miércoles, 27 de diciembre de 2017

VICENTA MARTIN DE VIDALES "LA NAVARRILLA" - FLORENCIO VILLAR "NEGUS"


VICENTA MARTIN  DE VIDALES ” LA NAVARRILLA”-                               FLORENCIO VILLAR” NEGUS”

Mientras leía en el periódico Euskadi Roja del 4 de abril de 1936 un artículo sobre las viviendas del Fuerte San Roque del barrio portugalujo de Abatxolo, y ver señalado en el artículo a mi abuela con su apodo” La Navarrilla,” me surgió necesidad de escribir como la Vida se complementa de una serie de acontecimientos casuales, una cadena de coincidencias, que marcan el destino de las personas.
En el caso que me ocupa, es como  el destino hizo que mi madre Vicenta y mi padre Patricio se unieran al de Florencio e Isabel, y cuya consecuencia es que hoy lo pueda relatar.
 Leo; — “En otras habitaciones, de aspecto tanto o más miserable, viven Escola, Bernarda de los Santos, Barril, Gregoria, “la Navarrilla” y muchos más. Por debajo del tabal entra el viento con furor. Esto está lleno de ratas, de enormes proporciones. . . Parecen gatos por su tamaño. Al hijo de Barril le ha mordido en una mano una de estas ratas.
Suele haber a veces prosigue numerosos enfermos, muchos de ellos de enfermedades contagiosas. En la actualidad hay algunos tuberculosos, que padecen accesos y vómitos de sangre. Tampoco los retretes tienen agua. . .
He aquí lo que hemos escuchado y presenciado. Más de 27 familias, unas 150 personas, viven hacinadas como bestias en inmundas pocilgas infectadas y malolientes, en el fuerte de San Roque, conocido por Abisinia. Carecen de los más elemental: de agua. Hay goteras los días lluviosos, penetra el viento por todas partes; los olores son insoportables, abundan los piojos y enormes ratas hambrientas, que clavan sus repugnantes colmillos en las carnes famélicas y doloridas de estas pobres gentes. . . Hay enfermos de tuberculosis que sufren vómitos de sangre. ”
Sobre el año 1934, una vez mal acondicionados los restos de la que fuera una de fortificación de defensa liberal en las guerras  carlista, conocido como Fuerte San Roque o como también se le conocería Abisinia, sus habitáculos se convirtieron en vivienda, y cuyos destinatarios eran aquellos vecinos y transeúntes que carecían de ella.
Por ello, en ese año de 1935, mi abuela María Soledad nacida en Santurtzi en 1882 con sus hijos nacidos en Portugalete, Antonio en 1907, Patricio en 1909, Laura en 1913, María en 1915, Aurelio en 1920 y Miguel en 1922, se vieron desplazados hasta ahí desde la morada donde vivían y habían nacido, en la calle del muelle viejo, Manuel Calvo Nº15. Tanto mi abuela como mi abuelo León Aureliano habían accedido a esta vivienda en régimen de alquiler en el año 1905, fecha de su llegada a Portugalete desde el vecino pueblo de Santurtzi, su lugar de nacimiento. León Aureliano había fallecido en agosto de 1928.
La causa de buscar la familia cobijo en el fuerte, parece ser que estuvo motivada por las reacciones en su contra debidas al estar la familia involucrados en la Revolución de Octubre de 1934, y una de las consecuencias, fue perder el alquiler de la vivienda del muelle viejo.
Sea como fuere, allí les tocó convivir con familias en situaciones semejantes a ellos.
En el Fuerte San Roque, se encontraba también la familia de Florencio Villar Bueno e Isabel Hormilla Olarte, junto a sus hijos nacidos en Portugalete, José Luis en 1929, Roberto en 1931 y Valentín en 1933. Más adelante tendrían dos hijos más, Purificación que nacería en Mataró en el año 1939 y Carlos en Portugalete en el año 1943. Florencio, gracias a sus dotes de organizador, ejerció en aquel lugar como, portero y alcalde, etc. En aquella Abisinia del barrio de San Roque, y que recogía el nombre a su vez de la africana que esa época era portada en todos los periódicos, a Florencio le tocó que le pusieran el apodo de “Negus”, como el emperador de aquel país Haile Selassie, y desde entonces, fue y es conocido, como “Negus”.
Una vez que el ejercito franquista entra en Portugalete a mediados de junio de 1937, las familias se dispersan, y no es hasta su regreso a la Villa, alrededor de 1940 cuando cada cual busca nuevas viviendas..


















Acabada la guerra civil y desaparecido el fuerte como vivienda, Floren y su familia pasaron a vivir a la calle Víctor Chávarri N.º 5. Allí junto a su vivienda en la plaza del ayuntamiento en uno de los dos quioscos que existieron, el bueno de Florencio “ Negus,” vendía golosinas y además nos alegraba con su simpatía.  
 Mientras esto sucedía, los Navarrillos pasarían a vivir a la calle Abatxolo Nº9. Miguel junto a Aurelio trabajarían como albañiles en la construcción del deposito de aguas, que ocuparía el espacio del antiguo Fuerte. 
Aurelio volvería a Portugalete en junio de 1939, una vez que la guerra le había desplazado a Santander y posteriormente a Barcelona. Patricio y Antonio como siempre, de marineros. Patricio y Antonio habían  regresado a Portugalete en el año 1939, Patricio del campo de prisioneros de Rio Seco en Valladolid y Antonio del de Santiago de Compostela en Galicia. María Soledad y sus hijas Laura y María, se dedicaban entonces a la venta de  pescado.
Patricio, vivía alternando entre la casa de Abatxolo, y otra en la calle Santa María, junto a su mujer Felisa Aguado Bastida, con la que se había casado en 1936, y sus hijos Araceli nacida en Ortuella en 1936, Antonio nacido en Caen-Francia en 1937 y Miguel nacido en 1941. Felisa desgraciadamente fallecería en junio de 1944. En abril había fallecido María Soledad “La Navarrilla”. Araceli muy poco estuvo en esta casa porque tan pronto como falleció su madre, hasta enero de 1948 que retornó a Portugalete vivió con sus tíos en Ortuella. Esta será otra historia.























En el año 1945 llega a Portugalete mi madre Vicenta Martín de Vidales Millas, nacida en Mora provincia de Toledo en el año 1914. Su marido, Amalio Rodríguez Jiménez, condenado por un tribunal militar franquista había sido fusilado en la cárcel de Ocaña, y ella a su vez expulsada del pueblo durante un periodo mínimo de diez años.  Su vida era insostenible en el pueblo que la vio nacer. Viuda y con tres niñas pequeñas, aconsejada por familiares que realizaron los trámites oportunos se desplaza a Portugalete, puesto que sus tres hijas nacidas en Mora, Ascensión en 1936, Vicenta en 1939 y Carmen en 1944, eran ingresadas en la Congregación de las Esclavas del Amor Misericordioso de Sestao.
 La Congregación de las Esclavas del Amor Misericordioso, había sido fundada en Madrid por La Madre Esperanza en la Nochebuena del año 1930, y en 1933 ya había una congregación en Santurce y en el año 1935 otras en Sestao y Bilbao. Esta fundación se distinguirá por su sensibilidad social. La Madre Esperanza ve con claridad la guerra que se avecina. Victimas particulares e inocentes serán los niños que en gran número se verán huérfanos y abandonados, disponiendo las monjas el papel de madres. Disponían sus estatutos expresamente que las hermanas comieran lo mismo que los niños, y solo después que estos hubieran acabado, y que por lo menos un 25 por ciento de los internos tuvieran estancia absolutamente gratuita.























Estas serían las buenas voluntades de todas las congregaciones religiosas que acogieron a los niños en la posguerra, pero la realidad total fue bien distinta, tal y como lo relata Almudena Grandes en su libro “Las tres bodas de doña Manolita”
Vicenta, como muchos de los emigrantes con escasos recursos con los que contó Portugalete a partir de la terminación de la guerra, compartió con ellos la práctica habitual de buscar alojamiento en una casa particular que les alojara como pupilos con derecho a cocina. En el caso de mi Ama, su destino la llevó a la calle del Medio, en la casa de Florencio “Negus” e Isabel.
Su vida con la familia del “Negus” transcurre hasta 1948, año en el cual  se casa con mi Aita Patricio, pasando desde entonces a vivir a la casa de Abatxolo. Durante este tiempo su medio de vida y sus ingresos económicas provenían de trabajos del hogar en casas. Con dichos ingresos pagaba el alquiler y lo que le llegaba para ayudar a sus hijas.
 El como pudo llegar a conocerse Vicenta y Patricio, pudiera ser de la siguiente manera. Las hijas de Vicenta estaban internadas en Sestao en el Amor Misericordioso, Araceli que hasta los 11 años había vivido en Ortuella y que estaba ingresada en el preventorio José Antonio de la sección femenina de Gallarta, es llevada en enero de 1948 al mismo centro sestaotarra, al igual que Purificación la hija de Florencio e Isabel.
Mis hermanas Carmen y Araceli estarían en Sestao hasta cerca del año 1951, sin embargo, mis hermanas Ascensión y Vicenta, antes de ir a vivir a la casa de Abatxolo, estuvieron unos años en la Congregación que las Esclavas del Amor Misericordioso tenía en Bilbao.
 Esto posibilitó con toda seguridad que las tres familias se conocieran entre sí en las visitas a sus respectivas hijas a Sestao, y que la consecuencia final fuera el matrimonio de Vicenta y Patricio. Con esta unión, Vicenta recogió entonces el apodo de su suegra María Soledad, y era conocida como Vicenta “La Navarrilla”, apodo a su vez trasmitió a sus hijas e hijos.
Mi Ama con tres hijas, mi Aita con tres hijos, y los cinco restantes que tuvieron entre ellos, y que llegamos a este mundo de una manera escalonada, Nieves en 1949, Blanqui en 1951, Javier en 1953, Aurelio en 1955 y Arantza en 1957, formamos una familia en total 11 hermanos. En aquella casa que como me contó mi hermana Carmen, cuando no había agua potable, cosa corriente, había que bajar hasta la fuente de la Canilla, y subir los baldes a casa tapados con hojas de higuera para que no se desparramara el agua. Un millón de anécdotas nos trae esta casa a sus antiguos moradores……
A partir de entonces, la vida laboral de Patricio es como marinero en el Sporting y en AHV. La pesca es un recurso para ayudar la economía familiar de tanta prole.
Mi Ama Vicenta, titular indiscutible y honorífica de todos los calendarios que quieran glosar a la mujer trabajadora, desempeño infinidad de actividades laborales para sacar a sus hijos adelante. Sea lo siguiente una muestra, que no la totalidad:
En el mismo portal donde compartía vivienda con Isabel y Florencio “Negus” estaba la confitería de Barriocanal, lugar donde se dedicó a realizar tareas de limpieza bajo el auspicio de Aurora. Lo mismo que en el portal que estaba   enfrente del suyo, en la casa de Rosaura, que yo conocí y tengo un recuerdo de ser una mujer buena y cariñosa. Más adelante trabajaría en casa de Pepita, igual de buena persona, con mi Ama se portaron extraordinariamente.
 En el centro de la calle del Medio o Víctor Chavarri, la sastrería de Juan de la Fuente. Aquí mi madre trabajaba limpiando y con el tiempo mis hermanas Carmen y Vicenta de costureras, junto a Nieves Larrea, Lauri, Felisita, Ana Mari etc., Buenas trabajadoras, y si no lo fueran, la hija de Franco, Carmen Polo, no hubiera encargado a esta sastrería hacerle un abrigo.
Cuantos retales no habrá recogido, guardados en la faldiquera Vicenta en la sastrería. Con estos después nos haría apaños en la ropa. Arte, ganas y estilo la sobraba para regalar.
Frente a la sastrería, la pastelería de Mendizábal, lugar donde trabajó junto a Araceli. Cada una en sus tareas, bien diferentes, pero oportunas para sacar la casa adelante. ¡Qué buenos estaban los manolitos de mantequilla! Trabajó en el matadero municipal limpiando vísceras, y en el Ojillo,  en la carnicería de Lucita donde se ganaba el jornal picando cebolla. En ello estaba el día que muy embarazada de mi o de mi hermana Arantza se resbaló y casi nacimos en el intento.























El lavadero era otro de los lugares donde sacaba otro jornal, lavando nuestra ropa y la de aquellos que se lo solicitasen. Lavaba para la familia Ibarmia, para Ramonita, también para Felisa, una familia que vivía al comienzo de las escaleras del tren y otras que no recuerdo su nombre. Ropa blanca que en algunos casos entregaban mis hermanas los domingos por la mañana antes de ir a misa, puesto que la iglesia nos pillaba de camino. En otros casos, el día de labor que lo solicitasen.
El estraperlo y el tren de la Robla en el que viajaba, fueron medios para sacar provecho al excedente de pesca que Aita traía a casa. Ir hasta Valmaseda para traer algo al cambio y engañar a los del fielato, era un arte que manejaba con suma maestría. Sin embargo, las mejores piezas, sobre todo jibiones, eran destinadas a equilibrar la balanza del fiado de las tiendas de comestibles del barrio. Entonces, en los ultramarinos, las familias  con sueldos escasos se compraba y se apuntaba la compra para liquidarla el día de paga.
Otra fuente de ingresos fueron los colchones. Si Vicenta era buena en todo lo que hacía, como colchonera no tenía precio. Las campas del lavadero y de Repélega son testigos de ello. Primavera y verano las mejores épocas para la realización de esta actividad. Era ponerte en la campa a varear, y pronto una mujer te preguntaba si se vareaba para casa o para fuera. Si la respuesta era lo segundo en seguida se llegaba al acuerdo del día y precio. Vicenta era tan honrada, que jamás por más que quisiera podría llegar a rica con este trabajo. Cuantas vacaciones escolares a partir de cumplir los 15 años, me hacía acompañarla a varear colchones. En aquel entonces me decía: Aurelito, hoy tenemos faena, y una Fanta ese día me llevaba al gaznate. Hoy en día en mi casa siempre tengo una vara de avellano, es mi fiel compañera en mis paseos por el monte, y además me regala muy buenos recuerdos.
También estuvo hasta que alcanzó la edad de 65 años, unos quince años trabajando en el bar Paco. Ni de esta actividad, ni de las anteriores le quedó pensión alguna, unas porque ella no se dio de alta y en otras porque no la dieron.

Vicenta hasta su fallecimiento en 1995, en los 50 años que vivió en Portugalete tuvo tiempo suficiente para dejar una huella, de la que estamos orgullosos sus descendientes. Trabajadora, cariñosa y amante de su marido Patri e hijos, nos enseño con su ejemplo, que la Vida es más sencilla si lo que hacemos, es con Amor.
Esto, y muchas cosas más fueron posibles a causa de que el destino trajera a mi Ama a Portugalete,  que viviera en casa de “Negus”, que pudiera conocer  a mi Aita, y yo, que lo pueda contar, para homenajear a todos y todas, que hicieron de su vida un sacrificio por sacar a su prole adelante.
 MAITE ZAITUZTEGU.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales.


martes, 26 de diciembre de 2017

CALENDARIO NAVARRILLA





El periódico DEIA publica en sus paginas interiores, 
( Hemendik), un artículo sobre el nuevo calendario 2018 que el ayuntamiento de Portugalete repartirá entre sus vecinos. El tema de este año está relacionado con mujeres que se han hecho un lugar en la Villa por sus actividad laboral. Entre ellas mi abuela sardinera, María Soledad Moral Santa Cruz" La Navarrilla".

Aurelio Gutiérrez Martín de VIdales

lunes, 25 de diciembre de 2017






Relación de propietarios a los cuales que durante la guerra por  pertenecer al bando Nacional, sus inquilinos estaban exentos de pagar en Portugalete.

Recogido del periódico Euskadi Roja

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales




Denuncia de las  de las viviendas y sus moradores en el Fuerte San Roque de Portugalete.

Recogidas del periódico Euskadi Roja. 



 
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales

sábado, 2 de diciembre de 2017

LA CHECA DE PORTUGALETE- CAUSA GENERAL

 LA CHECA DE PORTUGALETE - CAUSA GENERAL
Tal y como aparece en la nota explicativa de la Causa General. Siendo ministro de Justicia franquista, Eduardo Aunós, este impulsó la “Causa General creada por Decreto de 26 de abril de 1940,  ratificado por el de 19 de junio de 1943, atribuye al Ministerio Fiscal, subordinado al Ministerio de Justicia, la honrosa y delicada misión de fijar, mediante un proceso informativo fiel y veraz para conocimiento de los Poderes públicos y en interés de la Historia, el sentido, alcance y manifestaciones más destacadas de la actividad criminal de las fuerzas subversivas que en 1936 atentaron abiertamente contra la existencia y los valores esenciales de la Patria.

 Por ello la Causa General reviste carácter exclusivamente informativo ejerciendo sus funciones investigadoras en aquella parte del territorio español que estuvo sometido a la dominación roja”.

La información registrada por la Causa General, cuya recopilación duró prácticamente hasta los años sesenta, llevó a la apertura de numerosos procesos judiciales posteriores en contra de los que eran considerados responsables de los hechos investigados.

 Dentro de las aportaciones relativas a Portugalete que se realizaron a esta Causa General,  diversos informes, tanto de particulares, como de la guardia civil, policía municipal local, la Falange, etc. hacen mención  a la “checa de Portugalete”, que aún pudiendo tener para ellos esta consideración,  jamás funcionó como tal.

El centro de detención, en los primeros días del alzamiento militar estuvo en los calabozos del Ayuntamiento, posteriormente se trasladó al antiguo palacio de Mier, también conocida como “Casa Chapa”, en la Plaza Cristo de los Mártires, domicilio de Genoveva Arisqueta, viuda de Rafael Chapa.

Tomando en consideración que la Causa General reconoce que:” La institución soviética de la checa, empleada como instrumento de terror, fue conocida desde el primer momento revolucionario en todo el territorio español sometido al Frente Popular. Los partidos políticos extremistas y las sindicales obreras, así como la Federación Anarquista Ibérica, tanto en Madrid como en las demás poblaciones, establecieron en los numerosos edificios incautados para la instalación de sus respectivos centros, comisiones represivas, con facultades ilimitadas para realizar detenciones, requisas y asesinatos.

Estos locales, destinados a la represión, fueron conocidos con el nombre genérico de checas, y su número fue extraordinario, dado el desenfreno típico de la zona marxista y el gran número de edificios que en cualquiera población de mediana importancia tenía requisados cada partido político u organización obrera para el establecimiento, tanto de su centro principal como de sus sucursales y cuarteles de milicias autónomas, más aficionadas a las ventajas de la retaguardia que a los riesgos del frente de combate. 

Bajo el mando de un jefe o «responsable», en los centros de tipo marxista, o de un Comité de Defensa, en los de carácter anarquista, las «checas» se multiplican, adoptando las variadas denominaciones de Agrupaciones Socialistas o Republicanas, Radios del Partido Comunista o de las Juventudes Socialistas Unificadas, Ateneos Libertarios, Sindicatos de la C.N.T. o de la U.G.T., Cuarteles de Milicias, Comités de Investigación o de Control, Comités de Vecinos, etcétera. Incluso llegan a establecerse «checas» que pueden ser calificarlas de semiprivadas, a cargo de comunes malhechores, rivalizando todos estos centros en su actuación sanguinaria y en su avidez por el botín, que pasa a engrosar los fondos de cada entidad política o sindical, o el patrimonio privado de los chequistas, siendo entregado en ocasiones a los organismos de incautación creados por la Hacienda pública roja”, …

Se puede afirmar, que en Portugalete no existió ninguna checa durante el periodo que abarca desde el mes de julio del 1936 a junio de 1937, periodo que la Villa estuvo defendida por el Frente Popular. Interesadamente por las derechas, sobre todo la Falange,cualquier lugar de detención por parte de los partidos que componían el Frente Popular lo tildaban de checa, no usando este apelativo cuando el lugar de detención correspondía a ellos mismos. Un ejemplo está en lo diferentes que son los informes remitidos al fiscal instructor tanto de la Guardia Civil como de la FET y de las J.O.N.S.

