Miguel Ángel Lujua
Navegando por Internet, recalando
información sobre la siderurgia y en concreto sobre AHV, me he topado con una
entrevista que realizaron a Miguel Angel Lujua el pasado 2016. Este personaje que
fuera Director de Personal de esta empresa en los tiempos de su cierre, y que
llegó a presidir la patronal CONFEBASK.
Como en todas las entrevistas que
se quiere endulzar al protagonista, a este se le pone en un plano de cuasi
salvador de la clase humana que habitamos en este planeta. En mi caso no puedo
opinar lo mismo sobre él, y el hecho de la lectura de dicha entrevista me ha
hecho recordar un episodio, del que jamás quise ser protagonista.
Este individuo carente de
escrúpulos, y en mi opinión un impresentable e indeseable, el 13 de octubre de
1995, el día siguiente del fallecimiento de mi Ama, y aprovechando que estaba
colocando las esquelas en las oficinas de Baracaldo, me dirigí a su oficina
para informarme de cuál era el futuro de aquellas personas que como en mi caso
éramos excedentes por el cierre de las plantas productivas de AHV y estábamos
pendientes de traslado a otras empresas.
Cuál no sería la sorpresa una vez
realizada mi presentación, que su respuesta fuera; “tú eres el famoso Aurelio, si fuera por mí, nunca trabajarías en una
empresa de más de tres trabajadores”.
Mi delito, haber defendido en las
asambleas de fábrica, con las únicas herramientas de un micrófono, mi palabra y
mi conciencia, lo que yo pensaba en aquellos momentos, aunque fuera contrario
al pensamiento mayoritario sindical y opuesto radical a las intenciones
empresariales. Y este responsable empresarial, con estas palabras se retrató
para toda la vida, ni tan siquiera tuvo la delicadeza de que aquellos momentos
de mi pena y dolor, no eran los más apropiados de hacer leña del árbol caído,
se retrató tal y como era.
Este es el tipo de individuo que,
pasados los años, se le concede un trato exquisito cuando en mi opinión no
merece más que desprecio social.
Después de aquello como ya sabéis
terminé en Lesaka en setiembre del 2016, con una pérdida salarial de un millón
de pesetas de aquellos tiempos, relegado al último puesto de la estructura
profesional, ayudante del ayudante. Etc.
Pero esto es otra historia, para otro momento
en el que rinda un sincero homenaje a aquellas personas que me hicieron a mí y
a mi familia la Vida más llevadera en Bera y en la Empresa, sobre todo al que
estaré eternamente agradecido, Patxi Larretxea, amigo para viajar hasta el
infierno, el polo opuesto de Lujua.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
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