Nadie es profeta
en su tierra.
Eso empecé a creer ayer cuando a
media tarde, y como es mi costumbre, me desplacé de Santurtzi a Portugalete. Bajar
la cuesta de Kabiezes al Parque y de ahí por el relleno alcanzar la Venerita o
Benedicta y vuelta a casa.
Momentos de dejar la mente sin toxinas
y disfrutar del color de la Ría.
Pero lo que no me esperaba era que,
llegando a la altura del puente colgante, un par de personas uniformadas y en
cuya solapa distinguía un logo con la inscripción “vigilantes” me dan el alto y
me preguntan hacia donde me dirigía. Les contesto que hacia Sestao y tengo por
respuesta que si soy un turista que ha venido a ver el tour a su paso por Guecho
y si de paso me he desplazado a la Villa y que por lo tanto desconozco que en esta
población se celebra la fiesta de la Virgen de la Guía, y que se supone que
todo transeúnte debiera ir con ropas adecuadas, como son un niqui blanco y un
pañuelo al cuello.
Pienso que es una broma, y en
plan de chufla les canto lo de “tengo un novio txikitin que se llama Nicolás…”
pero lo único que consigo es que al calor de mi voz se arremolinen alrededor mío
una docena y tres cuartos de personas uniformadas tal cuales. Alguien mencionó
que era una ofensa para los portugalujos y sus tradiciones el ir con mis
vestimentas, pantalón corto y camisa a cuadros, y que por lo tanto hacían bien
el impedirme el paso, a lo que los congregados dieron el visto bueno. Por cierto,
ni en San Gregorio, haciendo el servicio militar vi tantas personas y tan idénticamente
vestidas.
De nada sirvió el amago de
enseñar mi DNI y mostrar que soy nacido en Portugalete, ni mi protesta ante tan
abuso de lo absurdo. El cariz que tomaba la situación aconsejaba darse la
vuelta, llegar hasta faro de la Punta, contemplar el Abra y pensar que no es
mejor portugalujo quien mejor imita a su compañero en la vestimenta sino aquel
que cuida y respeta a su pueblo.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
Vivo en Las Arenas y casi todas las semanas paso con mi mujer a Portugalete y disfrutamos de sus paseos, sus monumentos y su gente; por ello también a mí me parece una broma la escena con los “vigilantes” y me encantaría que algún portugalujo acreditado nos diera una explicación que nos afiance nuestra admiración y cariño hacia "la Villa".
ResponderEliminarAurelio: ¿Te lo has inventado?.
ResponderEliminarDigamos que fue una realidad con parte de ficción.
EliminarAurelio: Llegaremos a ser "extraños" en NUESTRA villa. A no tardar.
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