LA COFRADÍA
DE MAREANTES Y NAVEGANTES DE SAN NICOLÁS Y SAN TELMO, CUMPLIRÁ 371 AÑOS EL PRÓXIMO 6 DE DICIEMBRE
El gremio
mareante de los vascos aparece en la historia entre los siglos XIII y XIV,
aunque en fechas anteriores ya se conocen algunas manifestaciones de este tipo.
Nuestra
Villa, ha conseguido conservar diversas costumbres y tradiciones religiosas que
la Cofradía de Mareantes y Navegantes ha perpetuado hasta hoy. Los actuales cofrades se sienten orgullosos
de tener preservado tanto su patrimonio religioso como cívico social.
Una parte de estas tradiciones están recogidas desde 1651, a través de la Cofradía de Mareantes y Navegantes de San Nicolás y San Telmo.
El acto
fundacional de esta Cofradía está
registrado el día 6 Diciembre de 1651, es decir en el día de San Nicolás de
Bari, y en un acto religioso celebrado en nuestra iglesia, hoy día basílica de
Santa María.
Así, conocemos que las ordenanzas primitivas ya estaban aprobadas con fecha de 4 de Junio de 1652 por Martín de Uzquiano como Provisor del Arzobispo de Burgos, y ratificadas en visita al templo de Santa María del Visitador General de Arzobispo D. Luis Díaz de León el 16 de enero de 1670.
Aquellas ordenanzas que rigieron
en sus dos primeros siglos recogían que los Mayordomos de la Cofradía serían
siempre un “Prior Abad o Rector Eclesiástico”, costumbre solamente modificada para
principios del siglo XIX, al autorizarse ya la titularidad de los Mayordomos-Presidentes
sobre personas laicas.
Destacaremos como
detalle recogido en el acta de 1834, el ideario liberal del entonces Gobernador
Civil de Vizcaya, disponiendo en carta remitida la Cofradía que se transformase
en una “Sociedad de Socorros Mutua”, extremo que fue rechazado por la
correspondiente Asamblea de la Cofradía. Ello supuso que, terminada la primera
guerra carlista, fuera necesario adaptarse y modificarse a otros nuevos estatutos,
pero sin dejar nunca el espíritu del contenido religioso y fundacional, que había
nacido en diciembre de 1651.
También está
recogido en el acta de 1868, el detalle de cómo la Cofradía de Mareantes y
Navegantes estaba subsistida ininterrumpidamente y sin quebranto o ruptura de
tracto alguno, desde su fundación.
Curiosamente
en las ordenanzas primitivas y su Capítulo 13, se expresaba cómo se celebrarían
actos los domingos y festivos del año por el cabildo de Santa María, destacando
la misa rezada de alba para que los mareantes que saliesen a la mar llevasen siempre
oída la misa del precepto dominical.
Mención muy
especial merecen los oficios solemnes que disponía la Cofradía con motivo del
fallecimiento de un cofrade. Si el fallecimiento se producía por naufragio, la
Cofradía asumiría la responsabilidad de buscar los cuerpos ahogados en la costa
o jurisdicción de la Villa, para traerlos a ella y darles cristiana sepultura
en los lugares reservados en el templo de Santa María por la Cofradía. Incluso se obligaba bajo multa a los cofrades,
a asistir a los entierros, misas, y funerales oficiados por estos motivos.
La Cofradía regulaba
los detalles que habían de reunir los cortejos fúnebres, tales como la misa
cantada de réquiem, con diácono y subdiácono, acompañado de un responso a pie
de la sepultura. Se completaba con una
misa cantada, precedida de vigilia, y con sus correspondientes responsos a
oficiar en el domingo de la octava…
Vamos a una recreación narrativa de cómo era el protocolo de la Kaxarranka en las antiguas Cofradías de Mareantes, con una adaptación a la Cofradía de Mareantes y Navegantes de San Nicolás y San Telmo, de la Noble Villa y Puerto de Portugalete, fundada en el año 1651.
La comitiva con el Mayordomo y Cofrades salía de la sede social de la Cofradía con la Bandera, el Mayordomo y los Cofrades, con el arcón, txistu y tamboril, y se anunciaba la salida lanzando cohetes.
Primeramente, se bailaba un Aurresku de Honor a San Nicolás de Bari, debajo de la hornacina del santo en el Muelle Viejo. Seguidamente se bailaba la primera Kaxarranka que anunciaba la presentación de cuentas. El dantzari baila en un arcón que contiene las actas, y que está sostenido por marineros, portando remos. Su vestimenta es muy característica: lleva frac, camisa y pantalón blancos, pañuelo amarillo al cuello y un clavel rojo en la solapa. Portará una chistera en la mano derecha y banderín rojo con el guión o insignias de la Cofradía de San Nicolás y San Telmo en su mano izquierda. Los saludos iniciales y finales son muy ceremoniosos.
Después la comitiva salía por el Muelle Viejo hasta llegar a la puerta principal del Ayuntamiento, donde tradicionalmente se celebra la Asamblea Anual en la Sala Capitular.
Terminada la
Asamblea se volvían a lanzar cohetes anunciando la aprobación de las cuentas y se
procedía a una segunda Kaxarranka
delante del Ayuntamiento. Después salía la comitiva hacia la Misa en Santa María.
Si hubiese
modificación de Mayordomo o Directivos, los nuevos electos abrirán la comitiva hasta
llegar a la Misa por los Cofrades fallecidos. La salida de la comitiva del
Ayuntamiento hacia la calle Santa Mª, se hacía igual y con el mismo protocolo
que a la salida de la sede social.
Llegados a las puertas de la iglesia, se
procedía al tercer y último baile de la Kaxarranka
como ofrenda a los difuntos, antes de entrar en el templo.
El arca contiene
los documentos que se conservaban en él, y es el que se procesiona y sobre el que
se ejecuta la Kaxarranka. La indumentaria de antaño era diferente, ya que el
dantzari simbolizaba a nuestro patrón: San Nicolás en nuestra Cofradía, y también
en otras cofradías podía estar disfrazado del santo que representaba: San
Pedro, San Telmo, San Nicolás, San Juan o San Andrés. Claro que el clásico conflicto entre el cura y
la Cofradía sobre la indumentaria que llevaría el santo llevó a arbitrar una definitivamente
solución: la de portar siempre una vestimenta de tipo civil “elegante”, si bien
ello ha evolucionado a la que se emplea actualmente.
Javier García Borreguero
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