VAPOR
ICIAR, HISTORIA DE UN NAUFRAGIO
Naufraga en el Rompeolas el vapor "Icíar"
.
DOS TRIPULANTES AHOGADOS; NOTICIERO BILBAINO 18/04/1936
A
mediodía de ayer largó amarras en el muelle del Arenal el vapor "Icíar",
de la matrícula de San Sebastián, de seiscientas toneladas de carga, que había
venido de Gijón con cargamento de carbón, que descargó en el mencionado muelle.
El
"Icíar", al mando de su capitán, don Enrique Viñas Fernández, de cuarenta
y un años, casado, natural de Luarca (Asturias), y con catorce hombres de
tripulación, bajó la ría sin novedad y enfiló la salida del puerto exterior,
para seguir, en lastre, hasta el de Castro-Urdiales, donde había de cargar
mineral para Gijón.
Cuando
estaba ya fuera de puntas y avanzaba penosamente, luchando con el fuerte viento
Norte, que arbolaba a mar gruesa, en medio de fuertes y muy frecuentes
chubascos, debió faltar uno de los guardines del timón o producirse otra avería
parecida, que lo dejó sin gobierno, y una fuerte racha lo aconchó contra la
escollera de defensa del Rompeolas de Santurce, donde quedó embarrancado y en
peligrosísima situación.
Desde
el semáforo de Punta Galea se vio lo que ocurría, y por teléfono se dio cuenta
de ello a la oficina de los prácticos del Puerto, en el muelle de Portugalete.
Eran en este momento las dos y media de la tarde. La noticia circuló
rápidamente por Portugalete y Santurce, y enseguida se dispuso la salida de
diversas embarcaciones en auxilio del "Icíar". De Algorta salieron
varias embarcaciones, entre ellas una de la Sociedad de Salvamentos allí establecida.
La
primera que salió fue el remolcador a motor "Ayeta-Mendi", en el que
iba el inspector de la Compañía de Remolcadores "Ibaizabal”, don Félix Merladet,
y casi al mismo tiempo salieron también los botes gasolinos de Portugalete “Aida"
y "Mari- Tere", en el primero de los cuales, que llevaba material de
salvamento, iban su propietario y patrón, don Dionisio Babio, concejal
portugalujo; el práctico, señor Susaeta, y con él varios Vecinos de la villa.
En el segundo iban su propietario, don Eugenio Urcullu, y varios amigos suyos.
Entre los vecinos y marinos de Portugalete que
participaron en el salvamento y posteriormente agasajados se encontraban: Luis Salcedo, Alberto
Uriarte, Julián Alcalde, Juan Sasía,
Rafael Ponte, Ramón Santamaría, Miguel Urcullu, Juan Aldecoa, Félix Madariaga,
y Patricio Gutiérrez (mi aita).
El
barco estaba, como hemos dicho, en situación muy comprometida, por fuera del
Rompeolas, a unos doscientos metros de la punta, y a bastante menos del malecón.
Los tripulantes demandaban auxilio, procurando cobijarse como podían contra los
golpes de mar, que barrían la cubierta de proa a popa. En el castillo de proa, fuertemente
asidos a la barandilla, estaban dos de dichos tripulantes. Uno de ellos sufrió
un golpe, que, al parecer, le conmocionó, y el otro acudió en su auxilio. En
aquel momento una ola gigantesca saltó sobre el castillo y arrastró a los dos infortunados,
llevándose incluso el trozo de barandilla. Desaparecieron entre el oleaje, sin
que fuerza humana alguna pudiera acudir en su socorro.
Entretanto,
se hacían desde la punta del Rompeolas y desde los barcos los preparativos de
salvamento. Por dos veces funcionó el cañón lanzacabos, pero quiso la mala
suerte que los tiros resultasen cortos. Redoblaron sus esfuerzos los
salvadores, y, finalmente, el capitán Merladet, con la pistola lanza-cabos del “Ayeta-
Mendi", hizo un tercer disparo, logrando que la driza se abatiera
sobre la cubierta del "Icíar". Los náufragos, dirigidos
admirablemente por su capitán, que no perdió la serenidad ni u n momento,
cobraron el débil cabo, y por él llevaron a bordo u n chicote de más consistencia,
que amarraron en las bitas del barco, haciéndolo firme con el remolcador.
Desde
este momento, los trabajos de salvamento se hicieron más fáciles. Se pasó por
el chicote u n andarivel, del que pendía un saco de lona, de los utilizados en
estos casos, y por está medio fueron salvados, uno por uno, los doce hombres
que quedaban
a
bordo, disponiéndolo todo en forma, el capitán Merladet en el "Ayeta- Mendi"
y el capitán Viñas a bordo del "Icíar". Este último no abandonó su
buque hasta que todos los tripulantes se encontraron en salvo.
En
el puerto exterior estaba fondeado el "bou" pesquero "Alcatraz*,
y a su bordo fueron trasladados los dos náufragos que más extenuados estaban, a
fin de conducirlos enseguida a tierra, sin esperar por los demás. El
"Alcatraz" marchó inmediatamente a su base de Axpe, y de allí los dos
náufragos fueron conducidos al Cuarto de Socorro de Erandio, donde fueron
asistidos por el médico y practicante de guardia. Se trataba de Juan Echevarría
Rodríguez, de cuarenta y nueve años, casado, patrón de cabotaje y segundo de a
bordo, natural de Asturias, que presentaba una contusión e n una rodilla, otra
en la nariz y erosiones en el tórax y en el pie izquierdo, y Pedro Rama Villariño,
de 35 años, casado, de Coruña, marinero, que tenía distensión muscular en ambos
brazos, de pronóstico leve, salvo complicaciones, como su compañero.
Ambos
presentaban síntomas congestión por el frío, pero ya se encontraban bastante
confortados, porque a bordo del "Alcatraz" les proporcionaron ropas
secas y bebidas espirituosas.
Los
demás náufragos fueron trasladados en el "Ayeta-Mendi" a Portugalete,
en cuyo Cuarto de Socorro fueron admirablemente atendidos y curados de sus lesiones
los que las padecían. El concejal del Ayuntamiento don Federico Sánchez Vallejo,
dueño del Café de la Unión, inmediato al Cuarto de Socorro, sirvió a todos café
y coñac en abundancia, y el vecindario rivalizó en la tarea da proporcionarles
ropas y mantas.
En
el muelle aguardaban a los náufragos el subdelegado marítimo, don Joaquín Eguía;
varios prácticos del Puerto que se encontraban en su oficina, situada en al
mismo muelle, el teniente alcalde don Luis Ardanza y los capitulares don Julio
Armas y el ya mencionada señor Sánchez Vallejo.
En
el "Ayeta-Mendi" venían también el ayudante de Marina del distrito, don
José Echevarría, y los dos agentes de la Policía marítima adscritos a la
Ayudantía, todos los cuales trabajaron denodada y eficazmente en los trabajos
de salvamento. En el Cuarto de Socorro atendieron solícitamente a los náufragos
los médicos titulares señores Zaldúa y Gurruchaga y el practicante señor Grijalba.
El capitán del "Icíar", señor Viñas, fue curado de pequeñas lesiones,
en el domicilio del señor Merladet.
También
fue asistido en el cuarto de Socorro el joven portugalujo Félix Madariaga
Osaba, de 29 años, carpintero, que en los trabajos de salvamento se produjo
erosiones en la nariz y en ambas piernas, de pronóstico leve.
Después
de prestarse a los náufragos la asistencia que dejamos mencionada, fueron
conducidos todos al Hospital-Asilo de San Juan Bautista, para que se acostaran
y reaccionasen contra el frío, bajando más tarde a la plaza todos ellos, menos cuatro,
que se juzgó prudente que quedasen hospitalizados unos días, aunque su estado
no es grave.
La
lista de salvados, además del capitán y de los dos que fueron conducidos a
Erandio es la siguiente:
Juan
Pérez Domínguez, de Coruña, de 28 años, soltero, fogonero; Manuel Permuy
Naveriano, de 39 años, casado, de Ferrol, marinero; Manuel Belarmino Gutiérrez,
de 24 años, soltero, de Luarca, cocinero; Eduardo Santos González, de 29 años,
soltero, de Puebla de Caramiñal (Coruña), marinero; Fernando Lestón Santos, de
17 años, de Coruña, camarero; Avelino Fernández Fernández, de 37 años, de Muros
(Coruña), calderetero; Juan Rodríguez Villariño, de 27 años, casado, de Puebla
de Caramiñal, fogonero; Ricardo Pérez Rivas, de Puebla de Caramiñal, de 34 años,
casado, fogonero, y David Gomales Suárez, de cuarenta años, soltero de Gijón,
maquinista.
El "Icíar" estaba ayer, tarde
empotrado en los bloques de la escollera exterior del Rompeolas, con la proa hacia
el muro, y un poco escorado sobre la banda de estribor. La mar rompía sobre él
con gran violencia, y ya habla sido abatido el palo mayor. Por lo que desde el
paseo del Rompeolas se podía apreciar, que no pasarán muchas horas sin que el
palo trinquete y la chimenea se vengan abajo, y sin que el casco, que
probablemente esté ya partido, se deshaga por completo. Desde luego, no puede caber
esperanza alguna de que ni si quiera se pueda intentar el salvamento.
E1
vapor "Icíar" estaba dedicado si transporte de carbón entre Gijón y
Bilbao, y aprovechaba con frecuencia los viajes de retorno para llevar mineral da
Castro a Gijón. También
de cuando en cuando era utilizado para transporte de otras mercancías entre
puertos del Norte del Cantábrico. Este buque tuvo diversos armadores en su
larga vida, sin dejar nunca de pertenecer a la matrícula de San Sebastián. Actualmente
era propiedad de don Jesús García, vecino de Santander y su armador en Bilbao era
don Juan Manuel Zabala.
Por
orden del armador, su amigo don Ángel Martín, alto empleado de la Casa Sota
y Aznar, se encargó ayer en Portugalete de alojar convenientemente a los náufragos
haciendo que nada les falte, hasta que se adopte la determinación conveniente. Las autoridades de Marina han incoado el
oportuno expediente de naufragio.
No
queremos cerrar esta información sin consignar el más caluroso elogio en favor
de las autoridades y pueblo de Portugalete, que tanto se distinguieron en el
salvamento y en los cuidados que prodigaron a los náufragos del "Icíar",
haciendo, además, la advertencia de que si en los primeros momentos no acudió
al muelle el alcalde, señor Busteros, fue porque se hallaba con el secretario
municipal, senior Ciriquiaín, en Sopuerta, a donde habían ido en cumplimiento
de una misión que guarda relación con los intereses municipales que les están
encomendados.
Noticia
recogida también en los periódicos: Euzkadi, Nervión, El Liberal, ABC.
El
29 de octubre del año 1963, en este mismo lugar de la escollera del rompeolas
de Santurtzi naufragó un viejo carguero, también de nombre “Icíar”.
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales
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