COLEGIO DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE PORTUGALETE
Entre la diversa documentación depositada
en el archivo Diocesano de Derio, AHEB, 3053/000-02, carpeta nº 1 (papeles del
Colegio del Carmen) se encuentra este documento incompleto con el título “Condiciones
para la construcción del colegio Nuestra Señora del Carmen de Portugalete”.
Bajo la dirección del maestro de
obras Francisco Berriozábal, en el año 1885 fue inaugurado el edificio cuya
benefactora había sido Doña Sotera de la Mier. El edificio en su totalidad fue destruido a causa de un incendio sucedido el 12 de febrero de 1891 y una vez reconstruido, fue
inaugurado el 16 de julio de 1893.
Reconozco que la lectura del
documento puede resultar pesada y poco atractiva, pero no por ello deja de
pertenecer a la historia total de la villa de Portugalete, y que por lo tanto merece ser publicado y dado a conocer.
“Condiciones bajo
las cuales, y planos dispuestos al efecto deberán ejecutarse las obras de
explanación y desmonte del terreno y construcción de todas las de un edificio
Colegio para educandas que intenta edificar a su costa la Señora Sotera de la Mier
en terreno de su propiedad contiguo a la Villa de Portugalete, a saber:
1ª. Que el empresario que tome
por su cuenta estas obras dará principio al desmonte o explanación del terreno
por la parte más baja que es del lado sur o medio día con una faja de cuarenta
y cuatro metros de ancho a fondo contados perpendicularmente desde la línea de
la carretera que se dirige desde Portugalete a Burceña. Formando la explanada
con un metro y ochenta centímetros sobre el nivel del camino real y en línea de
sesenta metros de longitud en la dirección de dicho camino toda la piedra útil
de mampostería que resulte de este desmonte se empleará en las paredes del
edificio y cerradura de circulación del terreno, en los puntos que convenga a
disposición del director de las obras.
2ª. Ejecutado el desmonte y explanación
del terreno, se abrirá un pozo de dos metros de diámetro por las parte zaguera
frente a la pieza de la cocina, a cuatro metros distante del edificio con diez
a doce metros de profundidad, con la que se considera se hallará aguas
suficiente que sirva en primer lugar para la ejecución de todas las obras y si después de ejecutadas conviniese conservar dicho pozo se
revestirá toda la circunferencia de piedra mampostería con revoque de cemento
hidráulico para el uso de las aguas que se consuman en el edificio después de
habitado. Si el Ayuntamiento de la Villa de Portugalete abasteciese de aguas
esta propiedad se cegará con escombros dicho pozo después de concluidas todas
las obras.
3ª. Al tiempo de la abertura de
las zanjas de cimientos por la parte del norte y paralela al muro de la
Iglesia, se construirá un caño de alcantarilla subterránea para desagüe de los
comunes y lavabos de todos los pisos del edificio con la profundidad de un
metro cincuenta centímetros en el punto de partida. Con una pendiente o
descenso que al llegar al camino real se encuentre esta zanja con dos metros de
profundidad para formar una alcantarilla que atraviese dicho camino
continuando el descenso correspondiente
de manera que su forma o hueco ha de ser la de un lucero puesto de punta hacia
abajo con el ancho de cincuenta centímetros y setenta de profundidad entre el
fondo del caño y su cubierta revestida por dos costados de piedra mampostería y
metro hidráulico con un buen revoque de lo mismo, y cubierto con losas de
piedra caliza o areniza de la mejor calidad de grueso de quince centímetros y
el largo de ochenta en toda su línea.
4ª. Preparado el terreno de la
manera indicada en la condición anterior y hecho el replanteo o demarcación del
edificio, se abrirán las zanjas de cimientos con la profundidad de un metro
cincuenta centímetros por la fachada principal y por la posterior o zaguera
cincuenta centímetros de profundidad y ambas con un metro y veinte centímetros
de anchura. Las de los costados se abrirán con las mismas dimensiones formando
tres escalones en la dirección del fondo del edificio para igualar la
diferencia de un metro de profundidad que resulta entre la línea de fachada y
la posterior o zaguera. Las zanjas de cimientos para la Iglesia o Capilla se abrirán
con un metro cincuenta centímetros de profundidad y la misma anchura por el
lado del Norte con sus correspondientes zanjas para los estribos que por dicho
lado se desmarca el plano.
