EQUINOCCIO DE PRIMAVERA

Cada año cuando avanza el mes de marzo, y acercándose los días 19 al 21 con el equinoccio de primavera, en mi mente se refrescan las palabras de Pablo Neruda “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. Un clamor contra todo tipo de injusticias.

Y con la primavera a falta de frio abandonarán los pueblos las churrerías para ser sus espacios ocupados por las heladerías. Seis churros tres euros, un helado de cucurucho pequeño 3,20 euros, los míos de avellana. Lo intento y soy incapaz de decidirme por otro sabor.

También intento votar lo contrario a mis ideas y convinciones y no puedo. Y digo esto porque esta primavera los vendedores de humo harán su agosto adelantado. Elecciones autonómicas y después quienes viajarán Europa y con los puntos acumulados de Iberia, a posteriori podrán disfrutar con la parienta o pariente de un descanso merecido en un resort.  Esta primavera, seguiré en mis trece” no me des consejos que yo me se equivocar solo”.

Ya lo tengo decidido, para la primavera del 2024, mucho monte y aire sano. Visitar a mis corros de la bruja y enamorarme con mis primeros perretxikos y champiñones de campa. Y como no, agradecer la visita de las golondrinas y sus parientas marinas las gaviotas. Bañarme con el sirimiri y secarme con la brisa del Abra. Un planazo.

Cambiar los zapatos por zapatillas, el pantalón largo por el corto, las aceitunas con hueso por las rellenas de pimiento verde y azafrán, y eso sí, friegas en la garganta de alcohol de romero. Sin olvidarme de retirar el calefactor y enchufar el ventilador.

Con la primavera, por fin, llegará la final de la liga de fútbol y la copa, unos darán botes de alegría y otros de desilusión, estos últimos con alguna telaraña en el bolsillo y el empresario del ramo con la caja llena.

Continuarán las guerras, y las injusticias…

La de cosas que pueden suceder en la primavera.

 Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales