ELA en Bortziriak
Pese a que fueron Lizarra y
Tudela, como ciudades más importantes al margen de Iruñea, las localidades
donde ELA inició su ciclo de apertura de locales, debe subrayarse la labor
pionera de otras comarcas navarras a
mediados y finales de los 70: siendo
Bortziriak una de ellas .
Por un lado, Bera contó con sede
de ELA desde febrero de 1978, tras abrirse las oficinas en el paseo de
Eztegara, y los afiliados de Lesaka hicieron lo propio apenas dos meses después
en la Casa Gurutze de la calle Bittiria. Como es evidente, la implantación de
Laminaciones en 1958 propició un desarrollo industrial que trajo consigo de
forma inevitable las reivindicaciones obreras. Entonces, como ahora, Bortziriak
y Baztan estaban encuadrados dentro de la Comarca de Oarso-Bidasoa, cuyas
cabeceras eran y siguen siendo Irún y Rentería. No obstante, la necesidad de gestionar todos
los documentos oficiales en Iruñea acercó de forma muy importante a los
sindicalistas de esa zona al resto de afiliados de ELA en Nafarroa. Desde 1974
se habían empezado a organizar grupos de militantes solidarios, también en
torno a la histórica Fundiciones de Vera- Funvera, creada en 1907 y embrión de
Savera. Hasta entrados los años 80 existió otra importante industria en Bera,
Mevisa, una metalúrgica que cerró con la crisis de la reconversión industrial
en la década de los 90 del siglo pasado.
Estos incipientes grupos de
afiliados de ELA estaban coordinados desde Oarso por Juan Cruz Garai, que fue
responsable comarcal hasta 1982. La plantilla de Funvera se destacó desde el
principio por su militancia mayoritaria en ELA, (60 de los 115 empleados eran
afiliados solidarios en 1977), y a su cabeza se encontraban José Mª
Arribillaga, Manuel Huarte y Manuel
Silveira, inmigrante portugués que tras un periplo laboral de dos años por
Francia, Donostia, Formigal y Hondarribia, recaló en la empresa beratarra en
1976, engrosando inmediatamente las filas del sindicato, entre otras razones y
tal como dejó recogidas en unas declaraciones a la revista ELA Astekaria en
1978”.. cuando se legalizó ELA, me afilié por una razón que para mí es muy
importante; veo que es un sindicato sin ninguna relación con los partidos
políticos, con gente seria y responsable…Por otra parte yo me casé con una
euskalduna, estoy aprendiendo euskara y vivo el problema de aquí”.
A modo de ejemplo cabe recordar
que en 1977 la inflación anual alcanzó el 28%, lo que da la medida de las
dificultades sindicales para mantener mediante la negociación el poder
adquisitivo de los trabajadores. Poco después, en las elecciones de 1978, ELA
obtuvo ocho de los nueve delegados de Funvera.
Las reivindicaciones obreras de
Bortziriak también se articularon en torno a ELA en otras empresas como Savera,
instalada en Bera desde 1967 y que llegó a contar con 167 trabajadores. El
grupo solidario encabezado por Manuel Agirre, Patxi Errandonea y José Ramón
Irazoki logró hacerse con prácticamente toda la representación sindical desde
el principio siendo cinco los delegados a elegir.
En Laminaciones de Lesaka, empresa
que llegó a contar con 2300 personas, ELA consiguió una fuerte afiliación desde
el principio en las plantas de esta filial de Altos Hornos de Vizcaya en
Bortziriak, contando con militantes destacados como: José Antonio Fontan,
Javier Arriola, José Miguel Arruti, Julián Hernández, Xabier Burgaña, Ramón
Gaztelu, José Manuel Curto, entre otros. No obstante, en las primeras
elecciones de 1978, ELA se quedó con 8 delegados de 27, CCOO obtuvo 9 y los
restantes 10 eran para no afiliados (GU).
Estos resultados sindicales no
fue óbice para que se iniciara una dinámica reivindicativa muy fuerte, que
además se puso en marcha casi de forma simultánea en las tres principales
empresas de Bortziriak. Así, Laminaciones, Funvera y Savera vivieron tres
huelgas de larga duración entre finales de 1978 y principios de 1979, con la
reivindicación principal de lograr satisfactorios convenios propios de empresa.
Fueron estos conflictos los que sin duda marcaron la pauta para un futuro de
masiva sindicación, hegemonía de ELA y crecientes condiciones laborales y
salariales para Bortziriak. Asimismo, empezaron a cobrar más relevancia las
huelgas por motivos laborales, que las protestas de raíz política que se habían
extendido desde mediados de los 70.
Por ejemplo, en Savera la huelga
duró del 18 de diciembre de 1978 al 22 de enero de 1979, y compartió muchas de
sus características con el conflicto de Funvera, hasta el punto de que los
afiliados de ambas factorías acudían a cobrar en mano la caja de resistencia al frontón Eztegara de Bera, donde ELA
habilitó una oficina provisional para atender a la militancia.
En cuanto a Laminaciones de
Lesaka, la huelga se prolongó por espacio de 56 días, empezando el 30 de enero
de 1979, logrando un éxito importantísimo, con incrementos salariales brutos de
entre el 27% y el 30%. Cabe recordar que entonces un operario de Laminaciones
cobraba 110.000 pesetas anuales menos que unos de AHV-Baracaldo, y la lucha por
una progresiva equiparación entre los obreros del mismo grupo empresarial fue
una reivindicación constante. La huelga no estuvo exenta de tensión, con
intervención de la Guardia Civil, concretamente el 18 de febrero y represalias
de la Dirección contra miembros del comité de Huelga.
De todas formas, estos no fueron, ni mucho
menos, los únicos conflictos que terminaron en huelga, ya que en Laminaciones por ejemplo, se convocaron paros de distinta
duración durante la negociación de todos los convenios anuales al menos durante
cuatro años consecutivos. De hecho, en 1980 se registró otra huelga
prolongadísima, de 73 días, que precedió a las elecciones sindicales en las que
ELA se alzaría con la mayoría del comité, logrando en esa época la equiparación
salarial con AHV, y base fundamental de su convenio actual.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales.
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