VAPOR VELÁZQUEZ
PORTUGALETE JULIO 1883
CRÓNICA DE UN
NAUFRAGIO
Expediente de naufragio del vapor
"Velázquez", cuyo capitán
es Emilio Gómez del Peral, en el banco del Nordeste de la barra de Portugalete.
Esta embarcación procedía de Liverpool con cargamento
general para Pasajes, Bilbao, Santander, Gijón, Cádiz y Sevilla.
Se informa que diversas partidas de arroz,
tocino, café, bacalao, sosa, tejidos de pana, así como instrumentos náuticos,
velas, botes, planchas y máquinas trilladoras consiguen ser rescatados. Benjamín
Smith, vecino de Portugalete, reclama que dos calabrotes adjudicados en la
subasta no son de la largura y circunferencia expresada por el perito tasador. Se
une al expediente el arreglo y liquidación de todos los gastos habidos con
motivo del salvamento de dichas mercaderías y efectos. AHFB,
JCR 1066/016.
Ratificación de protesta del
vapor Español nombrado Velázquez: En la villa de Portugalete a 12 de julio de
1883, ante mi D. Ricardo de Vildósola Notario del colegio de la Excma.
Audiencia del territorio de Burgos, del Distrito Judicial del partido de
primera instancia de la villa de Valmaseda comparecieron los Señores: Don
Emilio Gómez del peral, Don Enrique Echevarría e Ibarra, Don Enrique González y
Marezca, Don Jaime Enrique Bray, Don Ramón Campo y Solaz, Don Juan Zaragoza y
martín y los señores Don José Millán y Medina, Don Manuel Casal y Beira, Don
Manuel Barbeito y Martínez, mayores de edad casados a excepción de los Señores,
Barbeito, Campo, Casal, Echevarría que son solteros y menor de edad el citado
Señor Barbeito Martínez, pero mayor de los diez y nueve años.
Capitán, piloto, segundo piloto,
primer maquinista, mayordomo, contramaestre y marineros respectivamente del
vapor naufragado español nombrado “Velázquez”, de la matrícula de
Sevilla accidentalmente de residencia en esta villa, aseguran hallarse ene l
pleno uso de sus derechos civiles con la capacidad y aptitud legal necesaria
para otorgar esta escritura acta notarial protesta de mar, dijeron:
Que estando anclados en el
sumidero en esta ría a bordo del vapor mencionado “Velázquez” con carga
generala a cosa de las diez de la mañana, se empezó a maniobrar y a elevar el
ancla para disponerse la salida. Hallándose a su bordo el práctico leman de la
barra y ría de Bilbao don Bernabé Ortiz Revilla, de la matrícula de mareantes y
vecino de esta villa se dirigieron ría abajo sin novedad alguna hasta la altura
del muelle de la Benedicta a su conclusión, en que viendo que el mar estaba
algo alborotado, dispuso el Señor capitán tomar para ser remolcado el vapor
dichos de su mando al vapor remolcador “San Nicolás”, a pesar de haber
salido ya con anterioridad y por delante de ellos otros vapores con más calado
que el que disponía dicho su buque (catorce pies y diez pulgadas).
Así siguieron sin novedad hasta la piquera de
la barra en la que sintieron cuatro fuertes golpes de mar y por cuya causa
faltó el calabrote del remolcador y en ese momento al caer otro fuerte golpe de
mar hizo que el buque diera una guiñonada hacia el banco del Nordeste en dicha
barra, tocándose en él bastante y sin poder enderezarse.
Siguió así sobre el citado banco
atravesado y dando el costado de babor al mar y causándole seguidamente las
mares que barrían la cubierta sin que pudieran hacer que el buque diera rumbo
hacia afuera por la circunstancia dicha de marchar sobre tal banco, y la
fatalidad de habérsele enredado al vapor en la hélice un cabo que se había
retirado al vapor remolcador “San Nicolás” a fin de que si lo supiera tomar enderezar el
buque, lo que no pudo conseguir en aquel momento, por lo que el vapor “ Velázquez”
por las mares que montaban cada vez y por momentos era arrojado más y más a
la costa del nordeste y varando de manera que no podía salir.
Que sin embargo se le tiró de nuevo al
remolcador “San Nicolás” desde a bordo del “Velázquez” por la
proa otro cabo que pudo conseguirse lo tomara. Pero al tirarse o hacerse firme
volvió a fallar de nuevo. Más sin embargo el dicho vapor remolcador “San
Nicolás” y otro vapor también remolcador nombrado “Algorta” se
fueron arrimando de dar auxilio a los exponentes y demás tripulantes entre las
rompientes y golpes de mar, sin que les fuera posible acercarse al costado del “Velázquez”
porque su pérdida hubiera sido segura y total, y quizás con la desgracia de
sus tripulantes.
Que así siguieron los tres
vapores hasta cosa de las diez de la mañana de ese día, que convencidos los
vapores remolcadores de no poder hacer más para salvar a los restantes y demás
tripulantes del “Velázquez” por venir la mar a más, bajar la marea y
aumentarse por lo tanto las corrientes se retiraron, quedando el “Velázquez”
sobre aquel banco dando popa a los mares.
Que no pudiendo aproximarse al
costado del “Velázquez” lancha ni embarcación alguna para el salvamento
de los exponentes y demás tripulantes de aquel vapor, y habiéndose apagado los
fuegos toda vez que no maniobraba a fin de que no estallara la caldera tuvieron
aquellos que seguir a bordo hasta cosa de las tres menos cuarto de la tarde que
marchando tres lanchas a su bordo de la Cofradía de mareantes de esta villa a
fin de salvar a la gente por el gran riesgo por esperar a otra marea,
embarcando todos los tripulantes en las lanchas siguiendo las órdenes del capitán
del vapor el cual no pudo hacer nada más
por el salvamento del “ Velázquez”.
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales
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