LUCIO ALDAY LONGARAY, “PISTOLO”.
Lucio Alday Longaray
nació en Bera el 3 de enero de 1905, y muere asesinado en San Marcial, Irún el
20 de octubre de 1936.
Luciano y Justa tuvieron los siguientes hijos¨:
Teodora Alday Longaray, nacida el 26 de diciembre de 1890, Enrique José nacido
el 15 de julio de 1894 fallecido el 31 de octubre de 1896 con dos años de edad, MªCarmen Felipa nacida
el 15 de julio de 1896 fallecida el7 de junio de 1896 con 10 años de edad , Casimira
nacida el 28 de mayo de 1899 fallecida el 17 de abril de 1900 con diez meses de edad, Benigna nacida el 8 de noviembre de 1901, y el
propio
Lucio nacido el 3 de enero de 1905. Cuando Lucio fallece, solo tenía
como familia a su hermana Benigna, que en febrero del 1936 se había casado con el
irunés Pedro Marañón.
Luciano Alday acompañado
de su esposa Salvadora, cuyo matrimonio se llevó a cabo el 17 de diciembre de
1887, en Baracaldo, Bizkaia, llegaron a Bera, con el fin de trabajar Luciano primero
en las minas de la comarca y posteriormente como laminador en la fábrica de
Fundiciones. Su residencia estuvo en la calle San Esteban, en la casa conocida
como Lizárraga. Es curioso que en las boicoteadas elecciones municipales del
año 1922, en el distrito 1º de Bera solo participaran 8 electores, y que uno
era el propio Luciano y otro Angel Garín Badiola el gerente de Fundiciones y
después destacado franquista.
Las referencias que se
tienen de Lucio Alday, tomadas en su día por vecinos y amigos que le
conocieron, le definen como una persona sin afiliación política y bastante
dicharachero. Socio del Gure Txokoa, estaba soltero cuando fue asesinado.
Antes de la guerra trabajo
en algún molino y luego al servicio de Francisco Antonio Ollo como chófer de
camión. Una vez fallecido Antonio, su negocio lo mantuvo su viuda. A raíz del asesinato de Lucio, se comentó que uno de sus
denunciantes era un pretendiente de la viuda de Antonio Ollo, y que esta le
rechazaba por Lucio, con el que podía haber por medio planes de matrimonio. Lucio,
murió con la creencia que uno de los culpables
de que él estuviera en la cárcel la tenía el pretendiente frustrado, y
que además lo consideraba amigo suyo.
Sin embargo, hay que decir
que Lucio Alday, participó como chófer trasladando a Irún el 20 de julio a carabineros
del puesto de Etxalar adictos a la República. Parece ser que allí permaneció
hasta la caída de Irún en septiembre del 36, trasladándose posteriormente a
Hendaya con dichos carabineros. La mayoría de ellos, se desplazaron en tren
dirección a Barcelona para incorporarse a la República. Sin embargo, Lucio,
engañado o porque pensaba que las aguas estaban más calmadas y por lo tanto su
vida no corría peligro, decidió regresar a Bera.
Una vez en Bera, Lucio fue
detenido y encarcelado en principio en la cárcel de Bera, donde compartió celda
con los vecinos de Ituren, Pedro Gorostidi Imaz, Bautista Iriarte Azpiroz,
Miguel Hualde Gorosterrazu y un cabo miquelete guipuzcoano, los cuales fueron
asesinados el 28 de septiembre de 1936 en la cantera de Bera y sus restos
enterrados en un pinar junto al puente de Lesaka.
Era tanta la confianza que
tenían de que no corrían en aquellos momentos peligro sus vidas los detenidos,
que al propio Pedro Gorostidi el día anterior de su muerte le habían soltado
para visitar a su familia, y una vez realizada la visita, voluntariamente
acudió a la cárcel de Bera. Esta cárcel, estaba en el ayuntamiento y tenía dos
departamentos, ante la cantidad de
detenidos se habilitaron las oficinas del juzgado y el puesto del
alguacil.
Posteriormente
Lucio al estar la cárcel saturada, junto a dos jóvenes de Astigarraga que
habían sido detenidos el 12 de octubre, pasaron a ocupar el cuarto del juzgado
que estaba en el propio ayuntamiento en calidad de detenidos. Los tres fueron asesinados
el 20 de octubre de 1936. Los dos jóvenes de Astigarraga en Bera y enterrados
en la fosa común del cementerio municipal y Lucio será trasladado a la cárcel
de San Marcial de Irún donde es asesinado.
