TRIENIO LIBERAL 1820/1823
LAS MILICIAS EN
PORTUGALETE
La
Milicia Nacional Voluntaria fue la institución creada para preservar el
liberalismo revolucionario, la cual tuvo desde sus inicios diferentes criterios
de organización y en algunos casos con la oposición de Ayuntamientos y
Diputaciones. Más notorio cuando a mediados del año 1822 el enfrentamiento
entre liberales moderados y exaltados fue notorio. Por otra parte, a la vez que
surgían los enfrentamientos armados con los seguidores del rey Fernando VII y
se gestaba la entrada en España de los Cien Mil Hijos de San Luis, la Milicia
fue la única fuerza de choque con garantía de la defensa del régimen liberal.
El
primer documento encontrado sobre la formación de las milicias en Portugalete
es una carta que desde el Ayuntamiento Constitucional de Portugalete se dirige
a la Diputación Provincial de Vizcaya con fecha de 11 de enero de 1821, en la
que se expone que, con la intención de celebrar un alarde, solicitan fusiles,
armas de las que carecen. Fueron los solicitantes: José Francisco Urioste, José
Benito de Zavalla, Saturnino de Loredo y José Antonio de la Mier:
“Este
Ayuntamiento Constitucional deseoso de la observación exacta de los Decretos
del Soberano Congreso y contemplando instruida bastantemente en el manejo de
armas a la mayor parte de los Milicianos del Pueblo, tiene dispuesto la
solemnidad del Juramento que debe prestarse para el domingo más próximo 14 del
actual mes. Y como para realizarlo con la magnificencia que corresponde a este
acto, se necesitan cuarenta fusiles útiles con sus bayonetas y fornituras, pues
que los diez aquí existentes, a más de carecer de las unas y de las otras, se
reconocen algunos de ellos inservibles. Espera se sirva V.E. franquearlos con una
arroba de pólvora que se contempla necesaria al dador ministro de este
Ayuntamiento que se destina al intento.
El
Ayuntamiento tiene hechos cuantos preparativos están a su alcance y permiten
las circunstancias de este pueblo, para que esta función sea celebrada con toda
pompa y brillantez, por no incurrir en la menor crítica y siendo la parte más
esencial para ella el uso de las armas, no duda que el celo de V.E. acceda a
esta solicitud llanamente, aunque sea a calidad de devolverla si fuese
necesario” .
Se
conoce por la documentación investigada que el número de milicianos en la Villa
de Portugalete no era suficiente para formar una Compañía cuyo número necesario
era entre ochenta y ciento veinte personas. El jefe de la Milicia activa, era
el comandante D. Antonio de Chavarri, graduado de Teniente Coronel del Ejército
permanente. Este disponía de un Ayudante, el cual recibía diariamente del
alcalde de la Villa la orden para toda la milicia, siendo este Ayudante el
responsable de tomar la Plaza de Armas cuando la milicia local tuviera algún
servicio de guarnición.
Una
vez más la orden y mando de las Milicias Locales no estuvo exenta de
controversias entre la alcaldía y el jefe militar o, dicho de otra manera,
entre Antonio Chavarri y Félix de la Sota y demás cargos. También destacar que
los Mareantes del Puerto y Villa de Portugalete, entre ellos Claudio Castet, solicitaron
que no se contara con ellos para formar parte de la Milicia Nacional, con el
pretexto de que su labor de Servicio de Conductores de Correo les impedía
formar parte de dichas Milicias. Petición que fue desestimada.
Durante
el Trienio Liberal, Portugalete a efectos de armas se dividió en seis secciones
o partidos, con sus diferentes responsables:
Partido
llamado El Cuervo, responsables. D. Eustasio Lejarcegui, D. José de Urioste y
D. Cristóbal Gorroño.
Partido
llamado de Avaro, responsables: D. Aparicio de Elorriaga, D. Saturnino de
Salazar, y D. Gabriel de los Heros.
Partido
llamado Campanzar, responsables: D. Roque de Hormaza, D. Francisco de Cabieces
y D. Juan de Nicolás.
Partido
llamado Calega, responsables: D. Manuel del Valle, D. José de Zavalla y D.
Ramón de Butrón.
Partido
llamado Pando: D. José de Balparda, D. Saturnino de Loredo y D. Antonio de
Zavalla.
Partido
llamado Azeta, responsables: D. Pedro de Villar, D. Juan de Bidaurrazaga y D. Genaro
de Torrijos.
Con
respecto a los uniformes de las Milicias se sabe por consultas de ; José Benito
Zaballa, Francisco Borja de Salazar y Eustasio de Lejarcegui, Comandante,
Subteniente y Sargento de las Milicia Nacional Legal de la Villa que realizan a
la Diputación, que siendo como era, que los propios interesados se
confeccionaban los uniformes, estos se hallaban en la duda de que si el
uniforme debe de tener vuelta y cuello carmesí o encarnado, puesto que la
infantería debe de usarlo de color carmesí, y ellos no quisieran incumplir las
disposiciones que tratan al respecto ni faltar al espíritu del Reglamento. Pendiente quedaría la
demanda promovida
contra la Villa por don Antonio de Elorriaga, maestro sastre vecino de Bilbao,
por seis mil reales procedentes de vestuario para la Milicia local encargado
por el que fuera Ayuntamiento Constitucional, cuestión que se remitió a la vía
judicial.
Por
último sobre el suministro a la tropa se conoce que: “El presidente y
Ayuntamiento de la Villa de Portugalete, ( Félix de la Sota y Pedro
Gorostizabal) el 20 de setiembre del año 1822 señalan a la Diputación, que reducido
en el día a los que suscriben, por hallarse el resto ausente, representan a
V.E. con el debido respeto, que por órdenes comunicadas al primero por el Señor
Jefe Político de la Provincia, debe proceder con toda la actividad y urgencia
que se requiere la materia en circunstancia tan amenazante , a fortificar esta
villa con arreglo a la demarcación del Ingeniero que se destina.
Que
por iguales órdenes debe proveer de uniformes y demás utensilios a la Milicia
Voluntaria y Legal, y que para estos gastos y su satisfacción a los plazos que
se estipulasen se considera de todo punto indispensable la imposición de un
cuarto de libra de carne de vaca por solo el tiempo necesario a cubrir tales
obligaciones, limitada exclusivamente y con la calidad de dar cuenta separada
de los dos indicados objetos y rendimiento del arbitrio hasta el momento y no
más en que alcance a solventarlos.
Es
el arbitrio más suave por no gravitar sobre los jornaleros y artesanos que
condimentan su comida con tocino y rarísima vez comen carnes proporcionales al
mismo tiempo en estas obras ocupaciones útiles que los alejan de criminales
empresas a que tal vez la falta ellos podrían inclinar.” AHFB,
AJ00215/061
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales