PARTE NOVENO DE LAS OPERACIONES MILITARES DE LA
MISION DE NAVARRA AL MANDO DE SU GENERAL EL MARISCAL DE CAMPO
DON FRANCISCO ESPOZ Y MINA,
EN LOS TRES PRIMEROS
MESES ENERO, FEBRERO Y MARZO DE ESTE ANO DE 1813.
Excmo.-
Sr. El Comandante de observación del punto de Vera me dice lo siguiente.="Mi
general”=. Hay cosas que parecen imposibles a primera vista si se gradúan los
medios y las circunstancia del que ejecuta. Fuera temeridad apoderarse de una plaza
fuerte, guarnecida y fortificada con solos 15 hombres aún guiados del
entusiasmo y conducidos por el valor. Había y o meditado apoderarme del
castillo de Fuenterrabía, y mis deseos debían cumplirse. Me hallaba en Vera, de
cuya villa salí la tarde del 21 del corriente con 15 soldados que debían obrar conmigo,
los únicos que hacían toda mi partida. Me proveí de cuerdas y de clavos
para el efecto.
A
las once de la noche me hallaba pegado a las murallas del castillo: trate de amarrar
las cuerdas, y no sin mucho trabajo fijé los clavos que debían servirme de escalón
, y con un solo soldado, que por entonces juzgué suficiente para el primer
golpe, escalé la muralla, e introducido me arroje improvisamente sobre
el centinela que quedo en mi poder: a una señal mía me reforzaron algunos de
mis compañeros, con los que sorprendí la guardia, que silenciosa estaba en una
de las casamatas y dueño de las llaves
de las puertas del castillo las abrí para que por ellas entrasen mis soldados.
Consecutivamente
hice prisioneros 8 artilleros que se hallaban en el castillo, pues los demás dormían
en la ciudad, y tratando de inutilizar las piezas de cañón que en él había, enclave
dos de a 24, y una de a 18; eche a la mar 1500
balas del primer calibre y 2600 de violentos; saqué a fuera , para traer
conmigo, 100 balas de esta clase ,
9 fusiles, 2 pistolas, 4 sables, 80 varas de cuerda mecha, dos quintales y
medio de pólvora, y la bandera tremolante: me retiraba después de haber dado
fuego al castillo, a cuyos fuegos, puesta en al arma la guarnición de la
ciudad, salió en mi seguimiento,
pero despavorida, y llena de aquella confusión
hija de una novedad inesperada: se componía de gendarmes.
Me siguieron, pero en vano, porque tuve la
satisfacción de rechazarlos y de salvar todos los efectos indicados, sin haber
tenido la menor pérdida de mí parte. Acudieron los enemigos a cortar el fuego
del castillo, pero sin fruto, porque de las cuatro partes de el se abrasaron
tres y ha quedado enteramente inservible. Tendré el gusto de presentarle a V.S.
Mi general, además de !os prisioneros y
efectos relacionados, las llaves del castillo de Fuenterrabía , fruto del valor
de mis soldados, y del amor y respeto que profesan a vuestra persona. Dios
guarda a V.S. muchos años, Vera 13 de marzo de 1813. ; El sargento 1ª Fermín de Leguía. Sr. general D. Francisco Espoz y Mina” Por el resultado de una empresa a todas
luces arriesgada deducirá V.E. con facilidad el distinguido mérito que en esta ocasión ha contraído
el sargento 1ª Fermín de Leguía y la partida de su mando y aunque él no la recomienda,
lo hago yo en cumplimiento de mi obligación.
Me
consta que si las historia de nuestra nación refieren tal cual caso semejante,
la de la presente revolución hasta de ahora no ofrece otro igual. Dejo pues al
arbitrio de V. E, implorar del gobierno confirmación de la gracia de teniente
que ha hecho al sargento 1ª. Leguía, y las que aquel tenga a bien conceder a sus
soldados. Ni y o podré pintar jamás a V. E, la impresión que ha causado en los ánimos
de los franceses la pérdida del castillo de Fuenterrabía, ni el gozo y contento
que ha cabido a estas provincias por un suceso semejante.
Dios
guarde a V. E. muchos años.
Puentelarreina 15 demarco de 1813 Espoz y Mina: Excmo. Sr.
Francisco Xabier Castaños.
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