Después de su muerte, sus
pocos enseres serán retirados por los mismos o parecidos vecinos que fechas
anteriores habían participado en el saqueo de Irún, o en el de las viviendas de
los familiares de los carabineros republicanos que permaneciendo en Bera
después del 20 de julio y fueron expulsados del pueblo en base al siguiente
mandato el 3 de agosto, San Esteban fiesta patronal de Bera.
El Excmo. Señor Comandante de Navarra, ha
acordado fijar un plazo de veinticuatro horas contando a partir de la
publicación de la presente comunicación para que todas las personas que a raíz
del movimiento nacional huyeron al extranjero se reintegren a sus respectivos
domicilios en esta nación, bien entendido que una vez transcurrido el mismo se
obligará a las familias de aquellos que no hubieran acatado tal orden salir del
territorio nacional.
Lo que se publica en el día de hoy para
conocimiento de los que se consideren incluidos en el mismo, teniendo muy
presente que el plazo señalado termina a las catorce horas del sábado venidero
del mes de agosto.
Vera de Bidasoa, 31 de
julio de 1936
Ladislao Vinen, TT. Coronel Comandante
Militar de Bera
En Bera y en el caso de
Lucio Alday Longaray, se aprecia sobre manera lo que supuso para personas
decentes y honradas el golpe militar del 18 de julio de 1936. En este pueblo, se comprobó cual fue la
respuesta para la población civil entre unas y otros ideologías, entre los que
defendían el gobierno republicano elegido en las urnas y los que defendían el
golpe armado militar.
Una vez puesto en marcha
el Movimiento, milicianos de izquierda se desplazan de Irún a Bera con la
intención de animar a los trabajadores de Fundiciones, empresa de más de 200
trabajadores y en la que figuran trabajadores afiliados al sindicato UGT, a
defender al gobierno actual. Posteriormente en la tarde noche del día 20 de
julio, carabineros de Irún se desplazan con el ánimo de hacer lo mismo con los carabineros del puesto
de Bera y pueblos de alrededor como Lesaka y Etxalar. La mayoría de estos
carabineros les acompañan de vuelta a Irún. En este retorno dinamitan el puente
de Endarlatza, con lo cual el tráfico por carretera de Bera a Endarlatza se ve
interrumpido hasta julio de 1937 con la inauguración del nuevo puente.
Ismael García era uno de
estos carabineros, sus padres vivían en Bera con él. Posteriormente de
marcharse los carabineros, su padre, un
hombre de más de 70 años fue andando dirección Endarlatza, pero antes de
llegar a su destino, fue detenido y asesinado.
Vecinos de Bera que
trasportaron a parte de los carabineros de los puestos de Bera y alrededores
fueron: el taxista Cesáreo Seminario,
detenido a su retorno a Bera y muerto por fusilamiento el 10 de
diciembre de 1936, y conduciendo camiones, Lucio Alday, detenido a su retorno a
Bera y asesinado en San Marcial el 20 de octubre de 1936, Isidoro Fagoaga a su
vuelta a Bera se incorporó al ejército nacional en octubre de ese año. Una vez
acabada la guerra marchó a Argentina y por último el industrial y dueño de
cinco camiones Fausto Machiarena.
Durante estas dos
intervenciones, tanto de los milicianos de izquierdas, como con los carabineros
adictos a la Republica, no se produjeron desmanes ni malos tratos hacia las
personas destacadas de derechas en Bera.
Sin embargo, el día 21 de
julio a la vez que entraban en el pueblo de Bera las fuerzas golpistas, comenzó
la caza de personas por ser tildadas de izquierdistas o bien por el mero hecho
del rencor o de la venganza personal, como el caso de Lucio Alday.
Cesáreo
Seminario Iraizoz, Faustino Martínez Urtiaga, Lucio Alday Longaray, Juan
Etxenique Machiarena. Los vecinos de Bera, y aquellos más, asesinados tras el
golpe militar del 18 de julio de 1936, se merecen un reconocimiento público y
popular. No son merecedores del silencio y si de la Verdad, Memoria, Justicia y
Reparación hacia sus personas y sus familiares.
Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales
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