miércoles, 16 de julio de 2025

 

                              EL CARMEN 75 ANIVERSARIO

DE LA PROCESIÓN MÁS LARGA DE LA HISTORIA



Este año se cumple el 75 aniversario de lo que Jon Fernández García de Iturrospe-SHZ  en su día dejó escrito y tituló como la LA PROCESIÓN DEL CARMEN MÁS LARGA DE LA HISTORIA, relato en el que nos cuenta como un 16 de julio de 1950, nueve vascos aprovechando esta festividad patronal de la Virgen del Carmen parten del puerto de Santurtzi hacia América.

Efeméride, que en mi opinión es una ocasión perdida por parte de los responsables del Ayuntamiento de Santurtzi por no haberle dado el valor histórico que se merece. Entonces, escapar de la dictadura de Franco era una oportunidad para la supervivencia propia.

El 16 de julio de 1950, festividad de la Virgen del Carmen, copatrona de nuestro municipio, nueve vascos de origen o residencia emprendieron desde el puerto de Santurtzi un singular viaje en balandro hacía, nunca mejor dicho, el nuevo mundo con el anhelo de alcanzar la libertad que se les negaba en la tierra que los vio nacer.

Los nueve hombres fueron Félix San Mamés Loizaga (de 24 años de edad), los hermanos José Luis y Manuel Algorri Villanueva (de 40 y 39 años, respectivamente), los hermanos José Luis y José Ramón Bilbatua Madariaga (de 30 y 28 años, respectivamente), José Martín Barrinagarrementeria Eguzkiaguirre (19 años), Ismael Martín del Río (de 30 años), Agustín Palacios Lopategi (de 25 años) y Gregorio Solano Ahedo (de 41 años). Distintas generaciones, edades, niveles socioeconómicos y tradiciones políticas, pero un mismo objetivo: mejorar sus vidas y las de sus seres queridos.

Ese día, esos nueve hombres aprovecharon la tradicional y bulliciosa procesión marinera para hacerse a la mar, burlando los controles militares y policiales de mar y tierra, a bordo de un balandro llamado Montserrat, cuya construcción se inició siete meses antes en los Astilleros Alsa, situados detrás del campo de Ibaiondo, en Lamiako en el límite entre los municipios de Getxo y Leioa.

Tres meses después de zarpar, navegando sobre todo a vela, y tras pasar no pocas privaciones y calamidades, la tripulación del Montserrat alcanzó el puerto mexicano de Veracruz. Una epopeya cuyo recuerdo pervive gracias al empeño de sus descendientes. Sin embargo, no es muy conocida en nuestro municipio, a pesar de que varios de los protagonistas eran santurtziarras, del estreno en noviembre de 2011 en el Serantes Kultur Aretoa de la obra Inorako bidaia, montaje de la compañía de teatro Kukubiltxo basada en su aventura y de la publicación de dos obras que describen la odisea, aunque, a decir verdad, con escasa promoción y difusión en nuestro municipio. Se pueden consultar en la biblioteca municipal.

La primera obra publicada se titula Vientos de libertad y su autora es Lorea Palacios Urquiola (México, 1982), nieta de uno de los navegantes, que redescubrió esta aventura familiar 55 años después. Impactada por el relato en una grabación familiar de las durísimas 91 jornadas en alta mar, decidió que su historia no se perdería y se decidió a escribir esta novela. En 2006 la novela fue finalista del Premio Andrés de Irujo y en 2007 fue publicada en el volumen 8 de la colección ‘Euskaldunak Munduan – Vascos en el Mundo’.



Cuando en 2008 le retornaron los derechos de autor, decidió que también le interesaba publicar esta historia en México y envió la propuesta a la editorial Jus, quienes decidieron reeditarla en 2009. Además, decidió centrar en esta aventura la tesis de fin de carrera de Periodismo, con la que obtuvo la calificación Cum Laude.

La aventura comenzó a gestarse con sumo sigilo en 1949 tras la vuelta de Félix San Mamés del servicio militar y su reincorporación a su trabajo en los Astilleros Alsa, propiedad de los hermanos José Luis y Manuel Algorri. Ellos se encargarían de seleccionar de entre toda la plantilla del astillero al resto de componentes de la tripulación que emprendería el arriesgado viaje.

Una vez elegida la tripulación, los astilleros de los que salieron tantos barcos y traineras iniciaron a primeros de noviembre de 1949 la construcción del Montserrat, un balandro de dos palos, la cabina de caoba africana, el resto de madera de primera calidad, de apenas 13 metros de eslora, 3,85 metros de manga y 3 metros de puntal medio, con un desplazamiento de unas 28 toneladas. Contaba con un motor auxiliar de gasolina de 28 caballos (el motor Hudson de una furgoneta, acondicionado para el velero).



Todo el mundo en el astillero creía que el balandro iba a ser para un supuesto armador catalán, de ahí el nombre de Montserrat y la justificación perfecta para llevar a cabo el abultado avituallamiento que prepararon para el viaje.

El 16 de julio de 1950, mezclados con los barcos que acompañan a la Virgen del Carmen en su procesión marinera, se hicieron a la mar, pero no regresaron a puerto como el resto. Emprendieron una navegación que transcurrió sin complicaciones hasta las cercanías de las Islas Canarias, donde el viaje tomó un rumbo inesperado, cuando apenas 10 días después de partir, se quemó la dinamo del motor de la nave, con lo que éste quedó inoperante. Así comenzó la navegación a vela aprovechando los vientos alisios, en una travesía de 25 días que alternaba la calma chicha con buenas jornadas de navegación. Pudieron alimentarse gracias a la pesca. Fue un gran golpe anímico, pues todos los preparativos estaban pensados para un mes de travesía y no para los 91 días que al final necesitaron para llegar a Veracruz (México), el 15 de octubre.

Antes, el 24 de agosto, a los cuarenta días de partir, pisaron por primera vez tierras americanas, en las playas de Tobago. Arreglado el motor, repuestos en la medida de lo posible de la dura odisea atlántica y aprovisionados de nuevo, iniciaron su último periplo el día 3 de septiembre, con los ciclones pisándoles la popa. Finalmente, la procesión del Carmen de ese año concluyó para los nueve tripulantes el 15 de octubre en otro puerto y en otro mundo.

https://santurtzihistorianzehar.net/la-procesion-del-carmen-mas-larga-de-la-historia/









Pendiente la fotografía de José Ramón Bilbatua Madariaga.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

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