ME GUSTA SUMAR
SUEÑOS
En la escuela me enseñaron que
antes de saber restar, multiplicar y dividir, había que aprender a sumar, y
sobre todo a saber sumar bien.
Sumar con números y con objetos, y reconocer que,
aunque estos objetos fueran diferentes, juntos hacen una suma. En la Salle,
pioneros en la actividad deportiva, nos enseñaron que los equipos de deporte
éramos una suma de personas que, aunque fuéramos números diferentes teníamos un
fin común, no dejarnos ganar.
Y no mentiría si digo que siempre
me gustaron las matemáticas, primero las cuatro reglas, luego los problemas
simples o complejos, y todo lo demás que vino después. Las matemáticas siempre
me han obligado a pensar, razonar y conocer los porques.
Y a la vez que aprendí a sumar,
aprendí a soñar, a tener ilusiones, a escuchar a los que saben enseñar a sumar
mejor que yo y a transmitir ilusiones, que por cierto no tienen que ser siempre
las mismas personas, aprendí y todos los días aprendo a soñar con las mismas
cosas dichas por diferentes personas, porque los sueños aún siendo diferentes
se pueden compartir.
Saber sumar bien es mucho más difícil
que saber restar, por eso algunos cómodos, cuando se les pide que realicen una
operación matemática eligen restar, solo juegas con dos número a la vez, lo
contrario que sumar que pueden ser infinitos.
Me gusta sumar sueños.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
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