De esta manera con fecha del 12 de abril de 1942, el responsable de la Comandancia de la Guardia Civil del puesto de Portugalete, en respuesta a una petición del Fiscal Instructor sobre la checa de Portugalete indica : “ en respuesta al oficio que fue enviado a este puesto, sobre la composición y funcionamiento durante el dominio rojo de una checa en esta Villa, una vez que se han hecho las gestiones necesarias para poder informar a S.I., los extremos a los que se refiere el mismo, dan por resultado de que en esta Villa no existió checa alguna, pero si un Comité formado por elementos de los diferentes partidos que integraban el Frente Popular, el cual se encargaba de verificar las detenciones, que tenía por conveniente de personas desafectas a su causa, reuniéndose para tales fines en el edifico Chalet, sito en la calle Víctor Chávarri”.
                                      Casa Chapa, fotos publicadas blog EL Mareometro
Como miembros de este Comité son denunciados: Los socialistas; Cándido Busteros, Benigno Macario Barañano, y Jacinto Hernández. Los comunistas; Tomás Aguirregabiria, Julián Greño, Froilán Alonso, Isidoro Ramos y los republicanos, Víctor Blanco, Federico Llanos, y Francisco Sandoval. Sin clara afiliación; Agustina Gallastegui, Luis Ayarza, Eugenio Cavia, Federico Diez, Pío Gómez, Teodoro Llanos, y Santiago González. Estos tres últimos fallecidos en la fecha del informe.

Sin embargo, el informe presentado por la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., al fiscal instructor el 2 de junio de 1942, mantiene el concepto de checa en Portugalete, y así expone en su declaración: Que la referida checa tenía su domicilio en la casa de la Señora Viuda de Don Rafael Chapa, sita en la Plaza Cristo de los Mártires, requisada desde los primeros momentos por los rojos-separatistas y que los miembros que componían la misma y que la frecuentaban eran los siguientes.

 Agustín Uribarri Sánchez “ Jarrilla” en libertad, Jacinto Hernando, en Francia, Benigno Macario Barañano, detenido en la cárcel de Larrinaga, Julián Greño, se le supone en Francia, Teodoro Llanos Eguia, fusilado, Julián Armas, fusilado, Federico Llanos Eguia, “trabajando” en Valencia, Froilán Alonso Melón, Maestro Nacional en Valladolid, Luis Ayarza Sarriqueta, actuó de Secretario, en libertad, Eugenio Cavia Burusqueta,” Navo” muy peligroso, escapó a Rusia, actualmente en Baracaldo, Damaso Lejonagoitia, no ha sufrido cárcel, en Portugalete en la actualidad, Luis Burgos San Martín,  realizaba los informes estando en la actualidad en Portugalete, José Miguel Bernal Bilbao, un tal Aranzábal, concejal separatista en libertad, Juan Corta Tueste, comunista detenido en Madrid en el Tribunal de Espionaje, Agustín Quintana Bañales, en Portugalete en libertad, Enrique Fernández, ha regresado de Francia estando en libertad, Rafael Cejudo Pérez, actuó los primeros días tomando declaración.

Se señala también en el informe presentado por la FET y de las J.O.N.S., que: 

*Sisebuto Santidrian Santidrian, de 60 años de edad, sargento retirado de la guardia civil, miembro de Renovación Española y jefe de Orden Público de Portugalete, desde que fuera nombrado por el Gobernador Militar Sr. Ortiz de Zarate y el Gobernador Civil Sr. Velarde , en agradecimiento a su postura en la revolución de octubre de 1934, fue asesinado el 16 de agosto de 1936 en la checa de Portugalete. Asesinato que fue aclarado por las declaraciones prestadas ante el Tribunal Militar, por Amos Ordoñez, Julia Gangoitia y Guillermo Curiel, que fuera anterior jefe de la Policía Municipal. Estos tres últimos ya fusilados.

Sisebuto Santidrian, una vez fracasado la intentona militar en el Norte, se refugió en el pueblo de Murga - Alava, donde aparecer su presencia, fue denunciada al Frente Popular de Portugalete, por el maestro del pueblo. Detenido el 13 de agosto de 1936, y llevado a Portugalete, hubo intentos de ser trasladado a Bilbao por las milicias, lo cual fue impedido por los locales.  Siendo finalmente asesinado en la madrugada del 16 de agosto. En un primer momento fue enterrado en el cementerio local, y posteriormente sus restos fueron llevados a la Cripta de los Mártires en el cementerio de Derio.

A su vez señalan al fiscal instructor de la Causa General de la provincia de Vizcaya,  que por la checa de Portugalete pasaron al menos:

*Angel del Rio Muguerza- Mugarza. Sin embargo, declaró el 3 de noviembre de 1944, que solamente estuvo detenido veinticuatro horas en esta Villa, en los primeros días del Glorioso Movimiento, y si bien fue interrogado, no fue objeto de malos tratos. Ignora quienes componían la checa y que estando detenido detuvieron a su convecino Aurelio Fulgencio Toyos.

*Aurelio Fulgencio Toyos. Sin embargo, declaró el 4 de noviembre de 1944, que fue detenido el 20 de julio de 1936, siendo maltratado por Julián Greño y Pio Gómez en su detención. Que estuvo preso once meses, sin que volviera a ser maltratado. En este tiempo conoció a un tal Modesto Lorente, ignorando quienes le maltrataron y en qué forma.