5ª. Del mismo modo se abrirá una
zanja paralela al camino real con la distancia que el reglamento de carreteras
permite para las edificaciones, con el ancho de noventa centímetros y un metro
bajo el nivel del camino real y preparadas todas las zanjas de la manera
indicada se rellenarán o macizarán con la piedra de mampostería indicada del
desmonte asentándola a golpes de palanca mandarria o martillo según sea el
tamaño de la piedra y abundante mortero hidráulico de las circunstancias que
más adelante se dirá. Y rellenas todas las zanjas al nivel del terreno exterior
del edificio y camino real con una capa de hormigón de veinte y cinco
centímetros de espesor, colocando en seguidas cuatro losas en otras tantas
puertas de entrada al edificio que serán las dos de la fachada principal, una
por el costado del sur y otra por la parte zaguera a la cocina. Estas losas han
de ser de piedra caliza de buena calidad de un metro ochenta de largo, sesenta
centímetros de ancho y veinte de espesor en forma de gradas como la que
representa en la puerta de entrada a la capilla. Esta grada ha de tener dos
metros setenta centímetros de largo, un metro de ancho y veinte y dos
centímetros de grueso.
6ª. Ejecutado el macizo o relleno
de las zanjas de cimientos de nivel del terreno exterior o explanación, se
colocará por todo el perímetro exterior puertas de entrada y en la Capilla o
Iglesia, un zócalo de sillería de piedra caliza de las canteras de Basurto
Miravilla o de otra cualquiera cantera que sea más económica su preparación.
Siendo siempre de buena calidad, dispuesto en dos hiladas con un metro de
altura, labrado a bujarda regular y todas las aristas de los sillares a cincel,
siendo dichos sillares del mayor largo posible, y el grueso de treinta y cinco
a cuarenta centímetros. Así como diez sillares tranqueros con el tizón o ramal
del grueso del muro y la altura de una hilada, construyendo dicho muro de
mampostería con noventa y cinco centímetros de espesor que debe tener en la
altura de dicho zócalo, así como por el lado del norte de la Iglesia con un
metro veinte y cinco centímetros, y además los muros de contrafuerte.
7ª. Igualmente se construirá de
dicha sillería caliza la cara exterior del muro paralelo al camino real con una
altura de dos metros y diez centímetros en cinco hiladas. Siendo también estos
sillares del edificio, colocando por último una faja o sillar de la misma
piedra caliza en forma de banqueta o asiento de treinta y cinco centímetros de
altura y setenta y cinco de ancho. Cubriendo todo el espesor del muro que será
de cincuenta y tres centímetros por su parte superior, colocando sobre este
sillar de remate un enverjado o barandillado de hierro de forma sencilla que
servirá de antepecho o respaldo de cincuenta y seis centímetros de altura.
8ª. De la misma sillería caliza
han de ser las veinte gradas para subir al atrio exterior del edificio. Las dos
primeras que se colocarán en el grueso del muro, paralelas al camino real, han
de ser de tres metros de largo y las otras nueve de cada lado, de dos metros
cincuenta centímetros de largo, y todas ellas con el ancho de cuarenta y dos
centímetros y veinte de grueso, labradas finamente sin molduras por sus
frentes, colocándolas bien asentadas y macizadas con treinta y cinco
centímetros de anchura, y quince centímetros de altura, todas ellas enteramente
iguales. Se construirá de la misma sillería el frente o espacio que resulta
entre nueve gradas de subida de derecha a izquierda, quedando este muro igual
al anterior, con las cinco hiladas, sillar de remate y reja correspondiente
para respaldo como en la primera línea paralela al camino real.
9ª. Construido el muro o zócalo como queda dicho
en la condición sexta, se abrirán las zanjas interiores del edificio. Las
primeras paralelas a las fachadas con cincuenta centímetros de profundidad y
cuarenta de ancho, y todas las demás en la misma profundidad y treinta
centímetros de anchas se macizarán todas ellas como los demás cimientos
exteriores, con su capa de hormigón hidráulico de veinte centímetros de
espesor, puestas enteramente a nivel. Colocando en las primeras crujías de las fachadas
doce proyales de la misma piedra caliza labrados finamente, y ochavadas sus aristas
de las dimensiones de ochenta centímetros de altura, sesenta centímetros de
lado por su base inferior y vente y cinco por la superior para colocar sobre
ellos los postes o pies derechos. Para la formación del primer piso alto en
todas las demás crujías donde se señalan puertas y ventanas se colocarán losas
de la misma piedra caliza de un metro ochenta centímetros de largo, treinta y
cinco centímetros de ancho y veinte centímetros de grueso, bien asentadas y macizadas
para colocar sobre ellas los pies derechos que han de formar los huecos de
puertas y ventanas al mismo tiempo que han de servir para las cerraduras de
albañilería de tabique doble sencillo.
10ª. El marco de la puerta de
entrada a la Capilla o Iglesia desde sobre el zócalo hasta el arranque del
arco, se construirá de sillería de las canteras de Galdácano o Berango, con
seis hiladas por cada costado, tres tranqueros y tres agujas de cincuenta y
seis centímetros de altura. Los tranqueros de cincuenta y seis centímetros de
cabeza y un metro de ramal que es el grueso de este en aquellas partes y las
agujas de ochenta o noventa centímetros de largo de ramal y cuarenta
centímetros de grueso. Desde el arranque del arco gótico de la puerta, se
construirán de las mismas circunstancias que se han de formar las machetas de
todas las puertas y ventanas, así como también los nichos y demás ventanas de
la fachada de la Capilla y parte de la torre que aparece rectangular.
11ª. Todos los machones o
columnitas que han de formar los arcos góticos en el interior de la Iglesia o Capilla
con inclusión del zócalo y capiteles sean de construir de sillería amarilla de
las canteras de Berango o blanca de Galdácano u otra que más convenga. Siendo
de buena calidad blanca o amarilla con sillares alternados del largo de un
metro veinte centímetros y de sesenta o setenta y cinco centímetros de tizón, y
todos con la altura de cuarenta o cuarenta y cinco centímetros. Labrados
finamente toda la parte visible de columnitas bajo plantilla que a su tiempo se
dará colocando todos los dichos sillares bien asentados entre los muros de mampostería
según se vayan elevando las paredes. Los marcos de la puerta de entrada a la
sacristía y la de comunicaciones desde el Colegio a la Iglesia, han de ser
también de la misma sillería que las columnas, construyéndolas con sus
tranqueros, agujas y dovelas o sobre puertas, conforme más convenga o se
disponga por el director de las obras.
12ª. Para la formación de la
altura del Presbítero se colocarán tres gradas de diez pies de largo, ocho o
diez pulgadas de ancho y ocho pulgadas de grueso, así como en la parte restante
un zócalo de sillería de la altura de dos pies y uno de grueso. Estas gradas y
zócalo han de ser de piedra caliza de las canteras de Mañaria, bien labrada,
raspada y pulimentada por sus frentes y caras superiores, colocando sobre dichos
zócalos unas rejas de hierro de la altura de dos pies y medio de una forma de
buen gusto, pero sencilla en su construcción.
Sobre el zócalo de sillería del
edificio se colocarán los cuatro marcos de las puertas de entrada, de manera
que se puedan cubrir las mochetas con ladrillo por su frente, dejando además un
retallo de cinco centímetros sobre dicho zócalo, continuando los muros o
paredes con treinta centímetros más de elevación por las fachadas principal,
costado del sur, y parte zaguera para colocar a esta altura los marcos de seis
ventanas por la fachada principal, siete por el costado del sur y nueve por la
posterior o zaguera. Estos marcos, así como los de las cuatro puertas antes
dichas, han de ser de material de roble seco y limpio de seis pulgadas de ancho
con cinco de grueso completas, trabajados con el mayor esmero, con rebajos y
canales en los mismos por su interior para ajustar bien las hojas de ventanas y
puertas por la parte exterior, junquillos en las aristas de los pies derechos y
travesaños y rebajos por la parte inferior con su descenso para cortar las
humedades del exterior. Las dimensiones o claros de los marcos de las ventanas
han de ser, dos metros cincuenta centímetros de altura, y un metro doce
centímetros de ancho, y los de las cuatro puertas de entrada, tres metros
sesenta centímetros de alto con un metro cuarenta y cinco de ancho, colocando
el travesal fijo a cada marco a la altura de dos metros ochenta centímetros.
