ARACELI
GUTIÉRREZ AGUADO
ZORIONAK
Felicidades Tata, Felicidades Ara, que este 29
de mayo pases un día maravilloso, y un resto de Vida pleno de Salud y Bienestar.
Te lo mereces, sobrepasar la barrera de los 87
años no está al alcance de muchas personas, y si además llegan como tú rodeada
de personas que te quieren, es una proeza a la que estás dispuesta a superar
muchos años más.
Has sido y eres un ejemplo de Vida para todos
aquellos que hemos tenido la suerte de vivir contigo, ejemplo de Bondad, Cariño
y Generosidad con los tuyos y con el prójimo. En lo que a mí respecta, has
sido y continúas siendo no mi hermana la mayor, sino mi segunda Madre. Digna de
recibir el Cariño y Respeto que te mereces.
Llegó la guerra sin ser reclamada, y con ella la
huida de Portugalete, aita al frente de Asturias y tú con tu madre Felipa
y nuestro hermano Antontxu en el vientre, en Santander embarcáis en julio del año 1937 en el
barco Sarastone rumbo a Francia, a Caen en concreto. Tres meses duró
la aventura, el gobierno francés no estaba dispuesto a mantener y costear los
albergues de acogida de los refugiados españoles y en noviembre de ese año
vuelta a Portugalete, con Antontxu siendo un bebé de dos meses. En carne propia
conocisteis las miserias de las guerras que aún ochenta años después asolan a
este mundo, siendo en Portugalete un ejemplo vivo de los llamados niños de la guerra.
Aita, en un campo de prisioneros en Valladolid, la
abuela María presa en Saturrarán, los tíos, unos presos, otros mal viviendo, tu
Ama Felipa enferma, años difíciles hasta que se recompone la familia y todos
pueden volver a reunirse en la casa que se alquila en Abacholo hacia el año
1940. Siendo al día de hoy la gran veterana de nuestro Barrio.
Miguelín, es el tercero de tus hermanos y esa
alegría viene acompañada por la tristeza de que tu Ama Felipa a la edad de 34
años, fallece tres años después. En ese momento, tú contabas con 8 años,
Tontxu con 6 y Miguelín con 3.
En esta nueva situación eres recogida en casa de
tus tíos de Ortuella, y vives unos años de felicidad, lejos de aquella
locura que era la casa de Abacholo. La abuela, aita, los tíos Antonio, Miguel,
María, estos solteros, hacían de esta casa ingobernable para educar y repartir
cariño a tres niños. Aquí se cumplía la verdad absoluta de que “donde comen
dos, tres pasan hambre”.
Después, las causas de la guerra, hizo que
Patricio y Vicenta, se conocieran y se formara esa familia que fuimos, 11 hermanos,
correspondiéndote de los 9 hermanos que hoy en día vivimos ser la matriarca,
"La Navarrilla".
Tata, no es mi intención relatar ahora tu Vida,
esto es un anticipo de lo que publicaré el día que tenga tu permiso, pero si
quiero aprovechar para mencionarte que siempre serás recordada por tu actividad
en la plaza del mercado de Portugalete, en la que dejaste huella por tu bondad y
manera de ser con el fiel público al que atendías.
Y por mi parte, darte las gracias una vez más por
aquellos “manolitos” esos sabrosos bollos de mantequilla que me comprabas en la
pastelería de Mendizábal de la calle del Medio, lugar de trabajo que lo fue
tuyo.
A mi hermana Araceli, jamás la he escuchado un No por respuesta, jamás la he visto un mal gesto, por eso quererla no es difícil, por eso, para mí, decirte que te quiero, que te queremos es sumamente fácil.
Bueno Tata, millones de besos.
Ara, hoy te quiero, mañana más y pasado mañana, mucho más.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
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