LA GABARRA POR UN DÍA
Vicente Ruiz
Por el río Nervión bajaba una gabarra, rúmbala,
rúmbala, rum, con once jugadores del Club Atxuritarra rumba, la rumba, la
rumba, la rumba del cañón.
Once en la gabarra más acompañantes, once mil
en el Abra, once más once más once miles en sus orillas. Se podrá quejar el
Nervión, jamás en su historia la presencia humana ha sido tan tumultuosa y
colorida como en esta ocasión. Ni aquellos reyes de antaño y sus veleros fueron
tan vitoreados entonces.
Ya hubieran
querido otros ser los dueños de los sentimientos de aquellos que prestos han
acudido a ver y vitorear a la gabarra, y a alguno de sus acompañantes, porque
hoy era el día de la gabarra. Lo de Bilbao es otra cosa.
Mañana, después de mi vuelta del exilio
voluntario por un día en tierras navarras espero encontrar con gozo que estos
momentos de felicidad no nos haga olvidar el mundo en que vivimos.
Mientras tanto que no
pare la alegría.
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales
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