martes, 17 de enero de 2017

CESAREO SEMINARIO IRAIZOZ

CESAREO SEMINARIO IRAIZOZ

 Cesáreo Seminario Iraizoz, de 48 años de edad nacido en Olague y vecino de Bera- Navarra en la casa Arguiñenea de la calle Altzate, y taxista de profesión, casado con Nieves Garralde Goldaracena, natural de Lekunberri y padre de cinco hijos falleció a la vuelta del Castillo el día 10 de diciembre de 1936, a las siete horas y treinta minutos, a consecuencia de heridas por disparos de armas de fuego, (fusilado).

Cesáreo, viendo los términos y el  optimismo con que le escribió a su esposa, el día anterior de su muerte, poco podía imaginar que su destino ya estaba sentenciado.

Pamplona, 9 -12 - 1936

“Querida Nieves, me alegro que al recibo de esta os halléis bien como yo a bien gracias.

            La presente sirve para decirte que a Elejeta el interventor del Bidasoa y al carabinero ya les han notificado la sentencia, no así a Martínez y a mí, así que no sabemos nada, pero estamos contentos porque nos parece que se aclarará nuestra inocencia porque de lo que a mí me acusan yo no sé una palabra, todo es incierto, de todas las formas esperamos haber lo que pasa.

            Nieves, de continuar aquí necesito ropa que hace mucho frío, no te apures hasta que yo te avise.

            No tengo que decirte nada más que doy recuerdos a todos, les das también a la mujer de Martínez que así me encarga, besos a las niñas y tú lo que quieras de tu esposo que te quiere y verte desea.”

Cesáreo Seminario y el vizcaíno Faustino Martínez Urtiaga, residentes los dos en Bera fueron detenidos, en los primeros compases de la guerra civil, con toda probabilidad debido a las denuncias de algunos de sus convecinos. El fatal destino les llevó a que los dos fueran fusilados en el mismo día e idéntico lugar. Faustino Martínez Urtiaga, hijo de Santiago Martínez de Norza y de María Urtiaga Torre, natural de Sodupe, había nacido el 29 de julio de 1880, en Gueñes Bizkaia..

En el caso de Faustino, el ser un destacado dirigente del sindicato UGT en la empresa “Fundiciones de Vera” y miembro a su vez del Centro Republicano debieron de ser suficientes motivos para que el odio se convirtiera en asesinato legal aquella fría mañana de diciembre.

Por otra parte, las acusaciones que llevaron a Cesáreo Seminario para ser asesinado por los golpistas franquistas, como eran: haber participado en el asalto del cuartel de la guardia civil de la localidad, contrabandista y paso clandestino de personas en la frontera con un coche que poseía, no parecen ser del todo ciertas, sobre todo en la grave acusación referente al cuartel de la guardia civil.


Del testimonio de su hija Martina Seminario Garralda publicado en la revista Berako San Esteban Bestak del año 2008, conocemos de primera mano cómo fue la detención de su aita Cesáreo Seminario:
¡ 18 de julio de 1936! 
A la mañana temprano, toda la calle principal aparecía llena de fuerzas del Ejército y paisanos con boinas rojas que venían de Pamplona, cantando cosas que yo nunca había oído… Sobre las diez de la mañana vino una pareja de la Guardia Civil a casa, preguntando por mi aita, que dormía todavía. Fue cuando me enteré que, a la noche, vinieron a buscarle unos carabineros, de los que estaban en le “puesto” de Vera y eran conocidos en el pueblo, para rogarle que los llevaran a Endarlatza, a 7 kilómetros de distancia, pero al otro lado del Bidasoa, hacia Irún. Lo mismo hicieron con los dos o tres coches, y algunos camiones del pueblo mismo.
A continuación, llevaron a mi aita a la cárcel situada en los bajos del ayuntamiento y, en medio de los dos, como si de un criminal se tratara. Nos fuimos enterando, al caer el día, que habían detenido a otros buenos hombres, que nunca habían hecho mal a nadie. A los dos días los llevaron a Pamplona, donde, en la celda nº 13 en la cárcel los metieron. Pero llegó el día negro. Juicio sumarísimo para mi aita, tachándole de marxista vasco peligroso. Le condenan a muerte, pero el reglamento le concede tres gracias que fueron concedidas: saber quiénes eran los denunciantes, enterrarle junto a su hermano Juanito, y despedirse de la familia.”

Y mi madre, valiente, como buena vasca se hace acompañar por el Rector de los Escolapios padre Larramendi y mi tía Nicanora de Olague. A su llegada a Pamplona mi aita le dice a mi madre:Los denunciantes han sido, este, este y estos. A continuación le dice estas palabras: No te digo para que os venguéis, sino para que viváis alerta. Pero que oigo? dijo el padre Larramendi,¡ si Faustino viene a misa todos los días y se confiesa conmigo!.pobre padre el disgusto que supuso al saber aquello."

Gracias a estas últimas voluntades, la familia siempre supo quién de sus vecinos fueron los denunciantes que llevaron a la muerte a Cesáreo Seminario.

Por otra parte tal y como se recoge en uno de sus apartados del libro de Carmen Baroja y Nessi, “Recuerdos de una mujer de la Generación del 98”, esta, relata a Cesáreo como el chófer que la recoge con su automóvil de un viaje que realiza de Madrid y la traslada a Bera en el momento del comienzo del golpe de estado. Carmen describe a Cesáreo, como una persona que alardeaba y hablaba más de lo debido, y esto pudo ser su ruina.

Pero la justicia franquista no acababa con la muerte de los condenados, había que dar una vuelta a la turca y condenarles por la Responsabilidad Civil de sus actos juzgados.

 Así el BOE del 21 de abril de 1939 publica:

“En virtud de lo dispuesto por don Pompeyo Galindo Lladó, Coronel de Infantería y Juez Instructor de expedientes de responsabilidad civil e incautaciones de esta Ciudad, se requiere a los individuos de la relación siguiente, para que en el plazo de diez días hábiles comparezcan personalmente o por escrito, en dicho lugar sito en el Cuartel del General Moriones de esta Plaza, a fin de dar es audiencia en sus expedientes y de que aleguen y prueben en  que estimen oportuno, bajo apercibimiento de que si no lo hacen, les parará el perjuicio procedente:

Cesáreo Seminario Iraizoz, vecino de Vera de Bidasoa.
Faustino Martínez Urtiaga, vecino Vera de Bidasoa
Tirso Aldaz Jaurrieta, vecino de Pamplona.
Teresa Gorostieta Nuin, vecina de ídem.
Rosario Gorostieta Nuin, vecina de ídem.
Luisa Gorostieta Nuin, vecina de ídem.
Felipa Nuin, viuda de Gorostieta, vecina de ídem.
Miguel Gorostieta Nuin, vecino de ídem.
Pascual Huarte Gamboa, natural de Huarte-Araquil.”

 A resultas de lo cual Cesáreo Seminario, a pesar de ser declarado insolvente, el 5 de agosto de 1939, fue condenado por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas, como responsable político a satisfacer al estado en concepto de indemnización con la cantidad de dos mil pesetas.

Aurelio Gutiérrez





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