28 DE AGOSTO SAN
AGUSTIN-ARTIKUTZA
Después de varios años de parón,
vuelta a la normalidad, y como lo hemos venido realizando años atrás,
aprovechando que en Artikutza con la celebración del tradicional día de fiesta
de San Agustín, hay “puertas abiertas”, único día del año en que el
ayuntamiento de Donostia permite llegar en coche hasta la ermita de dicho
santo, nos hemos desplazado desde Aranaz andando: Patxiku, Larri y Aurelio y
así poder alcanzar nuestro cometido deseado.
Ver y compartir un rato con compañeros y amigos, que como nosotros se habrán acercado de Bera, Lesaka, Goizueta, Aranaz, Irún, etc., y que quizás a lo largo del año no los ves, es otra de las cuestiones que tiene el ir a Artikutza este día, sin olvidar que tanto a la ida como a la vuelta no hay que desviar la atención de lo que sucede a nuestro alrededor, porque quizás algún hongo está a nuestra espera.
Ermita
de San Agustín. Entre los siglos XIII y XIX, el territorio de Artikutza
perteneció a los monjes agustinos de Roncesvalles (por eso se celebra la
romería anual el 28 de agosto, San Agustín, patrono de la ermita). Artikutza
suponía una fuente de ingresos muy jugosa para los monjes, que cobraban rentas
por la explotación de prados y bosques a los pastores, los ganaderos, los
carboneros, los caleros y los ferrones. La abundancia de madera, hierro y agua
impulsó la actividad de un buen número de ferrerías, que ya funcionaban al
menos desde el siglo XIV. (Javier
Urrutia)
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales.
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