión. El patrón
Marcos Durañona, quedó sobre cubierta, pero al comprobar que la nave se hundía
se tiró al agua y nadando consiguió llegar a la punta del muelle. A los tres
hermanos no se les pudo localizar dándoles por fallecidos.
Los supervivientes narraron que no podían
explicar de momento las causas de la catástrofe, solo decían que la caldera
había explotado. La explosión fue formidable. La chimenea del Víctor Rita saltó
por encima del edificio de la Casa-venta y cayó al mar, a unos cuatrocientos
metros de distancia. El guardacalor de hierro fundido con un peso aproximado de
ciento veinte kilos, el puente, la caldera de entrada a la maquinaría y maderas
de cubierta aparecieron en el muelle. La
opinión mayoritaria del motivo de la explosión la achacaban al paso de agua fría
la caldera. Aunque las razones verdaderas nunca se sabrán puesto que Marcos era
el maquinista de la embarcación y uno de los fallecidos.
El día del accidente en los
centros públicos y de recreo ondeó la bandera a media asta con crespones negros.
El Liberal, 19 de junio de 1920. Durante
todo el día de ayer se efectuaron distintos sondeos en la rada en busca de los
cadáveres de los tres infortunados hermanos que sucumbieron víctimas de la
explosión ocurrida en el Víctor Rita.
La Gaceta del Norte
Un cabo de mar que efectuaba con el
rastrillo un sondeo en las inmediaciones del lugar en que ocurrió la catástrofe,
tuvo la suerte de encontrar uno de los cadáveres, el de José Sebastián Durañona.
Extraído a tierra, el Juzgado
ordenó que quedase depositado en una de las dependencias de la Casa-venta del
pescado hasta que por la tarde se verificase su entierro.
El buzo de la Junta de Obras del Puerto
estuvo dedicado toda la tarde a la busca de los cadáveres de Marcos y Celestino,
sin resultado positivo. A las cinco y media de la tarde enorme gentío rodeaba la
Casa-venta. El patrón del Víctor Rita, Marcos Durañona, tío de las
víctimas, quería ver el cadáver de su desgraciado sobrino, y, abandonando el
lecho, salió de su casa precipitadamente. Varios amigos le hicieron desistir de
su empeño, trasladándolo nuevamente a su domicilio.
Momentos después se celebró el entierro.
El cadáver, encerrado en sencillo ataúd blanco, era conducido a hombros por
cuatro marineros. Una monumental corona de flores naturales era llevada por dos
amigos del finado. Presidían el duelo el alcalde, D. Cristóbal Mendizábal, un
contramaestre de la Armada, un representante de la Hermandad de pescadores y un
pariente.
Detrás seguían numerosas personas
de todas las clases sociales en número die mil quinientos aproximadamente. La
Diputación ha hecho un donativo de cinco mil pesetas a la familia, y tres mil
la Hermandad de pescadores. Hoy continuarán los trabajos de busca de los otros
dos hermanos.
El Liberal, 20 de junio de 1920. El buzo
de la Junta de Obras del Puerto continuó ayer los trabajos de reconocimiento en
el interior de la rada. Otros marineros utilizaron rastrillos para verificar
sondeos. Ambos trabajos tuvieron resultado negativo, suponiéndose que los
cadáveres de Marcos y Celestino Sebastián Durañona fueron arrastrados por la
corriente.
A las once de la mañana se
verificaron en la iglesia de San Jorge los funerales por las víctimas. La
comitiva, en la que figuraban el presidente en funciones de la Diputación, Sr.
Pisón, y los diputados Sres. Sierra e Ibarra: el alcalde, Sr. Mendizábal, secretario
de la Comandancia de Marina, Sr. Junquillo, y las Juntas directivas de las Cofradías
de pescadores de Santurce y Ciérvana, más numerosas personas de todas las
clases sociales, partió de la Casa-venta, dirigiéndose a la iglesia, donde
esperaba el clero parroquial.
La Casa Sota y Aznar ha donado a
la familia de las víctimas dos mil pesetas.
El Liberal, 23 de junio de 1920. Sobre las
once y media de la mañana apareció flotando sobre las aguas de la rada, el
cadáver de Marcos Sebastián Durañona, maquinista del Víctor Rita y que
con sus dos hermanos pereció víctima de la explosión, ocurrida a bordo de dicho
barco. El cadáver del infortunado joven al ser extraído de las aguas fue
llevado directamente al Cementerio.
A las cuatro de la tarde los
médicos militares le practicaron la autopsia, y después se verificó el
entierro, al que asistió gran parte del vecindario.
El Liberal, 25 de junio de 1920. Suscripción
abierta por la Cofradía de pescadores de Santurce en favor de la familia de los
tres hermanos muertos en el vapor Víctor Rita.
Cofradía de pescadores, 3.000
pesetas, Excma. Diputación de Vizcaya, 5.000, Ilustre Ayuntamiento de Santurce,
1.000, Cofradía de pescadores de Ciérvana, 500, un marinero de Ciérvana, 10,
Compañía Naviera Sota y Aznar, 2.000, vapor Santa Teresa de Jesús de Ondarroa,
25, Cooperativa del centro Católico, 100, D. Cristóbal de Mendizábal,50, D.
Idelfonso Arriola, 25, D. Mariano Torróntegui, 20, D. Guillermo Ruiz, 20, D.
Jenaro Herboso, 5, D. José María Larrea, 5, D. Lorenzo Osaba, 5, D. Zenón
Aspiazu, 20, D. Juan J. de la Quintana, 50, D. Máximo García, 10, Ilustre
Ayuntamiento de Bermeo, 50, D. Pablo Larrabide, 50. Suma y sigue, 11.940
pesetas.
FUENTES: El Liberal, Noticiero
Bilbaíno, La Gaceta del Norte, blog El Bolintxi.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
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