PISTO AL ESTILO
BELUNTZA
Después de seis meses de pruebas
y cuatro euros invertidos en tecnología punta, por fin la familia alavesa que
no patatera como a continuación se resolverá, ha conseguido por medios
naturales, plantar semillas de calabacín y que la recogida de la cosecha de tan
apreciado alimento sea en tarros de cristal en un producto acabado a modo de “pisto”.
Aún hay problemas con las tapas
de los tarros, pero se está en un proceso de conseguir un producto optimun y de
bajo coste. Lo siguiente será conseguir la patente para su comercialización,
pero se va despacio. En este tema, prima la calidad y servicio a la
rentabilidad, y tampoco es tanta la inversión. Por supuesto que las grandes
superficies se abstengan de solicitar pedido alguno, todo a tiendas de barrio, colegios y
familias de bajo presupuesto, estos además tendrán una bonificación del 100%.
Para llegar a conseguir este logro,
ha sido necesario rodear en un ambiente agradable las semillas del calabacín con otras semillas que
compondrán el pisto final. Sea pimiento, tomate, cebollas, guindillas, etc. las
semillas de estas plantas, son tratadas una a una y la que se ve como un poco
antipática se la retira y se planta en otro lugar, no vaya a ser que unas por
otras estén todo el día a la gresca.
Decir que, si los adultos llevan
la mayor carga de este trabajo, cuentan con la ayuda estimable de una pareja con
vocación de hortelanos que sin ellos no sería posible alcanzar los objetivos.
Ellos son los encargados de la recogida del producto de mata baja, por su
estatura y condición física.
Las que han probado el producto “pisto
al estilo Beluntza” dicen que está muy conseguido, sabroso y que no
notan la ausencia de la patata, identificando en la cata todos los productos
que homogéneos están en el interior del tarro.
Objetivo cumplido, ahora se está trabajando con
la alubia, pero como el recipiente que se desea es que sea de barro, y este no necesita
tapa, estamos dándole vueltas al IMD. Se admiten propuestas, y se gratificarán estas con media docena de huevos de gallinas turulecas.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales.
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