Colocados los referidos marcos,
se continuará elevando las paredes del edificio por sus cuatro fachadas hasta
la altura de un metro ochenta centímetros. Desde el pavimento o suelo, se
colocarán a esta altura los marcos de las tres ventanas de los comunes o
letrinas, las que han de dar luz al pasillo de estos y la de la pieza Sacristía.
Las tres de los comunes con montantes de manera que sean dos ventanas en una
para alumbrar dos letrinas. Cada marco de estos cinco marcos, han de tener la
altura de un metro ochenta centímetros y el ancho de un metro catorce
centímetros, en las tres de los comunes colocando en el centro de ese ancho los
montantes de catorce centímetros y los otros dos de la Sacristía y pasillo de un
metro diez centímetros de ancho y los cinco serán del mismo material grueso y
circunstancias, trabajados del mismo modo y con el mismo esmero de los de las
demás ventanas.
Colocados estos marcos se
continuará la construcción de muros o paredes de mampostería, cubriendo la
mochetas de todos los marcos, sus arcos superiores y capialzados de ladrillo de
la mejor calidad y bien cocido de siete centímetros de grueso, catorce de ancho
y veinte y cinco de largo, asentados bien horizontales y solamente con el mortero
necesario o como suele decirse a hueso, quedando niveladas las paredes hasta la
altura necesaria para sentar sobre ellas la solera o zapata que ha de recibir
las cabezas de las maderas del suelo.
Elevadas las paredes a la altura
que se expresa en la condición anterior, se colocarán sobre los pozales y que
deberán estar bien asentados en los puntos que señala el plano, los doce postes
o pies derechos con sus cabezales frontales. Los postes serán de material de
roble de buena calidad, de dos años de corte lo menos, bien labrados con veinte
y ocho centímetros de grueso cuadro, y el largo necesario que será de tres
metros veinte centímetros aproximadamente. Los cabezales de sobre cada poste,
serán del mismo material y circunstancia, de un metro de largo, quince
centímetros de grueso y los veinte y ocho centímetros de ancho. Los frontales
que serán de pino rojo de Riga, los mismos veinte y ocho centímetros de grueso
y treinta y dos centímetros de altura, con los largos mayores posible,
colocando estas piezas bien asentadas, unidas a corchete o diente de perro por
los extremos de cada pieza de los puntos de los postes sobre los cabezales y
clavados con cuatro clavos de siete pulgadas, reforzados en cada cabezal y
descansando sus extremos sobre los muros de fachadas principal y zaguera dos
centímetros más elevados que la solera o zapata de sus frente por las tres
fachadas y costado de la Iglesia.
13ª. Igualmente se colocarán
postecillos o pies derechos bien a plomo a caja o espiga sobre las losas
mimbrales que deben estar colocadas anteriormente en los puntos de las puertas
y ventanas interiores y de patio. Sobre estos postecillos se colocarán
cabezales para sentar y ligar sobre ellos los frontales en todas direcciones al
nivel de los frontales por su parte superior y empalmados con ellos quedando
todo este maderamen a nivel. Estos postecillos cabezales y frontales, han de
ser de material de roble seco y sano, y después de bien labrado, tener las
dimensiones siguientes: los postecillos y frontales diez y siete centímetros de
ancho con trece a catorce de grueso y los cabezales, sesenta centímetros de
largo, trece a catorce de ancho y ocho de grueso. Todas estas piezas se han de asentar
bien unidas y clavados los cabezales a los frontales con cuatro clavos de seis
pulgadas. Reforzado en cada cabezal de las mismas dimensiones y circunstancias
han de ser todos los postecillos, cabezales y frontales para la formación de
los otros dos pisos superiores segundo y tercero.
Preparado el armazón maderamen
para la formación del primer piso como queda dicho en la condición anterior, se
colocarán primero doce cuartones, guías de roble a plomo sobre los postes
principales para ligar el armazón, colocando enseguida todos los cuartones de
entramados de material de pino de Holanda de diez y ocho centímetros de altura
con ocho de grueso. Asentándolos sobre las soleras o zapatas frontales a
frontaletes, empalmados dos a dos los de dos tramos contiguos con la distancia
o intervalo de treinta y cuatro a treinta y cinco de uno a otro y clavados a
las soleras frontales y frontaletes con clavo de seis pulgadas reforzado.
Colocando enseguida dos órdenes de travetales del mismo tablón en la crujía
mayor, para lelos a los mismos de las tres fachadas. Así como también se
colocarán travetales en las crujías interiores que tengan más de tres metros y
medio de claro.
Preparado el armazón del piso
primero alto como se especifica en las condiciones anteriores, se continuarán
las paredes o muros por sus cuatro fachadas con el grueso de setenta y dos
centímetros dejando todos los esconces de ventanas rasgados hasta el suelo de
cada piso, para lo cual se tendrá mucho cuidado para formar los machones
interiormente de plomo como los huecos de las ventanas superiores. Elevados los
muros a la altura de un metro cinco centímetros, se colocarán los marcos de
dichas ventanas, ocho por la fachada principal, ocho por el costado del sur y
diez por la parte zaguera. Estos marcos tendrán la altura de dos metros veinte
y tres centímetros y el ancho de un metro diez centímetros del mismo material,
dimensiones, trabajo y demás circunstancias que los del piso primero. Y puestos
estos marcos se continuarán las paredes hasta la altura de un metro ochenta
centímetros para colocar los marcos de las ventanas de comunes con la altura de
un metro sesenta centímetros y un metro diez de ancho, con su montante a el
centro de doce centímetros de frente, quedando divididas cada marco en dos
ventanas de cuarenta y nueve centímetros de ancho. A esta misma altura se
colocarán los otros dos marcos que dará a la parte del norte o costado de la
Iglesia a plomo con los del primer piso y las dichas dimensiones de un metro
sesenta de alto con un metro diez de ancho. Continuando las paredes por las
cuatro fachadas del edificio, construyendo las mochetas, arcos superiores y
capialzados de todos los huecos de las ventanas con ladrillo, de las dimensiones,
trabajo, y circunstancias como en los huecos del piso primero, hasta llegar a
la altura donde deben colocarse las soleras o zapatas para la formación del
segundo piso alto.
Construidos los muros o paredes
hasta la altura del segundo piso, se colocarán los doce postes principales a
plomo sobre los doce que forman la altura del primer piso, siendo estos del
mismo material y circunstancias que los primeros, con el grueso de veinte y
cinco centímetros de lado , después de bien labrados, y el largo de tres metros
sesenta y seis centímetros que es necesario para las espigas o ensambles de sus
dos extremos en el frontal y cabezal y la media madera para la unión en la
altura de la guía inferior. Los cabezales de cada sobre poste, serán del mismo
material de roble, de un metro de largo y veinte y cinco centímetros de ancho,
con catorce de grueso, y los frontales que se asentarán sobre estos, serán de
pino rojo de Riga, con treinta centímetros de altura, veinte y cinco de grueso
y los largos necesarios para los buenos empalmes en el centro de los cabezales
de cada poste, como se dijo para los del piso primero, y clavando con cuatro
clavos de siete pulgadas reforzados en cada cabezal. Descansando los extremos
de los frontales en los mismos muros con los dos centímetros más elevados que
las soleras de fachadas.
Igualmente se colocarán los
postecillos de este piso adelantándolos bien a plomo, e igual número que en el
piso inferior a caja y espiga sobre los frontales, así como los cabezales y
frontaletes sobre ellos todos como los del piso primero de material de roble
seco y limpio y de las mismas dimensiones. Asentadas todas estas piezas bien
empalizadas, unidas y clavadas como se dispuso para el piso inferior. Colocando
enseguida los doce cuartones guías de roble en la primera crujía de fachada,
colocando enseguida todos los entramados de este piso como en la formación del
primero del mismo material de pino, dimensiones y demás circunstancias del
anterior.
Preparado todo el armazón de este
segundo piso, se construirán los muros o paredes con el grueso de sesenta y
tres centímetros, ejecutando los esconces de los huecos de ventanas rasgados
hasta el suelo, como en los pisos inferiores, colocando todos los marcos de las
ventanas con los antepechos a la misma altura que los del piso segundo, que es
de un metro cinco centímetros. Y además el grueso del travesaño del marco y las
de las comunes o letrinas, y las dos del costado norte a un metro ochenta
centímetros de altura. El claro de los marcos de todas estas ventanas será de
dos metros veinte centímetros, y el ancho de un metro ocho centímetros. Las de
las comunes, un metro cincuenta y seis centímetros de altura y un metro y ocho
centímetros de ancho con sus montantes de doce centímetros de frente. Con estas
mismas dimensiones se colocarán los dos del costado de la Iglesia a plomo con
los de los pisos inferiores, construyendo las paredes por las cuatro fachadas
del edificio con las mochetas, arcos superiores y capialzados de todos los
huecos de las ventanas, con ladrillo, dimensiones, trabajo y circunstancias
como en los huecos de los pisos inferiores, hasta llegar a la altura donde
deben colocarse las soleras o zapatas para la formación del tercer piso alto.
