IN MEMORIAM
Joaquina Felipa Aguado Bastida,
madre de mis hermanos Araceli, Antontxu y Miguelín, y primera esposa de mi Aita,
Patricio Gutiérrez Moral, representa uno de esos casos excepcionales que la
guerra desgraciadamente depara, escapar de la guerra embarazada y dar a luz un
hijo en la soledad de cientos de kilómetros de su casa, y de su familia.
En esta situación nace mi hermano Antontxu, en Caen-Bénouville,
(Calvados, Francia) en la maternidad de Hombay el 03 de setiembre de 1937, la
única compañía familiar, su hija Araceli con 15 meses de edad.
Joaquina Felipa, nace en Ortuella el 20 de agosto de 1911 y fallece en el hospital
civil de Bilbao el 15 de junio de 1944.
Su padre, Julián Aguado Galvano,
(hijo de Víctor y Anastasia) eran naturales de Aguaviva, (Soria) y su madre,
María Santos Bastida González, (hija de Apolinar y Mauricia) lo eran de Foncea
(La Rioja). Tanto Víctor como Apolinar eran de profesión jornaleros, y formaban
parte de los miles de ellos que abandonaron sus pueblos para formar parte de la
gleba que trabajó en las minas vizcaínas.
Julián de profesión jornalero de 25 años de edad, y María con 21 años de
edad, feligreses de la iglesia de San Félix de Cantalicio, (Ortuella)
contrajeron matrimonio el 5 de setiembre de 1914 en la parroquia de San Jorge
de Santurce. Cuando se realiza el matrimonio, Felipa contaba con tres años de
edad.
María Santos Bastida González fallecería en Ortuella el 17 de mayo de
1918, y en aquellos momentos, además de Felipa tenía los siguientes hijos: María
Piedad, (Ortuella, 1 de enero de 1915), Emilia Araceli, (Ortuella 26 de febrero
de 1917) y Víctor, (Ortuella, 14 de marzo de 1918).
El matrimonio de Felipa Aguado Bastida
con Patricio Gutiérrez Moral se celebró por lo civil en Ortuella el 25
de enero de 1936, (cosa normal por otra parte durante el periodo republicano,
donde las personas con ideas socialista y comunistas, abandonaron los
sacramentos religiosos), pero la situación represiva generada una vez terminada
la guerra hacia aquellas familias que no habían colaborado con los ritos de la
iglesia, pero, sobre todo, las presiones por parte del cura Angel Chopitea,
sacerdote que destacó con el beneplácito de los gobernantes franquistas en la
persecución hacia los perdedores de la
guerra 1936/1939, desembocaron en que finalmente oficiaran una boda religiosa
en Portugalete el 22 de marzo de 1944.
Posteriormente el 16 de octubre de 1948, Patricio, mi Aita, se casaría
con mi Ama, Vicenta Martín de Vidales Millas. Otra víctima de la guerra.
En los días de junio de 1937 que la aviación italiana bombardeaba
Portugalete, y entre otros hundían la lancha de nombre “Arkale” donde Patricio
y su hermano Antonio estaban al servicio del Ejército Vasco, estos hermanos junto
a su otro hermano Aureliano, acompañados de Araceli la hija de Patricio y de su
mujer Felipa embarazada de 6 meses, emprenden la huida de la Villa embarcando
en una pequeña lancha, con la que pueden costear hasta llegar al puerto de
Santander. Mientras tanto su hermana menor María, junto a su madre María
Soledad “La Navarrilla” encontraban cobijo en las casas de su familia en
Guriezo.
Aureliano y Antonio, se quedarían en Laredo, donde posteriormente
Antonio sería detenido, no así Aureliano, que en una acción a semejanza de las
que relata Baroja en el personaje de Avinareta, escaparía de los fascistas
huyendo a nado. Patricio una vez que su mujer e hija embarcaron rumbo a
Francia, y una vez que los gudaris se rindieron a los hispanos italianos en
Santoña, se unió con sus compañeros comunistas en el frente asturiano por la
defensa de la República.
Una vez en Santander, muchas de estas personas que escaparon de
Portugalete y pueblos vecinos, consiguieron embarcarse en el buque inglés de
nombre Sarastone, que, del puerto de Santander, el 9 de julio de 1937 con 2.500
personas a bordo, se dirige al puerto francés de St. Nazaire. Sus pasajeros a
bordo, la mayor parte eran niños de edades comprendidas entre los 5 a 15 años
de edad, pudiendo ir acompañados en esta ocasión por familiares.
Del puerto de St. Nazaire, fueron trasladados y repartidos por diversas
regiones francesas, en concreto a la región de Calvados-Normandía-Francia,
donde un Comité de bienvenida les iba repartiendo en el seno de familias
adoptivas o en diferentes colonias o refugios en manos del gobierno francés,
fueron destinados una centena de personas, entre ellos varios vecinos de
Portugalete.
Desde comienzos del mes de noviembre de ese mismo año, y a consecuencia
de un acuerdo del gobierno francés y los golpistas militares franquistas,
infinidad de familias de exiliados serían repatriados a España.
Felipa Aguado Bastida, lo haría acompañada de sus hijos Araceli Gutiérrez
Aguado, y Patricio Antonio Gutiérrez Aguado.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales