NAUFRAGIO
MERCANTE "ICIAR", NOVIEMBRE 1963
DON FÉLIX
HERNÁNDEZ OSANTE
Varios días después del naufragio del mercante Icíar, el 1 de noviembre festividad de Todos los Santos, varias decenas de personas en los que se encontraban grupos de familia acompañados de niños, se acercaron al rompeolas de Santurtzi y desde ahí poder contemplar al buque naufragado. A media tarde, unas veinticinco personas fueron alcanzadas primero por un pequeño golpe de mar y seguidamente por una gran ola que las arrastró al agua, y aunque se salvaron la mayoría de las personas accidentadas, dos de ellas fueron recatadas ya cadáveres, y varias más se dieron por desaparecidas.
Las personas fallecidas el día 1
fueron: Amelia Caicedo Cebreiro, una joven de 29
años, natural de Medín (A Coruña), y Francisco Nieto Fernández, soltero de 68
años y de profesión ajustador, era residente en calidad de huésped en la calle
Tívoli nº 11 de Bilbao.
Se da la
circunstancia que Amelia se acercó a contemplar el naufragio con su esposo
Raimundo García Mer, sus cuñados Benigna García Mer y el marido de esta
Antonio Parada, acompañados de Domingo Conchuedo y Jesús Ribalda. Amelia y
Raimundo, labradores, llevaban un mes residiendo en Bilbao.
El día 8, a la altura del barco siniestrado
aparecería el cadáver de Francisco García Galán, de 28 años, nacido en
Santurtzi y domiciliado en el barrio de Kabiezes, y que se había acercado al rompeolas acompañado de su novia, María Teresa Rodríguez, vecina de Ortuella y que fue salvada por los tripulantes del remolcador Altsu. Al amanecer del día 9, apareció flotando junto al contramuelle de Santurtzi el cadáver del niño Juan
Antonio Bellver Cruceiro, tenía 11 años y su residencia era en Sestao, su hermano Eugenio se salvaría.
Agradecer a la Cofradía de
Mareantes de Portugalete el haberme permitido acceder al “Diploma y medalla
de bronce de premio en favor de Don Félix Hernández Osante”, otorgado por el
salvamento de un niño y un hombre en el puerto artificial de Santurce el día
primero de noviembre de 1963 y al informe donde se detalla el triste
accidente.
“El Sr. Presidente de la Sociedad
Española de Salvamento de Náufragos en escrito del 3 del actual, dice a esta
Comandancia de Marina lo siguiente:
Visto el expediente remitido por
V.T. con motivo del salvamento de varias personas de Santurce. Resulta que
sobre las 17,30 horas del día 1 de noviembre de 1963, y cuando se hallaban
paseando varias personas en el muelle del rompeolas, una gran ola que remontó
el muro de protección las hizo caer al agua del puerto artificial. Accidente en
el que perecieron cuatro personas, siendo rescatadas unas quince. Los
individuos que actuaron en este salvamento y cuya actuación son dignos del
mayor encomio fueron: Miguel García Ferrero, que guiado del más noble impulso
se arrojó al agua sin apenas saber nadar para salvar a un niño, teniendo que
ser socorridos ambos por terceras personas. Alberto Anduiza Henning, que se
arrojó por encima del pretil del rompeolas para salvar a un niño de catorce
años, consiguiendo su propósito. José Ortiz Unamuno, tripulante del remolcador ALTSU
que se lanzó al agua con unos siete salvavidas que repartió entre los
accidentados, colaborando además de una manera muy eficaz en el rescate de
estos. Félix Hernández Osante, que se lanzó al agua desde el muelle en auxilio
de un hombre y un niño, a los que logró salvar. Fidel Abarategui Beobide, que logró llevar al
agua ayudado por dos monjitas un bote sin remos con el que salvó a dos mujeres.
El capitán del buque tanque CAMPOCERRADO, D. Pedro González Toba,
el Celador Mayor D. José Martínez Fernández, el patrón del remolcador ALTSU,
D. Julián Zaracondegui Ubillos y el patrón del bote RECALDE, D.
Jesús Goicoechea Macías, aunque en su actuación no tuvieron una directa
intervención en el salvamento de los náufragos, cooperaron muy acertadamente en
el salvamento de más de un adocena de personas.
Considerando digna de elogio y
recompensa la meritoria actuación de D. Miguel García Ferrero, D. Alberto
Anduiza Henning, D. José Ortiz Unamuno y de D. Félix Hernández Osante, la
Comisión Ejecutiva de esta Sociedad acordó concederles la MEDALLA DE BRONCE DE
PREMIO por su humanitario y abnegado proceder. También la citada Comisión tomó
el acuerdo de conceder el DIPLOMA DE VOTO DE GRACIAS a D. Fidel Abarrategui
Beobide”.
La Gaceta del Norte, 2 al 11 de noviembre de
1963
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales
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