Elevadas las paredes a la altura
que debe sentarse la solera o zapata del tercer piso, se colocarán los doce
postes principales a plomo sobre los de los pisos inferiores, siendo estos del
mismo material, trabajo y circunstancias que los anteriores, con el grueso de
veinte y tres centímetros de cuadro o lado. Después de bien labrados y el largo
necesario que será de tres metros sesenta centímetros para las espigas de
ensamble en los extremos de frontal y cabezal y la media madera en la altura de
las guías de sobre cada poste. Los cabezales serán del mismo material de roble
de un metro de largo, veinte y tres centímetros de ancho y doce centímetros de
grueso, y los frontales que se asentarán sobre estos serán de pino rojo de Riga
como los anteriores, con veinte y ocho centímetros de altura, veinte y tres
centímetros de grueso y el largo necesario para los buenos empalmes en el
centro de cada poste, y el suficiente descanso sobre las paredes de las
fachadas en los puntos a donde se dirigen.
Igualmente se colocarán todos los
postecillos en las crujías interiores a plomo en todos los puntos de los pisos
inferiores con sus cabezales y frontales del mismo material de roble seco y
limpio. Asentando todas las piezas bien empalizadas, unidas y clavadas, como se
ha dicho para los pisos inferiores. Colocando enseguida los doce cuarterones
guías de roble en la primera crujía de fachadas, continuando con todos los
tablones o cuarterones de entramados del mismo material de pino de dimensiones,
trabajo y circunstancias como los demás pisos.
Preparado todo el armazón y
entramado del piso tercero y último, se continuarán las paredes por sus cuatro
fachadas con el grueso de cincuenta y ocho centímetros y ochenta de altura, y
puestas todas a nivel, se colocarán por la fachada principal, costados del sur
y del norte hasta el crucero de la Iglesia, dos soleras o zapatas de material
de roble de nueve centímetros de grueso, con doce de ancho asentadas de plano,
unidas a chaflán un trozo con otro y clavadas con clavo de cinco pulgadas, reforzado
sobre estas zapatas en los dos extremos del grueso del mismo, se colocarán
cuartones del mismo material de roble con doce centímetros de largo en
dirección perpendicular a las paredes de fachada con el suelo de cincuenta y
seis centímetros y distante a uno de otro cuarenta y dos centímetros, para
formar el alero principal embonado después de puesto el tejado o cubierta del
edificio.
Sobre los cuartones que han de
formar el vuelo o alero, se colocará otra solera en el centro del grueso del
vuelo a catorce centímetros de ancho con once de altura, para asegurar todo el
vuelo del edificio en los puntos que se construya como primer remate o cornisa.
Sobre esta última, se colocarán los pies derechos de marcos de todas las
ventanas de este piso del mismo material, dimensiones, trabajo y circunstancias
que las demás ventanas de los pisos inferiores, con el ancho y alto de un metro
claro cada ventana, siendo el número de estas, el mismo que en cada uno de los
pisos inferiores y a plomo con dichos huecos. Colocando los travesaños después
de haber puesto el tejado o cubierta.
Elevados los muros o paredes, a
la altura de dos metros cincuenta centímetros des del piso o suelo, se colocarán
los cuchillos de armadura precisamente como se manifiesta en la sección o
perfil o plano demostrado por el plano de la planta. Estos armazones de madera
serán doce sobre los postes de las tres fachadas compuestos de una pieza
tirante, un pendolón, dos tijeras empalmadas al mismo, dos soleras o bandas
cumbre o gallur con tornapuntas. Los tirantes o maderos horizontales han de
tener veinte y tres centímetros de altura con veinte de grueso. Las mismas
dimensiones ha de tener la pieza pendolón, ambas de pino rojo de Riga. Las
tijeras o pares han de ser cada una de dos tablones pareados y atornilladas a
sus jetas con tarugos de pino del mismo material, con tornillos pasantes y
ensambladas por sus dos extremos al tirante y pendolón, formando las mismas
dimensiones que estos las dos soleras de cada cuchillo, o sea bandas que han de
recibir cabrios. Se han de formar con dos tablones de diez y ocho centímetros
de altura y ocho de grueso, empalmados a juntas encontradas con los mayores
largos posible para formar una sola banda sobre los cuatro cuchillos o tramos
de cada fachada, sujetando bien todos los tablones con los tornillos de hierro
necesarios para que formen una sola pieza en todo su largo.
Colocado el armazón principal en
la parte del edificio Colegio, se asentarán los cabrios o contra pares de
material de pino de Holanda en medio tablones de la madera más consistente
posible, siendo sus dimensiones diez centímetros de altura con ocho de grueso y
con la distancia o intervalo de uno a otro de cuarenta y dos centímetros, y
todos perpendiculares con las líneas de fachada desde el alero hasta la cumbre.
Poniendo a continuación los listones necesarios del mismo material de pino de
siete centímetros de ancho con tres centímetros de grueso para cubrir dicho
tejado con tejas planas de Marsella de la mejor calidad, todo bien asentado,
unido y clavado con clavos de las dimensiones necesarias o que disponga el
director de las obras en todos los casos que ocurriese alguna duda.
Cubierto con la teja esta parte
del edificio o Colegio, se colocará el armazón principal del tejado de la
Iglesia, asentando sobre sus paredes o muros a la altura conveniente las dos
soleras o zapatas como se manifiesta en su sección o perfil. Estas soleras
serán de material de roble de veinte centímetros de grueso cuadro o lado, del
mayor largo posible, bien unidas o empalmadas y clavadas con clavo de seis
pulgadas reforzado. Enseguida se colocarán ocho tramos de cuchillos de armadura
con dos tijeras empalmadas para sostener la cumbre. Estas tijeras se formarán
con dos tablones cada una, empalmadas y sujetas con tornillos de diez y ocho
centímetros de altura, con quince de grueso entre las dos, de manera que con la
abertura que formen por su parte superior, se colocará un tablón de la misma
altura y emplomado en ellas para formar la cumbre de la cubierta. Colocando al
mismo tiempo sobre la parte circular del Presbiterio otras cuatro tijeras que
vayan a rematar de la misma cumbre como se especifica en el perfil o sección de
la Iglesia. Puestas todas estas tijeras bien aseguradas, empalmadas y clavadas,
se colocarán dos bandas por cada lado del armazón o plano inclinado de los
mismos tablones de pino de Holanda, empalmados con tornillos uno con otro y
cajas sobre las tijeras. Enseguida se colocarán los cabrios o contrapares del
mismo material de pino de cuyas dimensiones serán doce centímetros de altura
con ocho de grueso y con la distancia o interior de cuarenta y dos centímetros
de uno a otro, y todos perpendiculares en sus planos inclinados, con las líneas
y fachadas desde el alero hasta la cumbre. Poniendo a continuación sobre los
cabrios y su correspondiente ancho y grueso para asegurar sobre ellos las hojas
de pizarra con la cual, desde la cubierta, todo el tejado de la Iglesia, todo
este conjunto de armazón bien asentado, unido y clavado, conforme se especifica
para la parte de cubierta del Colegio.
Puesta la cubierta de todo el
edificio, se embonará sus dos aleros en toda la parte que se hallen colocados
los cuartoncitos volados. El alero principal colocando una tabla de diez y
siete centímetros de ancho con tres de grueso, forrando por su frente todos los
canes o maderos de suelo volados, y por la parte inferior de estos canes se
forrarán con tabla de dos centímetros de grueso y cuarenta de ancho. Colocando
en la parte superior de dichos cuartones una tabla moldurada con junquillo y
filete, y su vuelo correspondiente de once centímetros de ancho y cinco de
grueso, bien asegurada y clavada. Por la parte superior a todos los canes, colocando
sobre dicha tabla moldurada la canal maestra de material de cinc planchas nº14,
con treinta y tres centímetros de desarrollo, figura de gola y asegurada esta
con los hierros necesarios de ochenta centímetros de distancia… “
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EL MAREOMETRO
Aurelio Gutiérrez Martín de
Vidales.