* Antonio Retuerto Pagazaurtundua, farmacéutico de 27 años de edad, miembro de Renovación Española y fiscal municipal suplente, después de estar detenido en Portugalete, fue trasladado al buque prisión Altuna Mendi, donde fue asesinado el 25 de setiembre de 1936 junto a otros presos.

*Manuel Riera Álvarez, el 9 de noviembre 1944 declara ante el Fiscal instructor de la Causa que: del 20 de julio de 1936 al 25 de dicho mes  estuvo detenido en Portugalete, que no fue objeto de malos tratos de obra, salvo una bofetada que recibió en una ocasión. Que estuvo detenido en los calabozos del Ayuntamiento. Recuerda detenidos a Aurelio Fulgencio y a Antonio Retuerto, muerto este posteriormente en el barco prisión Altuna-Mendi el 25 de setiembre de 1936.

*Julián Castro Landaira, de profesión empleado de 52 años de edad, afiliado a Renovación Española. Su hijo Julián Castro González declara el 17 de setiembre de 1942, que su padre fue detenido en los primeros días de agosto de 1936, siendo conducido primero a la casa de Chapa, luego al depósito municipal de Portugalete, más tarde el buque prisión Altuna Mendi y después al convento de los Ángeles Custodios, donde fue asesinado en los asaltos del 4 de enero de 1937.

*Fernando Jalón Garcés, de profesión Jefe de negociado y de 52 años de edad, afiliado a Acción Popular. Su mujer Clementa García declara el 8 de febrero de 1943, que su marido fue detenido por tres individuos desconocidos en su propio domicilio. Que estuvo detenido primeramente en la checa de Portugalete, posteriormente en la cárcel de Larrinaga en Bilbao, y por último en el vapor prisión Cabo Quilates donde fue asesinado el 2 de octubre de 1936.

Y muchísimos más, que se puede asegurar que pasarían de cien.

Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales



          

jueves, 5 de octubre de 2017

FUNDICIONES DE BERA EN LA 3ª GUERRA CARLISTA







En Vera de Bidasoa- Bera, durante el periodo de la tercera guerra carlista 1873-1876, existía una fábrica de hierro dedicada casi exclusivamente a la fundición de los proyectiles de los diferentes calibres que necesitaba la Artillería carlista como: bombas, granadas y otros suministros de guerra.

“A partir de 1853 en Bera hubo un horno alto, construido sobre la antigua ferrería de Olandia. En 1861, pasó a dirigir la empresa Manuel Blandín. La razón social entonces se modificó a Blandín y Compañía y la empresa pasó a llamarse Fábrica del Alto Horno y de la Fábrica de Chapas del Bidasoa. Sin embargo, esta fábrica debió de tener poca actividad ya que no hay noticias de su funcionamiento. En 1864 se produjo la liquidación de la sociedad a causa de no haber sido excesivamente rentable. En 1866 Manuel Blandín adquirió de los demás socios comanditarios el horno alto, la fábrica y dos minas y obtuvo la concesión de otras minas, quedando el mencionado Blandin como único responsable de la empresa. La producción siguió siendo en esos años de lingotes de hierro de muy buena calidad, exportándosela producción entre 1869 y 1872 a países europeos y a Estados Unidos.

Durante la guerra carlista siguió funcionando, siendo ocupada a la fuerza por parte de los carlistas en varios periodos de la misma, valorándose las pérdidas ocasionadas a Blandin en 90.821 pesetas” (Pilar Erdozain-Fernando Mikelarena, La incidencia de fundiciones sobre la estructura socioeconómica beratarra entre 1857 y 1930.)

En los primeros compases de la guerra, los primeros suministros de artillería  con los que contó el ejercito carlista provinieron a consecuencia de las batallas de de Eraul y Udabe en la primavera de 1873. En estas batallas consiguieron dos piezas cortas, rayadas de 8 cm con sus cureñas y dotación de municiones, y poco más tarde consiguieron dos obuses lisos en bronce, cortos de 12 cm en la conquista del fuerte de Lizárraga.

 Ante la nueva situación generada por el acopio de los cañones, y la necesidad de contar con otros más, que posteriormente fueron adquiridos principalmente en Inglaterra, los jefes del Ejercito Carlista, decidieron que el suministro artillero fuera producido en las fábricas situadas en Bera, Arteaga, Azpeitia y Bacaicoa,  siendo  el Teniente Coronel D. Elicio Berriz, el militar al que se encargó del mando superior de la artillería en los primeros compases de la guerra.

 Por otra parte, durante la guerra, ante la dificultad orográfica de trasladar los proyectiles de Bera a otros lugares, se planteó el desmontar la maquinaria de la fábrica y trasladarla a Bacaicoa, cuestión que ante el cúmulo de dificultades que suponía, no se llevó a efecto, y por ello la fábrica de Bera, durante la mayoría del tiempo que duró la guerra, tuvo que  al alimentar unas cien bocas de fuego de quince calibres diferentes, esto fue así hasta febrero de 1876 cuando el General liberal Martínez Campos entra en Bera, y se puede dar por finalizada la contienda.

En aquellos momentos iniciales de la guerra, se decide que la producción de Bera se destine en exclusiva a la fundición de los proyectiles de los diferentes calibres que había en la Artillería carlista, siendo esta producción destinada principalmente para cañones ligeros y de gran alcance, que se usaban principalmente en la montaña del modelo Whitworth  y para los modelos Woolvich y Wavasseur  siendo estos últimos, más útiles en campos de batalla abiertos.

“El primer oficial facultativo de Artillería que se puso al frente de la fábrica de Fundiciones de Vera,  fue el teniente D. Domingo Nieves, natural de Canarias, quien había terminado su carrera en 1871, ocupando el número 129 de los de su clase, cuando la disolución del Cuerpo. Como él y los hermanos D. Leopoldo y D. Luis Ibarra eran los únicos artilleros que había entonces en el ejército carlista, tuvieron que multiplicarse prodigiosamente y desempeñar toda clase de destinos y comisiones. Tan pronto se les veía dirigiendo la fabricación de proyectiles huecos ó sólidos en Vera, como acudiendo a las fábricas de armas de Eibar y Plasencia, como al frente de los cañones de Guipúzcoa”.

Posteriormente ocupó el cargo de  Director de la fábrica el capitán de artillería  D. José de Lecea, ayudado por el antiguo Alférez Alumno de la Academia de Segovia, Gómez Quintana y por el teniente D. Luis Ibarra. Todos ellos eran procedentes del Ejército Nacional que en su momento decidieron servir a Carlos de Borbón. También estuvo como director de la fábrica de Vera antes de pasar a la de Azpeitia en comandante de Artillería, Luis Pages.

Por Antonio Brea, miembro de la Dirección General del Cuerpo de Artillería desde 1868 bajo el reinado de Isabel II  y condecorado con la Cruz de San Fernando por sus actos en la guerra de África y que dentro del campo carlista llegó a alcanzar la graduación de General de Brigada del Cuerpo de Artillería, y Jefe del Cuerpo en el Estado Mayor de Navarra, conocemos el papel de la fábrica de Bera en el desarrollo de la 3ª Guerra carlista. En su obra “Campaña del Norte 1873-1876”, encontramos relatos de cómo la Junta Carlista otorga a la fundición de Bera un papel importante en el abastecimiento de proyectiles para sus cañones.

Hasta la acción de Eraul no hubo artillería en el ejército carlista del Norte y viendo su resultado tanto las  secciones de Guipúzcoa como la batería de Navarra comprendieron la necesidad de tener cañones y de abastecerlos convenientemente de municiones y de pólvora.

En cuanto al segundo de estos artículos se encargaron las Diputaciones á guerra de proveer a tan precisa necesidad. Una de las fábricas de pólvora se situó en Vera, otra en Riezu (Navarra) y otras en diferentes puntos. Pero su elaboración, de suyo minuciosa y complicada para obreros no expertos en esta industria, no producía, en clase y cantidad, el buen resultado que hubiera sido de desear. Varias fábricas de pólvora se establecieron en las provincias vasco-navarras, y algunos talleres para la recarga de cartuchos metálicos; pero el mal servicio siguió hasta el mes de Septiembre en que empezó á regularizarse todo.

La fábrica de municiones y pirotecnia de Vera fue la primera que a cargo de los oficiales de Artillería empezó muy pronto á dar resultados, por la idoneidad y práctica de sus directores. El hierro era de la mejor calidad, pues procedía del que el enemigo tenía depositado en su antigua fábrica de Orbaiceta. Con este hierro, mezclado de lingote inglés de primera clase, se fundían proyectiles huecos y sólidos que en nada cedían á los que usaba el enemigo.

La fábrica fundición de Vera, que tan importante papel desempeñó en la centralización y organización definitiva del Cuerpo después del sitio de Bilbao, era propiedad de un francés que, no hallándose en situación de utilizarla para su industria particular, hubo de alquilarla á la Junta de Navarra, la cual pensó en ella para una maestranza, fundición, talleres y demás que fuera necesitándose en el ejército carlista.

Al principio eran pagados los jornales de los obreros fundidores, moldeadores, maestros, etc., por los fondos particulares de la provincia, como enclavada en ella Pero como quiera que su principal destino fuese la fabricación de proyectiles, y éstos tanto servían para alimentar las bocas de fuego de Navarra como las de otras provincias, cuando se concentró el Cuerpo el año siguiente, varió su organización administrativa, por más que su dirección facultativa fue siempre peculiar de los oficiales de Artillería Puede decirse que su director, que lo fue D. José de Lecea, desempeñó este destino todo el tiempo que duró la guerra civil, pues sólo estuvo separado de ella en dos ó tres ocasiones.

El teniente Lecea había salido de la Academia el año 1867, y ocupaba el número 73 de los de su clase cuando se presentó á servir en. El ejército carlista. Entre los destinos que desempeñara anteriormente fue uno el de teniente, jefe de labores de la fundición de Orbaiceta, cuya fábrica conocía, por tanto, perfectamente. Esto sirvió para que desde luego, como perito en la materia, prosiguiese en Vera el análogo destino que tuvo en el ejército liberal; y como Orbaiceta fue ocupada por los carlistas cuando se tomó la Aduana de Valcarlos, pudo Lecea fundir proyectiles con los mismos moldes, con la ayuda de los mismos planos y hasta de los mismos libros que existían en su biblioteca.

Hasta el desembarque de los primeros cañones extranjeros en 1874, se fundían en Vera granadas de 8 centímetros con tetones de plomo, reglamentarios, ojivales y esféricos para obús corto de 12 centímetros, y algunas bombas de 27, 16 y 32 centímetros. Al principio se fundieron también algunas balas y aún granadas ojivales sólidas para satisfacer el capricho del Diputado General de Guipúzcoa Dorronsoro y del Cura de Hernialde, quienes pretendían que dichos proyectiles servían mejor que los huecos para batir en brecha.

No nos detendremos en seguir paso á paso las dificultades que hubo de vencer Lecea durante su larga dirección de la fábrica; sólo diremos que en las fundiciones de los liberales únicamente se fundían proyectiles de dos clases para campaña: en cambio en el ejército carlista, como no eran iguales todos los cañones, tenían que hacerse proyectiles de distintas clases, y sin embarco llegaron á fundirse cientos diarios, concluidos y hasta pintados para evitar la oxidación.

 En estos trabajos fue auxiliado Lecea por el teniente D. Luís Ibarra, quien acababa de terminar su carrera al disolverse el Cuerpo, así como por Gómez Quintana, alférez alumno de la Academia de Segovia, cuyos oficiales estuvieron al lado de Lecea para ayudarle en las múltiples y variadas cuestiones industriales que surgían á cada paso en el difícil desempeño de su cometido.

La dificultad de primeras materias, al principio, para la construcción de espoletas y otros efectos de guerra, hizo que se hiciesen espoletas de madera y de tiempo para los proyectiles huecos. En cambio la fábrica era inmejorable por su situación (gracias a la cual se allegaban con suma facilidad y baratura recursos y primeras materias de Francia), por hallarse al abrigo de un golpe de mano del ejército contrario, y, en fin, por disponer de una magnífica rueda hidráulica como fuerza motriz, y de espaciosos talleres, tornos, bancos y cuanto pudiera necesitarse en lo sucesivo.

Resumiendo, pues, cuanto llevamos expuesto sobre este primer período de la artillería carlista, período, digámoslo así, de transición diremos que en 15 de Agosto de 1873 contaba el Cuerpo con una fábrica de proyectiles, dos cañones rayados de 8 centímetros en Guipúzcoa, otros dos de la misma clase y dos obuses en Navarra, con buena dotación de gente y ganado, aunque escasa de buen material y de oficiales facultativos, cuyo número llegó poco tiempo después á veinte, sin contar los alumnos y los alféreces alumnos de la Academia de Segovia ni los cuatro oficiales del Cuerpo General de la Armada que prestaron también servicio de artilleros posteriormente a la batalla de Abárzuza”.

Esta producción estaba regulada con arreglo de la consignación de la Junta de Navarra, y a pesar de las dificultades que suponía en aquellos momentos las comunicaciones entre los actores de la guerra, el director de la fábrica D. José Lecea siempre anticipó el suministro requerido de las municiones. Como dato de referencia, el 4 de noviembre de 1874, en el intento carlista de tomar Irún, ese día se dispararon 1.200 granadas y 140 bombas.

Fue tal la cantidad de munición y proyectiles producida en la fábrica de Bera, que hubo que habilitar cercano a la fábrica un almacén que hacía las veces de Parque de Artillería, en el cual el 14 de enero de 1874 se produjo un derrumbamiento  con las consecuencias fatales de dos carlistas muertos al ser sus cuerpos cubiertos por los escombros del derrumbe. Los fallecidos fueron: Martín Sanz Jara, soldado carlista de 18 años de edad, natural de Salvatierra provincia de Aragón, y Pio Gesta San Lorenzo, teniente carlista del dicho parque de artillería. Era natural de Pamplona, y estaba casado con Dionisia Ardanaz. Falleció a la edad de 58 años.

Como curiosidad, además de los proyectiles, bombas y granadas producidas en la fábrica de Bera, en ésta, se construyó lo que aparentemente pudo ser un primer carro blindado usado por los carlistas el 12 de octubre de 1874 en Behobia.

“En Behobia, los carlistas se preparan para utilizar contra el fuerte una especie de carro blindado que han traído de Vera. Este curioso carro se desliza sobre seis ruedas, y sus ocupantes, que hacen de fuerza motriz y de combatientes al mismo tiempo, avanzan en su interior protegidos hasta unos 25 centímetro del suelo por un fuerte blindaje de chapas. Se ha construido en la ferrería de esa villa según los planos de José Joaquín Emparan, quien también ha inventado un lanzador de petróleo a distancia que consiste en una bomba especial alimentada por dos barriles de ese combustible que llevan los ocupantes en el carro blindado junto a granadas de mano, botellas de petróleo, estopa y otros pertrechos que esperan utilizar contra el puesto para incendiarlo.”(Guerras Carlistas en Irún y Hondarribia 1833-1876, Ramón Guirao/Rafael González)


Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales