jueves, 8 de febrero de 2024

 

NAUFRAGIO BERGANTÍN SANTURCE DICIEMBRE 1861



El bergantín de nombre Santurce, fue botado en la Ría el 17 de mayo de 1851, y escriturado en Bilbao el día 23 del mismo mes.   Era propiedad de la Sociedad mercantil “Ybarra, Mier y Cía.”. Su constructor fue Juan de Unzueta,  y su construcción se llevó  acabo  en el astillero de  Olaveaga . Sus medidas eran: Eslora, 98 pies, manga de construcción, 25 pies, manga de construcción, 25 pies, manga de arqueo 23 ½ pies, puntal 15 pies y toneladas 215. (Media en pies de Burgos).

Se pagaron por su casco en rosca con su lancha 135.000 reales de vellón y otros 130.000 reales de vellón por su arboladura, jarcia, velamen, anclas y demás para dejarle listo para navegar.



Se nombró primer capitán a D. Juan Simón de Sanpelayo Zuazo, bautizado en Santurce el 29 de octubre de 1815. D. Juan Simón de Sanpelayo fue Piloto Mayor del puerto de Bilbao y alcalde del Concejo Santurce. Juan Simón ocupó el puesto de capitán hasta el año 1853, fecha que cedió su puesto  a Isidro Echevarría Guinea, el cual estuvo al mando del bergantín Santurce hasta el año 1856, fecha que a su vez cedió el timón a Celestino López Allende. Natural de Santurtzi, fue bautizado el 7 de abril de 1822, era residente en Portugalete a raíz de su matrimonio el 20 de octubre de 1851 con Fernanda Fernández de Leguineche.

Celestino fue capitán del Santurce hasta el naufragio del bergantín ocurrido en las Bahamas en diciembre de 1861. Así relataba el 17 de diciembre de 1861 el periódico “Diario de la Marina”, periódico oficial del Apostadero de la Habana dicho naufragio.



El vapor KARNAK trajo ayer seis tripulantes y un pasajero, Mr. Theodore Schwalm, del bergantín español SANTURCE que naufragó el 10 del corriente en los arrecifes de las Bahamas, cerca de la isla Crooked. He aquí la relación de este triste acontecimiento con que nos favorece el mencionado pasajero:

El SANTURCE salió de Nueva York el 2 de diciembre para Santiago de Cuba con cargamento de cortes de bocoy y ladrillos y, tuvo vientos favorables, aunque poco fuertes, hasta el día 9. En la tarde de ese día estando a punto de atravesar el paso de las Bahamas, se levantó una violenta tempestad que duró toda la noche y, el 10 a las tres y media de la mañana, el buque fue lanzado sobre los arrecifes, rompiéndose la quilla al momento. El agua invadió el casco por todas partes y, en menos de media hora se sumergió hasta la cubierta. Las olas chocaban con toda su fuerza contra los costados del bergantín, que tardó poco en deshacerse completamente.

Gracias a la providencia y a la vigilancia del capitán no hubo desgracia personal. El primer bote que se echó al agua fue arrebatado por las olas. El segundo, único recurso que quedaba, fue más afortunado y, a él bajó todo el personal del buque, si bien venciendo grandes dificultades. En esos momentos aclaró y los náufragos pudieron descubrir la tierra, distante unas dos millas, a la que pudieron llegar y desembarcar, no habiendo salvado otra cosa que algunos pedazos de carne salada.



Como no llevaban consigo ningún instrumento de observación ignoraba en que isla habían desembarcado. Empezaron a explorar y, a eso de medio día volvieron a la playa llenos de desesperación, pues no descubrieron señal alguna que indicase que estuviese habitada. Después de un corto descanso se emprendió un nuevo reconocimiento y, esa vez encontraron una negrita que les condujo a varias chozas. Allí supieron que estaban en la isla de Crooked, no lejos de la isla Fortune y de Nassau. Volvieron al punto de reunión y viendo que el mar estaba más tranquilo algunos tripulantes fueron al lugar del naufragio con objeto de recoger algunos víveres y efectos, si les era posible, pero los raqueros se hallaban allí y, la mayor parte de las cosas habían desaparecido, sea por ellos, sea por el furor de las olas.

Los náufragos permanecieron en la playa, expuestos a todas las inclemencias del tiempo, hasta el día 15 en que una goleta les recogió y les condujo a Nassau, desde cuyo punto los trajo a esta el KARNAK.



Más noticias de este naufragio se recogen en esta nota que pertenece al expediente abierto del naufragio.

Sr. D. Carlos de Acosta y Valderas escribano del Juzgado de la Comandancia de Marina y Matrículas de esta Provincia y Auxiliar del de este Apostadero por S. M.

Certifico: con vista del expediente formado para tratar del salvamento del bergantín español náufrago SANTURCE; que según aparece de las declaraciones suministradas por los ocho tripulantes de dicho buque, nombrados: Mateo Morichi, Andrés Pazos, Antonio Llera, Cristóbal Delgado, José María Rodríguez, Francisco de Silva, Santiago Gómez y Manuel de la Rosa, unos negros raqueros salvaron parte del aparejo del buque expresando Silva y Manuel de la Rosa que, también se habían librado unas piezas de lona. Y en virtud de lo dispuesto por el Sr. Brigadier Comandante de Marina y matrículas de esta Provincia con la consulta del Sr. Asesor del Juzgado en auto de esta fecha dictado a instancia de D. Celestino López, capitán que fue de dicho buque, libro la presente en la Habana a 21 de mayo de 1862 Firmado: Carlos de Acosta

Expediente del bergantín "Santurce", capitaneado por Juan Simón de Sampelayo, Isidoro Echevarría Guinea y Celestino López. Contiene la escritura de propiedad del citado bergantín otorgada en el año 1851 por Julián de Unzueta, constructor de la Armada y vecino de Deusto, en favor de los Señores Ybarra Mier y Compañía de Bilbao. Años 1851 / 1859, AHFB, YBARRA 2228/001

Agradecer a Juan María Martín Recalde la detallada información que me ha hecho llegar del bergantín Santurce, y que ha sido crucial para elaborar esta entrada.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

 

1 comentario:

  1. Muchas gracias Aurelio por ésta información tan detallada del naufragio del bergantín Santurce.

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